Eran altas horas de la noche en la ciudad de Papapipa, mientras unos cuantos nubarrones oscuros se desplazaban por el profundo cielo azul marino opacando la natural belleza de la noche, cubriendo las bastas construcciones en una completa penumbra dando a la pequeña urbe un aspecto sombrío y tenebroso...
Dentro de una de las cuantas casas donde yacía un chico de cabello negro azabache revuelto, con ojos de igual color, sentado sobre su cama, con el seño fruncido mientras bebía un vaso de agua. Se encontraba atormentado por su imbatible insomnio que lo aquejaba desde hacía ya varios días, reflejándose completamente en su joven rostro, en cual yacían unas marcadas y oscuras ojeras bajo sus ojos.
-Voy a matar a ese boludo...-Dijo entre dientes mientras se revolvía sus desordenados cabellos negros y dejaba el vaso sobre la cómoda de al lado.
¿Y como no encontrarse así? Sí desde que el gordo Gregory se puso en forma (y en que forma!) no podía conciliar el sueño sin verse atormentado por múltiples "pesadillas" relacionadas con el chico rubio y eso le ponía los pelos de punta y evidentemente otras cosas también.
Realmente no cabía en su mente como carajo había llegado cuestionarse en cuanto al susodicho...
Por decirlo así, siempre le tuvo un cariño especial (por muy que a su manera que lo demostrase), casi rozando en más que una simple amistad pero siempre deteniéndose en que a él, el simpático gordito definitivamente NO despertaba sus bajos instintos de ninguna manera, pero ahora que no era “ese” el determinado caso, si no absolutamente todo lo contrario, se sentía completamente aterrado.
-Che, no puede ser que por este gordo me este volviendo un boludo homosexual.-Dijo por lo bajo abatidamente mientras volvía a acomodarse en su cama para intentar dormir aunque fuera un miserable poco.
No pasó demasiado tiempo cuando empezó a sonar estrepitosamente el despertador que se encontraba junto a la cómoda.
“Joder que no dormí ni un carajo…” pensaba molesto mientras apagaba el despertador y con desgano volvía a desparramarse como un saco de papas sobre su cama.
Ring-Ring!
Maldijo por lo bajo su bendita suerte mientras caminaba con indolencia hacia el pasillo para contestar el dichoso aparato del demonio.
-¡Hoola!.-.
-Hola, boludo. ¿Que carajo querés…?-. Dijo mientras escuchaba a su interlocutor con desinterés.
-¿Vos sos Matías?-.
-No tu hermana boludo!-. Era cierto que era malhumorado, pero digamos que ese no era su mejor sábado por la mañana.
-¿Vos sos mi hermana?, Pero tenés voz de hombre…¿Vos sos un travesti?-.
-¡Q-que carajo Alejo si soy yo Matías!-.
-¡Che Valentina, escucha que tengo una hermana travesti!-.
- ¡¡¡Boludo escúchame!!!-.
-¿Vos le podes avisar a Matías que nos vamos de Joda?...¿Che, no querés venir?-.
-Bueno, boludo voy rajando para allá…-.Farfulló abatido mientras colgaba con pereza el teléfono que se encontraba sobre la mesita del pasillo.
No pasó más de media hora cuando Matías ya había llegado a la casa de Alejo para “irse-de-joda”.
Se encontraba pesadamente sentado en el sillón entre Gregory y Carlitox.
-Bueno y boludo no era que nos íbamos de joda?-.Preguntó mientras desviaba ligeramente la mirada hacia Gregory que estaba cantando un canción de Britney, lo que lo ponía nervioso y no por la ridícula canción en sí, si no por que cada vez que él se ponía a cantar también bailaba, pero al estar en un condenado sillón sentía al rubio restregándose “provocativamente” contra sí.
En tiempos anteriores era algo que para él era netamente de rutina pues simplemente se molestaba y mandaba a volar al ex-gordo, pero ahora que no lo estaba le parecía una situación sumamente difícil, ya que no sentía capaz de decirle al chico que se alejara, sin sentirse expuesto a lo que de verdad le pasaba…
-Pero vos sos loco viteh! ¿Cómo que irse de joda?...¿que no ve que si uno se va de joda como que la casa queda re-jodida viteh…y llegan los tipos y te roban todo para venderlo en Internet y eso no es joda…-.Dijo de repente El viejo al aparecer de súbito, entrando por una de las ventanas de la casa.
