Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Novio por una noche por Paz

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Una nueva historia para unir a Hanamichi y Kaede...
 

Novio por una noche

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo Único

 

-Vas a necesitar ayuda? -preguntó Yohei.

-Ayuda? -preguntó sin comprender a que se refería.

-Hay que hacer la limpieza general...

-Ya es Año Nuevo? -pregunta sorprendido.

-Solo faltan dos días... -era costumbre hacer una limpieza del hogar para recibir el nuevo año, tirando las cosas inservibles y dejando la casa impecable, debido a que su amigo andaba como perdido, nadie sabía que había provocado aquel estado de animo en un muchacho que siempre fue alegre. Solía quedarse ensimismado en sus pensamientos y demasiado a menudo olvidaba en que lugar o fecha se encontraba, por eso tuvo a bien recordárselo.

Los comerciantes habían visto una forma de vender más y habían adoptado el método de adornar sus negocios y también las calles con luces de colores al modo occidental. Sin embargo, Hanamichi imbuido en sus pensamientos, demasiado a menudo quedaba como ido, esos días habían transcurrido sin ser consciente de su transcurso.

Viendo a su amigo se preguntaba en que momento de ese tiempo transcurrido había quedado atrás el escandaloso Hanamichi, dando paso al muchacho serio que era ahora. A menudo su mirada quedaba perdida en un punto inexistente, sino fuera porque no se le conocía novia, hubiera llegado a creer que estaba enamorado. Ahora su único afán era sacar adelante su carrera. …l mismo y el resto de sus amigos extrañaban la alegre personalidad del pelirrojo, mirándole calculó cuanto tiempo había transcurrido desde que ese nuevo muchacho apareció.

-Te lo agradezco. Te espero a primera hora...

-Hasta mañana, entonces. -dijo Yohei dejando a su amigo a la puerta de su casa.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hanamichi despertó cuando escuchó unos fuertes golpes que le hicieron saber que se trataba de Yohei.

Aquella noche se  había quedado hasta muy tarde estudiando, se levantó aun aletargado aún por el sueño, se inclinó para recoger el futón dejándolo momentáneamente apoyado sobre el piso.

-Cuanto más tiempo vas a dejarme ante la puerta? -preguntó Yohei apoyándose en el alfeizar de la ventana abierta que correspondía al dormitorio de su amigo.

-Disculpa... me acosté tarde y aún estoy dormido.

-Algún día se te va a meter un ladrón -dijo dando un salto y colándose dentro de la casa.

-Hasta ahora no ha sido así. Quieres té? -dijo dirigiéndose a la cocina, sin importarle dejarse ver en slip, durante su paso por la sala recogió su yukata y se lo puso ajustando el cinto a su cintura, tampoco le aclaró que él no era el único que utilizaba esa ventana para colarse en el interior del cuarto.

Hanamichi se mueve con prontitud, la practica que tiene en la cocina proviene de su necesidad de aprender a prepararse su propia comida tras la muerte de su madre, en pocos minutos tiene preparado sobre la mesa una bandeja con diversos platillos y cuencos.

Sabe que su amigo no sale de su casa sin hacer su primera comida del día, por ese motivo solo le ofrece bebida caliente, en cambio él necesita algo más consistente. Su desayuno consiste en un cuenco de arroz, sopa de miso, pescado al grill y tsukemono, diversos encurtidos como daikon, albaricoques, lechuga china, nabos, pepinillos y espinaca, todo ello en pequeñas cantidades, a veces incluye en su desayuno tofu frito porque esa es la comida más importante del día y también porque al mediodía suele hacer una comida ligera.

Bebe ingentes cantidades de té.

Finalmente, concluye su desayuno compartiendo con Yohei té y manju.

-Por donde empezamos? -pregunta Yohei cuando su amigo terminar de fregar y recoger los utensilios de cocina usados.

-Por mi dormitorio -decide.

Allí van los dos.

-Qué es eso? -preguntó Yohei cuando movieron el pesado mueble entre los dos para poder limpiar por debajo de él.

