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El Bosque del Lemon por ummei-san

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Notas del fanfic:

¡Es mi primer fanfic así que no me critiques mucho!

Notas del capitulo: Espero que os guste ^-^

Las bombas, tartas envenenadas, petardos en ventanas, tomates podridos, cabezas de caballo, etc. por favor, mandadlas con cariño. Thx
En un bosque siniestro, encantado, donde solo las almas atormentadas se adentraban en busca de su final tiene logar esta rara historia.
Eran muchas las leyendas sobre este lúgubre lugar donde la única ley era la del más fuerte. A este bosque lleno de temibles razas de oscuro linaje, se adentró en plena noche de san Juan, cuando metamorfos y brujas alcanzan su apogeo de poder, un solitario hombre de mediana edad, que rondaria los treita, alto, de tez blanca como la luna misma, de ojos grandes y terroríficamente negros, sin brillo, como si fueran dos antracitas deseando ser prendidas, su pelo caía como una cascada del más fino oro blanco. Su sed era distinta a la de todos los demas, el no se satisfacia con la sangre y el cuerpo humanos, él necesitaba algo más fuerte, más poderoso, un reto, y allí lo encontraria, queria luchar por comer, queria que la lujúria lo consumiera antes de acabar con el adversrio.
Anduvo entre árboles que parecian mirarle, entre sombras que gemian de dolor.
Sintió de repente un golpe en la espalda que le hizo caer de rodillas, jadeando, giró en lo que dura un pestañeo y se posicionó tras su oponente dispuesto a desgararle la garganta, pero este le esquivó propinándole un codazo en la boca, se separó y quedaron frente a frente, retandose.
-No eres bienvenido en estas tierras.¡Márchate!-un muchacho de pelos canos le miraba a los ojos, sin miedo en ellos, con furia. El joven atacante era bello, eso no lo podia negar, con ojos de un verde desafiante y colmillos de sable, la verdad ahora mismo tenia mas aspecto de bestia que del muchacho que era.
-No necesito tu consentimiento para merodear por el bosque, cachorro.-su voz sonaba tranquila y desafiante, era más una amenaza que una aclaración.
-Si te mato ya no podras merodear por ninguna parte. Así que largate maldita sanguijuela.
El rubio se movio un milimetro y al segundo siguiente tenia al de cabellos canos inmovilizado contra la fria piedra.
-Intentalo. Aunque dudo que tengas una sola oportunidad, metamorfo.
-No me das ningún miedo maldito chupa-sangre. No te creas que es tan fácil acabar conmigo, recuerda qué noche es hoy.
- Sé perfectamente qué noche es, cachorro. Pero también sé que los de tu especie sólo pueden obtener el poder de esta noche cuando se hacen hombres, y tu aún eres virgen, así que no me costará mucho acabar contigo.- Una sonrisa de suficiencia se dibujó en su boca, la cosa es que un chico virgen le era una suculenta tentación, y más todavia cuando era de una raza casi extinta.-
¿Sigues creyendo que puedes matarme? No seas iluso.
Acercó sus labios al cuello del joven, abrio su boca y la posó justo donde era más fuerte su pulso, plantando el mas dulce de los besos. El muchacho se habia quedado paralizado por el miedo, creia que iba a morir.
¿Porqué no estaba muerto? ¿O ya lo estaba y por eso no sentía dolor? ¿Pero ...sentía un calor estraño en el cuello? ¿Qué era eso? ¿Porqué le recónfortaba?
Abrió los ojos de golpe y lo único que logró ver fue a ese maldito vampiro besando su cuello, no lo podia creer. Forcegeó con todas sus fuerzas, pero su oponente no se movió ni un ápice.
-¿Se puede saber qué coño haces?¡Aparta maldita sanguijuela!-Su voz sonaba histérica, casi al vorde del colapso. El joven siguió forcejeando con todas sus fuerzas, pero no pasó nada, el vampiro seguia besando su cuello. Sus mejillas iban a explotar de lo rojas que estaban. Su cuerpo tembló salvajemente, alertando al vampiro. La apariencia del chico empezo a cambiar bruscamente, los colmillos volvieron a su ser, las orejas, antes puntiagudas y grandes, menguaron, aunque seguian siendo picudas, sus ojos verdes se tornaron blancos ahora.
El chico cayó inconsciente en los brazos del vampiro, que no sabía que hacer.


