-sabes bien…que esto está mal-un susurro rompió el gran y absorto silencio k rodeaba esa oscura habitación, apenas iluminada por unas velas blancas encendidas. Dos personas estaban en completo silencio, mirando al vacio, a veces chocando sus miradas y a veces un largo y tediosos suspiro rompía el aire gélido del habitáculo.
Uno de los dos hombres tenía una mirada algo vacía pero al mismo tiempo preocupada y culpable. Su cabello negro corto, algo desordenado, sus ojos con leves marcadas ojeras pase a las largas noches de insomnio y su cuerpo fornido y adulto, con leves marcas de cicatrices y moretones, era el líder supremo de Akatsuki, el creador de los Uchihas, el domador de fieras, el inmortal. Madara Uchiha, tan vil y tan fervoroso, ahora mostraba una faz llena de miedo y vergüenza, parecida a la de un niño arrepentido. Y es que…aun no sabía cómo pudo haber sido persuadido a hacer aquel vil acto.
El otro de ellos era un joven mucho menor que el adulto, de apenas 17 o 18 años de edad, de ojos rojos sanguinarios, frívolos y mal intencionados, con una sonrisa llena de mofa y diversión que adornaba su rostro pulcro y jovial, por lo que le faltaba de madurez le sobraba en maldad. Miraba triunfante al maestro de su hermano mayor, miraba lleno de gula y felicidad pues había podido subyugarlo a su control. A su antojo…
-no me digas que sientes culpa-pregunto con su sacarosa sonrisa, mientras recogía un mecho azulado y miraba los ojos negros opacos de Madara que ligeramente se veían humedecidos y llorosos. Sentado en el suelo con la cabeza recargada en su mano derecha, cual preso de sus acciones ahora siendo encarcelado en su ardiente culpa-¿Te violaste a Itachi y sientes culpa? ¡jajajajaja!-rio fuertemente casi una carcajada, burlándose de la mediocridad de ese vil y cruel hombre. Pero su risa se detuvo fuertemente cuando su tráquea fue estrujada rústicamente por el mayor de ojos culposos-igh-apenas un leve quejido que resalto aun la prevalente sonrisa-si yo fuera tu, no lo haría-dijo en un leve susurro y pase a la amenaza Madara no soltó el cuello de Sasuke solo mantuvo el agarre durante largo rato, respirando agitado intentando hablar sin que las lagrimas cayeran desbordadas.
-tu…me obligaste-susurro apretando mucho mas fuerte el cuello, con sus manos temblorosas al igual que su voz que aun mantenía un tono tenebroso y ronco-¡hiciste que lastimara a mi alumno! ¡A la única persona que tengo en esta puta vida!-sin poder evitarlo le golpeo lanzándolo contra la pared.
Madara jadeo desesperado apretando los puños mirando como Sasuke se levantaba del suelo sin problemas, mirando divertido al volátil y débil líder de Akatsuki. Sasuke entendí lejanamente como se sentía ese hombre, sabía que Madara estaba solo desde mucho tiempo y también sabia de su oculto cariño por su estudiante que al final y al cabo era como un hijo, un hermano, un amigo.
-¿yo te obligue?-pregunto con sarcasmo-tú fuiste quien uso el Sharingan con él y tú fuiste quien le golpeaste cuando trato de defenderse, tú fuiste el que le bajo los pantalones, y tú fuiste quien lo penetro y tú fuiste quien le rompió el rostro y las muñecas a golpes, tu fuiste Madara, tú fuiste el único culpable-dijo sacándose el hilito de sangre de sus labio ocasionado por el golpe, divirtiéndose al ver como Madara temblaba mas y sus ojos se llenaban de gotas saladas sin poder evitar que una resbalara por su mejilla-¡oh vamos no llores!-dijo en voz alta al ver como aquél hombre se desquebrajaba emocionalmente-te encontraremos otro alumno para que le enseñes a ser un vagabundo-el mayor dio un largo suspiro, estaba ya harto de eso y no planeaba llorar frente a un demonio como era ese.
Sin más se dio media vuelta dispuesto a salir de la casa de ese chiquillo, no sin antes decir en voz baja y pero no rota por algún sollozo o quejido lastimero.
-Itachi te tuvo que matar cuando tuvo la oportunidad…pero estoy seguro que esa oportunidad se repitiera-y salió de la habitación de un portazo dejando a un Sasuke colérico con el seño fruncido y manos empuñadas.
