Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Invisible por Arisa

[Reviews - 60]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Miles de gracias por todos los comentarios! Juro que no tenía grandes expectativas de este fic, porque los originales nunca son tan leídos como las otras secciones, ¡pero estoy sorprendida! ¡Muchas gracias por su apoyo!

Espero el final sea de su agrado...

Capítulo V Segunda Parte: Sólo el fin...

 

- ¿Qué pasó?

- Nada "especial". Fui a su casa e hicimos el trabajo. Antes de terminar la última pregunta... bueno... él comenzó a comportarse diferente.- Definí a grandes rasgos que se había vuelto más "seductor", tal vez.- Y entonces... emn... me besó.- Lo digo rápido y ni siquiera puedo levantar la vista para ver la expresión en su rostro.

- Eso... es bueno, ¿no?.- No distingo ningún sentimiento en su voz.

- Se suponía.- Lamentablemente cruzamos miradas, su ceño fruncido me exige aclaraciones.- No sentí lo que se suponía debía sentir. Es decir...yo... estaba confundiendo las cosas. Sólo me atraía, pero no lo suficiente como para desear algo... así.

- Oh.- Guardamos silencio unos momentos, yo no me decido a continuar.- Pero eso no es nada malo. ¿Entonces por qué te haces problemas?

- Pero supongo que se molestó por mi rechazo.- Me mira fastidiado de nuevo.- Verás... comenzó a decirme cosas bastante hirientes luego.- Le explico lo que sucedió sin entrar en detalles, aunque especificando los puntos de aquella conversación.- Y eso.

- ¿Me vas a decir que ese imbécil terminó diciéndote todas esas mentiras porque no le correspondías? Ese idiota...- Efrén reclama molesto como si Félix estuviese aquí. Me hace sentir muy bien que se preocupe por mí e intente ayudarme. Pero ahora debo terminar con la parte más vergonzosa de la historia.

- Estaba yéndome, cuando me dijo algo como "Nunca nadie me habían tratado así, pero ésta tampoco será la primera vez". Entonces me... amn...- Me cuesta decirlo como si fuese muy normal, es difícil.-...me besó nuevamente, esta vez a la fuerza. Ahí fue cuando me mordió... el labio.

 

De reojo observo a Efrén, está enfadadísimo. Lo veo levantarse.

 

- ¿A dónde vas?.- Pregunto, de pronto preocupado por lo que piensa hacer.

- ¿Dónde crees? A ver si ese maldito mal-nacido aún está por aquí.

- ¿¡Qué!?.- Me levanto lo más rápido que puedo. Lo alcanzo y en cuanto me es posible me aferro a uno de sus brazos.- ¡No hagas estupideces! ¿Qué diablos piensas hacer?

- ¡Por supuesto que partirle la cara!.- Me grita enojado.

- ¡No hagas eso! ¡¡No seas idiota!!

- ¡Alguien tiene que hacerle entender que no tiene derechos sobre nadie! ¡¡Se merece un buen puñetazo!!.- Exclama, mientras aún intenta avanzar, aunque yo esté evitándolo.

- ¡Pues yo se lo di!.- Efrén para y se voltea a verme sorprendido.- Sé... sé que probablemente me dolió a mi la mano más que a él el golpe, pero yo mismo lo golpeé y le hice saber muy bien que no me podía obligar a nada.

- ¿El moretón que tiene es por tu culpa?.- Pregunta incrédulo.

- Sí.- Sonrío dándole a entender que ni yo mismo lo creo.- Simplemente... no creí llegar a detestar tanto a alguien como para golpearle, pero lo hice. Y luego me fui de su casa.

 

Sus ojos plateados, profundos y hermosos, me analizan. Cuando menos lo espero, me abraza fuertemente.

 

- No creas nada de lo que dijo, sólo estaba despechado. No vayas a sufrir por un montón de mentiras...- Me confortan mucho sus palabras, aunque es tarde y ya derramé varias lágrimas, aún quedaban trozos pétreos de tristeza profunda y cruda dentro de mí. Siento que con su simple tacto todo se ha derretido.

 

Lo quiero, lo quiero con toda mi alma, desde lo más profundo y sincero de mí. Es el sentimiento más puro que tengo. Y duele tanto, ¿por qué duele?

