La noche estrellada había terminado, el castaño intentaba despejar su mente, hoy, de nuevo, iba a comenzar todo, otra vez, desde el principio, elaboraría su plan cuantas veces hiciesen falta, hasta que funcionase, no le importaba que este no hubiese satisfecho sus requerimientos, después de todo, personas sobraban en el mundo, y pronto conseguiría otra familia.
El nostálgico ruido de la cafetera ya se había apagado, Steven Williams, (como se había hecho llamar en esa oportunidad) salía de la casa, en la que aún estaban los cuerpos fallecidos y ya en descomposición de lo que fue, alguna vez, su familia.
Con paso decidido, se fue a otra región del país, necesitaba mostrar que era inocente, y que mejor forma de hacerlo que desapareciendo del lugar del crimen antes que este fuese revisado por las autoridades policiales.
-¿Alguna pista? - Preguntó una detective caminando de lado a lado, observando detenidamente el cuerpo de una joven de cabellos claros.
-Misa Amane, junto a dos hijos, no hay precedencias del padre, ni del padrastro, al parecer huyó, o quizá hubiesen terminado. - Respondió su asistente.
-¿Identificación del padrastro?.- Cuestionó recelosa, ya sabía quién fue el padre de los hijos de Misa Amane, y estaba en la cárcel desde hace tiempo, no podía ser él.
-Según los contactos, solo pagaba en efectivo, por lo que en ningún momento necesitó mostrar identificación, además, trabajaba en una oficina que no necesitaba documentos de identificación, puesto que le pagaban de la misma manera. Solo r. Se hacía llamar Steven Williams, no hay fotos registradas, al parecer no le agradaba tomarselas. -Aclaró la otra.
-Es un chico listo. ¿Eh?...Hace 2 años escuché de la historia de una familia, también fueron asesinados misteriosamente, de ataques al corazón, todos el mismo día, y el padrastro de dicha familia también desapareció. Estoy segura que es el mismo. -Opinó la chica de cabellos negros, a lo que su asistenta solo suspiró.
-Misora, haremos lo posible por encontrarle. - Culminó, a lo que ambas siguieron con su trabajo de rastrear pistas.
-10 meses después-
El día pasaba tranquilamente. Sin dudas, estaba contento, su rubia cabellera se abatía al tocar el viento, se sentía feliz estar libre de nuevo, claro que sí. El sentía cierto rencor, por supuesto, y bueno, en cierta manera tenía razones para estar enojado. Gracias a su comportamiento lo habían enviado a la escuela militar, pero, el haber mejorado sorprendentemente sus notas y su desempeño fueron las llaves para abrirle la puerta de la libertad, aún así, fueron sus padres quienes aprobaron la idea de la escuela militar.
Ya su "melena" había crecido como antes, iba a regresar a casa de sus padres, intentando grabarse en la mente que se habían divorciado, y que ahora debía "apoyar" la decisión de L, su padre.
La camioneta negra había, por fin, dejado de rodar, y Mello salía feliz del auto.
-Estoy tan feliz de volver a verte, gracias por acompañarme a casa, no era necesario. - Sonrió el rubio, apoyando contra el vehículo a su pareja, que sonrojado, le seguía el juego.
-Yo también estoy muy feliz Mello, y lo que quiero hacer es estar tiempo contigo. - Respondió el pelirrojo, sonriéndole también.
-La verdad me alegra tenerte de nuevo, cachorro. - Se sinceró el rubio, para luego besar suavemente los labios de su novio, poco después entraron a la casa, felices, por supuesto.
-¡SORPRESA! -Gritaron varios chicos emocionados, viejos amigos de Mello, y familiares también, todos estaba reunidos en el jardín, celebrando la llegada del rubio a casa, después de dos años.
-Oh...gracias, en serio. - Agradeció el rubio, al ver lo bien preparado que estaba el lugar, y tenían una fuente de chocolate, lo que era, para Mello, el paraíso.
Todo iba a bien, hasta que, vio a su padre, pero, no estaba solo, alguien lo estaba ¿besando?, ¿Qué estaba sucediendo?
-¿Pa..pá?- Masculló algo confundido, a lo que su novio lo miró extrañado.
-¿Qué pasa? - Preguntó este, sin cambiar la mueca de extrañeza.
-Matt, ya vengo. - Aclaró, de esta manera, que no lo siguiera, a lo que el pelirrojo solo asintió y se quedo a platicar con los amigotes de Mello, que en cierta forma, les temía un poco, tenían un aspecto mucho más fuerte y prepotente que él, y se sentía incómodo.
-Me alegra que estés en casa de nuevo, Mello. - Dijo el pelinegro que hacía el roll de padre del rubio, este lo abrazó casi por buena educación, y siguió mirando al tipo "extraño" que estaba con su padre.
-¿Quién es "este"?- Preguntó con tono despectivo.
-...Bueno...se que es difícil de explicar...pero, el es Light Yagami...y somos prometidos....vamos a casarnos, Mello. - Masculló un poco sonrojado, a lo que el castaño sonreía de lado y le estrechaba la mano a su "hijastro".