Madara salió a paso rápido de la casucha del hermano menor de Itachi, arrancando a cada paso las lágrimas que caían inevitablemente por sus mejillas, apretando sus labios para no sollozar, tratando de respirar con normalidad, luchando para pensar algo consistente y al mismo tiempo tratando de no resbalar y caer al suelo pes el espeso bosque donde evitaba ese joven chico estaba lleno de lianas y raíces, piedras o lodo que dificultaban su caminata y mas al estar tan alterado.
-maldita sea-gruño al caer bruscamente como ya se lo había estado esperando desde hace rato. Su cabeza y cuerpo cayeron contra el suelo sucio y mojado y aunque lo típico seria levantarse y sacudirse, él se quedo un rato en el suelo, un largo rato donde su respiración se tranquilizo delicadamente mientras que las lagrimas iban cayendo poco a poco por sus mejillas. Mirando a la nada y con el dolor más pesado en su corazón los leves recuerdos iban aflorando…
Se veía a él desnudando fuertemente a su alumno ya con la memoria levemente segada y s chacra controlado por su habilidad especial con el Sharingan que había usado hacia pocos minutos antes de decidirse a violarle. Arrancando la camisa y sus demás ropajes, golpeándole y obligándole a abrir sus piernas delgadas y delicadas, lamiéndole, besándole, gozando pero al mismo tiempo aterrorizado.
Sasuke le había visitado días atrás revelándole una mortal amenaza, extorsionándole de la manera más vil y sin poder hacer nada ahora él tiene que sucumbir a sus placeres, como si fuera un perro con su amo…
-¿Qué quieres?-le pregunto Madara a Sasuke que le miraba fijamente-dinero, joyas, un puesto en Akatsuki, una villa ¿Qué demonios quieres para que no hagas esa mierda?-le pregunto molesto mas el joven movió la cabeza en una señal negativa-entonces vienes acá, me amenazas de destruir todo lo que he forjado durante siglos…¿¡qué demonios quieres niño!?-Sasuke sonrió divertido.
-primero más respeto, recuerda que ahora eres mi perra…-
-¡tu perra!-Madara frunció el seño dispuesto a desmembrar al chiquillo pero se controlo pues sabía bien que la mas mínima acción podía peligrar su vida y la vida de los demás akatsukis y de la misma organización-está bien-dijo bajo y algo humillado, pero era lo suficientemente inteligente como para calmarse y seguir oyendo a el menor-dime qué quieres-volvió a preguntar más persistente.
-Madara-kun, yo no quiero tu dinero, no quiero tus joyas, no quiero pertenecer a tu asqueroso kínder de villanos y tampoco quiero una villa entera, a mí solo me importa una personita-y el mayor sabía bien quien era esa persona-pues jaja, digamos que mi primera orden para ti será una bastante fácil y con suerte también la disfrutaras-aquello hiso que Madara tuviera cierta curiosidad y dudas al respecto-quiero que humilles a Itachi-un ligero silencio rodeo al mayor, sin poder entender del todo.
-no te entiendo Sasuke-soltó algo molesto-se mas concreto-dijo con el seño fruncido y una mirada llena de molestia, le hartaba perder el tiempo con boberías como esas y francamente no estaba muy orgulloso que bajarse a la altura de un esclavo-quieres que lo golpee, que lo saque de la organización o que-de repente el chico rio divertido.
-seré directo. Quiero que violes a Itachi-susurro haciendo que el friolento Madara abriera sus ojos es par en par y mostrando su rostro completamente conmocionado y aterrado por la revelación tan desvergonzada
- ¡estas demente o estas drogado!-grito molesto pero más humillado-nunca le haría eso a Itachi-gruño negándose rotundamente a complacer los antojos de su nuevo amo que tomo una faz ligeramente molesta y diseccionada.
Sasuke saco de su bolsillo un pequeñísimo frasco de cristal con un liquido morado en su interior y se lo aventó a Madara que lo atrapo en el acto y rápidamente leyó el etiquetado del objeto “afrodisiaco” una fuerte repugnancia y asco le rodeo y sin poder evitarlo miro al joven que le sonreía divertido y juguetón.