Hanamichi miró para ver que había llamado su atención, viendo un sobre alargado, amarillento por el tiempo que llevaba ahí, supuso que todo el año. Apenas quedaron libres sus manos, se inclinó para recogerlo, lo sacudió para quitar el polvo que cubría el papel, su contenido tenía cierta consistencia, aunque no era pesado. Fue entonces que recordó haber visto un sobre parecido, solo que aquel no llevaba su nombre escrito en él, al volverlo del otro lado comprobó que no estaba cerrado.

Indeciso lo sostuvo entre sus dedos.

-Ábrelo... -le apremió Yohei.

-Cómo ha llegado ahí? Nunca antes lo había visto... -murmuró con cierta aprensión.

-Si no miras en su interior, nunca sabrás de que se trata.

-Lógico... -le asustaba pensar en el posible remitente de esa carta. Su corazón latía con fuerza en su pecho. Levantó el extremo y sacó de su interior una cartulina su contenido era escueto- ¡¡¡Kamisama!!! -no pudo menos que exclamar al confirmarse su sospecha.

Yohei se acercó al fijarse que había palidecido, leyendo lo que allí estaba escrito por encima de su hombro.

-"Si vienes conmigo sabré que me amas. Kaede."

Hanamichi miró dentro del sobre, su contenido, un billete de avión, en ese instante sin ningún valor, sin embargo para él significaba mucho. Kaede le amaba y él le había fallado.

-Rukawa y tú..., eso era lo que te tenía como perdido. -no necesitó explicaciones, aún así la curiosidad pudo más y preguntó- Desde cuándo estuvisteis juntos? Por qué no intentas comunicar con él?

-Vino a verme la noche anterior a marcharse y fui su novio por una noche... no volví a saber de él, le seguí buscando cuando los demás desistieron, cuando finalmente supimos donde estaba creí que se había burlado de mi, que había sido su manera de vengarse por todo lo que le hice durante tres años, que sus palabras de amor eran mentira.

-Posiblemente él quedo con la idea equivocada de que no le interesabas... -murmuró Yohei pensativo.

-Supongo que si.

-No esta todo perdido...

-Qué quieres decir? -los dos se olvidaron de la limpieza.

-Tienes que ir a su lado...

-Cómo? Ni siquiera conozco su paradero.

-Dentro de dos días su equipo va a jugar contra los Lakers, no será tan difícil esperarle a la salida del partido.

Su mirada brilló ilusionada, más enseguida su esperanza se desmoronó.

-No tengo dinero suficiente para comprar un pasaje. -Dijo frustrado- Además tengo que prepararme para los exámenes.

-Para que están los amigos? -Preguntó Yohei- Hablaré con los chicos. En cuanto a tus exámenes, puedes llevarte los libros, aún quedan dos semanas.

-Gracias...

-Tengo que dejarte... -miró alrededor.

-Vete... yo me ocuparé de terminar.

Durante el resto de ese día, Hanamichi trabajo con ahínco, ilusionado. Kaede le amaba.

Ventiló la vivienda, aireó el futon, vació los armarios y limpió por dentro, guardó la ropa en sus correspondientes lugares, desechó la que necesitaba lavarse, hizo la colada, se preparó la comida, por la tarde, recogió la ropa seca y la planchó, cuando terminó de pasar la aspiradora sacó a los contenedores correspondientes bolsas llenas de basura. Enceró puertas, muebles y el piso, dejándolo todo resplandeciente, al llegar la noche se derrumbó agotado sobre el futon, sin embargo el sueño se negaba a darle el descanso que necesitaba.

Su mente se llenó de recuerdos agradables.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Aquella tarde habían ganado el Campeonato Nacional, tras el júbilo inicial, llegó el cansancio por el duro duelo que habían llevado a cabo con sus rivales. Se abrazaron entre ellos, se palmearon las espaldas, gritaron y finalmente, tras el saludo final y la entrega del trofeo, dejaron la duela hacia los vestuarios, permaneció bajo el chorro del agua caliente largo rato ajeno al bullicio de sus compañeros.

-Ey, Sakuragi... te esperamos en Danny's -le avisó Mitsui con la mano en el picaporte- Vamos a festejar el triunfo, contamos contigo.

