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Vinum Sabatti por Angeluz

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Notas del fanfic:

Este fic es una adaptacion del cuento de arthur machen del mismo nombre.
le cambie varias cosas espero que les guste.

Notas del capitulo: como ya dije es una adaptacion, a la mejor exagere.`pero cuando se me mete algo en la cabeza es imposible que deje de pensar en ello.
En memoria de arthur machen, que ha dejado a muchos sin dormir
Para ti Kiseki n`koi y para seli
Vinum Sabbati


Mi nombre es Kururugi Suzaku, mi padre, era el primer ministro japonés, el cual sucumbió a una letal enfermedad hace más de 10 años. Mi madre murió a mi nacimiento.

Por mi parte decidí seguir una carrera excepcionalmente brillante, o eso creo, en la universidad de Arkham, estaba resuelto a dominar el gran mito del derecho.

Que como lo conocí??? Bueno, fuimos amigos desde la infancia, cuando se traslado con su pequeña hermana a mi país natal. Debo admitir que al principio no simpatizamos, el era tan arrogante y obstinado como yo; creciendo juntos pudimos conocernos mejor y nuestros lazos se volvieron fuertes, nos convertimos en los mejores amigos sin darnos cuenta.

Desde niño, Lelouch demostró tener una gran inteligencia, que siempre usaba en beneficio de su única hermana; para el nada era mas importante que la familia.

Asistimos juntos a la universidad, Lelouch eligió la misma carrera que yo, gracias a esa decisión no tuvimos que separarnos.

Los años en la universidad pasaron rápidamente para ambos, hasta que llego el momento en que regresamos a instalarnos en un elegante piso, situado en la capital de Britannia. No regrese a mi patria, pues haya nada me esperaba, excepto problemas políticos y aquí éramos una familia: Lelouch, Nunnally y yo.

Lelouch era un joven que como ya dije haría cualquier cosa por su familia, aun si eso significaba largas horas de sacrificio. Parecía sentir una total indiferencia hacia todo lo que se llama placer; aunque era más guapo que la mayoría de los jóvenes y hablaba con el ingenio de un trovador, de un filósofo. Era de esas personas que pueden fácilmente adueñarse de la voluntad de alguien, usando las palabras correctas.

A pesar de que tenia muchas admiradoras…y admiradores, mas que yo debo añadir, algunos de los cuales lo merodeaban sin recato; evitaba la sociedad y se encerraba en la gran habitación de la parte alta de la casa, estudiando para convertirse en un sobresaliente abogado.

Al principio el estudiaba, tenazmente durante 10 horas diarias, admito que yo, que nunca he sido muy bueno estudiando a pesar de mi educación, creía que eso era una proeza; desde que el primer rayo de luz aparecía en el este, hasta bien avanzada la tarde, permanecía encerrado con sus libros.

Solo dedicaba media hora a comer con Nunnally y conmigo, después salía a dar un corto paseo cuando empezaba a caer la noche, algunas veces yo lo acompañaba y otras se iba solo.

Pensaba y muchas veces se lo dije, tanto Nunnally como yo, que tanta dedicación le seria perjudicial, trate de apartarlo suavemente de sus libros de texto; pero su ardor parecía mas bien aumentar que disminuir.

Alarmado hable seriamente con el, le sugerí que de vez en cuando se tomara las cosas con mas calma, el mundo no iba a marcharse a ningún lugar; pero el se rió de mi absurda preocupación.

A pesar de que tenía un buen aspecto y no parecía sufrir por el trabajo, yo sabia que tarde o temprano su organismo terminaría protestando y no me equivocaba…

Si me detengo a reflexionar un poco puedo decir que todo comenzó desde este punto de partida…

Lelouch enfermó. Una expresión de ansiedad se asomo por sus violetas ojos, se veía débil, hasta que finalmente me confeso en secreto, para no alarmar a Nunnally, que no se sentía bien.

Dijo que se sentía inquieto, con sensación de vértigo, y que por las noches se despertaba, atemorizado y bañado en sudor frió, a causa de unas espantosas pesadillas.

-Me cuidare-me prometió cuando vio en mis ojos asomarse la inquietud por el-así que no te preocupes. No, no me cargare de trabajo. Me pondré bien en una o dos semanas, ya veras-me aseguro con su voz ronroneante.