Quisiera mantenerme cerca de él, estar muy juntos y olvidar cada una de mis preocupaciones, dejarme llevar y vivir mis 30 segundos de felicidad sin problemas. Soy tan feliz cuando él se preocupa por mí, me habla, me quiere. Si sólo pudiese estar más tiempo así.

 

- Con lo que te enredas pensando en cosas sin importancia, me imagino cuánto sufriste por un kilo de palabras sin sentido.- Río bajito ante esa típica expresión suya de ponerle peso o valores materiales a cosas teóricas.- ¿Sufriste? ¿Por qué no me buscaste? ¿Por qué decidiste pasar por eso solo?

 

Me alejo de él, se acabaron mis 30 segundos. No puedo olvidar que la razón de mi principal desesperación tiene ojos verdes y cabellos rubios. Y existe, es una persona de carne y hueso.

 

- Te busqué.- Admito, en voz baja y dándole la espalda, volviendo a donde mis cosas quedaron esparcidas sobre el césped.

- ¿Cómo? No es posible porque yo...

- Estabas en esa plaza llena de árboles.- Le interrumpo.

- Sí, pero entonces ¿por qué no te acercaste?.- Cuestiona confundido.

- Estabas... ocupado.

- No hice nada en todo el día, es imposible que hubiese estado ocupado como para no poder hablar contigo.

- Me refiero a que no estabas solo. Esa chica, Marcia, estaba contigo.- No deseo voltearme a verlo en este instante, me siento tan desdichado. Pero tengo que oír su voz grave y suave diciéndome todo lo que sucedió entre ellos. Que me cuente que su amor imposible ya no lo es más.

- Sí, pero debiste haberte acercado de todos modos.

- ¿¡Para qué!?.- Exclamo más alto y molesto de lo que quería, intento calmarme y continuar como siempre.- No los quería interrumpir.

- ¿...Interrumpir?

 

En eso y la canción Forever de Papa Roach comienza a sonar, lo llaman. Es gracioso, pues mi ringtone también es Forever, sólo que de Kamelot.

 

Quien lo llama es ella, estoy muy seguro. Tal vez quedaron de juntarse y él se ha retrasado. Me siento tan vacío... cuando él pierde su atención en mí, no soy nadie. Es triste ser tan dependiente de alguien más.

 

- No, creo que una hora más, ( ) Está bien. Nos vemos.- Efrén cuelga, mientras yo, ya con todas mis pinturas, pinceles y papeles dentro de la mochila y el lienzo perfectamente seco en mi mano, me alejo rápidamente de él.- ¡Ian...! ¡IAN! ¡Espera! ¿Dónde vas?

- Ve a juntarte con ella, ya hablaremos otro día.- Digo, sin un ápice de sentimiento, tan vacío como me siento.

- ¿¡Qué te pasa!?.- Me tira del brazo y me voltea. El movimiento hace que mi cartel caiga y el viento lo arrastre sobre le césped. Lo miro al rostro, le exijo que me suelte y se aleje de mí con sólo mi mirada. En este momento es doloroso tenerte cerca, ¿no lo ves?.- Últimamente no te entiendo, Ian. No sé por qué te estás comportando tan arisco conmigo.

- No sucede nada. Sólo déjame, tienes cosas que hacer, ¿no?

- Estabas diciendo que me buscaste, pero yo estaba con ella. Que no quisiste "interrumpirnos". ¿Qué fue exactamente lo que viste y qué es en lo que estás pensando?.- Me mira decididamente, no puedo simplemente ignorarlo e irme. Me está exigiendo una respuesta y yo, con los celos hasta la garganta si apenas puedo pensar en responderle algo diferente a que se vaya con su noviecita y me deje en paz.

- Los vi juntos, eso es todo. Estaban muy... felices, creo. ¿Para que ir a ti con un drama? Cuando por fin conseguías lo que querías, ¿no?.- Cada palabra que sale de mi boca debía de ser dicha muy fuerte, con mucho enojo y dolor, pero sólo las pronuncio como cualquier línea de un texto de comedia. Comedia trágica.

- ¿Qué dices? ¿¡Conseguir qué!? Ian,.. No pensarás que...

- ¿No es ella tu enamorada? ¿¡Para que iba a arruinar tu felicidad!?

- ¿¡¡Pero de qué diantre hablas!!?.- Me grita, enojadísimo nuevamente. Yo sólo bajo mi vista hacia mis pies, siento mis ojos aguarse y la necesidad inmediata de salir corriendo.-Eres tan...- No sabe qué decir.- ¡¡Argghhh...!!.- Una expresión de desesperación sale de su boca.

