A veces simplemente deseaba que todo se acabara…
Esa sensación de levantarse en el inicio del crepúsculo y darse cuenta que la vida no tiene motivos ni razones, que no hay meritos en una victoria y que no existes alabanzas después de la limosna y la ayuna. Esa sensación de soledad, de vacio absoluto al verse en el espejo, de verse en ese cristal y darse cuenta que lo reflejado es un muerto sin rumbo, sin deseos, sin futuros, sin nada. Esa sensación que le quita todo el ánimo a una fehaciente mañana.
A veces simplemente deseaba dejar de vivir…
Levantarse y vestirse, es como una de las más difíciles pruebas de supervivencia, sin discutir el comer, tan solo oler el aroma indiscutible de sus alimentos lo llena de nauseas y solamente desecha el plato en alguna bolsa llena de desechos. Prepararse para un nuevo día ¿Cómo un muerto se prepara a un nuevo día?
A veces simplemente deseaba desaparecer…
Sonríe con ternura, con gracia y naturalidad, pero nadie descubre que ese gesto amoroso es tan quimérico que el mismo gitano le hace alabancias, pues la maestría en la que despoja la infelicidad de su faz y hace una sonrisa alegre lo convierten en un genio del disfraz. Y con su falsa sonrisa camina por allí, demostrando cual provenir de lisonjas y esperanzas mientras que por dentro un lobo lúgubre aúlla por alguien que le descubra sus mentiras.
A veces simplemente deseaba correr lejos, muy lejos…
Algún conocido le saluda y le invitas alguna taza de té, la bebe con sorna y le oye con dedicación, hace gestos y dice incoherencias solazadas para llamar la atención de su acompañante, pero no importa que haga, nunca nadie puede ver mas allá de sus sonrisas efímeras y nunca nadie ha logrado mirar al lobo aullador.
Y la vida pasa y pasa, y las noches cada vez son mas obscuras y los días más tediosos, las tardes no aguardan sorpresas ni las madrugadas cantares de aves. Sabe bien que este día será horrendo y los próximos serán igual de espantosos, solamente su cama de sabanas descoloradas lo espera para poder ocultarse en los brazos del dios Morfeo.
Él suicidio lo ha esperado por mucho tiempo pero aun no le ha tomado de la mano, todavía la muerte no le tienta, porque…tiene un dueño, y el dueño de este muerto es igual de pobre e infeliz. Y él lucha y vive por su dueño. Y el señor de su vida es nada más y nada menos que Sasuke Uchiha que robo el corazón y la inocencia del joven Naruto.
Y Naruto sabe que no importa cuánto sufra y cuanto le llore a la luna, no se rendirá, no se detendrá, no bajara la cabeza hasta que vuelva a tener en sus brazos al Uchiha que se fugo de su vida. El día en que el rostro de Sasuke Uchiha descanse sobre u reglazo el descansara felizmente en los brazos de Tanatos, señor de la muerte.
El día que tenga a Sasuke Uchiha en sus brazos, no habrá mayor final feliz para su mera existencia…