A pesar de sus afirmaciones, me di cuenta de que no mejoraba, sino empeoraba cada día. Entraba en el salón con una expresión de abatimiento, y se esforzaba por aparentar alegría cuando Nunnally estaba presente, aunque no pudiera verlo, o cuando yo lo observaba.

Me parecía que los síntomas no presagiaban nada bueno y dado que Lelouch era muy importante para mí, me asustaba la nerviosa irritación de sus gestos y su extraña y enigmática mirada, así como la profunda palidez y las ojeras que ahora reinaban en su atractivo rostro.

Muy en contra suya pude convencerlo, no sin antes lidiar con un montón de obstáculos puestos por el, de que se dejase examinar por un medico, y por fin accedió de muy mala gana, a que lo tratara un viejo amigo mío que era doctor.

El doctor Lloyd-san que era un viejo conocido, me animo después de la consulta.

-No es nada grave-me dijo.-Sin duda lee demasiado, come deprisa y vuelve a los libros con demasiada precipitación y la consecuencia natural es que tenga alguna mínima perturbación del sistema nervioso. Pero creo Suzaku-kun, que podremos curarlo. Ya le he recetado una medicina que obtendrá muy buenos resultados. Así que no te preocupes-

Lloyd-san nos recomendó a una farmacéutica con la que había trabajado con antelación, Cecile.

Desde un principio la droguería de Cecile no me convenció para nada, aunque era un establecimiento que parecía lo mas confiable que puede parecer una botica, la chica de cabellos verdes largos y ojos dorados que le preparo la medicina a Lelouch, y que solo se identifico como C.C. lo miraba de manera muy extraña; su manera de actuar y su voz casi carente de sentimientos, así como la sombra que se asomo a sus ojos cuando le entrego la medicina, me hicieron desconfiar de inmediato de ella. Sin embargo no dije nada y deje que continuara el curso de las cosas.

El tratamiento fue iniciado a su debido tiempo, Lelouch tomaba la medicina regularmente después de la comida y la cena.

Era un polvo blanco de aspecto común, del cual disolvía un poco en un vaso de agua fría. Lo agitaba hasta que se diluía y desaparecía dejando el agua limpia e incolora.

Lulu pareció mejorar notablemente tras unos días del tratamiento; el cansancio desapareció de su rostro, y se volvió mas alegre que antes, hablaba animadamente de reformarse, y reconoció que había perdido tiempo.

-He dedicado demasiadas horas al estudio del derecho-decía mirando alegremente el jardín, mientras degustábamos una tasa de te-creo que me has salvado justo a tiempo. A pesar de que seré abogado no debo olvidarme de vivir. Dime Suzaku que te parece si juntos con Nunnally, hacemos un viaje de vacaciones, a las afueras de Britannia, quisiera respirar el aire tranquilo del campo…-

Me sentí encantado con el proyecto, era genial, pasar unos días lejos del bullicio de la sociedad urbana.

-Cuando nos vamos??-pregunte sin tratar de esconder mi entusiasmo-podríamos irnos mañana si te parece-

-No, es demasiado pronto. Debemos alistar todo para trasladar a Nunnally, además de acomodar algunas cosas para que todo sea confortable. También deseo conocer a fondo la capital antes de dejarme por completo a los aires del campo-

Estábamos terminando de comer ese día. Tomo su vaso con un gesto elegante y bebió su medicina como si fuera un vino de los mas selectos.

-Tiene algun sabor en especial??-pregunte

-No; es como si fuera solo agua-. Se levanto de su silla y empezó a pasear de arriba abajo, sin decidir que hacer, con una inesperada energía.

-Vamos a tomar café al salón???-le pregunte-o prefieres ir al teatro???-

-No; me parece que voy a dar un paseo. La tarde esta muy agradable. Mira el crepúsculo, es como una gran ciudad en llamas, como si, entre las casas oscuras lloviera sangre. Voy a salir. Pronto estaré de vuelta-

La puerta se cerro de golpe tras el, y le vi caminar rápidamente por la calle, con ese caminar elegante que era solo suyo. Me sentí enormemente agradecido con Lloyd-san y no obstante el comentario que Lelouch hizo antes de salir me dejo sumido en una preocupante reflexión que me erizaba la piel.