 

Me suelta y comienza a caminar de un lado a otro, está enojado, pero también desesperado al parecer. Ya no entiendo por qué aún estoy parado aquí, esperando algún comentario, debería irme. Eso es lo que haré.

 

- ¿¡Me vas a decir que no escuchaste nada de lo que dije el viernes!?.- Me reclama molesto. ¿Por qué demonios está tan enojado conmigo? Eso me hace enojar a mí también, que me grite así.- ¡Cuando describí a esa persona!

- ¡Pues lo siento si me equivoqué!.- Le respondo, gritándole también.

- Diablos Ian, ¿eres sordo... o ciego? ¿¡Cómo no te das cuenta!?

- ¡¡Lamento ser un "retrasado" entonces!!.- Lo aniquilo con la mirada. Es que Efrén sabe perfectamente como tocar un punto en que mi ira es incontenible, ¡hay veces en que me saca de mis casillas con una facilidad tremenda!

- Bien, admito que cambié algunas características para que no fuese tan obvio. ¡Pero aún así era tan fácil descubrirlo después de todo lo que dije!.- Sigue gritándome. Aún estamos en el jardín trasero. No debe quedar ya casi nadie en el colegio. Espero nadie oiga.

- ...- Guardo silencio.

- Está bien, dije que era mayor que yo, cuando en realidad es por poco menor. ¡Dije que era chica cuando es chico!.- Enfatiza su frustración haciendo gestos con las manos.- ¡Ah! Casi lo olvidaba...- Dice ahora suavemente, cínicamente, pero vuelve a su tono rudo y enojado.- ¡¡Se llama Ian Kaminsky!! ¿¡Necesitas alguna otra pista!?

 

 Su rostro, su ceño fruncido, los rasgos duros de su cara, sus puños apretados, su mandíbula apretada y cada músculo tenso en su cuerpo, todo cambia de un segundo a otro. Veo como en un segundo Efrén se hunde en pánico. Abre sus ojos un poco más, se inmoviliza y me observa con pánico y desesperación.

 

Yo sólo puedo observarlo... yo... no reacciono. No oigo nada, es como si fuese un lapso de tiempo distorsionado. Siento el latido de mi corazón. Es una onda que comienza a distribuirse a través de mi cuerpo, un eco que estalla al llegar a mis oídos. Voy perdiendo el aire en mis pulmones, me estoy sofocando. Poco a poco, el ritmo de mi corazón se acelera. Dios, ¿qué es esto?

Es una emoción tan fuerte que no sé cómo explicarlo, pero yo... ¿él ha dicho que está enamorado de mí? ¿No está jugando? ¿Soy yo?

 

Creo... creo que estoy feliz. Mi corazón late tan rápido como nunca antes. Va a salir saltando de mi pecho. Mi vista se vuelve borrosa, ¿voy a llorar?

En un instante todo vuelve al tiempo real.

 

Puedo observar a Efrén como apoya sus manos en su rostro, alterado, pero no sé por qué. Niega con la cabeza. Cuando me vuelve a mirar, me mira triste, tan dolorosamente amargado que duele. Está decepcionado, tan infeliz, no lo entiendo. Se acerca a pasos lentos y coge una de mis manos, con las dos suyas. La acerca a sus labios y la besa. Me siento mareado, perdido, tan inconteniblemente emocionado que no sé qué hacer. Pero también estoy frustrado, pues él me mira tan triste como si fuese a llorar.

 

- Por favor, Ian...- Me suplica, con su voz afectada, me destroza verlo así, y lo peor es que no entiendo aún por qué.- ...por favor, no te alejes de mí por esto. Olvida todo lo que he dicho, si lo prefieres, haremos como que nada ha sucedido. Por favor... olvídalo.

 

Es algo tan cálido lo que me invade al escucharle hablar. Sólo ahora lo entiendo, que siente exactamente lo mismo que yo por él. Que son los mismos temores, sufrimientos y frustraciones, sólo que con distintas reacciones. Siento mi rostro arder y creo que estoy apunto de llorar.

 

- Efrén, yo...- No sé cómo decirlo, parece fácil, pero no es tan simple decirle que lo amo, más cuando me es tan difícil expresar mis sentimientos y todo ha sido tan confuso. Efrén suelta mi mano y respira profundamente, su rostro va adquiriendo nuevas expresiones, todo en cuestión de segundos.