-como veo que ha florecido tu llaga de la moralidad, aquí tienes este afrodisiaco, bebes una sola gota y estarás tan excitado que ni reconocerás a quien te follas-el mayor le miraba con ganas de matarle más Sasuke sonreí divertido-sabes que si no respondes a mis deseos…-y Madara dejan caer su cabeza y terminar accediendo a la amenaza, no podía darse el lujo de perder todo-asi me gusta y espero que no te moleste pero cuando decidas violártelo yo me encargare de ver la divina escena…
Lentamente se levanto del suelo enlodado sin dejar de llorar o sollozar. Se sentía tan sucio, tan arrepentido, tan desgraciado que no pudo evitar sentarse contra un árbol y llorar desesperado, ahogando su respiración y sollozando sin control. ¿Como pudo hacer eso, como se dejo someter por Sasuke, por un niño…como pudo hacerle eso a Itachi, a ese muchacho que le miraba sin temor, que le sonreía sin falsedad y que a veces le hablaba de su vida sin tener que obligarlo, a ese chico que se jactaba o divertía de sus enseñanzas y que a veces se reía con él?
¿Cómo pudo desvirgar a la fuerza a su amado estudiante?
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Itachi se despertaba lentamente, sus ojos aun ardían un poco pero ya podía enfocar mejor las cosas, el dolor de su cuerpo había bajado y ya no sentía dolores ni agonías al moverse, asi que se subió un poco para poder semi sentarse en la cama, miro a los lados para saber donde estaba. Una habitación de paredes blancas con dos cuadros que adornaban las paredes, un closet pequeño donde colgaba una toalla azul, una mesita de noche donde había una humeante sopa de mariscos y que por el olor que emanaba debía estar muy buena. Sin poder seguir detallando la estructura de su reciente hogar pues su estomago comenzaba a rugir de hambre asi que con cuidado tomo el plato de porcelano donde estaba el divino liquido, tomo la cucharilla y…
-¡ahh!-casi grito de dolor soltando de golpe el cubierto, había olvidado sus muñecas heridas, las fracturas que tenía en ambas le privaban de poder mover perfectamente sus dedos o sus manos, dejándolo incómodamente necesitado por ayuda ajena-maldición siquiera puedo tomar una maldita cucharilla-molesto trato de tomarla nuevamente pero cuando trato de cerrar sus dedos para elevarla otro brusco dolor sacudió los tendones de su mano obligándolo a quejarse.
-creo que necesitas algo de ayuda-de repente Itachi levanto la cabeza hacia donde estaba el líder de Akatsuki que le observaba desde hacía unos segundos-tienes las muñecas rotas, te sugiero que no las uses o terminaras desgarrándote los tendones-ante esa explicación medica tan sutil el menor trago saliva con cierta preocupación al mismo tiempo que el peli naranja se sentaba a su lado y le quitaba el plato de sopa y con la mayor facilidad del mundo, tomo una cucharada colmada del liquido condimentado y lo llevo a los labios del pelinegro. Pero por sorpresa Itachi giro el rostro evitando que la comida llegara a ser ingerida, cosa que sorprendió a Pein.
-ni creas que dejare que me des comida en la boca-susurro bajo y con un ligero tono de vergüenza- no soy tan inútil-rugió cosa que logro que el mayor luchara para contener la traviesa sonrisa que quería formarse en sus labios cosa que logro observar el joven y que le molesto ligeramente-y quita esa sonrisa de estúpido antes que yo te la arranque-
-¿Cómo que alguien se levanto de mal humor hoy?-dijo tratando de darle de nuevo de comer sin tener éxito-deja de ser tan malcriado y come algo-pidió pero parecía que más que nunca Itachi se dejaría alimentar-anda-insistió al joven de cabellos negros que se cruzo de brazos y ladeo el rostro con mas perseverancia-no seas grosero, te atiendo, te curo, te hago la comida y me pagas de esa manera-comento mostrando un supuesto enfado.
-si te molesto… ¡ugh!-antes que pudiera terminar la frase una brusca cucharada fue insertada en su boca obligando que el liquido de buen sabor colmara su boca-¡idiota!-le gruño molesto y apenas abrió su boca otro poco mas de sopa fue introducida-¡ya!-casi le grito tragando las dos cucharadas dadas a la fuerza.
Un silencio se formo entre ambos, Itachi con una torva faz le miraba con ganas de asesinarle mientras que el peli naranja revolvía la sopa con la cucharilla ignorando la miradita asesina dirigida hacia él. Francamente a Pein le encantaba esa situación, tenia un ligero morbo por fastidiar al pelinegro y no pensaba detenerse hasta que el plato estuviera vacio.
-llevas dos días acá y no has querido comer nada, apenas y tomas agua-regaño suavemente mientras dirigía otra cucharada a la boca del joven y que con cierta dificultad logro darle de comer-tus heridas sanan con mucha lentitud porque no tienes proteínas ni carbohidratos para ayudar a tu organismo-el joven le miraba con atención pero al mismo tiempo se sentía algo avergonzado pues…pues le estaban tratando como si fuera un niño-vamos se bueno y come para que te recuperes pronto y puedas seguir mandando a la mierda a todos-dirigió un poco mas de alimento y sorpresivamente el muchacho tomo sin problemas el liquido con un leve sonrojo.