Creo que el, regresó muy tarde aquella noche, pero a la mañana siguiente se encontraba de muy buen humor.

-Camine sin pensar a donde iba-me platico mientras desayunábamos agradablemente-gozando de la frescura del aire, y vivificado por la gente cuando me acercaba a los barrios mas concurridos. Me encontré con Rivalz, no se di lo recuerdas y bueno nos fuimos a divertirnos…-

Desde hace tiempo me había dado cuenta de que mis sentimientos por Lelouch no eran solo de amistad, cuando había ocurrido eso??? En realidad no lo se. La mención de Rivalz, el cual siempre lograba llevar a Lelouch a apuestas ilegales, me hizo sentir unos celos irracionales. No comente nada y mas viendo lo contento que estaba el.

Antes de proseguir debo aclarar que los celos no fueron el móvil de mis acciones, para que no se de una mala interpretación de los hechos y mis palabras queden libres de cualquier prejuicio o idea que nuble su autenticidad.

-He sentido lo que es vivir- prosiguió hablando con un entusiasmo que resaltaba su cantarina voz-hice una cita con Rivalz para esta noche, si quieres puedes venir???-

Acepte ir con el, ese día. Pero lo que siguió…

Bueno fue tal su cambio de carácter, que en pocos días se convirtió en un amante de los placeres, en un indolente asiduo de los barrios alegres, un apostador continuo de los juegos ilegales, un seductor irrefrenable. Montones de chicas y de chicos caían ante un solo gesto de el.

Ante mis ojos estaba cambiando enormemente, no hablaba ya del viaje al campo, era obvio que estaba cautivado por los placeres que le podía ofrecer la capital de Britannia.

Me alegre de que el tuviera buena salud y estuviera feliz, aunque no dejaba de sorprenderme, porque en su alegría encontraba algo que me desagradaba, no eran celos, a pesar de que muchas veces los experimente por las numerosas actividades que me lo quitaban, aun actualmente no puedo definir esa sensación.

El cambio le sobrevino poco a poco. Seguía regresando en las frías madrugadas, pero yo ya no sabia nada de lo que hacia. Sus violetas ojos de por si hipnotizantes, adoptaron un brillo que nada tenia de humano; una expresión sensual demoníaca, adornaba su antes angelical rostro, el contemplar su sonrisa hechizante junto con su mirada profunda etérea, podía ser la perdición de cualquier alma.

Su caminar lleno de movimientos eróticos parecía más bien una danza infernal, por la que cualquiera se quemaría en el fuego de los avernos.

Alguien un día dijo, que la perversidad nos atrae más que lo benigno, el que lo dijo tenía razón…

La atracción magnetizante que ejercía sobre mí desde un principio, se incremento de sobremanera. El poco tiempo que estaba frente de mi, era el suficiente para hundirme en un sentimiento de zozobra interior, el suficiente para no poderle despegar la vista ni un segundo.

Nuestra oportunidad se dio uno de esos pocos momentos en que tuve la oportunidad de estar en su compañía. Ese día fuimos a pasear a caballo, a Lelouch le gustaba mucho montar, el sol que se colaba entre los árboles lo iluminaba maravillosamente, charlaba animadamente conmigo, nuestra relación nunca se vio afectada.

Nos detuvimos a la orilla del río a descansar, debajo de la sombra de un árbol, desde el momento en que se poso frente a mis ojos con el uniforme de montar ajustado, había sido difícil concentrarme el resto del tiempo y entonces estando allí a un palmo de distancia, mirando el cielo entre las ramas de los árboles, provocándome sin saberlo…

Me abandone a mis deseos y por fin me adueñe de sus dulces labios. Aun ahora recuerdo las gloriosas sensaciones. La presión que ejercía mi cuerpo arriba del suyo, el crujir de las hojas por nuestros movimientos.

El no se resistió, me correspondió al grado de casi hacerme perder la razón. Sus perversos ojos me robaron la voluntad. Quería que supiera la pasión que provocaba en mí, quería que se enterara de cuanto lo amaba.

Pronto las ropas de ambos fueron un estorbo, mis manos torpes trataban de tocar toda su suave piel, arrancándole risas por mi inexperiencia.

