Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tu llegada me salvo de la oscuridad por kibakage

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Gracias por leer.

Notas del capitulo: Pues este fic, es una adaptación de uno que hice en fanfic.es, (este es yaoi)

Es un One-Shot, espero les guste, pero si les gusta y quieren que lo continue lo hago.
Era un día como cualquier otro en mi desolada vida, triste, nublado, sin nadie que me hiciera compañía en esta soledad, como todos los días desperté temprano, pero como era mi costumbre me quede lo más que pude en mi cama, para tratar de restarle minutos de dolor a mi existencia, evitar lo mas que pudiese ese contacto con aquella sociedad que me marginaba y me hacía sentir tan mal, evitar encontrarme con miradas llenas de odio que me observaban como si de un monstruo se tratase, simplemente quería evitar a toda costa ese contacto humano que se supone debería ser agradable y para mí no era más que una tragedia que destrozaba mi moral cada que podía.
Después de unos minutos me levante, no sé cómo, pero siempre era lo mismo, cada día pensaba que iba a ser diferente y eso de alguna manera me daba fuerzas para soportar el infierno en el que vivía, ese infierno que día tras día era igual y mermaba poco a poco mi espíritu, cada noche llegaba destrozado solo para llorar hasta quedar dormido y continuar existiendo sin saber el porqué, pero ese día, presentía que iba a ser diferente, “tonto de mi” pensé, pero aun así ahí estaba de nuevo, dispuesto a sufrir otro vez ese calvario con tal de no perder la poca esperanza que me quedaba en la humanidad.
Después de comer y vestirme me dirigí hacia el colegio, caminando a paso lento, con la cabeza baja, evitando hacer contacto con las personas que rondaban por las calles y cuchicheaban sin si quiera importarles que yo estuviera ahí, solo podía tratar de ignorar los comentarios tan hirientes hacia mi persona, apretar los puños y rechinar los dientes conteniendo las ganas de soltar a llorar o gritarles que estaban equivocados, que yo no era ese monstruo que ellos decían, que a pesar de todo jamás pensé en odiarlos ni hacerles daño, que aun que me tratasen de esa forma, me importaban porque después de todo eran parte del lugar donde vivía.
Llegue al colegio, tarde como siempre, mejor así, todos se encontraban ya en su respectiva aula y podía descansar un segundo de aquellas tormentosas miradas, entre al tocador, me moje un poco la cara y sonreí hipócritamente mientras me veía en el espejo, así nadie podría notar la tristeza en mi, así a pesar de que se burlaran por lo menos pensarían que no me habían derrotado.
Me encamine hacia el salón y por fin entre, todos me voltearon a ver, fue incomodo, no importaba que siempre lo hicieran jamás me termine de acostumbrar, dirigí mi vista hacia el profesor el cual me dio un regaño, como siempre, pero a pesar de eso, el era de los pocos que me miraban diferente, y por eso me caía tan bien, sin más me fui a mi lugar y procedí a tomar apuntes, el maestro preguntaba cosas y yo como de costumbre jamás contestaba, no era que no supiera, solo que dar indicios de cualquier cosa, era motivo para más odio hacia mí, así que solo me limito a ser uno más.
20 minutos después se oyó de repente que alguien tocaba la puerta, el sensei salió del salón a platicar con alguien, a los pocos minutos entro el seguido de un chico de mi edad, cabello color negro azulado, unos ojos negros y profundos como la noche, una piel blanca como pocas y un atractivo impresionante, de inmediato las chicas del salón empezaron a murmurar y a gritar emocionadas, esto causo que aquel chico de mueca seria, formara otra un poco más molesta y arrogante, en ese momento supe, el era de esos, personas arrogantes y populares los que más odiaba y era porqué eran los que me hacían sentir peor, lo sabía por experiencia, sonreía un poco al pensar que tal vez podría encontrar un amigo en aquel chico, pero volví a mi realidad y supe que en lugar de alguien en con quien contar tendría solo a alguien más que me odiaría justo como todos lo hacen sin siquiera saber la razón, solo lo haría y ya.
- Preséntate- Dijo el maestro dirigiéndose al chico de piel nívea.
Soy Uchiha Sasuke, tengo 14 años y no me importa conocerlos.
Lo que dijo dejo sorprendido a todos, y callados, incluyéndome, era obvio que todo con el iba a ser peor, seria de los que más me lastimaría sin saber porque, baje la cabeza y mis ojos se aguaron un poco, pero no derrame ni una lagrima, no aquí, eso demostraría lo frágil que soy, y aquí, no puedo darme ese lujo.
