Finalmente, después de un drama de telenovela junto con una mejilla roja e hinchada, escucho a resumida cuenta la historia de la visa incluyendo el cambio de género por parte de Sasuke para viajar a Sitka y darle la buena nueva a la familia Uzumaki del matrimonio, que sin querer se fue encariñando poco a poco conllevándolo también a enamorarse del rubio y romper el pacto de negocios el día de la boda. Acto demasiado valeroso proviniendo de un chico de escasez sentimental siendo después el matrimonio, su premio y un final menos inesperado.
Sin embargo no pudo encontrar aún el corto causante de que sus cables choquen entre sí, para ello tendría que escuchar la siguiente parte de la historia sus vidas ya como casados. Dio por terminado el receso haciendo volver al despacho a Sasuke y a Naruto trayendo consigo la bolsa de hielos pegada a su mejilla.
-Ay, ay, me duele mucho —quejoso se lo hace notar al teme, quien lo pasa de largo.
-Para que sigues abriendo la boca donde no te llaman.
Nara sigue escribiendo sus anotaciones viendo de reojo a la callada pareja ocupar sus anteriores asientos sin decirse más. En ratos Naruto se palpaba con un dedo su mejilla adolorida provocándole hacer muecas de dolor, Sasuke, en cambio no se inmutaba en siquiera voltear a verlo es más parecía no importarle aunque el constante movimiento de sus ojos de querer mirar hacia Naruto expresaba lo contrario. No duro mucho para que se fuera a sentar a un lado de su esposo quien lo mira con miedo y extrañes.
-¿Te duele? —pregunta tiernamente en un susurro.
-Nooo, solo estoy ensayando para cuando de verdad me golpeen —Sasuke rodea los ojos ante la irónica contestación de Naruto luego de quitarse la bolsa de hielos derretidos. Se sorprendio de tener como reemplazo la mano de Sasuke
-“Lo siento” —articulo dichas palabras carentes de sonido hecho que a Naruto le hizo sonreír.
Observar eso le causo gracia aunque tambíen esperanza de tener aún la opotunidad de recobrar ese matrimonio. No queriendo interrumpirlos lo tuvo que hacer ya que la sesión lo ameritaba. Aclarándose la garganta atrae sus miradas.
-Podemos continuar —los incita volteando la palma de su mano hacia arriba.
-…Eh, sí claro… ¿En donde nos quedamos? —dice nervioso el rubio volteando ver a Sasuke, éste suspira cansado negando con la cabeza.
-El día de la boda —dijo dirigiéndose al Nara luego de sentarse derechito pero permaneciendo junto de Naruto.
-¡Es verdad! —exclama animoso.
-Bien, entonces cuéntenme
-Con lujo de detalles y todo —inquiere el rubio subiendo la comisura de sus labios en un gesto pícaro. Obteniendo de respuesta el cabeceo afirmativo de su amigo— De acuerdo. Todo comenzó desde muy temprano…
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Amaneció lo supo gracias a los traviesos rayos que pasaban por entre las rendijas de las cortinas dándole de lleno en su rostro dormitado. Ya era hora de levantarse porque el gran día tan esperado había llegado. Aunque cansado estaba por el viaje y por arreglar los últimos arreglos todo el día de ayer, se sentía bastante bien, con energías para dar el siguiente paso a la situación pero no lo haría solo, así que decidió despertar a su prometido quien yacía dormido abrazo a su cintura.
-Naruto, despierta. Es hora de levantarse —le habla peinando con suavidad ese revoltoso rubio cabello. Quejicoso se aferra más al cuerpo de su amado.
La verdad es que Naruto aún no quería despertarse ya que era muy temprano además estaba muy cansado porque ayer hizo lo doble o mucho más que Sasuke. Primero tuvo que bajar los instrumentos de sonido luego acomodarlos, después distribuir bien el mobiliario luego ayudó a colocar las luces. Siendo él supervisor de todo dando órdenes y para variar tenía que estar de aquí allá debido a los numerosos encargos de su abuela. Mientras tanto, Sasuke solo tenía que revisar y entregar invitaciones, decidirse por el decorado, justar los últimos acuerdos con Shizune e Itachi -padrinos de bodas-, y comprar el tocado de la boda. Iba a resultar un poco tedioso levantarlo.
-Ya levántate —lo removió del hombro.