Ese ángel caído era solo mío, me pertenecía y por el seria capaz de todo…

Tras largos momentos de acariciarnos hasta casi perder la cabeza, me adentre en su estrecho cuerpo. El suspiraba sin dejar de besarme y yo sentía que jamás querría a una persona como quería a Lelouch.

Los movimientos entre los dos se hicieron más intensos, llevándonos a ambos a las puertas del placentero abismo que en ese momento me parecía más que infierno, cielo, condenándome a necesitar para siempre de la cercanía de mi pelinegro.

Así como todo empezó, termino. Busque en sus ojos algun sentimiento y me alegro no encontrar arrepentimiento en ellos. Eso quería decir que lo que había pasado entre los dos, no era un error, sino la más bella experiencia que nos había atado en alma.

Los días que siguieron, en realidad no fui muy consciente de los sucesos que ocurrieron durante ese tiempo, una nube de felicidad cubría mi visión y se adueñaba de mis pensamientos, lo único que importaba era que el estaba junto a mi.

Me comentaron que en esos días sucesos extraños comenzaron a pasar, extrañas desapariciones…la actitud de Lelouch también era extraña, las salidas hasta altas horas de la madrugada se hicieron más frecuentes y los cambios lo habían transformado por completo.

Y una mañana mientras desayunábamos, lo mire de pronto a los ojos y vi a un extraño frente a mi.

-Lelouch…-susurre quedamente para mí.

No pude decir nada mas, me retire a mi habitación hundido en una profunda confusión, pues aunque no sabia nada, lo sabia todo, y por un extraño juego del pensamiento, recordé la noche en que salio por primera vez, y el cuadro de la puesta de sol que iluminaba el cielo ante mi: las nubes, como una cuidad en llamas, y las sombras ardientes de las casas como lluvia de sangre que el había mencionado.

Luche contra esos pensamientos, después de todo no había pasado nada malo, aun…

Era tiempo de presionarlo para que lleváramos a cabo esas vacaciones al campo que habíamos planeado con anterioridad. A la hora de comer decidí tratar el tema.

Estábamos charlando tranquilamente, Lulu acababa de beber su medicina que no había suspendido para nada. Iba yo a abordar el asunto, en un segundo las palabras desaparecieron de mi mente, me pregunte que peso helado e intolerable oprimía mi corazón y me sofocaba como si me hubieran encerrado vivo en el ataúd.

Ese día comimos sin encender las velas, Nunnally salio de paseo con Sayoko-san, por lo que estábamos solos. La habitación había pasado de la penumbra a la lobreguez, y las paredes y rincones se confundían entre sombras indistintas. De donde yo estaba sentado podía ver toda la calle, y cuando pensaba decirle a Lelouch, el cielo comenzó a enrojecerse y a brillar, como durante aquella noche que tan bien recordaba.

En el espacio que se abría entre las dos oscuras moles de casas, apareció el horrible resplandor de las llamas: espeluznantes remolinos de nubes retorcidas, enormes abismos de fuego, masas grises como el vaho que se desprende de una ciudad humeante y una luz maligna brillando en las alturas con las lenguas del mas ardiente fuego, y en la tierra, como un inmenso lago de sangre.

La visión me atrapo por unos minutos, volví los ojos hacia el; las palabras se formaban en mis labios, cuando vi su mano sobre la mesa.

Entre el pulgar y el índice tenia una marca, una pequeña mancha del tamaño de un centavo y el color de un moretón.

Por algun sentido indefinible, supe que no era un golpe. Si la carne humana pudiera arder en llamas y si la llama fuese negra como la noche…el horror me invadió al verlo, en lo mas profundo de mi ser comprendí que era un estigma, la marca de los condenados.

Trate de tomar su mano, el la retiro suavemente, dejándome confundido. Durante algunos segundos, el manchado cielo se oscureció como si fuera la medianoche, cuando la luz volvió, me encontraba solo en el vació de la habitación.

No podía ignorar ya esas señales, tenia que hacer algo. Espere que Nunnally llegara y aunque era ya tarde, me puse mi gabardina y fui a visitar a Lloyd-san, y en su amplio consultorio iluminado por la luz tenue de un candil; le conté con los nervios a flor de piel todo lo que había sucedido desde el día en que Lelouch comenzó a tomar la medicina hasta la marca que había descubierto hacia apenas unos minutos.