Sonaba el crepitar de unas llamas. Olía a lluvía. Suave. Delicada. No era tormenta. Pero había otro olor, otro sonido, algo que no reconocía. Pero no le alertaba, sino todo lo contrario, le reconfortaba. . Miles de preguntas rondaron su mente. Un sudor frío recorrió toda su espalda. No podia ser eso, era imposible. Ese puto chupasangre. No podía ser real. Había sido un sueño, solo un sueño. Esas manos frías que le estaban cambiando las gasas de la frente, no, era imposible, no podian ser de esa puta sanguijuela.
-María...-su voz no era más de un susurro- María, María...¿Donde estas María?- La histéria se apoderó de su voz. Se retorció en la cama, entre jadeos y sollozos, sin parar de pronunciar ese nombre-¡MARÍA!- Despertó desorientado, en una cueva sólo iluminada por las deviles llamas de una fogata.
-Ya empezaba a creer que no despertarias-Su voz sonaba dulze y reparadora en esa fria noche- ¿Quién es María? No hacías mas que jadear ese nombre entre sollozos.
Un resorte saltó en su mente. Situandolo en la realidad.
-María...-susurró de nuevo ese nombre- ¡¿Que le has hecho maldita sanguijuela?!
¡Devuelvemela!- Al intentar levantarse cayó mareado al suelo de la cueva. Se habria golpeado la cabeza si unas frías manos no lo hubieran sugetado a tiempo.
-Pareces cansado...Deberias dormir para recuperar fuerzas.- Le susurró al oido mientras lo llevaba en volandas a la improvisada cama. -No sé nada sobre esa tal María. Cuando estes mejor y el tiempo mejore la iremos a buscar. ¿De acuerdo? Ahora descansa.
-¿Porqué sigo vivo? ¿Porqué no me mataste?...
-Descansa. Tienes algo de fiebre, no deberias hacer esfuerzos.
-Pero María está sola, no sobrevivirá. Tengo que ir a buscarla.-Intentó ponerse en pie. Pero volvió a caer.
-Te he dicho que no hagas esfuerzos- Se quedó mirándolo.- yo iré a buscar a tu pareja, dame algo por donde empezar.
-Ella no es mi pareja.-Lágrimas surcaron sus mejillas y sollozos volvieron a inundar la estancia. -Es una cría que me encontre en las ruinas de una casa. Yo cuido de ella. Pero para poder salir a cazar la dejo sola en el refugio...-cayó inconsciente de nuevo.
-Bueno menos da una piedra. Tendré que buscar algo que me dé una pista en el rastro de su ropa.
Olisqueó toda la ropa en busca de un olor diferente. Nada en la camisa, ni en los pantalones. Buscó en la cinta que llevaba en el brazo y en contró un tenue pero reciente olor, un olor delicioso. De olerlo se le hacía la boca agua. Llevaba tiempo sin comer, tenía sed. El chico era una presa fácil. No le costaría desgarrar el cuello delicado de ese cachorro, mientras su cuerpo satisfcía otro tipo de sed que llevaba mucho tiempo sin saciar. Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos de sí. Dejó su hambre atrás al salir de la cueva en busca de María.
Fue hasta el sitio donde el cachorro le atacó. Buscó y buscó. Pero por más que lo intentó no encontró el dulce olor. Un olor dulce, como el que buscaba, lo sacó de sus pensamientos. Estaba lejos. Pero era muy claro. Siguió el rastro durante unos 30 km a toda prisa y paró en seco. Ahora olía también a sangre. Era la sangre de la niña, no cabía duda. La niña estaba en peligro. Un grito agudo lo sacó de sus cabilaciones. Puso atención y logró escuchar los sollozos de una cría y las carcajadas de un hombre. Corrió como un loco hacía el lugar de donde provenian los gritos. Se preparó para lo peor, para resistir la sed y lujúria que aquella escena provocarian en él. Al llegar al claro se encontró exactamente con lo que temia. Un sucio humano estaba abusando de la niña, que no hacía más que llorar.
-¡¡Dame todo lo que tengas si no quieres morir!!- El bárbaro zarandeaba a la niña te un lado para otro por los pelos.
-¡¡¡NO, déjame!!!.... No tengo nada que se pueda llevar. ¡¡Me hace daño!!- Los gritos de la niña inundaron la cabeza de quien venía a rescatarla. Provocándole deseos. Sacando la bestia que había en él.
Notas finales: Espero reviews. Por favor, nada de insultos. T^T

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