Al amanecer, escucho el sonido de un piano en la casa vecina. An no parece tener una meloda, pero el sonido es impresionante, como el sonido de la nieve al caer, delicado al odo. Antes de darme cuenta, poco a poco comenc a mirar esperando, maana y pasado maana, y el da despus de ese tambin, por este sonido que cae como la lluvia sobre mi amanecer.
Desde cundo comenz?
Ojos intensos, llameantes por dentro junto a una azul brisa de encanto. Pareca magia, me senta en una ilusin. Sus rubios mechones caan como cascada sobre su rostro, tan suaves que bailaban al ritmo del antojado viento. Su sola figura haca un contraste perfecto con su alrededor; la nieve pareca derretirse con su presencia, tan brillante… tan clida.
Era como si sus delicados y delgados dedos acariciaran las teclas de ese afortunado instrumento musical. Cada aterciopelada nota soplaba en mis odos, marcndome en la mente un lugar de ensueos… un lugar del que nunca pedira salir. Sin darme cuenta, me haba quedado observando su ventana, de la cual poda verle perfectamente tocar el piano,desde... no recuerdo, seguramente varias horas.
— Hey! Qu ests mirando?! T… mirn voyerista! —grit enojado desde su ventana, dndose cuenta de mi presencia.
— Mi… mirn voyerista? —repet intentando aclararme.
Tal vez era cierto. Me perd mientras le escuchaba tocar, como todas mis maanas. Aprend a observarle cuidadoso, silencioso, siendo as el primero y nico en ese hermoso concierto. No me haba dado cuenta de mi extraa, por as decirlo, costumbre, hasta que l me lo hizo notar.
Ca ante sus encantos, poco a poco, como cayendo ante un pecado, como envolvindome en una tentacin. Su voz era melodiosa, tranquilizadora por naturaleza, haciendo muchas veces un profundo eco en m.
Desde aqul da, insist e insist, hasta que finalmente l tambin se dej enredar y envolver entre mis peligrosamente inofensivas telaraas.
Despus de ese da, la nievecomenzaba a derretirserpido. Antes del amanecer, l, quien acostumbr aaparecerse de repente… Cmo es que se convirti en una parte natural de mi vida diaria?
— Me irrita recordarlo.
— Qu? — pregunt curioso, plantando su mirada en m.
— Cuando nos conocimos.
Flash Back
“Me llam “mirn voyerista” tan repentinamente que fue un gran impacto para mi, pero ese fue un buen ejemplo de su ingenuidad. Despus de ello, lo invit a mi casa. Aunque al comienzo se negaba, lo convenc con slo decirle que habra sopa ramen, cosa que aprend tras verlo da a da en las maanas, siempre desayunando muy animado lo mismo. La conversacin entre los dos surgi espontneamente, como si el guin estuviese escrito desde el comienzo hasta el final.
— Wow! Un novelista? Entonces podras escribir una novela conmigo como personaje principal?
— Tcnicamente an no lo soy, pero pienso serlo.
— Para m ya eres un novelista. As que… Lo haras?
Me asombr su pedido, y no pude negarme al ver su ilusionado y sonriente rostro.”
Fin del FlashBack
— Dime, La primera impresin que tuviste de m fue tan mala? — dijo tratando de echarle una rauda mirada al escrito que tena de l (el que me haba pedido). Obviamente, por sus palabras, ya haba ledo parte de la novela.
— No seas impaciente, tonto.
— Es que no quieres jugar conmigo, y estoy aburrido.
— No tenas un piano? Anda y juega con l.
— Idiota… Tan infantil me crees?
— Eres infantil…
— Dices eso, pero no quiero escuchar algo as de alguien que siempre pide comida por telfono slo por la flojera de prepararla t mismo.
— Djame en paz.
— Hey, estaba pensando en algo. Esas palabras que has escrito, No son algo erticas?
— Te dije que no lo leyeras!
— Lo siento, es especial… le di un vistazo hace un rato jejeje…
— Si tienes tanto tiempo libre, sera mejor que te fueras a tu casa a estudiar. Mi promedio es mejor que el tuyo y eso que no me esfuerzo. Adems, creo que pronto tendrs exmenes No?
—… Dime, Sasuke… Has pensado en lo que hars en el futuro? O slo sers un novelista?
— Mmm… desde siempre he querido serlo Para qu cambiar de opinin ahora?
— Pff… que aburrido.