Al terminar mi relato, Lloyd-san me miro durante un momento con una expresión indescriptible en su rostro.

-Suzaku-kun-comenzó-estoy seguro que si te has angustiado tanto por el joven Lamperouge es por que te preocupas por el. No es así???-

-Si, he estado preocupado, desde hace una o dos semanas-

-Tú muy bien sabes lo complicado que es el cerebro-

-Comprendo lo que quieres decir Lloyd-san, pero no estoy equivocado. He visto con mis propios ojos todo lo que acabo de decirte-

-Si, si; por supuesto. Pero tus ojos, Suzaku, habían estado contemplando ese extraordinario crepúsculo que tuvimos hoy. Mañana lo comprobaras a la luz del día, estoy seguro. Aunque recuerda que siempre estoy a tu disposición. No dudes en acudir a mí…-

Me marche intranquilo, completamente confuso, lleno de tristeza y temor, sin saber que hacer. Trate de hacerle caso al consejo que me dio Lloyd-san y no pensar mucho en todo eso que ocupaba mi cabeza y me hacia tener pensamientos supersticiosos.

A la mañana siguiente ya sin los sentimientos que me habían embargado el día anterior, le dirigí una rápida mirada a su mano, mientras el descansaba su cabeza en mi pecho cerrando los ojos y yo lo abrazaba. Descubrí, con el corazón oprimido, que llevaba la mano derecha envuelta en un pañuelo. La mano en la que había visto aquella mancha de fuego negro.

-Que tienes en la mano, Lelouch???-le exigí con firmeza

-Nada importante. Anoche me corte un dedo y me salio mucha sangre. Me lo vende lo mejor que pude-

-Yo te lo curare bien, si quieres-

-No gracias, esto bastara-Me dio un fugaz beso en los labios y cambio hábilmente de tema-Que te parece si desayunamos??? Tengo mucha hambre-

Nos sentamos, yo lo observaba. Comió y bebió muy poco. Le tiraba la comida al perro cuando creía que yo no miraba y trataba de entretener a Nunnally con su plática.

Había una expresión en sus ojos que nunca le había visto; por mi mente febril cruzo la idea de que, aquella expresión no era humana. Estaba firmemente convencido de que, por espantoso e increíble que fuese lo que había visto y percibido, no era una ilusión, ni era un engaño de mis sentidos agobiados. En el transcurso de la mañana, fui de nuevo a la casa Lloyd-san.

Al explicarle las nuevas cosas que había descubierto, movió la cabeza, contrariado e incrédulo, pareció reflexionar durante unos minutos.

-Dices que continua tomando la medicina??? Pero, Porque??? Según tengo entendido, todos los síntomas de que se quejaba desaparecieron hace tiempo. Donde encargaste que prepararan la receta??? Con Cecile??? Acompáñame, tenemos que hablar con ella.

Fuimos juntos a la tienda. Cecile conocía de tiempo a Lloyd-san, estaba dispuesta a darle cualquier tipo de información

-Según tengo entendido, usted preparo esta receta al señor Lamperouge-comenzó Lloyd-san tendiéndole a la encargada de pelo azul un papel.

-No, esta receta yo no la prepare, ni siquiera es una sustancia común que solamos tener-sonrió amablemente

-Tiene razón-intervine-quien la preparo fue una chica de extraños cabellos verdes. No era familiar suyo??? O alguna trabajadora???-

-No, soy la única que atiende este establecimiento-

Confieso que un escalofrió recorrió toda mi medula espinal, la extraña expresión de Lloyd-san no me ayudo mucho.

Nos marchamos de la tienda en silencio. Era evidente que la farmacéutica decía la verdad y no conocía a ninguna chica de cabellos verdes y ojos dorados llamada C.C.

-Lloyd-san-lo llame cuando ya llevábamos rato caminando-Lloyd-san-

-Si…-me miro sombríamente

-Quisiera que me dijera que ha estado tomando Lelouch dos veces al día durante poco mas de un mes-

-Francamente Suzaku, no lo se. Necesito una muestra de la medicina para analizarla…-

No respondí. Continuamos caminando rápidamente sin pronunciar palabra, hasta que llegamos a su casa. Me pidió que me sentara, comenzó a pasear de un extremo a otro de la habitación, con la cara ensombrecida por temores nada comunes.