-No quiero —dijo adormilado, frunciendo el ceño.
-¡Buenos días tortolitos! —entra estrepitosamente la abuela del rubio, Tsunade, abriendo a la par las cortinas
-Buen día, Tsunade —regresa el saludo Uchiha con un pequeña sonrisa.
-¡Dios! ¿Todavía no se levanta? —Mira con una ceja elevada a Sasuke quien sacude la cabeza en negación—. Como hijos no. Ahorita va ver, ¡Arriba, arriba Naruto! —le da constantes palmaditas en la frente consiguiendo que su nieto tome la cobija y se tape hasta la cabeza. Abrumada jala con fuerza la colcha junto con ello la cobija y la colcha destapándolo, en reacción se hace ovillo apretando con más fuerza los ojos.
-Obaa-chan —gruñe tanteado la cama tratando de hallar algo con que cubrirse.
-Mijito despiértate ya tenemos muchas cosas por hacer así que arréglate y te me vienes. Igual tú Sasuke —dijo en tono de mandato mientras se dirige a la puerta teniendo por parte de su yerno un asentimiento afirmativo pero al verse ignorada por su nieto le grita—: ¡Uzumaki Naruto!
-Ándale, sino ahorita se va poner peor —le susurra Sasuke dándole por ultimo una fuerte nalgada consiguiendo un reproche por respuesta— ¡Dobe!
-¡Ya, ya, ya estoy despierto! —Expresa con mala cara encogiéndose de hombros y alzando las manos a nivel de su pecho una vez sentado en la cama— Aquí nunca dejan dormir —expone rascándose la cabeza.
-¡Narutooo!
-¡Ya voy Obaa-chan!
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[Sasuke: si mal no lo recuerdo ese día despertaste muy enojado. Cosa que nunca había visto en ti.
Naruto: Obvio. Sabes muy bien que a mi no me gusta despertarme temprano y mucho menos con esas muestras de cariño tanto tuyas como las de mi abuela ¡Me enferma! —explica sulfurado, restándole importancia Sasuke.
-Tranquilo Naruto. Haber cuéntame que paso después —lo señala con la pluma Nara.
Se gira al frente tras bufar molesto cerca de la cara de perfil de Sasuke.
-Después de habernos aseado y desayunado nos mantuvieron alejados uno del otro, según la tradición de no ver a la novia antes de la boda cosa que a mí en lo particular me agrado —hizo una pausa y agachando la mirada, añadió—: pero luego ya no.
-¿Por qué?
No respondió es mas se quedo pensando en a respuesta. Acto que tomo por sorpresa al Nara ya que su fiel amigo son de esos que nunca piensa antes de hablar solo en casos que se requiere de total seriedad. Espero la respuesta sin despegar su lapicero de la libreta viendo de reojo como ese tal Uchiha se carcomía ante la inquietud de saber también la respuesta.
-¿Por qué? —volvió a repetir la pregunta logrando que Naruto desviara su mirada aún sumisa hacia al lado contrario donde yacía Sasuke.
-Lo extrañaba.
Los ojos ébanos se abrieron sorprendidos en cuanto a los otros del doctor se dulcificaron por ver como los celestes se escabullía para no cruzarse con los primeros.
-A pesar de que estabas enojado
-Si, para serte sincero ese día nos íbamos a casar y como para estar enojados por una cosa insignificante como que no va además sin él no puedo divertirme… —expuso señalando con ambas manos al albino quien sonreía con ternura— Divertirme en el sentido de ya no tener con quien pelear ni a quien molestar —agrego, borrando por completo la facción alegre del albino.
-Estúpido —refunfuño Sasuke.
-En fin, todo mundo se volvió loco. Las damas iban de un lado a otro, desesperadas por encontrar un sitio para arreglarse mientras los caballeros disfrutaban del futbol americano con una cerveza en la mano sin siquiera preocuparse hasta que por fin llego…]
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Se afloja un poco la corbata en un acto de liberar la tensión y el nerviosismo de verse nuevamente ahí parado frente a todos esperando a su prometido, rogando a los cielos por no querer sufrir nuevamente aquella embarazosa escena. Exhala el aire hacia arriba elevando levemente su pequeño flequillo. Empieza a sonar la marcha nupcial, los invitados se levantan dirigiéndose a la entrada del granero –primer sitio donde se “iban” a casar, válgame la redundancia-, Naruto se gira poniendo sus manos al frente en modo de descanso. Lo vio entrando del brazo de su hermano Itachi muy a regañadientes y ruborizado.
