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Fight por ReilaLess

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Notas del fanfic:

Lo escribi hace mucho tiempo, lo encontre de casualidad y... aqui esta~

Justo en este momento sentado en el parque, justo en el parque que estaba a la espalda de mi departamento. Yo vivía en un mini departamento para dos personas, era un depa de recién casados, pero… claro… yo no estaba casado. Mi departamento era muy bonito, me costó trabajo decorarlo, pero valió la pena, fue mi primer gran trabajo.



¡Ah! ¿Por qué hablo en pasado? Pues… porque ya no tengo mi departamento, miento… ya no tengo el departamento, después de todo era mi hogar, más no mi casa.



Ya era la segunda vez que pasaba algo como esto. Gabriel… ¡sí! Mi pareja, y yo habíamos tenido una pelea, era como dije… la segunda vez que pasaba. La primera vez, él se fue de casa y volvió a los dos días… de buen humor, renovado, con la mente fría, bien… calmado. Se había dio para pensar más claro, yo también lo hice, y pues… arreglamos el problema que tuvimos, algo que nos terminó pareció bastante tonto, después, sin embargo, ahora era yo el que se había ido, Gabriel me había echado… ¿Por qué? Pues… cuando mi… ¿novio? Estuvo de viaje y… TTwTT yo invité al departamento a un “amigo” de la universidad a hacer el trabajo que no habían dejado cometí el error de, al terminar, invitarle unas copas, para celebrar que el trabajo había quedado muy bien, pero mi mayor error fue el aceptar lo que él me invitó (de dónde lo sacó… ni idea) y luego… y luego… sólo recuerdo gritos, era Gabriel… ¿Qué había pasado? Me di cuenta de eso diez minutos después, cuando vi a mi compañero retirándose seguido de los gritos de mi novio, poniéndose su ropa a la volada y yo… yo estaba en el sofá tapado solamente con una sábana celeste… ¡¿Qué me había dado la noche anterior?! Seguramente me había dado alguna droga… ¿éxtasis tal vez? Ciertamente no sé nada de drogas… y lastimosamente Gabriel no me creyó cuando le dije eso… en serio no recordaba nada de lo que me había pasado la noche anterior, pero ahora… lo podía imaginar (algo que prefería no hacerlo), me dolía todo el cuerpo, tenía marcas en el cuello y el torso… manchas moradas… moretones… hematomas (sobre todo en el interior de los muslos =S)



Estaba llorando, Gabriel gritándome que cómo pude hacerle eso, que había traicionado tanto a su confianza como a su corazón, él también estaba llorando, desesperado, podía notar su dolor en sus ojos, me sentía realmente mal, pero… lo peor que me pudo haber pasado fue que dijera…



- Lárgate… - me dijo tomando aire…calmándose – lárgate de mi casa, no te quiero volver a ver… me das vergüenza… cómo pude estar con alguien como tú, no te vuelvas a aparecer por acá… ¿entendiste? Apúrate… - yo no me quería ir… obviamente – ¡Te dije que te largues! O llamaré a los guardias para que te saquen a la fuerza…



¿A dónde iría? Me abracé a él y me alejó con asco, le rogaba quedarme, no tenía a dónde ir, si me iba, tendría que trabajar más para tener el dinero para alquilar una habitación, porque sólo para eso… supongo… que me alcanzaría, pero… el trabajar más significaba menos tiempo para estudiar… bajaría mis notas, tendría más responsabilidades… por último… tendría que dejar la universidad e inscribirme en un instituto para estudiar una carrera técnica que era más sencilla y ocupaba menos tiempo, tendría que cambiar completamente mi vida por una… ¿confusión? ¿Podría salir adelante?



Gabriel era la persona más importante para mí, era… la única persona a la que tenía. Yo era hijo único, y hacía unos meses que mis padres habían muerto en un accidente… y Gabriel con todo su amor me había acogido completamente, me había ayudado a encontrar trabajo y me decía que no me preocupara por el depa y la comida, que yo sólo me preocupara en trabajar para pagar la universidad.



Tenía mucho miedo, jamás había estado tan solo antes. Gabriel siempre había estado conmigo desde que nos conocimos… intentaba pasar mayor tiempo conmigo desde que nos hicimos novios, hacía cuatro años. Quería regresar con él, pero me había botado, dijo que no quería volver a verme, no pude evitar llorar de nuevo, abrazando mis maletas con todas mis cosas, sentado en el pasto… bajo un árbol, cuya sombre me causaba continuamente escalofríos. Ya habían pasado… vi mi reloj… cuatro horas, pronto anochecería y estábamos en invierno. Tenía puesta un chompa y una chaqueta, sin embargo, aún tenía mucho frío.



Y otra vez… sólo pensaba en que quería estar con Gabriel, quería que esté acá para que me abrace y me caliente, siempre hacía eso cuando estábamos en la cama, era lo que más quería. Justo era en esos momento en los que recordaba toda las cosas buenas que nos habían pasado… sentía una melancolía enorme.



