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Day and Night por aki_jrock

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Notas del fanfic:

Este fic es un poco raro, salió espontáneamente un día de aburrimiento, así que espero que os guste igualmente.

Notas del capitulo:

Bueno, este es el primer capitulo, así que espero que os guste ^^

Introducción

Mi nombre es Shiroyama Yuu, Aoi para los amigos. Soy uno de los muchos secretarios que tiene una empresa muy famosa que se llama Akita’s pollos. Puede que no la conozcáis pero es muy famosa, os lo aseguro. Hace mucho tiempo que trabajo aquí. Bueno tanto como mucho.. desde que la empresa abrió, hace unos 4 años. Todo estaba tranquilo hasta que llegó él. Mi mayor perdición.

Su nombre es Takashima Kouyou, Uruha para los amigos. ¿Cómo le describiría…? Simplemente el hombre perfecto. Tiene un cuerpo perfecto, es una persona perfecta también y unas nalgas que van pidiendo guerra. Y… ahora mismo no tiene novio – se ríe – bueno, debería contarlo desde el principio. Para la gente más sensible, dejar de leer.


Capitulo 1 – El principio.

Era un hombre normal hasta que trasladaron a mi departamento un chico de mi misma edad. Su nombre era Uke Yutaka, Kai. En ese tiempo me había dejado mi antiguo novio, todo un cabrón. También estaba en la oficina, es más, era el sitio que dejó libre para que Uke entrara. Convencí al jefe para que le echara, tengo muchos modales.

El caso es que me obsesioné con Kai, el pobre no tuvo la culpa, pero así fue.

El primer día que vino a trabajar, como es normal, no conocía a nadie y casualmente, vino a parar a la mesa de al lado. Con una sonrisa le saludé y le invité a un café para integrarle en la oficina, está claro que aceptó.

Era un poco tímido, un poco borde al principio quizás, pero cuando se desmelenaba era peor que alguien que yo me sé. Los primeros días me dediqué a sonsacarle información. (vaaya por dios me suena de algo). Hasta que empezó a confiar en mí.

No tenía novio, había tenido malas experiencias con las mujeres y se pasó a los hombres, y casualmente, ahora mismo estaba buscando pareja. No me ofrecí para ello porque parecería descarado, pero tampoco tenía por qué preocuparme.

Iban pasando los días y la faena se le acumulaba, el ritmo de trabajo era bastante agotador, le ofrecí una mano y tiró de ella. El día que ya no pudo más me preguntó si podía quedarme con él a ayudarle a acabar un trabajo por la noche. Unas horas solo.

Sí, eso pensaba él, unas simples horas…

Ese mismo día por la noche nos quedamos. Tenía mucho papeleo para pasar al ordenador. “Hm, chico difícil” pensé.

Empezamos a trabajar, le ayudé a pasar unos papeles que ya tenía escritos mientras él iba haciendo más. El trabajo nos duró dos horas. Cuando acabamos me invitó a un café. Fuimos a la máquina a sacarlos. Mientras él metía las monedas observaba su cuerpo.

Era muy peculiar. Tenía la espalda ancha, cintura bastante pequeña, un buen trasero y unas piernas largas. Era poco más alto que yo. Lo suficiente.

Se volteó para darme el café, y sonriéndome me dio las gracias.

- No hay de que – un tono pervertido asomó por mi boca –

- Me he dado cuenta que eres muy bueno con tu trabajo, ¿es eso cierto? – asentí - ¿llevas mucho tiempo aquí? –

- Desde que la empresa abrió – me reí – no es que me gusta mucho, pero es lo mejor que había en el mercado –

Tiré el vaso en la papelera, y disculpándome me fui al lavabo. Le dije que me esperara. Meé, encendí me cigarrillo y esperé. Esa táctica nunca fallaba. Pero este se estaba demorando mucho. Al cabo de 5 minutos entró.