-Bueno-hablo al fin-Todo esto es muy extraño. Es natural que te sientas alarmado, debo confesarte que yo estoy muy lejos de sentirme tranquilo. Tráeme una muestra de la sustancia, la analizare. Por el momento intenta no pensar en esas ideas tétricas que tienes, hasta que obtengamos algun resultado-

Rápidamente me dirigí a casa y aprovechando la ausencia momentánea de Lelouch, tome en un sobre una pequeña parte del polvo blanquecino que era la medicina. De inmediato me apresure a llevar la muestra de vuelta al consultorio de Lloyd-san.

Al tener el sobre en sus manos lo desenvolvió, vertió cautelosamente unos pocos granos de polvo blanco en un pedazo de papel, y los examino con curiosidad.

-Este polvo forma unas extrañas escamas, pero huélelo-me dijo tendiéndome el polvo.

Me incline a oler. Era un olor extraño, empalagoso, etéreo, irresistible, como el de un anestésico fuerte; inevitablemente pensé en Lelouch y en las mismas características que compartía con la medicina, podría describirlo con las mismas palabras: “extraño, empalagoso, etéreo, irresistible, como un anestésico fuerte”

-Lo analizare…en cuanto tenga los resultados te los mandare, además te aconsejo de nuevo que estés tranquilo y mantengas tu mente lejos de tus ideas sombrías-recalco mirándome con paciencia

Aquella tarde, Lelouch no salio como siempre después de la comida.

-Ya me he divertido suficiente-me respondió cuando le pregunte de su cambio de planes, esbozando una risa extraña-debo volver a mis viejas costumbres. Un poco de leyes será el descanso adecuado, tras una dosis tan sobrecargada de placer-sonrió para si mismo. Poco después subió a su habitación. Su mano seguía vendada.

Los días siguientes Lelouch permaneció en su habitación. Con voz apenas reconocible se excuso conmigo, diciendo que estaba ocupado, que le gustaría que me hiciera cargo de Nunnally.

Desde aquel día, me pareció que el arbitrario concepto que llamamos tiempo había desaparecido para mí. Vivía con la continua sensación de desesperación, mientras me pasaba todo el día contemplando aquella puerta, que ya no se abría para mi, llamando con locura a Lelouch, obteniendo siempre la misma respuesta.

Llevaba mecánicamente la rutina de la casa, hablando solo lo imprescindible con los criados y tratando de no preocupar a Nunnally mas de lo que ya estaba, intentando de no supiera, lo que yo sabia.

Lo único que quería era devuelta a mi querido ojivioleta, quería tenerlo de nuevo en mis brazos y jamás dejarlo ir. No me importaba que le estuviera pasando, anhelaba romper esa puerta y hundirme en sus brazos y en su suave aroma. El vació que me acometía, el sentimiento de perdida, no podía aliviarlos…

De vez en cuando salía a pasear con Nunnally, una hora o dos y luego volvía a casa. Pero tanto dentro como fuera, mi espíritu se detenía ante la puerta cerrada de la habitación de arriba, y palpitando, esperaba que se abriera.

En uno de mis poco paseos me encontré con Euphie, una compañera de la universidad. Tanto Lelouch como yo, éramos amigos de ella. Mi semblante le revelo lo que yo no podía contarle, me pidió que le hablara de lo que me pasaba, me escucho pacientemente.

Al saber que Lelouch estaba enfermo -en realidad no le conté todo- prometió visitarlo y hablar con el para hacerlo cambiar su actitud. Me alegre pues Lelouch siempre había escuchado a Euphie, sus palabras podían hacerlo entrar en razón y dejarnos ayudarlo. Esperaba con esperanza la visita de Euphie.

He dicho antes que apenas me daba cuenta del tiempo, pero supongo que debieron trascurrir un par de semanas desde mi encuentro con Euphie, regresaba a casa después de un paseo en el que estaba leyendo la carta de Lloyd-san con los resultados del análisis de la sustancia.

El aire era dulce y agradable, la formas vagas de las hojas verdes, flotaban en la plaza como una nube; el perfume de las flores, hechizaba mis sentidos y de pronto todo el maravilloso paisaje dejo de existir para mi cuando leí la ultima línea. Apresure mi marcha, cada segundo podía ser decisivo para recuperar a Lelouch.