- Pero esto... esto es tu culpa.- Me vuelve a mirar enfadado. Ahora sí que no entiendo absolutamente nada. Eso cálido que me invadía se extingue y deja paso a la incertidumbre y la molestia. ¿¡Ahora con qué mierda va a salir!?

- ¿Mi culpa?.- Pregunto atónito. Nunca imaginé que Efrén fuese bipolar.

- ¡Sí, es tu culpa! Yo tenía todo un plan en mi mente. Tú no te enterarías de esto hasta que saliéramos del colegio. ¡Pero contigo no se puede!

 

Su mirada se divide entre la desesperación, el enojo y la frustración. La mía entre el desconcierto, la molestia y la frustración también. Inmediatamente mi ceño se frunce.

 

- ¡Cada vez que tengo un plan tú lo destruyes! Porque no haces más que aparecerte frente a mí y me convierto en un idiota que no puede seguir sus propias reglas.- Parece consternado.- ¡Apareces tú y todo lo que tenía estructurado en mi cabeza se desploma! Cada vez que estás frente a mí me vuelvo alguien diferente, ¡me vuelvo espontáneo y no pienso antes de actuar! ¡Me convierto en un imbécil que no puede manejar sus propios sentimientos y termina actuando por instinto! ¡Yo no soy así, tú me vuelves así...! Se supone que yo soy frío, yo...

- ¿¡Me vas a dejar hablar o continuarás con un monólogo toda la tarde!?.- Lo interrumpo gritándole enfadado ya a estas alturas.

 

Efrén me mira sorprendido, guarda silencio y baja su vista hacia el piso, que increíblemente aún es el césped verde del jardín de atrás del colegio. Lo veo respirar con dificultad, tragar en seco y arrepentirse de todo desde el momento en que salió el tema de su "enamorada".

 

- Es normal estar confundido a estas alturas...- Suavizo mi voz, intento sonar lo más calmado y dulce que puedo.- Hemos dicho ya muchas cosas complicadas. Yo sólo quiero que me respondas calmadamente, no te voy a apresurar.- Hago una pausa y me acerco.- ¿Es cierto?.- Me sonríe dolidamente y suelta un último suspiro de resignación.

- ...- No dice nada, pero su mirada me dice que sí, aunque creo que él espera un dulce rechazo de mi parte, como yo lo esperé de él alguna vez en mi imaginación.

- Porque si de algo estoy seguro, es de que tú me desesperas y me haces enojar tanto como yo a ti.- Le digo. Nos sonreímos mutuamente, mientras una risilla tonta acude a nuestra conversación.

 

Sólo sigo mis impulsos, dejo caer mi mochila y me aferro a él con todas mis fuerzas, lo abrazo con renovada desesperación. Quiero volver a sentir esa calidez que me embriagó.

Siento sus brazos alrededor mío, me aprietan con fuerza.

 

- Te amo.- Murmuro, sin mirarlo, con mi rostro escondido en su hombro.

- ¿Qué?.- Pregunta impresionado. Me alejo sin soltar mi agarre ni él el suyo, sólo lo suficiente para verlo al rostro.

- Que te amo, por eso rechacé a Félix. Porque me di cuenta que de hace mucho... había estado enamorado de ti, aún cuando intenté evitarlo y engañarme a mi mismo con que no era cierto. Estúpido, ¿no?

 

Me sonríe. Esa seductora y preciosa sonrisa suya, que en este momento es sólo mía. Sé lo que se supone debería suceder ahora. Efrén acerca su rostro lentamente al mío. Siento su respiración muy cerca de mi cara, que debe de estar rojísima después de todo. Cierro mis ojos, aguardo por su tacto. Sus labios por fin rozan los míos, pero tan superficialmente que sólo me da la impresión de que fue mi imaginación. Poco a poco el contacto se vuelve más prolongado, más intenso. Mi corazón vuelve a enloquecer, sin poder escapar de mi pecho. No sé si son mis latidos o los suyos, está tan cerca de mí.

 

Su abrazo se fortifica, me asfixia entre su agarre y sus besos. Pero estoy tan feliz, tanto que creo que podría correr una maratón completa sin cansarme.