-¡¡Nani!!!?? -gritó desde la ducha del fondo, al no obtener respuesta se encogió de hombros indiferente. Todo lo que deseaba era dormir. Se sentía a gusto allí, dejando que el agua caliente relajara sus músculos. Cuando se decidió a salir, cerró el paso del agua y se giró para recoger su toalla encontrándose de frente a una mirada insondable, azulina.

El área de las duchas era un espacio diáfano que fue dividido en diversos cubículos, en la pared sobresalían duchas murales adecuadas para el uso de adultos, con sus correspondientes platos de ducha en madera para evitar resbalones. Para dar cierta intimidad al ocupante paneles de madera a la altura del cuerpo separaba cada ducha.

Rukawa pensó que era el último en salir, iba a apagar la luz cuando escuchó el paso del agua que provenía de las duchas, intrigado porque creía que todos habían marchado se acercó.

-Estas ahí? -dijo sin separar la mirada de su rostro, como si su presencia le fuera indiferente.

-Eso parece... -respondió ajustándose un lienzo alrededor de sus caderas y dirigiéndose hacia su taquilla.

-Te encargas de cerrar... -dijo dejando las llaves sobre un banco.

Asintió sin volverse, incapaz de hablar. Al rato escuchó la puerta cerrarse y los pasos que se alejaban. Solo entonces dejo escapar el aire que había contenido. No sabía en que momento dejo de pensar en Haruko para fijar su atención en él, comprendiendo que estaba enamorado del zorro, guardó ese sentimiento en su corazón temeroso de ser rechazado, lo que no dudaba porque Rukawa camina indiferente por la vida, sin mostrar interés por los que le rodean. Las únicas emociones que hay en él son la pasión que siente por el basquetball y el odio que vibra hacia él. Solo siente no haber sabido desde el principio que el sentimiento que creyó sentir por Haruko no era real, se hubiera evitado muchas peleas con Rukawa y hubieran podido ser amigos. Tal vez entonces, ese amor no hubiera crecido en su pecho. Ahora sabiéndole inalcanzable se resigna a su amor no correspondido.

Cuando termina de vestirse, recoge su bolso y las llaves. Cierra la puerta del gimnasio y guarda las llaves en un cajetín.

Sale del área del colegio sin ver a Rukawa esta parado junto a su bicicleta y que le sigue con la mirada para luego ir tras él.

En un primer momento pensó en pasarse por Danny's para reunirse con su gundam, pero se sentía demasiado cansado para festejos y decidió marchar directamente a su casa.

Esa noche todo lo que deseaba era dormir, porque así evitaba pensar en el objeto de su amor. Últimamente dormía mucho.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

La tormenta se desató mientras esperaba frente a la casa de Sakuragi, le quedaban unas horas para partir por eso volvió allí, porque no deseaba marcharse sin despedirse, sin hablarle de sus sentimientos, haciéndole saber que le amaba.

Se acercó a la puerta, y pulsó el timbre, eran las nueve de la noche e imaginaba que aún estaba levantado. Nadie respondió a sus repetidas llamadas. Era extraño, porque le había visto entrar y permaneció allí largo rato buscando valor para hablarle, solo se marchó cuando una llovizna le apartó de la calle, yéndose a su apartamento, donde preparó lo que iba a llevarse, cuando dispuso que su documentación y su billete de avión estaba dentro de su cartera, vió el sobre que había preparado en un rapto de euforia. Lo tomó guardándolo en su bolsillo y llevado por un impulso salió nuevamente dispuesto a todo.

Ahora estaba llamando a su casa, las finas gotas de lluvia se tornaron más gruesas, se apresuró a dar vuelta la casa buscando un lugar donde resguardarse, fue entonces que vió la ventana abierta. Se asomó, distinguiendo en el lecho a Sakuragi, no se lo pensó demasiado, se encaramó sobre el alfeizar y pasó al otro lado, al resguardo de la lluvia.

Pasó su mano por la cabeza, para quitarse el exceso de agua, lo último que deseaba era resfriarse la víspera de su partida.

Se quitó la chaqueta, miró alrededor buscando donde dejarla para que se secara, fue entonces que vió la mirada de Sakuragi fija en él.

-¿Cómo has entrado?

-Por la ventana... -respondió sorprendido por su tranquilidad- Llueve... -comentó a modo de explicación.

