Capitulo 1
No es que Sasuke fuera de soar a menudo, en realidad es de esas personas que duermen, no suean. Aun que ltimamente no poda dejar de tener el mismo sueo.
De qu se trataba?.
Pues ni l lo recordaba, solo tena esa sensacin al despertar, que suelen tener quienes suean, de haber estado en el mundo de sus fantasas y al abandonarlo por ms que lo intentase el sueo se dilua, se escapaba entre sus manos y lo nico que poda recordar ntidamente cada maana era el rostro de un joven, un ngel a su parecer. Unos grandes ojos cual pedazos de cielo, una piel tostada que pareca mas suave que la ms fina seda, rubios cabellos, tres marcas en cada mejilla que lo hacan parecer un tierno zorrito y la ms hermosa y sincera sonrisa que jams hubiera visto. Definitivamente un ser de ensueos.
No es que tampoco le diera mucha importancia a los sueos, pero el hacho de que se repitiera una y otra vez ya se le haca extrao. Aun que no negara que le agradaba tener en la mente ese hermoso rostro, aun que mas no fuera un sueo.
Pronto llegara el verano, se notaba en el clima, aunque este da estaba resultando inusualmente caluroso. Definitivamente no ira a las clases de la tarde, no quera terminar asado. Lo mejor sera encontrar un lugar con aire acondicionado o un parque con buena sombre para pasar la tarde, obviamente no podra regresar a casa hasta ya pasada la hora de escuela.
Caminaba por el centro de la ciudad hundido en sus pensamientos, hasta que sinti que alguien chocaba contra l. Ambos cayeron al piso quedando el desconocido sobre l y en el momento de abrir los ojos crey estar soando, ya que frente a l se encontraba el ngel de sus sueos.
El rubio se levanto rpidamente, pidiendo disculpas.
-Disculpa, es que iba corriendo... y no vea por donde iba... y perdn es que...-
-Est bien, yo tampoco prestaba atencin- Le digo intentando calmar sus nervios.
Lo mire bien, era la primera vez que lo vea de cuerpo completo, y deba decir que no estaba nada mal, aun que llevaba una vestimenta bastante extraa para la poca y el clima.
Vesta zapatos y pantaln de vestir negros, una levita negra y bajo la misma una camisa blanca, y en su cabeza un sombrero de copa, que le sorprendi no se hubiera cado con el choque. Caba aclarar que ese atuendo le quedaba muy bien, aun que deba estar murindose de calor en el.
A pesar del singular personaje que tena frente a mi o del hecho que estbamos parados en mitad de la acera, la gente ni notaba nuestra presencia.
-Deveras, lo siento. Es que yo...- Una mueca de preocupacin se marco en su rostro. Saco un reloj dorado de su bolsillo, tan grande que costaba creer que lo tuviera all. Su preocupacin se acentu- Es tarde!!... No ves?- dijo mostrndole el gran reloj- ya son ms de las tres!, debo correr-
Y sin mas sali a la carrera dejando caer en el poseso su sombrero.
-Espera!!- grito intentando detener al rubio, pero este sigui corriendo. Cogi la galera y se dispuse a seguirlo entre la multitud aun que ya casi lo haba perdido.
Aun poda ver su espalda, con ese traje era imposible no reconocerlo. Corri entre la gente, los arboles; el bosque se volva cada vez ms espeso, pero sigui corriendo, algo le deca que deba seguirlo, algo le llamaba hacia ese ojiazul que acababa de conocer pero que vena viendo desde hace mucho tiempo.
Vio como frente a l entre los arboles haba una puerta doble, de madera vieja y desgastada, que a medida que se acercaba se haca mucho mas grande. Noto como el rubio abra las enormes puertas sin mayor esfuerzo y las cerraba tras de s.
El bosque termino de repente cuando al fin llego a esa gigantesca entrada a sabr dios donde.
Se par en seco.
Un minuto... Bosque?? Desde cundo hay un bosque en medio del centro de la ciudad?- pens.
Miro a su alrededor pero solo haba arboles hasta donde alcanzaba la vista.
Tanto haba corrido?
Viendo que solo tena dos opciones, volver por el frondoso bosque y seguramente perderse o atravesar las puertas llegar a algn lugar y seguramente perderse, decidi optar por la segunda ya que el lindo rubio se encontraba a travs de dicha entrada.
Aun con sombrero en mano se dispuso a abrir el portn, pero al empujarlo este no cedi, intento con ms fuerza, la madera rechino pero las puertas no se movieron ni un centmetro. Prob con todas sus fuerzas obteniendo el mismo resultado.
Como haba echo el rubio para abrirlas y serrarlas tan fcilmente?
Decidi tomar carrera y golpear las puertas con todo lo que tena, esto podra llegar a ser doloroso.
Corri hacia la entrada ya puesto para intentar moverla, y cuando pens que se dara un golpe seco contra la gran entrada esta simplemente se abri antes que la tocar hacindolo pasar de largo sin tiempo a frenar. Dio un paso, dos pasos, parando de a poco, pero al tercero ya nada haba bajo sus pies.
Se sinti caer y caer, todo estaba absolutamente obscuro.
Pero para estar en cada libre no pareca ir tan rpido, era ms bien como un flotar, pero aun as segua descendiendo por ese absolutamente negro paisaje.
Vio una luz bajo el, luego otra y otra, se iban acercando, o el se acercaba a ellas.
-Velas- susurro cuando tuvo una a la altura de sus ojos.
El segua bajando y vea pasar las velas flotando a su alrededor. Al menos ahora haba luz.
Pudo ver donde se encontraba, un tnel bastante ancho con paredes de todos los colores y texturas.
Ahora no solo haba velas, sin tambin muebles, sillas, mesas, libros, adornos de todo timo que flotaban tranquilamente en sus lugares mientras el descenda.
Cunto haca que estaba as?, ya deba haber bajado muchos metros.
El tnel se haca cada vez ms fino y poco a poco iban desapareciendo las velas.
El espacio ya se haba reducido lo suficiente para que pudiera tocar las paredes sin estirarse y se encontraba nuevamente en penumbras. En estos momentos no le pareci tan mala idea vagar por el bosque.
Serr los ojos seguramente se quedara atascado al reducirse aun ms el espacio.
Pero eso no paso, callo sentado sobre un frio piso.
El final del tnel?
Abri los ojos y frente a l se encontraba mirndolo fijamente, muy cerca de su rostro el joven por el cual se haba metido en tan extrao lugar.
-No debiste haber venido- le dijo el ojiazul con un tono de reproche en su voz.
Sasuke simplemente extendi su mano levantado el sombrero.
Segua sin poder articular palabra. Tener tan cerca a ese bello ser lo desconcertaba.
-Gracias-dijo con una sonrisa en el rostro, ponindose la galera sobre sus peludas orejitas de zorro...
Un segundo...orejas de zorro??... como no lo haba visto antes?... esto se pona cada vez ms raro.
-Hay que irnos, ya es tarde- dijo el zorrito aun sonriendo dando media vuelta y comenzando a correr.
-Espera!- grito ponindose de pie- a dnde vamos?- pregunto, pero el rubio segua corriendo como si no lo escuchara.
Suspiro resignado, parece que debera seguirlo, y sin ms inici nuevamente la carrera tras el escurridizo ojiazul.
…Continuara…
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