- ¿Ha pasado algo? – negué – ah es que… como tardabas tanto me había preocupado – sonreí - ¿Qué haces fumando? Si en teoría aquí no… - tiré mi cigarrillo al suelo y avancé contra él dejándole sin aliento –

- No te preocupes, no hay nadie – sonreí y cogiéndole de una mano, le entré en el baño –

- Pero… ¿Qué haces? Somos… somos compañeros de… - se calló en cuanto le bajé la bragueta del pantalón – ¡no deberíamos hacer esto! –

- He visto lo mucho que me miras cuando trabajo – le metí la mano inocentemente por dentro del pantalón – también he visto que es lo que miras cuando me agacho para coger los papeles que se me caen frecuentemente – empecé a besarle – y también… sé que me deseas tanto como yo a ti – saqué la mano del pantalón y se lo bajé entero –

- Pero…. Sigo diciendo que… - solté un leve gemido - no deberíamos… - le quité la camiseta y empecé a lamerle entero – hacer esto… - su respiración cada vez era más entrecortada – al menos no aquí – acabó por no poder ni hablar –

No podía contener sus fuertes gemidos. Eran ya las 3 de la madrugada y pronto vendría el guardia de noche. Pero como él no sabía nada no había peligro.

Me arrodillé en el suelo, dejándole caer a él encima de la taza del váter. Empecé a hacerle una felación. Deduje que le gustaba, por la forma en que movía las manos y los gestos que ponía. Ralamente era mi mayor diversión.

Cuando por fin se corrió, era de los difíciles, tardaba mucho, me levanté haciendo lo mismo con él y le empotré contra la puerta del baño. Bajándome mis pantalones puse las manos en esas nalgas que tanto deseaba y penetré fuertemente. Un chillido se le escapó por esa linda boquita.

Ya no contenía ni tan solo el poder contener sus chillidos.

- ¿Haces esto con todos tus compañeros de trabajo? – dijo con dificultad debido a su falta de respiración –

- Más les gustaría a ellos – me reí –

- ¿Debo… sentirme afortunado? - intentó mirarme pero no le dejé –

- Siéntete como quieras, pero ahora solo disfruta – y le di más fuerte haciendo que llegara al clímax –

Una voz me sorprendió ahí fuera.

- ¿Hay alguien ahí? – era el segurata –

- ¡Mierda que nos van a pillar! – le tapé la boca a Kai –

- Noeeeruu… ¡Yuhuuu! – le saludé –

- Oh por dios Aoi, ¿ya has vuelto a quedarte hasta las tantas aquí? –

- Si hijo si, este trabajo es lo que tiene. Lo siento por no poder mantener una conversación tan larga eh pero es que… - Kai me interrumpió aprontándome levemente la punta, era de los míos – es que estoy haciendo necesidades mayores sabes… y como no te vayas ya aun te tendré que pedir un poco de papel y no es muy agradable entrar aquí. Ya sabes, el olor natural es lo que tiene – me reí –

- ¡Qué asqueroso eres cuando quieres! – escuché como caminaba hacia la puerta – ¡nos vemos luego y me invitas a un café eh! –

Suspiré y miré a Kai.

- Vístete – le dije dándole la ropa - ¡mira cómo has dejado el baño – la puerta estaba toda manchada – hay que ver… - me reí –

- ¿Debo disculparme? – me miró sorprendido –

- Solo si las mujeres de la limpieza te preguntan – sonreí –

Nos vestimos rápidamente y salimos del baño. Me miré al espejo, me peiné y fui tras él.

- ¿Y que se supone que le dirás a ese tal Noeru? – me miró con duda –

- Pues nada, ya me conoce. Me quedoo.. hasta tarde “haciendo necesidades en el baño” –

Vi a Noeru al fondo del pasillo, por lo que le di un pequeño empujón a Uke para que entrara en la sección donde trabajáramos.

- ¡Hombre! ¡Ya terminaste! – le sonreí –

- Si señor Noeru – se rió de mi – bueno, ¿vamos a tomarnos el café? Pero rapidito eh, que tengo a mi compañero esperando en la sección para acabar el trabajo –

- Como usted mande – me sonrió –

Me apresuré a tomarme el café y volví a la sección. Cuando llegué él ya no estaba. Solo una nota restaba en mi mesa.

Lo siento pero he tenido que irme. Es muy tarde ya, vete a casa tú también. Nos vemos mañana. Uke.

Era un chico de los difíciles. Su nombre ya lo decía todo “Uke”. “El chico que se deja dar” pensé por dentro. Me reí de la imbecilada que acababa de pensar. A esas horas yo no era persona. Por lo que me fui a casa.

Solo esperaba con las campanitas en las manos que llegara el día siguiente. Aunque iba a llegar, una vez más, tarde al trabajo.


What I need for keeps this silly game we play, play Now look at this Madness to magnet keeps attracting me, me
Notas finales:

Gracias por leer ~~


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