-Anunciaban chubascos -murmuró dejando la calidez del futón- Aunque estas tormentas de verano duran poco tiempo.

-Llame repetidas veces...

-Estaba cansado... no escuche.

-Ahora no hice ruido... -había tenido cuidado para no despertarle.

Sakuragi sonrió.

-Tengo la rara habilidad de despertar cuando alguien se introduce con sigilo en mi habitación.

-Ah...

-Vas a resfriarte... -fue hacia la puerta del dormitorio que abrió, le hizo un gesto hacia una puerta próxima- Date un baño caliente, te daré un yukata mientras se seca tu ropa.

Kaede asintió.

Unos minutos después recogía toda su ropa mojada para llevarla a la secadora, dejándole al alcance de su mano el yukata.

-¿Te apetece té? -preguntó cuando estaba a punto de salir.

-¿Por qué no? -preguntó a su vez.

-Estaré en la cocina... -dijo.

Unos minutos después Rukawa se reunió con él. Bebieron en silencio, dirigiéndose miradas furtivas, uno preguntándose a que se debía su presencia en su casa, el otro intentando encontrar valor para expresar sus sentimientos sin salir lastimado en el intento.

Fue entonces que todo se precipitó, no tiene muy en claro que sucedió, pero de pronto se encontraron abrazados besándose con ardor, en mitad de la cocina, pasando sus manos por sus cuerpos como si así buscaran reconocerse solo con el tacto, tampoco tiene en claro como salieron de allí, solo recuerda encontrarse tumbado en su lecho con Kaede sobre él, sintiendo no solo sus besos en su boca, sino también en todo su cuerpo, arrancándole suaves gemidos que se intensificaban por la intensidad de sus caricias.

Fue una noche muy reveladora, en la que bajo el contrapunto de la tormenta exterior, se desató una dentro, en la que Kaede le hizo suyo y mientras estaban unidos íntimamente escuchó sus palabras.

-¿Quieres ser mi novio? -preguntó.

-Si... si.... -gimió estremecido.

Y la danza amorosa continuó durante el resto de esa noche, se amaron con una intensidad que le dejo exhausto, por ello cuando en medio de su sueño le escuchó levantarse pensó que debía de tratarse de una emergencia, por lo que siguió durmiendo.

-Me voy...  -sintió un suave beso en sus labios, en ese instante no pensó que esas palabras eran su despedida.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Unos fuertes golpes en la puerta le hicieron volver a la realidad.

Se levantó con presteza yendo a abrir la puerta.

-¿Qué ocurre, muchachos? -preguntó al ver a todos sus amigos.

-Ya lo tenemos, tu vuelo sale dentro de cuatro horas. -dijo Takamiya entusiasmado.

-¡¡Queeeé!! -pensó que había escuchado mal.

-¿Qué haces ahí parado como un pasmarote.... -dijo Ookus empujandole hacia el interior de la vivienda.

-Yo me encargó de recoger lo que necesita llevar -dijo Noma, pasando por delante de él.

-Prepararé la ropa que va a ponerse -dijo Yohei.

-Le ayudaré a bañarse -dijo riendo Ookus agarrándole del brazo.

-¡Bakas!! -dijo bajito, dejándoles hacer, excepto a Ookus al que cerró la puerta del ofuro en las narices.

Ignoró los fingidos gritos de dolor de Ookus.

-¡¡Ay!! Me duele... creo que me ha roto la nariz... ¡¡Ay, es insoportable!!

Sonrió mientras se bañaba, después de Yohei a quien más apreciaba era a Ookus, porque era capaz de hacerle olvidar cualquier pena con sus tonterías.

Una hora después dejaba en manos de Yohei la llave de su casa.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Su inglés no era perfecto, así que tuvo que ayudarse gesticulando y mostrando la fotografía de Rukawa, que durante ese tiempo ha tenido como un recordatorio de la noche que pasaron juntos.

Una hora después estaba delante del Estadio de los Lakers, era impresionante, se acercó hasta una de las puertas, donde estaba un guarda de seguridad.

-Disculpe, señor. Podría indicarme ¿cuál es la puerta de salida de los jugadores?

Le miró como evaluando si podía darle esa información.

