Más que agua y aceite.
Capítulo 1. ¿Crees en el destino?
Su cabello castaño le caía hasta los hombros. Sus facciones, demasiado infantiles para su edad estaban situadas sobre un rostro blanco y unas gotas de sudor lo recorrían. Su cuerpo esbelto se movía al compás de la música ensordecedora, haciendo una combinación casi perfecta con el chico que bailaba frente a ella. Las luces los iluminaban, estaban ubicados en el centro de la pista, atrayendo con su sensual danza a varias miradas.
La escandalosa melodía terminó siendo cambiada por una suave melodía. La pareja se encaminó fuera de la pista de baile, donde los enamorados se iban acumulando.
La castaña se dejó caer en una silla, cruzando sus piernas y logrando que la falda se elevara aún más. Recargó sus codos en la mesa y sostuvo el rostro entre las palmas de sus manos; se podía vislumbrar el contorno de sus senos gracias al pegado top que traía.
-Marcos- dijo mirando al chico que se halla frente a ella.
-Dime- sonrió. Era un joven apuesto y esos bellos ojos azules lo confirmaban.
-Estoy aburrida- tomando un gran trago de la bebida con alcohol que estaba a su lado.
-¿Por qué no intentas seducir a alguien?- animó a la chica que consideraba como su hermana.
-Eso no es divertido- le espetó levantando una ceja.
-Sal con alguien, un día ya no te voy a acompañar.
-Pues no lo hagas... -desvió su mirada molesta.
-Oh, vamos Sarahí...
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-Vamos, Andrea - gritaba una chica a su amiga.
-¡Ya voy!- le respondió con tono elevado por la estruendosa música que se oía.
Buscaron un lugar donde sentarse optando por mirar antes de hablar. Y ahí fue cuando encontró algo que llamó su atención.
Una pareja bailaba justo en el centro de la pista; por la forma casi erótica en la que ambos se movían era imposible no verlos.
El chico, bastante guapo, vestía un pantalón de mezclilla y una playera negra con motivos blancos. Su acompañante femenino que parecía más una niña por ese rostro, pero cuyo cuerpo estaba contrariado vestía un top azul, minifalda negra y botas largas del mismo color. Ambos hacían una buena pareja si es que eso fueran.
-Ambos bailan bien... ¿No crees?- preguntó la joven a su amiga que observaba con demasiada atención a los bailarines.
-Sí- dio su limitada respuesta dejando de mirarlos - como sea... ¿Qué hacemos aquí, Mariana?- la música se calmó dando paso a una balada cursi.
-Salir a divertirnos- sonrió y le respondió de igual manera- vamos Andrea, diviértete.
-Es incómodo- explicó.
-¿Lo dices por todos los chicos que han intentado coquetearte?
-Yo vine a bailar con mi amiga - reprochó enojada recordando a esos hombres y sus molestos silbidos.
-No te odies por ser hermosa.
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-¿Sarahí? - el chico le habló pero ella lo ignoraba de manera monumental, por lo que tuvo que seguir la dirección de su mirada. Estaba viendo a dos amigas que estaban sentadas a unas cuatro mesas de distancia.
-Es hermosa... ¿No crees? - murmuró y Marcos sonrió.
-¿A cuál de las dos te refieres?
-A la de negro.
La miró. La chica en cuestión, tenía el cabello oscuro lacio que le llegaba hasta media espalda, sus rostro era claro y fino. Vestía completamente de negro como si no deseara encajar en ese antro, además de una vaga expresión de enojo y hastío.
Notaron que la otra chica la tomaba de la mano para jalarla a bailar.
-¿Serán pareja?- preguntó en voz alta pues el sonido escandaloso hizo su reaparición.
-¿Por qué no lo averiguamos?- Marcos la jaló divertido - yo me encargó de la otra chica y tú descubre si es soltera- le guiñó el ojo, arrastrándola hasta donde ellas estaban.
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-Sabes que casi no me gusta bailar.
-Exacto... "casi"- le tomó de la mano para que pudieran ir a divertirse.
Por instantes se sintió abrumada, tratando de acomodar el ritmo de su cuerpo al de la música, lográndolo en cuestión de segundos. Intentó olvidar todo lo que le había sucedido en los últimos tiempos, dispuesta a disfrutar esa noche....
... porque uno nunca sabe cuantas vueltas puede dar tu vida en poco tiempo... ¿Verdad?
Una pareja se acomodó a su lado e inmediatamente los reconoció, más bien, no a ellos, sino a esa forma inigualable de bailar. Ambos atractivos, ambos sensuales.
Deseaba ignorarlos y concentrarse en ella misma pero por alguna razón, en hábiles movimientos, el chico se posicionó frente a Mariana y la chica frente a ella.
Se quedó asustada por instantes, impactada ante lo que acaba de suceder... en cuestión de segundo ahora tenía nueva pareja de baile. Volteó buscando a Mariana; su amiga sonreía coqueteándole al apuesto chico que ahora le guiaba en baile.
-Estúpida... - murmuró y después cayó en cuenta de que la joven que se hallaba frente a ella la estaba mirando con expresión de demasiado interés.
-No se la va a llevar a ningún lado- le dijo al oído como si le hubiera leído el pensamiento - Marcos no es esa clase de chicos.
-No dije nada- contestó y la otra le sonrió como si se estuviera divirtiendo.
-Eres interesante... - se acercó aún más a ella para que la oyera hablar y aprovechó para que sus cuerpos se empezaran a rozar.
Andrea retrocedió un poco... ¿Qué es lo que pretendía esa chica?
-Me llamó Sarahí - le murmuró nuevamente, acercando su agitada aspiración al lóbulo - ¿Y tú?
-Andrea... - dijo casi por inercia.
-Un verdadero placer.... -tocando su cintura para acercarla más. Andrea tembló... pero tampoco quería alejarse... de alguna manera esa chica le... atraía...
Sarahí acomodó su ritmo, sin dejar de moverse sensualmente junto a la de cabello negro, invitándola a que ella sacar lo más erótico de su baile.
-Eres muy hermosa... - recorrió su espalda con su mano y esto le provocó un leve escalofrío a Andrea.
-Basta....
Andrea se sintió ruborizar... quizás esos tragos ya le estaban afectando... ¡Pero si ni siquiera había bebido aún!
Pero ella no se detuvo. Siguió incitándola con su baile y el movimiento de sus manos en su columna.
¿Qué era lo que sucedía? ¿Por qué se estaba dejando llevar por esas sutiles caricias y ese movimiento de caderas....?
Cerró los ojos, limitándose a seguir esos movimientos....
Sarahí esbozó una sonrisa y su mano llegó hasta la nuca de la otra chica, sintiendo que se tensaba, pero después de unas caricias, dejó de resistirse.
No soportando más de tener a esa chica que en cuestión de segundos había despertado el interés para alguien como ella.... Sarahí movió su rostro, aprovechando que la otra tenía los ojos cerrados y se acercó...
Abrió sus labios... rozó los de ella... que instantáneamente abrió sus ojos sorprendida pero por alguna razón no podía realizar ningún movimiento... sintió la suavidad y la calidez de la otra en ella... sentía que debía dejarse llevar y simplemente lo hizo...
Abrió su boca... pidiendo más que un simple contacto...
.... Y así fue....
.... Como esta historia comenzó...
Continuará...