 

Por fin siento su lengua, le doy espacio. Es... suave y cálida. Es enloquecedoramente placentero sentirlo tan cerca. Sus labios, su lengua, su mano en mi nuca y la otra en mi cintura, todo me sumerge en otra dimensión. No sé muy bien cómo corresponderle, pero sólo deseo hacerle sentir tan bien como él me hace sentir a mí. Sólo sigo sus movimientos, los que poco a poco se vuelven más seguros y rápidos.

 

El aire, el aire me escasea, si no fuera por eso disfrutaría aún más de este mágico momento. Nos separamos unos milímetros, respirando agitadamente, mucho tiempo sin aire me da la sensación de mareo. Efrén apoya su frente en la mía y volvemos a reír bajito como si estuviésemos drogados con algún afrodisíaco. Parecemos dos locos enamorados, eso nos hace reír, al menos a mí.

 

- Fue una declaración... poco convencional.- Ríe él. Lo abrazo muy fuerte, no me quiero separar jamás de Efrén.

- Sí, pero estuvo bien. Porque somos la excepción a toda regla.

 

Nos miramos nuevamente a los ojos y nos sumergimos en un nuevo beso. Me besa como si la vida se le fuera en ello y me hace sentir tan vivo. Lo quiero, lo amo.

 

- Te adoro.- Me dice luego, a escasa distancia. Le sonrío.

- ¡Hey!.- Esa voz no la reconozco. Nos separamos rápidamente y nos volteamos a ver quién es.- ¿Qué hacen aún aquí?.- Es el inspector del colegio, quien nos mira sospechosamente.

- Ya... ya nos íbamos.- Intento parecer casual, pero estoy respirando demasiado aceleradamente como para ser casual. Demasiadas sensaciones contradictorias en sólo unos minutos.

- Sí, estábamos de salida, sólo recojo mi mochila y nos vamos.- Interviene Efrén. Mientras, yo voy a buscar mi cartel, el cual el viento dejó varios metros más allá.

- Está bien.- Se queda esperando que nos movamos. Ambos pasamos caminando por su lado despidiéndonos de él con la mayor naturalidad del mundo.

 

No decimos nada, lo acompaño en silencio a recoger su mochila, que había quedado en el patio principal. La toma y me sonríe. Su rostro me parece de verdad hermoso, sólo pensar que estuvo tan cerca de mí me hace volver a sentir mi cara ardiendo y, como dirían, "mariposas en el estómago".

Estamos caminando hacia la parada de autobuses, las calles están vacías casi. Si no fuese por el colegio, casi no habría tránsito en esta zona.

En este momento muchos pensamientos rondan mi mente y quedan muchas cosas sin respuesta aún, pero esa sensación cálida y agradable no me ha abandonado aún. Todavía no creo nada de lo que ha ocurrido, todo más parece un sueño.

 

- Hay muchas cosas que quisiera decirte, Ian.- Giro un poco la cabeza para verle al rostro, él me sonríe dulcemente.- ¿Tendrías tiempo para conversar luego?

- Claro.- Prácticamente lo murmuro en vez de decirlo, eso porque me quedo sin aliento cuando me mira así.- Pero debo almorzar hoy en casa, ya fui a la tuya el viernes pasado.- Siento su mano acariciar suavemente la mía. Creo que me ruborizo un poco, pero no me preocupa pues no hay nadie cerca.

- Está bien si nos juntamos hoy en la tarde, acompáñame a comprar algo y luego hablamos. ¿Quieres?

- Sí.

 

Efrén termina tomando mi mano y me dice dónde nos juntaremos y la hora.

 

Cuando llego a casa lo primero que hago es dejar mis pertenencias en el suelo y lanzarme sobre la cama. Me siento en otro mundo, tal vez. Todo es liviano y una sonrisa estúpida no quiere borrarse de mis labios. Podría pasar horas pensando en lo que sucedió... aún puedo despertar de un cruel sueño, por eso debo revivir cuantas veces pueda ese momento tan feliz. Me siento eufórico, ansioso... y a la vez todo lo siento lento, despreocupado.

 

Mi celular suena, mensaje de texto.

 

"Aunq no kieras hablar conmigo,

Tngo q decirt q lo siento.

Lo q hic fue impulsivo

Y no lo penc.

Perdona x todo.

Nada d lo q dije s cierto.

C q nunca + me hablarás...

Solo t lo qría decir.

D vdd lo siento.

                                       Félix."

 

Más tarde.