Ambos estbamos sentados, es entonces que se dej caer sobre el suelo, cerca de m, o mejor dicho, reposando su cabeza sobre mis piernas. Saba lo que ocurra en sus impacientes ojos cada vez que l empezaba una conversacin acerca del futuro, ya que estaba claro que su mirada perda el brillo que normalmente me opacaba. Todas las veces que lo veo as, no puedo evitar imaginarme tocando su rostro, entibindolo mientras con mis labios le regreso la chispa perdida en su mirar. Sin embargo, me limito a observarlo desde lejos, ocultando los deseos que probablemente l rechazara.
— Oye! — grit tratando de apartarlo, ya que siempre sola tomar mi mano para contemplarla con la excusa de que con ella sera escrita “su” novela.
— Vamos, slo quera tocarla. Me quedar quieto.
— Has lo que quieras.
Naruto es as, a veces se comporta muy infantil, a veces algo maduro, y a veces… muy solitario y triste, como ahora. No tengo razn para preguntarle, ni mucho menos para decirle que cambie su expresin, as que lo nico que me queda es acompaarlo, tratar de estar a su lado. Y cada vez que esto pasa, mis labios tiemblan, mi voz se calla, mi corazn se acelera y mi mente se cierra, llegando al punto de llorar calladamente por dentro.
Pareciera que su “cosa” favorita es mi mano derecha. Al ver esta mano, sus ojos brillan, como si sus recuerdos fueran a depender de ella. Apenas me percat de eso, mi inters en l aument, alejndome as de la vida aburrida y montona que planeaba tener.
— Oye, Sasuke, Alguna vez has sentido que tu cuerpo se muere poco a poco? Pero… an ests vivo… o realmente, ya ests muerto…
Nuevamente, sent aqul sentimiento que oprime mi pecho al ver su agonizante mirada. Aquellas joyas tan hermosas que tena como ojos, verlas ahora apagadas por un oscuro manto de desconocidos pensamientos… no quera ver ms. Me control para no abrazarlo fuertemente, para no estrecharlo entre mis brazos hasta sentir su respiracin rozando mi piel, para no transmitir calor a esos prpados que se cerraban para desviar sus lgrimas, y para protegerlo de cualquier amenaza. Me sent tan impotente que prefer cambiar el tema de conversacin.
Escuch de la enfermedad de Naruto por rumores de la vecindad: un tumor en el cerebro o cncer. Las personas son crueles, especialmente cuando les gusta hablar de historias tristes. An si eso no me interesara, tres das despus de mi traslado a este lugar, esa noticia arrasaba con los alrededores, as que tuve que orla, incluso si no quera escucharla. Naruto no estaba enterado de los rumores, y yo no se lo pregunt tampoco. No soy amable, pero cuando l me provoca para hablar de la muerte, pretendo no escucharlo. Naruto es muy obstinado, y es por su actitud positiva y alegre que finjo no saber.
— Sasuke… si estuvieras en un accidente a punto de morir, Qu sentiras?
— Si te digo, qu hars?
— Qu quieres decir?
— Nada.
— Sasuke… tienes una forma amable de ser protector. Mis amigos de la escuela estn siendo muy protectores ltimamente, especialmente cuando estoy cerca. Incluso cuando hablamos de cosas casuales, s que estn sobre m protegindome. Puede ser que no quieran hablar conmigo de temas ms serios… como saben que morir pronto…
—… Naruto…
— No deb hablar sobre eso? No lo entiendo, La muerte es realmente tan especial? De todas formas, todos moriremos un da u otro… hace sentirse insignificante. Me siento asfixiado.
Poco despus, Naruto fue internado en un hospital. Las maanas silenciosas eran tristes sin las notas armoniosas del piano, provocadas a salir por sus dulces y juguetones dedos. Sin embargo, supe que tiene altas posibilidades de completa recuperacin si la operacin es un xito. El… se meti en mi mente con tanta facilidad…
El lazo entre Naruto y la muerte se debilit. Creo que su inestabilidad viene de su miedo a la operacin, despus de todo, an tiene 16 aos, como yo, y hasta un adulto tendra miedo de una operacin as.
Ahora, no tengo duda del significado de sus palabras detrs de sus oraciones casuales.
Pasaron das, meses... Haba pasado ya cunto tiempo sin verle? No lo recuerdo. Las horas, los minutos, incluso los segundos se me hacen infinitos sin su presencia. Me siento solo, como si mi alma se fuese a extinguir si no lo veo delante de m mientras est sonriendo.