Nos conocimos en la universidad, él tenía tres años más que yo, tanto en edad como en la universidad. …l estaba estudiando Comunicaciones, se estaba especializando en Publicidad. Mientras yo recién empezaba con mi carrera: Diseño de Interiores, siempre me gustaron esas cosas… dibujar, diseñar, las casas, y todo eso. Y lo que más me gustaba de esa carrera (en esa universidad) es que llevaba el curso de mueblería, o sea, también podría diseñar mis propios muebles, era increíble. El primer día de universidad me perdí, la universidad era realmente grande, pero gracias al cielo me encontré con él, le pedí direcciones y luego comenzamos a conversar, y pues… nos hicimos grandes amigos. Y, pues… no faltó mucho tiempo para que nos diéramos cuenta que nos estábamos enamorando.



A los tres años de relación, me dijo que dejaría las habitaciones de la universidad para tener un departamento pequeño, de recién casados, quería ser más independiente, y también porque quería vivir conmigo. Yo no lo podía creer, luego de eso, conversamos con mis padres, quienes se opusieron rotundamente y no pudieron cumplir nuestro sueño, a los meses, ellos fallecieron y Gabriel me recibió con los brazos abiertos asumiendo casi todas las responsabilidades sobre mí, aunque yo ya estaba en la edad de independizarme. Cuando me mude a mi nuevo hogar, junté todo el dinero que me dejaron mis padres, y lo que tenía en ese momento, y como agradecimiento hacia Gabriel remodelé toda la casa, ese fue mi primer gran proyecto, y ciertamente, comparada con como estaba antes, la casa había quedado realmente hermosa, llena de vida y amor.



¡Cómo quería despertar!... quería que todo fuera un sueño, una pesadilla, y que pueda despertar en cualquier momento, en los brazos de Gabriel, acariciándome el cabello y diciéndome que todo estaba bien, que no me preocupara con un beso en la mejilla.



Quería creer en eso con todo mi corazón, así que me aferré fuertemente a esa creencia y me apoyé mejor en el gran tronco de ese árbol enorme, poniendo mis maletas entre mis piernas para abrazarme a ellas y calmarme para despertar de esta pesadilla.



- Marco… - escuchaba una voz, ¿en serio estaba soñando? Ojalá fuera así. Sentí unos brazos que rodeaban toda mi cintura, una barbilla que se apoyaba en mi hombro con mucha delicadeza, y un fuerte torso que se encontraba ahora detrás de mí. – discúlpame.



¡Qué bonito sueño! Quería quedarme así para siempre, sentir sus brazos y no despertar. Así seguramente podría olvidar todo lo que había pasado.







- Mmmm… - Qué extraño sueño, soñé que había discutido con Gabriel, y que me había echado de casa Pero… ¿Por qué discutíamos? – ¿mm? – vi a un lado de la cama… ¿Qué hacía mi maleta ahí?



Le levanté de la cama y abrí la maleta, estaba con todas mis cosas. Eso quiere decir que no fue un sueño… pero… estoy en casa. No entiendo.



- ¡Buenos días! ¿Cómo has amanecido? – Gab me quedó mirando asombrado, notaba sus ojos tristes, entonces… sí había sido verdad.



- ¿Qué pasó? – le pregunté asustado, no entendía nada o ¿Aún estoy soñando? Me siento confundido.



- Ya veo… no lo recuerdas. – Se sentó en la cama y yo me senté a su lado. Sus manos temblaban un poco, no podía ser tan grave. – Verás… - no soportaba verlo así, tome sus manos entre las mías, y las acariciaba esperando a que hable, él sólo me vio con una triste sonrisa en el rostro – Ayer… cuando llegué a casa te encontré en la cama con un chico de tu facultad. – me exalté, eso no podía ser, yo jamás le sería infiel, estuve a punto de pararme pero Gabriel continuó – yo no lo podía creer, porque tú no eres así. El tipo se asustó cuando le grité y pegué, se fue corriendo mientras se ponía la ropa, luego te boté a ti, estaba furioso por lo que me habías hecho. – yo sólo seguí acariciando sus manos mientras me hablaba – luego de que te fuiste y luego de dejar de llorar, vi casualmente tu trabajo, la maqueta que recién habías hecho, junto a ella en la mesa vi unas botellas de cerveza, y unas pastillas… drogas. Ahí entendí lo que había pasado – no sabías que decir, lo único que recordaba era que habíamos discutido, pero vagamente, como un sueño – salí a buscarte, y estabas prácticamente dormido en el parque. Así que te traje acá. Perdóname.



Gabriel tenía los ojos empapados, intentaba contener las lágrimas, después de todo se suponía que él era el fuerte de esta relación. Me pidió perdón muchas veces, podía entenderlo, así que lo abracé y le dije que todo estaba bien.



- Perdón – me abrazó nuevamente y le di un beso, ahora todo estaría bien. O eso esperaba.

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