 

Han pasado ya varias horas desde nuestra declaración, ahora caminamos hacia su casa. Esta vez no vamos tomados de la mano, pues sí hay mucha gente a nuestro alrededor. Efrén ya ha comprado el regalo de cumpleaños para su hermana, que será celebrado mañana sábado. Pero hemos decidido conversar en su casa, pues en algún lugar público no podríamos obtener privacidad.

 

- ¿Le harán una fiesta sorpresa, entonces?.- Pregunto.

- Es la idea, pero es muy astuta, dudo que no nos descubra antes.- Ríe bajito. Yo le sonrío.- Cuando salimos del colegio me junté con Marcia para comprar los adornos y esas cosas que ella se llevó a su casa, por eso me llamó.- Intenta explicármelo, para que no confunda las cosas.

- Ya veo...

- Ah, no sé si nos viste, pero el martes también nos juntamos para ponernos de acuerdo, nada más.- Le sonrío, sé que lo que desea es que yo no dude de sus sentimientos, pero no lo hago.

- Está bien, Efrén, en serio. Te creo.

 

Nos abre la puerta la misma Karina, quien observa sospechosamente el paquete en manos de Efrén.

 

- ¿Qué es eso?.- Pregunta curiosa.

- Un regalo. Mi mamá está de cumpleaños en dos días.- Digo yo.- Si lo guardo en mi pieza me descubrirá, así que Efrén lo guardará por mí.

- ¿En dos días más? ¿Igual que yo?

- ¿En serio? Pues ¡Feliz cumpleaños adelantado!

- ¡Gracias! Te invitaré a mi fiesta, la que estoy organizando SOLA porque ni mis amigos ni mi hermano tienen tiempo.

- Claro, ya estás muy vieja para que te las haga alguien más. Tú misma debes ponerte de acuerdo con tus amigos, sabes que mamá de todos modos comprará lo que le pidas.

- ¡Pero no es agradable armar sola tu propia fiesta, insensible!

 

Apenas Karina se da la vuelta, él toma mi mano y subimos las escaleras para llegar a su habitación, la que es de color crema en las paredes y azul marino en la mayoría de lo que la conforma.

Efrén deja el paquete sobre un armario. Mientras observo desde su ventana me abraza por la espalda. Me giro lentamente, con las mejillas ya rojas para este entonces, supongo. Me besa tiernamente, de una manera calmada, pero profunda. Se aleja unos centímetros de mí.

 

- Dime, ¿deseas preguntarme algo? Siento que hay mucho que aclarar,,,

- Yo... bueno... ¿Por qué se te tiró a abrazarte Marcia entonces?.- Me mira sonriente, apenas con una pizca de humor.

- ¿Estás celoso?

- ¡No! Es decir, no ahora... es sólo que no lo entiendo.- Miro al piso.

 

Efrén me jala y nos sentamos en su cama.

 

- Cuando la conocí tenía 13 años. Creo que después de tanto tiempo, y a pesar de la poca comunicación, me conocía lo suficiente como para notar que algo no andaba muy bien conmigo justo ese día. Además, ya sabes, estudia psicología. Así que decidió "tratar" mi caso, como una práctica profesional.- Pone los ojos en blanco y se encoje de hombros.- Cuando tú nos viste ella recién se había acercado para preguntarme qué sucedía. Me iba a hacer cosquillas hasta que le dijera qué me pasaba y le contara con detalle mi problema.- No puede ser, ¿eso era todo? ¿¡Pero cómo!? Tengo deseos de pegarme contra un poste... no en serio.- Bueno, ¿cómo te diste cuenta de que... yo te gustaba?

- No fue fácil.- En este momento nos miramos frente a frente, si supiera cuánto me deslumbran sus ojos...- Con todo lo que sucedió con Félix estaba confundido. La sensación que tuve cuando me besó... no fue tan agradable como esperaba e irremediablemente terminé pensando en ti, no sabía cómo ni por qué. Pero luego de que él me tratara tan mal quedé muy deprimido y... sólo podía anhelar tu compañía. Entonces me di cuenta de lo importante que te habías vuelto para mí y eso.- Hago una pausa.- Pero no entiendo ¿por qué estabas mal ese día?

- Tú qué crees. Fue tu culpa, claramente. No iba estar feliz pensando que justo en ese momento estabas al lado del imbécil de Félix y según lo que yo sabía él te gustaba a ti y se notaba que tú a él también. De sólo imaginarlos besándose...- No termina la frase, pero se entiende claramente lo que me quiere decir.- Me desperté pensando "van a estar juntos en 6 horas", luego "estarán juntos en una hora", después "están juntos, ¿qué estarán haciendo?" y por último "¿qué habrá sucedido?". Si para ti fue un mal fin de semana, para mí también, créeme.