Al cruzar la puerta de la casa un grito desgarrador, proveniente del piso de arriba me helo la sangre, un alarido de mujer. El corazón me dio un vuelco y cayo en un pozo sin fondo. Por unos segundos no pude moverme, cuando me invadió el sentimiento de urgencia corrí escaleras arriba, hasta la habitación de Lelouch y lo llame…

-Lelouch, Lelouch!!!!!!!-grite-Por el amor de dios, contéstame, Que paso????!!!!!!-

Oí sollozos ahogados y sus pasos tranquilos.

-No ha pasado nada-dijo una voz que era desconocida para mi, era la misma de Lelouch pero con un acento escalofriante, que no pude reconocer-Por favor Suzaku, no me molestes. No me encuentro bien hoy-

Me volví horrorizado. Porque Lelouch me estaba mintiendo. Estaba seguro de haber oído el espantoso grito. Lo llame de nuevo desesperadamente, no me volvió a contestar.

-Lelouch!!!! Abre la puerta en este mismo instante o me veré obligado a echarla abajo-le grite tan firmemente como pude.

-Vete Suzaku…-dijo como única respuesta.

-Estoy perdiendo el tiempo…-hable para mi.

Corrí a una pequeña habitación donde guardábamos las cosas viejas, y encontré una especie de atizador que me pareció que serviría.

-Voy a destrozar la puerta!!!!-Comencé a descargar golpes, haciendo saltar la madera en astillas.

La puerta se abrió. Lelouch lanzo un grito que me pareció inhumano. Cuando mis ojos se acostumbraron a la penumbra, puede percatarme de todo.

Sentí una punzada de horror en el corazón. En el suelo una masa carmesí manchaba la alfombra, seguí la dirección de la fuente de las manchas de sangre y me tope con un cuerpo pálido, desangrándose, al parecer por una herida del cuello.

Sus cabellos rosados se extendían en la alfombra y sus ojos claros se abrían sin ninguna expresión. Euphie estaba muerta.

Los ojos violetas casi fulgurantes de Lelouch me miraban inexpresivos. De su boca salían varios hilillos de sangre manchando sus labios que formaban una sonrisa perversa, sus ropas estaban bañadas con el mismo líquido carmesí.

-Lelouch…-susurre, mirándolo aterrorizado.

Se acerco lentamente a mi, con su andar provocativo. Tomo mi mano con la extremidad que había permanecido vendada y llevándosela a los labios la beso tiernamente; pude ver la marca que poseía, la marca del demonio.

-Suzaku…-dijo poniendo entre mi mano un arma, un revólver

El se encargo de acomodarla adecuadamente entre mis dedos y coloco el cañón justo en el lugar donde debía encontrarse su corazón.

-Dispara…-me pidió casi como una suplica.

Retrocedí un paso con los ojos casi saliéndose de mis orbitas, mire el cuerpo de Euphie, ella había sido una persona muy importante para mi. La belleza infernal de Lelouch llamo de nuevo mi atención.

-Porque lo hiciste…???-pregunte casi en un susurro

-Porque ya no puedo controlarlo…-contesto calmadamente, mostrándome como los caninos de su boca sobresalían mas que los demás dientes y como estos se mostraban mas alargados.

Lelouch se había convertido en un monstruo, aun así yo seguía amando a ese demonio.

-Suzaku, amor, no quiero hacerte daño. Libera mi alma. Te lo pido…-se acerco de nuevo quedando a escasos centímetros del cañón del revolver-Dispara…te juro que me haces un favor…-

En un pequeño instante pude contemplar una sombra conocida en sus hipnotizantes ojos, el brillo del verdadero Lelouch, el Lelouch que yo conocía, el que amaba. Una expresión suplicante paso por su rostro haciéndolo ver por un momento de nuevo humano.

Lagrimas de comprensión resbalaron por mis mejillas, apunte directo a su corazón y cerrando los ojos jale el gatillo.

-Te amo…gracias…-el sonido de la explosión no pudo acallar el eco de sus ultimas palabras.

Callo al suelo, encima de la mancha carmesí que era la sangre de Euphie, su camisa se lleno de su propia sangre. Me arrodille temblando junto a el y lo tome entre mis brazos, la vida desapareció de su rostro como el agua de mar en la arena.