-Soy amigo de Rukawa Kaede -le mostró la fotografía, donde festejaban su éxito contra el Sannou- …l no me espera y quería sorprenderlo. Los dos somos de Kanagawa -ante su gesto de incomprensión añadió- de la misma ciudad.

-Es mejor que le espere dentro...

-Lo siento, no tengo entrada y no me parece correcto.

-El partido esta por terminar... -abrió la puerta y habló rápidamente con un compañero, luego se volvió hacia Sakuragi- Pasa, mi amigo te llevará hasta el vestuario.

-Muchas gracias....

-Si me consigues su autógrafo, me daré por satisfecho -dijo con una sonrisa.

-Lo intentaré ¿como te llamas?

-Dave Michaels, mi hijo le admira. -haciéndole saber así que no era para él.

Durante diez minutos siguió los pasos del chico, no llevaba uniforme, por lo que supuso que trabajaba en el estadio, por ese motivo se movía por el lugar sin un titubeo hacia donde dirigir sus pasos. Con aquellos que intentaban frenarle, les hablaba mirando hacia él y enseguida se apartaban dejándoles pasar.

Llegaron a un largo corredor con muchas puertas. Finalmente se detuvo ante una de ellas.

-Aquí esta el equipo de Rukawa.

-No quisiera molestar a los jugadores, -dijo al ver su ademán de abrir la puerta- Le esperaré aquí. Gracias por tu ayuda. -se acercó a la pared apoyándose en ella.

-Los jugadores entran por aquella puerta -le indicó el joven antes de irse.

Al quedar solo, comenzó a escuchar por los altavoces los últimos instantes del juego y por eso se dió cuenta que Rukawa se estaba luciendo con su espectacular forma de jugar.

Un minuto después concluía y fue entonces que todo el valor que había acumulado durante esas últimas horas empezaba a abandonarle.

El pasillo comenzó a llenarse de hombres que iban y venían, luego llegaron los jugadores del equipo contrario, su figura no pasó desapercibida para ninguno de ellos, sin embargo, ningún se detuvo a interrogarle del porque de su presencia allí.

A través de los altavoces seguía oyéndose que estaba homenajeando al equipo ganador, tardaron media hora en comenzar a entrar los jugadores, primero los reservas, que se les veía descansados, el personal técnico y finalmente los titulares.

Le vió entrar pero no solo, iba acompañado de un rubio de porte enorme, recordando el reportaje que había leído en el avión, el equipo tenía dos extranjeros, Rukawa y un noruego cuyo nombre no memorizó, su aspecto era desenfadado y pasaba con excesiva familiaridad el brazo por los hombros de Rukawa.

Llevaba en la mano una toalla con la que iba secándose el sudor de su rostro y cuello, parecía atento a lo que le decía su compañero, debía tratarse de algo agradable porque sonreía, a él nunca le sonrió así y supo que si alguna vez tuvo una oportunidad con él, esa tarde estaba comprobando que ya no le interesaba, porque apenas Rukawa levantó la mirada y le dió se inmovilizó, apenas unos segundos, enseguida reanudo su camino hacia el vestuario y cruzó la puerta ignorándole.

Sus peores temores se habían realizado. No intento un acercamiento, supo que no tenía sentido. Si Rukawa en algún momento creyó amarle, ahora sabía que no fue así, el odio que vió en su mirada era demasiado intenso para ignorarlo.

Se dió media vuelta para desandar el camino que había recorrido, se disculparía con el guarda de seguridad, por no poder conseguirle el autógrafo, le preguntaría si quería el de un chico que intentaba abrirse camino en el deporte en Japón y que sin dudarlo, su nombre saldría fuera de Japón.

-Espera, ¿eres Sakuragi? -preguntó una voz arrastrando la "r" con un fuerte acento extranjero.

Se volvió un tanto sorprendido que alguien supiera su nombre.

-Kaede habla a menudo de ti, tienes que disculparle, es terco y se aferra a sus pensamientos como si fueran correctos. Durante este tiempo solo le oigo hablar de ti, y ahora te hace ese desplante.

-Si, ya he visto que me odia....

-¡No..., solo que esta resentido. Si te deja hablar seguro que tienes una razón valida por no aparecer antes.