-Mucho gusto conocerte en persona Mello, oí mucho de ti. Espero que esta familia prospere Y No pienso dejarte ir de la familia otra vez.- Dijo Light, pensando para sus adentros la mejor manera de construir una familia inteligente, rica, y feliz, no como la anterior, aunque, si llegase a fallar su plan, ya tendría otra alternativa, solo tendría que deshacerse de la actual. Ya no se llamaría Steven Williams, por supuesto, ahora era Light Yagami.
-...Claro. - Respondió receloso el rubio, alejándose del lugar, aún enojado.
-Ya se le pasará...no te preocupes Light-kun. -Sonrió amablemente el pelinegro, a lo que el castaño solamente respondió con un beso apasionado.
Mello, en cambio, ya no tenía hambre, ni ganas de jugar ni molestar a la gente, caminó decidido a donde estaba Matt, y al verlo se lo llevó del lugar jalándolo fuertemente del brazo.
-Me..mello, me lastimas -Se quejó el pelirrojo, pero su novio lo prestó atención en lo absoluto, siguió alzándolo del brazo hasta llegar al cuarto del rubio.
-¿Puedes creerlo? No llevaban ni un año, y se vuelve a casar, con ese tipejo. - Gruñó Mello, tirándose a la cama resignado.
-Bueno...quizá se conocen muy bien y no necesitan pensarlo tanto...-Respondió un poco confundido por la actitud de su pareja.
-No me agrada ese tipo. -Comentó ya lo obvio, a lo que Matt solamente se quedó callado y se sentó también en la cama.
-Te equivocas Mello, Light es un buen hombre. - Dijo un peliblanco que no había aparecido ni siquiera en la fiesta.
-¡NEAR! ¡Ven acá enano! -Rió el rubio con gesto burlón, abrazando a su hermano menor, también había extrañado a ese chiquillo, sobretodo joderle la paciencia.
-También me hiciste falta Mello. - Respondió el peliblanco con una sonrisita, mirando de reojo a Matt, que se entretenía mucho con el Ipod de su novio.
-Jeje, has crecido un poco. - Comentó Mello. - Solo un poco, un centímetro, quizá, jajaja. - Rió, a lo que su hermano no objetó una risa en forma de respuesta.
-Es en serio, Light es un buen hombre. - Volvió al tema principal de repente., sentándose encima de Matt, que se encontraba acostado boca abajo jugando con el reproductor de Música del rubio.
-Oye enano, quitate de encima de mi cachorro.- Gruñó Mello, dándole un ligero empujón al peliblanco.
-Gracias - Respondió Matt con una sonrisita gatuna, que al rubio simplemente le encantaba.
-Y tu que vas a saber de si es o no un buen tipo, solo llevan 8 meses juntos. - Reprendió Mello a su hermano, el cual jugaba con un mechón de cabello blanco.
-Pues me ha caído bien, y yo le caigo bien, y creo que no oculta nada. - Respondió cortamente.
-Eso no significa nada tarado. Ese tipo es un... - Pero Mello interrumpió la frase al ver la mueca de alerta de su novio, por lo cual volteó en seguida.
-Mello, ¿podemos hablar?- Preguntó Light, el rubio no supo como había entrado tan silenciosamente, pero asintió con la cabeza, y lo siguió.
-¿A donde vamos?- Cuestionó.
-Al sótano. - Dijo el castaño, siendo seguido por su hijastro.
Cuando estuvieron en el lúgubre lugar, hasta el rubio sintió escalofríos, estaba oscuro, con mala iluminación y un olor rancio, sin embargo, para vencer la incomodidad, vagó la vista por los casilleros, dirigiéndose inconscientemente hasta ellos.
-Esos son míos, quedan dos, si los necesitas. - Sonrió el padrastro, a lo que Mello simplemente devolvió la vista un poco asustado ante la reacción de "ese" tipo.
-Quería hablar contigo acerca de esta nueva familia. - Siguió hablando el castaño. - Creo que eres la clase de chicos que siempre busca problemas, pero no voy a permitir que sigas haciendo eso, ¿entiendes?. Quiero la familia perfecta, no vas a arruinar NADA. -Esa última palabra tuvo un énfasis bastante aterrador.
-Oiga, no se quien se cree que es. Pero déjeme decirle algo, no soy imbécil, y no voy a seguir órdenes de un pendejo como usted. - Apenas al espetar esas palabras, sintió un fuerte golpe en la cara, ¿había sido una cachetada?
-Ten más respeto, ahora soy tu padre. - Ordenó el castaño, pero esa había sido la gota que colmó el vaso, el rubio se había abalanzado hacía su "padrastro" con la intención de darle una buena golpiza
Ambos cuerpos se tomaron en un acto de violencia, intentando vencerse entre sí, hasta que la puerta del sótano se abriese lentamente, y por ella bajase una sombra silenciosa.
-Mello!, ¿ que estas haciendo? - Regañó L, había descubierto la pelea en el momento menos esperado para el rubio, porqué en ese momento iba a propinarle un buen golpe a Light.
-Padre...yo...- Sus ojos giraron lentamente hasta el castaño que sonreía mordazmente, victorioso ante la situación.