El sonido de la puerta al abrirse no pasó desapercibido por sus agudos oídos pero era mucho mejor ignorarlo, ya que en la situación en la que estaba era totalmente adictiva para el moreno y tatuado chico.
-¡que-qué estas haciendo!- preguntó el moreno sobresaltado.
El más alto se cubrió rápidamente con las sábanas de la cama en la cual estaba sentado y escondió velozmente una fotografía bajo su almohada.
-¡Na-nada!- tartamudeó nervioso
-Eres un mentiroso Miyavi- se acercó al tatuado chico.
De un solo mantazo quitó la almohada del lugar en donde se encontraba y tomó el trozo de papel que había quedado al descubierto.
El pequeño moreno quedó paralizado al ver la imagen que guardaba su amigo, ¡era él! Era el sonriente batero posando para una de sus tantas sesiones de fotos.
-¿Qué significa esto?-se le escapó en un susurro ´
-Puedo explicarlo, Kai- trató de ponerse de pie pero el enredo entre sus sábanas se lo prohibió.
Al no notar lo anterior, el nervioso Miyavi cayó sin remedio y con un sonoro golpe al suelo.
Las carcajadas del batero no se hicieron esperar, llenando completamente la habitación con ellas. Fue por esto que el tatuado moreno se sentó en el suelo y apoyó su espalda en la cama, mostrándole claramente a su amigo que estaba molesto con su reacción.
-No bromeo, quiero una explicación- el vocal se amurró aún más y ni siquiera se molestó en contestar.
El batero, al darse cuenta de lo anterior, se sentó junto a él y apoyó su cabeza en el hombro de su amigo.
-Yo debería estar molesto, no tu- le habló bastante calmado y luego lo besó en la mejilla.
Miyavi miró anonadado a Kai quién le sonreía amigable como sólo él sabía hacerlo, ninguno pudo evitar sonrojarse al sentir entrelazadas sus manos.
-Te amo- confesó al fin el más alto y con su mirada fija en el suelo.
r0;Las palabras sobranr1; eso fue lo que pensó Kai antes de rozar sus labios con los de Miyavi, introduciéndolo en un lento baile de labios dominado por las notas de la ternura y delicadeza.
-¿Seguirás en lo que estabas?- le preguntó al vocal luego de separar sus bocas.
Miyavi se mordió el labio inferior insinuándole cosas al batero que viajaban a través de sus profundas miradas.
Aprovechando esta situación Kai llevó la mano del vocal hasta su entrepierna, apretándola un poco para que se provocara placer.
-¡Ah! ¿Por qué haces esto?- pregunto el tatuado chico con dificultad ya que la presión sobre su miembro crecía cada vez más.
-Porque me excita demasiado verte haciendo cosas malas- le sonrió con lujuria mientras lo ayudaba a ponerse en pie.
Kai se sentó en la cama, luego de quitarse los zapatos, y abrió sus piernas dejando un espacio suficiente para el cuerpo del tatuado moreno a quien llamó con un gesto.
Miyavi se acomodó, con timidez, adelante y entre las piernas del batero. Luego, el moreno apoyó su espalda en el respaldo de la cama y el vocal hizo lo mismo, pero este se apoyó sobre el fuerte pecho de su amigo.
-Ya no necesitamos esto- le susurró al oído con un tranquilizador tono de voz.
Kai delicadamente tomó el elástico del bóxer, que el vocal rápidamente se acomodó cuando vio que el chico que amaba lo miraba desconcertado, y los comenzó a bajar con una lentitud pocas veces vista en él. Al final, dejó esa prenda a la altura de las rodillas de su compañero dejando al descubierto un despierto miembro.
Con una sonrisa traviesa, Yutaka tomó la mano de su acompañante y la llevó hasta su sexo, Miyavi, sin pensarlo dos veces, se tocó y luego agarró a su miembro con ambas manos.
-Mastúrbate para mí- le suplicó el batero en un suspiro y luego comenzó a besarle el cuello al otro chico
Como Kai aún mantenía el control de la mano de su amigo, le enseñó un lento vaivén que rápidamente fue imitado por el cantante.