-La tengo... pero no va a creerme... me vuelvo a casa. Tengo billete con el regreso marcado.

-¿Donde te alojas?

Hanamichi sonrió con tristeza.

-Pasaré la noche en el aeropuerto..., no tiene sentido que busque un hotel. -no dijo que no llevaba dinero suficiente para ese gasto. Adiós. -se despidió.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Estaba respingado en una de las salas cercanas a la aduana, para pasarla apenas anunciaran la arribada de su avión, tenía las piernas estiradas todo lo largo que eran y con la mano sostenía un libro abierto en su regazo, su mochila reposaba en el asiento al lado suyo, la cabeza echada hacia atrás, apoyando la coronilla en la pared, a pesar de no verlos supuso que tenía los ojos cerrados cubriéndolos con la otra mano. Se le notaba cansado.

Así fue como le vió Rukawa cuando atravesaba las distintas salas en su busca. Se le veía tan desamparado que sintió como su corazón se estremecía de pesar por el dolor que notaba en su expresión y que él había provocado con su obstinación.

Se sentó a su lado. Inclinó el rostro hacia delante para mirar la tapa del libro y supo que había dejado sus estudios para encontrarse con él.

-¿Que haces aquí? -preguntó sin molestarse en mirarle. Estaba demasiado cansado para comenzar a discutir.

-Erick no me perdonará si no te escucho. -dijo preguntándose si acaso le había visto llegar.

-Ahora haces lo que te piden los demás. Eso es nuevo, Rukawa. -dijo con acritud.

-Solo si me conviene.

Sakuragi cerró el libro, al ir a guardarlo, vió el sobre amarillento por el tiempo que había pasado perdido.

-Mis amigos me ayudaron sin reservas para que me reencontrara contigo, que perdida absurda de tiempo y dinero. Quédate con esto, ya no lo quiero, -echó en su regazo el sobre con su nombre y el contenido- Tu ya tienes a quien amar, yo no viviré de recuerdos. -marchándose a grandes zancadas hacia la aduana y presentando su pasaporte y pasaje antes de ser alcanzado por Rukawa que se había quedado mirando sorprendido el sobre que una madrugada él había dejado al alcance de Hanamichi.

Se veía sucio y amarillento, como si el paso del tiempo lo hubiera aviejado. ¿Por que estaba así? ¿Acaso él lo había tirado? Al momento volvió a verse aquella noche, hubo tormenta y en la mañana grandes vientos, y Hanamichi durmiendo con la ventana abierta, recordó que dejo el sobre encima de la almohada, junto a su rostro, para que lo viera apenas despertara. Volvió a salir por la ventana, un fuerte viento racheado sacudió las cortinas de la habitación, él no miró hacia atrás, en ningún momento se le ocurrió pensar que esa ráfaga de viento privó a Hanamichi de ver la nota que le dejaba, posiblemente el sobre cayó bajo algún mueble, sin que Hanamichi supiera de su existencia.

Cuando corrió tras él, le vio pasar la aduana cortando toda posibilidad de reconciliación.

-¡¡Hanamichi!! -gritó su nombre.

Continuó su camino sin volverse atrás, sus explicaciones ya no tenían sentido, él había encontrado otra persona a la que amar, lo suyo fue un desahogo de juventud porque en ningún momento le dijo que le amaba, él se hizo ilusiones al leer la nota, pero ahora sabía que Rukawa solo creyó estar enamorado, sin embargo, la distancia le hizo encontrar otro amor, ese chico rubio, al que sonreía feliz. Unas lágrimas rebeldes asomaron en sus ojos, las secó de un manotazo.

-Bienvenido a bordo -dijo una azafata, con expresión distraída le mostró la cartulina donde figuraba su asiento- Segundo pasillo a la derecha.

-Gracias.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

En cuanto Hanamichi se perdió de su vista corrió hacia las taquillas de venta de billetes, para averiguar cuando era el siguiente vuelo hacia Japón, pudo salir tras Hanamichi algunas horas después, tuvo tiempo suficiente para avisar que por motivos familiares iba a estar ausente unos días, también llamó a Erick para que no se preocupara por su ausencia, aun recordaba sus palabras.