-Pero íbamos a ir a la playita, Alejo se compro una casita!-. Dijo Valentina alegremente mientras sacaba mil maletas de dios sabe donde.
-Es bien sabido que sí vas a la playa se desenrollan los rollos…-.Decía alejo mientras miraba sonriente a Matías y Gregory.
-Uy, pero como que rollos?...Me están cargando, pero si yo ya no estoy gordo!. Estoy todo fresh Ahhhhhh! Estoy con todo bien…-.
-Cállate gordo!!! Que ya entendimos boludo…-.
-Pero si yo ya no estoy gordo!...¿por que me decís eso?-.
-Es la costumbre boludo…-.Decía mientras se cruzaba de brazos y miraba en dirección contraria.
-¿Vos no aceptas lo nuevo?-.Mencionaba Alejo mientras miraba con una agudeza poco común en él a Matías quien lo miraba raro.
-¿A que te referes boludo?. No te entiendo ni un carajo.-. Vocifero el pelinegro con franqueza.
-Bueno, no importa…¿Me perdonas?-.
-Bueno boludo…-.
Luego de un par de estresantes horas sin importancia escogiendo ropa para llevar (que por cierto, inútilmente, pues toda es exactamente igual, salvo los disfraces de ocasión) el grupo decidió, finalmente, irse.
Siendo un punto interesante el NO tener un vehiculo para irse y sin contar que no todos habían nacido con la bizarra habilidad de aparecer en donde les diera la real gana…
Así que con total naturalidad no falto el infortunado en preguntar aquella frase existencial, al sentirse (y por supuesto verse) un total subnormal estando parado inocentemente en medio del bosque con mas de cinco maletas inútiles por brazo, mirando hacia la nada con la total parsimonia de un caracol y viendo la evidente falta de sentido común de sus amigos de quedarse mirando hacia la nada con la cara vacía de un horrendo pez muerto de alguna una apestosa pescadería local.
-Che y ahora como mierda nos vamos…-
-Uy, pero que poca paciencia, con un poco de onda se llega a todas partes Ah ah…-
- Y con un poco de paciencia logro mandarte a freír espárragos boludo-.
- ¡Que de nuevo me cargas por lo gordo!-.dijo mientras el rubio lo miraba con rabia.-¡Que sos el único que no nota que estoy flaco!-.Exclamaba con ira, mientras movía extrañamente sus brazos, en uno de los clásicos ademanes raros que lo caracterizaban tanto.
- Pero que carajo Gregory si no tenía que ver con eso boludo!-.
- Desde luego que sí!.-dijo el gordo es decir el esbelto rubio mientras se acercaba a Matías y dejaba las mil maletas en el suelo.
- Che, ya me hartaste!!!-Dijo tomando del cuello del chaleco a Matías.- Voy a re-cagarte a trompadas…¿Es eso acaso lo que queres?- Dijo levantando su puño para estrellarlo contra de la cara del moreno.
- Como si tú alguna vez entendieras algo boludo…-Susurro abatido dispuesto a recibir el golpe. No quería pelear con él, no ahora- pensaba deprimido.-
- Che! No peleen, que no ven que sí pelean me da penita. No sabias vos, me da penita!- Dijo de pronto la ronca voz del adorable chico de extravagante cabello verde.
- Uy!, Pero es que a este yo lo mato!-Dijo el Rubio todavía con Matías levantado por sus dos puños que lo sostenían agresivamente de su suéter anaranjado rojizo.- Y tú no vas decirme nada!?- Exclamó molesto, mirando al chico azabache que yacía sin decir nada, demasiado ensimismado en sus pensamientos como para responderle como era debido en aquel momento.
De pronto un incomodo silencio se hizo parte de la situación, dejando a todos en un pleno estado de inercia…A un Matías incómodo y asustado por las reacciones que luchaban arduamente por salir en su rostro y a un frustrado Gregory al sentirse sin el respeto que se merecía. En un pleno mutismo, cada uno en lo suyo, por su parte, mirando intensamente a los ojos de su adversario, sin atreverse a decir nada. (n/a: claro que acompañados por el dulce canto de los grillos y susurro de peladero xD)
- Ahora que lo recuerdo todavía tengo el ovni en garaje…Jojojo!!!-Dijo de pronto Carlitox algo sorprendido mientras reía despreocupadamente.
- Pues Vamos giles!-Dicho esto, cada quien tomo sus correspondientes e increíblemente inútiles cien maletas y camino hacia la casa de Carlitox, olvidando por completo la situación de tensión.
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