El maestro estaba indicándole algunas cosas al chico asi que solo atine a volver a mi posición y justo cuando estaba volviendo a agarrar mi bolígrafo para seguir con los apuntes, alcance a ver una sonrisa ¿sonrisa?, que era dirigida hacia… mi, el sonreía, era la primera vez que alguien me veía de esa forma y no supe que hacer, sentí como un sonrojo se apoderaba de mi rostro por lo que lo desvié para que no lo pudiera notar, después solo agache mi cabeza pero estaba feliz por primera vez en mucho tiempo me sentía feliz. Pasó algún tiempo y sonó la campana del receso, seguía en mi pupitre guardando mis cosas, esperando a que todos salieran para quedarme ahí o dirigirme a algún lugar donde no me pudieran molestar, cuando vi que esa chico, Sasueke, venia hacia mí, con una gran sonrisa, pero antes de llegar varias de mis compañeras la interceptaron y lo alejaron, de inmediato supe que le iban a hablar de mí y de lo que se decía, supuse que les haría caso y no volvería si quiera a mirarme, más bien si mirarme pero como todos, con odio, así, me fui a mi refugio secreto y solo pude llorar, al parecer todo iba a ser como siempre y seguiría así, tonto de mi, y pensaba que hoy sería diferente, toco la chicharra de nuevo y me dirigí con dificultad al salón, no sin antes pasar a borrar los vestigios de mi dolor al tocador, al llegar lo busque con la mirada disimuladamente, se encontraba sentada en su lugar y sus ojos se encontraron con los míos, eran diferentes, parecían serios y pensativos, como cuando se dirigió por primera vez a nosotros, sentí dolor al ver esa mirada, así que de inmediato aparte mis ojos y volví a mi asiento.
Las horas pasaron lentamente, a pesar de eso no me di cuenta de nada de lo que pasaba a mí alrededor, solo el sonido del timbre de salida me despabilo de aquel letargo en el que estaba sumergido, agarre mis cosas y partí a mi casa, había tomado una decisión, no tenia caso seguir así, ya estaba cansado y nada iba a cambiar por más que yo lo quisiera y estaba bien, a pesar de todo no me interesaba mucho que digamos, pero, esta vez, era diferente, por alguna extraña razón sabía que no soportaría que ese chico me odiara como otros asi que solo camine sabiendo que iba a hacer en mi casa, llegue y abrí la puerta, me dirigí a mi cuarto, lo ordene y baje a la cocina, saque un frasco de pastillas de un cajón, me serví un vaso de agua, llegue a mi cuarto, abrí el frasco, mis manos temblaban, saque unas cuantas pastillas, dude un poco, pero ya no había marcha atrás con decisión abrí la boca y justo en ese momento se oyeron un golpe en la puerta, quede paralizado por un momento, pero después decidí ignorarlo, ya que siempre hacían eso, por lo regular cuando abría la puerta, me tiraban cosas o me gritaban dolorosas palabras así, que simplemente decidí ignorarlo, pero volvieron a tocar esta vez con más insistencia, de inmediato pensé en que sería Iruka, mi sensei, uno de los pocos que me apreciaba, decidí ir a abrir, verlo por última vez y agradecerle por todo lo que ha hecho por mí, baje las escaleras y llegue a la puerta ya con una sonrisa fingida, como las de siempre, al abrir me encontré con la sorpresa de que el que estaba ahí no era Iruka, sino aquel chico de ojos negros, sonriéndome otra vez, viéndome ¿con… simpatía? Después su mirada cambio a una que parecía tener tristeza o lastima, si eso debía ser lastima, solo agache la cabeza.
¿Naruto no es así?, Dijo él.
Yo solo pude asentir, ¿Qué querría? Tal vez burlarse como todos lo hacían.
¿Qué… quieres? –Pregunte temeroso de la respuesta.
Conocerte y ser tu amigo. –Dijo con una seguridad en la voz.
¿Cómo?- Levante la cara impresionado, pero al ver esos ojos, pude notar sinceridad. -¿Porqué?, pregunte recuperando un poco mi postura y recordando que nadie, en absoluto, nadie me había dicho eso anteriormente.
Porque, quiero, ¿algún problema? –dijo él.
¿Sabes, sabes, quién soy? –Pregunte, pensé que él no sabría y en cuanto le dijera algunas cosas se iría maldiciendo a mi persona.
Lo sé, se quién eres, pero, no me importa, además por lo que me contaron no es tu culpa, tu solo eres una víctima como cualquier otro. Dijo apoyando su mano en mi hombro en señal de apoyo.
Si tu estas cerca de mí, serás odiado, te trataran igual que a mí, -Dije cabizbajo, tratando de persuadirlo, porque aun no podía creer que alguien quisiera mi amistad, además de aquel miedo que sentía por ser lastimado de nuevo, no lo soportaría.
No me importa lo que digan los demás o como me traten, sabes, soy igual a ti, se lo que es estar solo. –Dijo él.
Yo dude e iba a decir algo, pero él siguió hablando.
Al llegar aquí, igual que en cualquier otro lugar, nunca he tenido amigos, nunca me ha importado, pero no sé porqué, al verte, quise ser tú… Amigo. –Dijo volteando la cara, pero aun así pude apreciar un leve sonrojo.
Deduje que lo decía enserio, yo dude, pero acepte, el solo sonrió y me dijo que nos veríamos en la escuela.
Al cerrar la puerta sentí como una felicidad inundaba mi corazón, no podía creer que por fin contaba con alguien, claro estaba Iruka y los otros maestros, pero nunca nadie de mi edad había estado cerca de mi.
Me dirigí a mi cuarto, tire las pastillas y dormí feliz, por primera vez en mi vida ya que tenia a alguien a quien poder llamar amigo.
Notas finales: Bueno, espero que les allá gustado y por favor dejen Reviews.
Si les gusta y quieren continuación díganme para que decida si continuarlo o no.

PORFAVOR reviews O_O ¿Si? DEJEN REVIEWS porfavor ¿o no me las merezco?

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).