Me acost preocupado, recordando la calidez de su cuerpo junto al mo. El vendra, eso lo saba a la perfeccin. Y as fue. Mi piel se estremeci al sentirle nuevamente durante la madrugada. Tena unas ganas enloquecedoras de amarrarle a m, de hacerle repetir mi nombre mientras le haca mo. Hacerle repetir mi nombre… con esa tranquilizadora voz que el caprichoso y antojado Dios le dio a cambio del mal que le atormentaba.
— Shh… vine a darte una sorpresa mientras dormas. Yo… quera ver tu rostro… — dijo colocando un dedo sobre mis labios al verme sorprendido por su visita a esas horas de la madrugada, como intentando callarme. Poco a poco, lo fue apartando para poder dejarme hablar.
— Te escapaste del hospital. — dije regandole, incluso si por dentro agradeca poder sentir su aroma nuevamente. Tom su mejilla, acaricindola. En mis temblorosos dedos, la frialdad del destino estaba invadindome. — Tu cara est muy fra.
— S, las noches an son fras. Jaja, Ests temblando. Ya te lo dije, es porque hace fro! Estoy bien, slo deja que me meta a tu cama, Puedo?
Era obvio que no me negara, deseaba estar a su lado al punto de dar mi vida. El se meti, como si de su cama se tratara, para apegarse a mi cuerpo y tratar de conseguir calor.
— Dime, Sasuke. Qu haces cuando muchos pensamientos no te dejan dormir?
—… No los ignoro, simplemente… es algo a lo que estoy acostumbrado despus de que mis padres murieran.
— Eso es algo triste.
— Ya no lo es para m.
— Tonto, no digas esas cosas.
No me di cuenta cuando acerc sus labios a los mos en un beso. Tan fros, pero a la vez suaves. Probablemente, no era el nico al pensar tantas cosas sobre ambos, o tal vez l slo estaba jugando infantilmente conmigo.
— Sabe dulce… ya di mi primer beso.
— Los amigos no cuentan.
— S cuentan, sobre todo t. Ah si! No te olvides de poner en tu novela que mi primer beso fue contigo.
— Siempre ests pensando en eso. Soy slo un aficionado, as que no tengas muchas expectativas.
— No te preocupes, quisiera que siguieras escribiendo. Sasuke… quisiera que siempre pensaras en m.
— Esa… esa es una ardiente confesin… jajaja
— An para un novelista, esa es una respuesta sutil. Aprovechando esta confesin, tengo otro deseo.
— Cul?
— Esta vez quiero un beso francs.
— No vas demasiado rpido?
— Anda, vamos…
Era cierto que no mostr seal de nerviosismo, pero por dentro lo estaba an ms que l. Lo coloqu debajo de m, acomodndolo para el beso. Mi corazn estaba a punto de explotar.
— Entonces, cierra los ojos.
Lo bes delicadamente, tratando de contener todo lo que llevaba dentro. Deseaba que fuera tierno, como su rostro, que fuera dulce, como su sonrisa, que fuera algo que no vaya a olvidar, como lo es l para m. Apenas termin, acarici de nuevo su sonrojada mejilla, memorizando cada toque del cual mis dedos gozaban.
— Tus ojos me gustan. — dije an acaricindole, mientras l tomaba mi mano, sonriendo tan feliz que por poco lograba que me olvidara de todo lo dems, incluso de su grave estado.
— jeje… dime ms… ms. Sasuke, por favor, dime ms.
Sus ojos dejaron caer lgrimas que derretan mi corazn. Lo que dara por tenerle, y por ser yo quien sufra.
Al da siguiente cuando abr mis ojos, Naruto ya no estaba, y cuando fui a revisar mi computadora, la encontr encendida: l haba ledo la novela, y seguramente por los papeles desordenados sobre el escritorio, se haba llevado una copia.
“— Lo siento, slo djame tocarla...”
Recuerdo cuando dijo aquello en la madrugada mientras tomaba mi mano, mientras la acariciaba como si de ella dependieran sus recuerdos, su futuro. Ese extrao y melanclico estado mental era una ayuda para Naruto, ya que as l podra dormir olvidndose casi de todo. Slo susurr una cosa antes de quedar dormido:
“— Estoy asustado.”
Ese fue el nico momento en el que me mostr su debilidad.