 

Un comentario así despierta mucha ternura en mí. Imaginar que ambos sufríamos por este amor mutuo que sólo ahora podemos compartir. Lo abrazo fuertemente, pero como mi chico de ojos plateados no opone resistencia terminamos tumbados sobre la cama.

 

- Te quiero.

- Y yo a ti.

- Efrén... ¿sufriste mucho por este sentimiento? ¿Hace cuánto es que...?.- La voz se me va apagando lentamente, pero sé que me comprende.

- Desde siempre. Jamás quise ser tu amigo, Ian. Cuando te conocí, no podría decir por qué, pero inmediatamente captaste mi atención. Y contrario a todo lo que quise hubiera sucedido, tú me ignoraste. Eso fue el primer paso para que todo lo que quería resultara mal.

- Yo no te ignoré.

- Ahora dime que no.- Me reclama, no molesto en serio, pero afirmando que esa es la verdad, cuando no lo es.

- ¡No! Tú también llamaste mi atención (y de quién no). Pero nunca he tratado con gente como tú y no sabía de qué hablarte. Siquiera nos veíamos dos veces a la semana y me daba pánico acercarme y quien me ignorara fueras tú y me dejaras con las palabras en la boca, que me encontraras aburrido o simplemente demasiado nerd para ti.

- ¿Ahora me sales con que fue timidez?.- Reclama nuevamente, mirándome reprobatoriamente con falso enojo.

- ¡Tú fuiste además quien me hizo pensar que no había luz de esperanza para llevarnos bien! La primera vez que hablamos me dijiste que era un creído.- Lo miro mal yo esta vez.

- Pero eso claramente fue porque no te conocía y me estaba hartando de que ni siquiera me miraras. ¡Era muy frustrante estar todo el día pensando en ti sin entender por qué y que tú ni te dignaras a mirarme a la cara!

 

Nos miramos molestos el uno con el otro para luego terminar riéndonos de lo ridículas que resultaron las cosas.

 

- Yo sólo estuve una semana sabiendo lo que sentía por ti y en serio la pasé pésimo. Si es verdad que me querías desde mucho antes, no me imagino cuánto daño te hice sin saberlo.

- No hiciste nada malo, Ian. Fui muy feliz aún siendo tu amigo, porque no demostrabas interés por nadie y tampoco te fijabas ni te enterabas de quienes tenían interés en ti.- Sonríe.- Sufrimos lo mismo, yo sólo comencé a pasar malos momentos desde que me dijiste que Félix te gustaba.- Acaricia mi cabeza lentamente con la yema de sus dedos.

- Lo siento...- Murmuro.

- No hay por qué disculparse, tonto.- Me abraza y me besa lentamente.

- Sin embargo, salías con muchas chicas...- Sí, debo aceptar que soy demasiado celoso, aunque esta vez lo digo más confundido que celoso.

- Tú querías de mí amistad, yo sólo pensaba en ti con una etiqueta de amor y... juro que intenté superar mis sentimientos. Pero ya ves, no pude.

- Pero incluso me dejaste caer aquella vez que me ‘rescataste' de una caída de la silla, ¿¡por qué!?.- Cuestiono, nuevamente contrariado, recordando.

- Estabas muy, muy cerca de mí en ese instante y cuando me fijé quería hacer esto.- Se acerca y vuelve a besarme, sus brazos me aprisionan con delicadeza y me dejan sin aire. Sus caricias son adictivas, desearía estar todo el día con él así. Se aleja milímetros.- Y cuando reaccioné de que deseaba eso de un chico, me asusté, pues aunque tuvieras mi atención no fue desde el primer día exacto que me enamoré de ti. Mi intención no era dejarte caer, era por supuesto que a partir de eso perdonaras lo anterior y comenzáramos a llevarnos bien. Pero como siempre, el simple hecho de que estés presente hace que todo lo que tengo planeado resulte un desastre.

- ¿Por qué dices eso?

- Contigo sólo me resulta ser espontáneo, en serio. Digo cosas sin pensarlas bien antes, reacciono inmediatamente y por instinto. Cuando lo noté, que eras la única persona en el mundo con la que no podía mostrarme de otra forma que no fuese la natural, comprendí que debías ser mío.- Me sonríe más seductoramente y antes de volver a besarme, esta vez más profunda y desesperadamente que antes, agrega:- y serás mío para siempre, recuérdalo. Mío.