Tan…tan… tan tan tan… Tan… tan… tan tan tan (Repite xD)
Sigue la escena de la entraDA de Sasuke.
[Nara: ¡Un momento!] [Naruto: ¿Qué pasa?) [Nara: Supongo, a mi modo de verlo ¿que no tu familia debería esta enojado con Sasuke por lo que te y les hizo?] [Naruto: De cierta forma sí pero, —mira al azabache de manera natural— Es que les cayó muy bien además por ser yo, su querido nieto y su adorable sobrino, único en la vida —chasque la lengua fingiendo pegarse con su puño la mandíbula de modo coqueto) (Sasuke: Mmjm) [Naruto: No iban permitir que sufriera por amor así que decidieron perdonarlo todos menos mi…abuela)
Sus miradas se cruzaron y a medias pudo sonreír de lo apenado que se sentía el joven Uchiha -que de ahora en adelante se apellidaría Uzumaki- aunque para el rubio no se le hizo difícil esbozar una ancha sonrisa. Esa deslumbrante sonrisa compuesta por una fila perfecta de blancos y magníficos dientes. Sonrisa que, luego de a verlo estudiado y reflexionado bien, es lo que mas le gusta.
Tan…tan… tan tan tan… Tan… tan… tan tan tan
[Nara: Pero ¿como es que llegaron a perdonarte, Sasuke?] (Sasuke: Bueno diré que…) [Naruto: Simple, mi abuela dijo que lo perdonaría si usaba de nuevo el kimono y sí entraba del brazo de Itachi —atina decir el rubio sonriendo y siendo visto de mala manera por Sasuke— ¿Qué?)
-Tranquilo Ototo —le susurra Itachi en el oído— Recuerda que ya no es por negocios.
Sasuke fulmina con la mirada a su hermano quien iba a ser el encargado de entregarlo. Una vez en el altar hace entrega de su hermano colocándose después a uno cuantos metros a lado de su hermano siendo acompañado todavía por la música nupcial tocada a piano –he de decir muy bien- por un joven de cabello grisáceo atado en una coleta, piel clara y con unos lentes llamado Kabuto. Juntos, ya listos se devuelven hacia el ministro que los casaría teniendo de sorpresa, otra vez, a un alegre Orochimaru.
—Orochimaru —dice Sasuke, esbozando una mueca de retractación.
—Joven Uchiha —le sonríe.
Toma el aire suficiente, apunto de hablar pese que la música aun no ha dejado de tocarse es más iba incrementando su ritmo y su acento haciéndola más movida y reggetonera, impidiéndole dar comienzo con la ceremonia
— ¡Podrías dejar de tocar ese piano! —vocifera el viperino mirando de mala gana al joven.
—Lo siento, me emocione —se excusa encogiéndose de hombros y mirando divertido a la pareja.
—Caramba —mascullo el ministro mientras Naruto se reíe entre dientes. Se callo al ser golpeado por el codo de Sasuke en sus costillas.
—Auuh, eso duele
—Tranquilízate ya —lo reprende en un susurro.
—Queridos hermanos estamos aquí reunidos hoy para unir a esta pareja en matrimonio…
-¿Qué te pasa? ¿Qué a ti no se te hizo divertido? —le pregunta doblando la boca hacia el lado derecho donde se encontraba Sasuke ignorando del todo a lo que decía Orochimaru.
—No —contesta cortante—Y pon atención.
—No me digas que por esto ya te vas a poner de nena —dice el rubio enarcando una ceja siendo visto de manera reprobatoria por unos ojos ébanos.
—Si es así que, ¿te molesta? —inquiere regresando la mirada al ministro.
—Uuyy yu yuuuii…
—…Por tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre su intención. Naruto y Sasuke, ¿Viene a contraer matrimonio sin ser amenazados, libre y voluntariado y… —hace una pausa para acercarse mas hacia ellos casi como queriéndoles contar un secreto— siendo aún castos?
Dicho esto, Itachi se muerde el labio impidiendo no reírse a carcajada limpia mientras las caras de Naruto y Sasuke son un poema.