Nuevamente, las horas, los minutos e incluso los segundos parecan ser infinitamente largos sin su presencia. Hasta que un da por la tarde, un hombre de peculiar parecido a Naruto se me acerc.
— Disculpa, Eres Sasuke Uchiha? Perdn, toqu el timbre pero como te vi en el jardn…
— Es mi culpa, no me di cuenta… Huh, Usted es el padre de Naruto, cierto?
El hombre slo asinti con la cabeza en silencio.
— Gusto en conocerle, seor.
— Vi cmo cuidaste de Naruto. Me disculpo por no presentarme antes.
— Ah, N-No. Tambin es mi culpa. Escuch que la operacin fue un xito. Qu ha estado haciendo Naruto?
— S… Vine para regresar esto.
En sus manos llevaba un paquete. Lo recib y lo abr al instante. Dentro haba una carta y las hojas copiadas de la novela an sin finalizar, dobladas como si todo este tiempo l las hubiera ledo y reledo.
— Esto pudo esperar hasta que Naruto volviera del hospital.
— No. El dej una nota para que lo regresramos todo. Porque… Naruto, l… No recuerda nada. En su caso, como ya habrs escuchado, el tumor afectaba la parte del cerebro responsable de la memoria. No amenazaba su vida, pero tendra serios efectos en sus recuerdos. Naruto, ese nio, se preocup por eso durante mucho tiempo. No podamos saber que recordara y qu olvidara antes de terminada la operacin.
Es ah cuando descubr “su” significado a la muerte. Aqul hombre se despidi, dejndome slo con las copias de la novela y, con lo ms importante, una carta que tena escrito: “Para Sasuke” en la tapa.
Tom el sobre en mis manos. Estuve mirndolo por largo tiempo, con temor a saber lo que deca dentro. Predeca sus palabras, intentaba descifrar cada letra que me dedicara, sin embargo, me di cuenta que, por ms que pensara, lo escrito dentro no cambiara.
Lo abr lentamente, con ambas manos temblorosas, esperando que an recordara nuestro beso, que an recordara… que apenas pude escuchar que me amaba esa fra madrugada.
Perdn,
Pens que estaras mejor leyendo esta carta aunque ahora estoy dando lo mejor de m.
Perdn si te he olvidado y borrado de mi mente, y perdn por traerme tu “novela”, sin embargo, por ms que la leyera, no comprend tantas cosas...
Esta clase de carta de seguro te confundir.
Quizs te har rer…
Tengo miedo de la verdad.
Creo que no es muy de hombre, pero no puedo remediarlo an si la operacin fue un xito.
Finalmente, gracias por tratarme como una persona normal y no como un enfermo.
Me pregunto si podr…seguir siendo como era antes…
Naruto.
De nuevo lleg el invierno y despus la primavera. Ha pasado tiempo, y no he podido olvidar cada sensacin que atesor al tenerlo a mi lado. Recientemente, he seguido con la novela, se lo promet a l, a mi Naruto.
Cuando escuch devuelta el piano desde la ventana de al lado, llor. Las lgrimas me brotaron de los ojos incluso despus de haber llorado tanto por l. Mis labios temblaron, mi voz se call, mi corazn se aceler y mi mente se cerr. Ese sonido sin cambios, extraamente libre. Esas notas que an no posean una meloda y que soplaban en mis odos provocando que tantos recuerdos llegaran a mi mente.
“— Quisiera que siempre pensaras en m.”
Pienso en sus fras yemas de los dedos. Esta novela no es lo que Naruto quera, pero es un trabajo que completar poco a poco el vaco que l dej. An si nuestra existencia es insignificante, debemos seguir mientras vivamos… No es as, Naruto?
Por siempre, las lgrimas caern sobre mi rostro. Saber que todo lo que ocurri fue una laguna de ilusiones, que todo dependi siempre del destino. Pero yo… no le puedo olvidar… No puedo por ms que lo intente. Tal vez, mi escritura no vuelva las cosas realidad, sin embargo, as siquiera puedo encerrarme en mi propia historia, en donde ni el tiempo ni el destino tendrn un papel…
Sin darme cuenta, esperar maana, pasado maana e incluso el da despus de ese por este sonido que llueve sobre m, por ese amanecer en que la nieve de primavera caiga como la lluvia…
Hasta que la historia… se vuelva a repetir…
-T… Mirn voyerista!...