El mayor con suma lentitud y cuidado alimento al joven, limpiando con la servilleta cuando por su imprudencia algo de liquido desbordaba por los labios rosados y algo maltratados del chico, dándole agua, sin detenerse en su buen trato y poco a poco el caldo fue desapareciendo hasta que no quedo nada en el plato.
Pein le miraba y detallo su rasgos, su cabello negro suelto algo desordenado, con los mechones cayendo por su frente y sus hombros, sus ojos negros opacos mostrando indiferencia aunque en lo mas profundo de ellos aun se podía ver la tristeza y el vacio que había sido dejado en ellos por el nefasto incidente que mantenía inútil al joven; su piel blanca y cubierta de vendas y algunos moretones que él se encargaba de cuidar y velar y sus labios rozagantes que le encantaba limpiar cuando se humedecían de repente.
Había algo en él que le llamaba tanto la atención y no sabía si era su belleza que le obligaba a de repente perderse en pensamientos o de repente el causante de eso eran el brillo escaso de sus ojos ligeramente tristes que le ablandaban su corazón.
-me siento inútil-soltó de repente sacando a Pein de sus pensamientos profundos-ni siquiera puedo comer yo solo-el mayor guardo silencio sin saber que decir o como consolar a ese corazón adolorido y delicado que había sido maltratado hacia días-no entiendo-susurro bajo y humillado-¿Por qué a mí?-una fuerte punzada se clavo en el pecho del mayor, es que, era muy dificil ver a un hombre de tanta fuerza y orgullo convertido en un pobre y humillado joven-y el colmo es que ni siquiera sé quien hiso esto.
El líder de Akatsuki dirigió temblorosamente una mano hasta su rostro y le acaricio delicadamente y le sonrió.
-todo va a estar bien-le dijo tratando de dar una sonrisa sincera-te prometo que yo encontrare al que te lastimo y are que pague por esto-por un leve instante el menor miro a Pein, sus palabras no eran las más reconfortantes del mundo, ni las más perfectas, pero había algo en sus palabras que le dio una leve seguridad-que tal si dejamos esta escena melodramática y te das un buen baño-una leve sonrisa quiso formarse en los labios del joven, logrando curvear delicadamente su boca.
-Tobi esta raro-dijo Deidara a Kisame-no ha gritado ni ha hablado en todo el día, ni siquiera me ha fastidiado-el rubio bebió lentamente el té mientras que miraba al peilazul le daba la razón en aquello-a estado todo el día encerrado en su habitación y solo salió una vez a tomar agua y cuando le trate de decir algo me ignoro-
-si es verdad, pero vamos, Tobi es Tobi, apuesto que mañana estará jugando con tus C4 como siempre hace. Pero lo que yo me pregunto es donde esta Itachi y el líder, hace días que no los veo, hum, de repente se dieron la fuga ambos y están en las vegas bebiendo jaja-comento divertido mas el rubio solo dio un gran bufido.
-tengo un mal presentimiento Kisame y es muy extraño que Pein haya desaparecido de repente al igual que Itachi-susurro levantándose de la silla decidió a buscar a su alumno-veré si le saco algo a Tobi-y sin más se fue caminando hasta la habitación del “chico” que estaba cerca. Al llegar abrió la puerta sin molestarse en tocar, entrando a una obscura habitación y pase a la poco iluminación apenas distinguió al que estaba recostado en la cama-Tobi-llamo bajo-¿Estás bien cabeza de caca?-pregunto acercándosele.
-vete-pidió con una voz infantil-por favor Deidara-sempai, Tobi quiere estar solo-pero el rubio de ojos azules se acerco mas y mas a él-Tobi se siente mal y no quiere jugar, bayase-y realmente se sentía mal, no paraba de llorar y sus lagrimas aun no sesaban y lo mismo con las imágenes en las que torturo a su alumno.
-pero Tobi-
-¡que te vayas maldita sea!-grito sin poder disimular la desesperación o el odio en esa frase pero al parecer tubo resultado pues Deidara se dio media vuelta y salió de la habitación de un portazo sublime. Madara bufo molesto quitándose la máscara y revelando su faz de desesperación y humillación.
Sin poder evitarlo lanzo un golpe contra la pared rompiéndola un poco, definitivamente, no podía creer que Sasuke planeara hacer eso…