—Hay ministro si supiera que mi herma… ¡Pugh! —se estampa contra su rostro el ramo de flores naturales que Sasuke sujetaba, imposibilitándolo hablar.
—Podemos continuar —ruge Sasuke haciendo asentir efusivamente al novio y temblar de pies a cabeza al viperino.
—D-de acuerdo. Saltémonos a los votos ¿sí? —ríe nervioso con una gota de sudor resbalando por su frente—Bien Sasuke, ¿aceptas a Naruto como tu legítimo esposo prometes serle fiel, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todo los días de tu vida hasta que la muerte los separe?
No respondió. Es más se tomo la molestia de voltear a ver a los invitados por arriba de sus dos hombros por unos segundos luego mirar a un inquieto rubio quien demostraba miedo en sus ojos y volviéndose al ministro contesto:
—Acepto —finalizo sonriendo de medio lado, solo como el hacia hacerlo. Oyéndose un ligero “¡Ufff!” por parte de la audiencia.
—Y tu Naruto…
— ¿Por qué hiciste eso? —lo recrimina en un volumen de voz muy bajo Naruto.
—Solo bromeaba ¿Qué? A poco por eso ya te vas a poner de nena —lo mira por el rabillo del ojo con picardía. Lo cual ofendido infla sus mofletes.
—Hay que darle un lugar a las cosas ¿no crees?
—Lo mismo digo yo.
—Sasuke, lo digo en serio —dice en voz bajita e inaudible pero cargada con un sentimiento de inocencia.
—Entonces ¿te comportaras de acuerdo el lugar donde nos encontremos?
—…Hasta que la muerte los separe?
—Acepto —se dirige más en particular a Sasuke.
—Bien ¡Anillos! —de dos palmadas enseguida llega con ellos Kabuto, su ayudante. Pero el muy torpe por ir apresurado hace que de sus manos a las de Naruto se le caigan al suelo siendo atrapadas -justo a tiempo- en el aire por la mano de Sasuke— ¡Fíjate en lo que haces! ¡Por poco y les das mala suerte, caray! —Reprende Orochimaru al pobre muchacho mientras hace entrega de las sortijas a Naruto— Haber, ya regresa a tu lugar —dice señalando el piano.
Sasuke se sorprende de ver las iniciales de sus nombres grabados con la piedra de su collar en la parte exterior del anillo.
(Sasuke: Ahora entiendo porque me pediste el collar cuando llegamos a Sitka pero jamás imagine que lo usarías para esto —sonríe) [Naruto: Ya ves, nunca sabes que sorpresa puedo darte) (Sasuke: Si, eso me queda muy claro pero proviniendo de un dobe como tú ya no sería sorpresa sino desastre) [Naruto: ¡¿Qué dices?!)
—Recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti —dice Naruto besando la sortija de su amado dando el siguiente paso hacia el final.
—Bien, si alguien se opone a esta unión que hable ahora o que calle para siempre… —dice Orochimaru viendo a los presentes— No, nadie o vamos no tengan miedo —vuelve a decir incitando a los invitados que lo hicieran— Se que quieren hacerlo —seguí en lo suyo mas la audiencia comenzo cuchichear y verse unos a otros extrañados— O bien... —dando un suspiro derrotado proclama—: Así pues los declaro esposos.
Aplausos, bullas y risitas traviesas se hicieron esperar al darse por fin un beso su beso demostrando a todo mundo su amor infinito. Fue real y verdadero, sin restricciones, dulce y lindo, sin censura. Aún rodeándolo con sus brazos el cuello, le murmura cerca de los labios:
—No puedo esperar para lo siguiente
—Siii ni yo —confiesa el rubio siendo esto para el albino una sorpresa. Sorpresa provocativa y tentadora.
—Jamás pensé que estuvieras tan emocionado Siendo que tu seras el pasivo risa maliciosa.
—Lo sé, de tan solo pronunciar la palabra me hace sentir vivo
— ¿Eh? ¿De que rayos estas hablando?
—De la fiesta, Sasuke. ¡Fiesta! —exclama ansioso el rubio sacando del granjero a su esposo siendo perseguidos a la vez por los invitados.
(Sasuke: No puedo creer que no entendieras el doble sentido de mis palabras —se bufa el albino cruzándose de brazos) [Naruto: Perdón, es que tratándose de eso soy aún muy ingenuo —se rasca la nuca)