Su hermoso rostro tomo la expresión de alguien que ha padecido una enfermedad vario tiempo y ha conseguido el descanso, la belleza que era solo suya, la que era humana. Una expresión de infinita paz y serenidad invadió su cara.

Ese era Lelouch, tenia entre mis brazos al autentico, mi gran amor. Liberado…


Si el papel esta manchado de lagrimas y de sangre puedo decir que las lagrimas eran mías y la sangre de mi amor.

No puedo vivir una vida sin Lelouch…Mi alma y la de el están tan profundamente unidas que su muerte significa la mía.

Las palabras escritas en estas hojas con mi letra temblorosa y apresurada es la verdad, según todo lo que he visto y se, teniéndome como principal testigo de que estos hechos ocurrieron. Dejando además como muestra la carta de Lloyd-san que si me permiten les leeré:


Querido Suzaku

Te pido perdón por haberme retrasado. A decir verdad he dudado un tiempo sobre que determinación tomar, pues hay tanto fanatismo y ortodoxia en las ciencias físicas como en las oscuras.

Y hay tantos prejuicios alrededor de estas clases de ciencias que pueden costar caros. Yo y tu nos conocemos desde hace bastante tiempo, eso es lo que me impulso a ser sincero contigo, antes que todo déjame dar una breve aclaración personal.

Tu conoces que siempre he sido un escrupuloso hombre de ciencia y cualquier verdad que se logre a través de metodos que no sea la observación y la experiencia, son poco ortodoxos para la ciencia que yo profeso.

Con todo y a pesar de lo que he dicho he de aceptar que no soy materialista. Unos cuantos experimentos me dieron motivo suficiente para dudar de mi propio punto de vista, aceptando que tal vez aquellos que creen que nuestros sentidos no son la frontera impenetrable de todo conocimiento y que hay un limite mas allá que los seres humanos no hemos tocado jamás.

Hasta aquí mi aclaración personal. Ahora bien, tu sabes que me entregaste en un sobre, una muestra del polvo que se proporciono al señor Lamperouge.

Lo que pude saber con mis análisis es que se trata de una sustancia que hace muchos años que cayo en el olvido y que es prácticamente desconocida en los tiempos actuales.

El polvo blanco es muy diferente al que fue verdaderamente recetado: es el polvo con que se preparaba en el vino sabático, el Vinum Sabatti.

Según he investigado el sabbath son secretos de una ciencia maligna. El sabbath consistía en una reunión a altas horas de la noche, donde las personas normales bebían el vino sabático y se transformaban en demonios, si, aunque esto sea increíble, para poder tomar al energía vital de las personas, lo que les causaba el mayor placer. Sin embargo esto tenía un precio, que era que la persona entre más continuamente lo tomara, mas pronto perdía su humanidad para convertirse en uno de estos seres.

Hay límites y leyes naturales que no deben sobrepasarse. Por desgracia aunque me constaba creerlo, como ya t explique esos son los verdaderos resultados.

Todo lo que viste y me contaste es absolutamente cierto y no hace mas que reafirmar estas verdades.

Suzaku, solo me queda decirte que yo no puedo hacer nada. Te ruego me perdones por ello.



Esta es la carta y la prueba más fidedigna de lo que estoy diciendo.

Solo queda decir, que no me arrepiento de lo que hice. Porque esto significo la liberación de la persona que más he querido.

Estoy seguro que volveremos a estar juntos en el infierno o cualquier lugar donde gente como nosotros valla.

Le pido perdón a Nunnally. Todo esta legalmente arreglado para ella. Le ruego que viva de forma completa y feliz, que es lo que Lelouch y yo desearíamos…

Suzaku




El joven de cabellos castaños dejo la negra pluma sobre el escritorio, su cuerpo por fin había tejado de temblar. Se acerco al cuerpo pálido del pelinegro y lo abrazo fuertemente sin poder contener las lágrimas.

Sin dejar de sujetarlo con uno de sus brazos, tomo el mismo revolver y disparo contra el mismo. Sintiendo como las alas de la muerte se batían para llevarlo con la persona que deseaba estar…
Notas finales: ok. espero que les haya gustado.
mecosto mas de una semana conseguir una adaptacion que fuera aceptable.
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