Al ver que ya todo estaba sucediendo como lo había planeado decidió dejar la labor exclusivamente para su compañero pero él se lo prohibió.
-Aún no-formuló con dificultad el, también guitarrista.-Es mucho mejor con tu mano sobre la mir30; ¡ah!- gimió roncamente
Al no escuchar el esas palabras de su chico, Kai apretó inconscientemente su mano, ocasionando también, que la presión al cual era sometido su sexo aumentara considerablemente.
-¡Duele!- exclamó quejoso.
-Discúlpame- le susurró
Pero en lugar de soltar, el batero apretó mucho más fuerte y, de esta forma, arrancó un fuerte grito de la garganta de Miyavi.
-Con dolorr30; el placer aumenta- le confesó Yutaka para luego lamer y morder el lóbulo de la oreja de su amante.
Miyavi se encontraba semi-conciente por causa del éxtasis indescriptible que sentía y Esto solo lo podía comprender alguien que ya hubiese tenido sexo con su pareja. Se encontraba flotando entre nubes, en pleno paraíso y sintiendo como cada vez más rápido despertaba el miembro del batero haciendo valer su presencia en la baja espalda del vocal.
-Kair30;- gimió despacio- Creo que he llegado ar30;.- No pudo continuar porque el moreno lo calló con un apasionado beso que hizo temblar cada poro de su cuerpo como una hoja de papel.
Entre ese beso fue que comenzó el final, un calor, que asemejaba a la lava, recorrió el cuerpo de Miyavi hasta que llegó a la punta de su sexo como un blanco líquido que bañó la mano del vocal y batería.
-Lamento- trató de normalizar su respiración r11;Lamento haberte ensuciado- le dijo bastante avergonzado.
-Tranquilor30; esto no es nada- habló lo más calmado que pudo pero los agitados latidos de su corazón no le favorecieron. r11;Yo me encargo de esto- le sonrió.
Kai, primero, lamió su mano velozmente, pero luego, fue el turno la mano del vocal la cual lamió con lentitud y lujuria para disfrutar un poco más de ese tibio manjar, provocando que este volviera a excitarse un poco. En cosa de segundos la mano de Miyavi quedó completamente limpia.
-¿Me permites?- puso su boca cerca del miembro del sonrojado guitarrista para informarle de lo que pensaba hacer.
-S-sir30;- le contestó cerrando sus ojos y apretándolos fuertemente.
-Relájate- le sugirió al notar lo anterior.
La ágil y experta lengua del batería se movía a través de la longitud del sexo de Miyavi, llevándose el líquido blanco y dejando en su lugar un notorio camino de saliva.
Miyavi estaba completamente enloquecido por la habilidosa lengua de su amigo y llegó a desear que eso nunca se terminase.
-Ya, terminé- le habló con suma ternura y Miyavi comenzó a abrir sus ojos lentamente.
El vocal estaba sumamente cansado, por lo cual, se recostó con violencia en la cama pegándose un cabezazo en el respaldo.
-¡Auch! Me dueler30;- se quejó y el batero rápidamente se ganó a su lado.
-¿Estas bien?- lo abrazó preocupado.
-Ahora si- le sonrió.
Ambos se acurrucaron en la cama abrazaditos y juntitos, como hace tiempo lo habían deseado. Para ni perder más calor se cubrieron con las ropas de cama.
-¿Seguro que no quieres hacerlo?- Miyavi puso su índice sobre el gran bulto del pantalón de Kai.
-No hay que arruinar este momento- le sonrió con dulzura mirándolo a los ojos.
-¿Seguro?- le susurró de forma lasciva.
-Si- lo besó en la frente con ternura y muy delicadamente. r11;Creo que ya no necesitarás esto- le mostró su fotografía.
-¿Y por qué no?- se mordió el labio inferior para tentar aún más a su amante.
-Porque cada ves que necesites atención puedes llamarme, siempre estaré a tu lado sin importar lo que pase- acarició suavemente el rostro del emocionado vocal.
-Es una promesa ¿cierto?- Miyavi le extendió su dedo meñique al batero.
-Promesa- la contestó con una sonrisa antes de entrelazar sus deditos y besarse con una inusual pero estremecedora ternura.
Fin.
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