-No le dejes marchar, el verdadero amor es un sentimiento que solo pasa una vez en la vida, yo lo se... y tu vas a perderle por un malentendido. Déjale hablar, si no te convence, vuelve a escuchar lo que te dice tu corazón y actúa en consecuencia.

Su corazón decía que le amaba. Hanamichi se fue convencido que estaba enamorado de otro, ¿Por qué creyó eso? Enseguida supo la respuesta, Erick y él juntos, les vió cuando regresaban a los vestuarios, riendo cuando compartían la alegría por el triunfo, malinterpretó todo cuando le dijo que Erick no le perdonaría si no le escuchaba.

Cuando descendió en Narita, sintió como el frío infernal que le esperaba allí alcanzaba a traspasar sus huesos.

Pensó que era su sino, ir a casa de Hanamichi durante noches tormentosas. Los rayos culebreaban por el cielo y el tronar de los relámpagos sonaban con estruendo, aún no llegaba la lluvia, solo sería cuestión de tiempo. Se subió el cuello de su chaqueta deportiva abrigándose pues ni se molestó en ir al apartamento para recoger ropa de abrigo y había salido con una chaquetilla de tela, tipo paracaídas, y pantalones vaqueros.

Se detuvo delante de la casa de Hanamichi, todo estaba a oscuras, esta vez ni se molestó en llamar, bordeó la fachada, una sonrisa ensanchó sus labios, la ventana correspondiente al dormitorio de Hanamichi estaba abierta, se asomó y vió el bulto tirado en el lecho, estaba encogido sobre si mismo.

Apoyo las manos en el alféizar y se impulso hacia arriba, cayendo del otro lado con un mínimo esfuerzo.

Se apresuró a quitarse la ropa antes que despertara, aún recordaba lo que le dijo un año atrás.

"Tengo la rara habilidad de despertar cuando alguien se introduce con sigilo en mi habitación"

Le sintió rebullir cuando se acercaba para acostarse, se apresuró a meterse dentro de la cama, acercándose al calor que emanaba de su cuerpo, sus manos frías dieron un repelús a Hanamichi que abrió mucho los ojos.

-Hola... -musitó.

-Ho...la... -tartamudeó-¿Qué...haces...aquí?

-¿Creíste que iba a dejarte marchar sin decirte que te amo...? Eres mi novio... ¿Acaso lo has olvidado?

-No..., pero tú y... y ese chico....

-Solo es un compañero..., un buen amigo..., nos apoyamos mutuamente para olvidar nuestros desengaños amorosos..., al menos creí que fue así... cuando no viniste me sentí muy mal.

-Cuando desperté y me encontré solo pensé que volveríamos a vernos, pero cuando comprendí que no, también me sentí desolado.

-Perdóname, debí tener más cuidado, la próxima vez mis notas las dejaré en tu mano.

-No habrá próxima vez... -dijo Hanamichi- Porque no pienso soltarte... -sus brazos le estrecharon con más fuerza.

-Tendrás que dejarme ir..., debo volver... -al sentir el desencanto de Hanamichi, le acercó el rostro y musito en su oído- voy a decirte un secreto..., vuelvo a casa apenas termine mi contrato con ellos.

-¿Cuando... cuando será?

-Pronto... sabiendo que me esperas aquí... solo me quedaré lo imprescindible. Solo te pido paciencia.

-Seré paciente...solo necesitaba tener la certeza que me amas, porque yo te amo, Kaede....Tú eres el motor que rige mi vida...

-Te amo, Hanamichi..., sin ti no soy nadie. -Musitó buscando sus labios que encontró trémulos- Solo te pido que seas un poquito menos temperamental, no me gustaría tener que recorrer el mundo a menudo tras de tí.

-Eso me demostraría que me amas... -dijo con una sonrisa pícara.

-Te amo... nunca lo dudes.

El suave beso que los unió ratificó su promesa.

Hanamichi tuvo un último pensamiento antes de entregarse al amor que Kaede le expresaba con sus manos y su cuerpo "Ya no soy novio por una noche"

Sábado, 26 de diciembre de 2009

Paz

Notas finales:  

Glosario

Tsukemono: Encurtidos, los que menciono arriba.

Manju: Masa dulce rellena de porotos azuki.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).