 

Entre besos y caricias me dice cosas que jamás pensé que alguien como él, tan guapo y galán, me diría; me dice a mí que soy lindo, hermoso, perfecto.

 

- Tienes serios problemas de visión, Efrén.

- Creo que ese eres tú. Eres la maldita perfección hecha hombre, ¿Qué no te das cuenta, Ian?

- ¡Esa es la descripción que yo te di a ti, ladrón!

 

Muy juntos, nos miramos tan de cerca que siento que podría perderme en sus ojos, me da esa sensación de profundidad infinita. Un abismo al que caer y perderse en cada una de sus cualidades. Me encanta, es la persona más atractiva sobre la faz de la tierra, lo aseguro. Lo mejor, es que sólo yo podré disfrutarla... mientras él me quiera a su lado.

 

- Sé que es CURSI, han sido muchas veces este día, pero debo compensar tantos meses sintiéndolo y deseando que lo supieras...- Dice.

- Te amo.- Decimos juntos.

 

Un sentimiento invisible como el gas; no lo sientes, pero sólo basta la más mínima llamita y una explosión arrasa con todo, mente y cuerpo.

Mi vida va a cambiar mucho a partir de hoy, pero para el futuro sólo puedo ver felicidad. Mi corazón no descansará ni dará un respiro jamás desde que este sentimiento invisible, pero existente, ha sido descubierto.

 

Siempre estuviste conmigo, a mi lado. Ya no sólo es amor, es mucha confianza y empatía acumulada. Es más de lo que podía esperar, mucho más.

 

Fuiste una zancadilla en mi vida con la que pude haber tropezado y caer, después una isla desierta a la que acudir para calmarse, luego un huracán torrencial que derribó mi pequeño mundo interior y desde ahora serás por siempre una estrella luminosa para una vida que sin ti puede ser oscura, triste y silenciosa.

 

No sé que tan ciego fui o quise ser, pero ya no podré negar que eres un pedazo de mi alma.

 

Exposición audiovisual.

 

Nos separamos del resto hace pocos minutos, tú has estado lejos de mí todo el día, por eso agradezco estos minutos de tu compañía.

 

- Así que por eso el corte tan extraño, ya veo.- Me dices, acabas de entender que mi extraña nueva apariencia no la quise yo. Teníamos tanto de que hablar, que hasta hoy no recordaste preguntarme por qué mi cambio.- Yo llegué a pensar que me empezabas a ignorar nuevamente porque te estabas creyendo popular, jaja, ya que mucha gente se acercaba a ti. No es que seas ese tipo de persona, pero ya no sabía ni qué pensar. Incluso estaba celoso.

- Idiota, ¿cómo puedes pensar eso de mí? Como si no me conocieras.- Me sonríes, te acercas, me abrazas y me besas.

 

Prácticamente ya no tenemos conversación que no acabe en caricias, excepto en el colegio, pero no me quejaré de ello. Soy incalculablemente feliz, ¿qué más puedo pedir?

 

La vida es más extraña que una teleserie, un cuento o un sueño, pero creo que esto puede ser un final feliz... o tal vez un dulce comienzo. Te quiero: tiempo presente, eso es más importante.

 

Nos preocupamos de las apariencias, las imágenes, lo que vemos y lo que creemos o queremos ver, pero miles de cosas son invisibles; sentimientos, emociones, pensamientos, lazos... incluso palabras. Y sin embargo, son parte esencial de nuestra vida y tienen la capacidad de entregarnos aquello que el ser humano más codicia; FELICIDAD.

Notas finales:

Bueno, ya decía yo que el final era muy predecible, ¡pero el mundo ya es lo suficientemente cruel como para traspasar infelicidad incluso en la imaginación! ¿No creen?

Lo único que pude hacer para darle alguna diferencia de lo que esperaran, fue hacer una declaración muy diferente a las normales... (xD) en todo caso, estaba planeada así desde el principio. ^^

No sé si mi próximo fic será un original, probablemente no, pero el subsiguiente sí! Espero para entonces que se interesen y lo lean n.n

Muchas gracias por apoyarme con este nuevo proyecto que por primera vez intenté, un original. ¡Espero nos leamos luego!

 

Adiós, Arisa.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).