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No me dejes por kirei-chan

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Notas del fanfic:

LOS PERSONAJES AQUI MENCIONADOS NO ME PERTENECEN, SON DEL SEÑOR MASASHI KISHIMOTO.

Notas del capitulo:

Aclaro que la bata que usa Deidara es una yukata, larga hasta los tobillos y de mangas largas y anchas también.

 

Espero que lo disfruten y se entretengan leyendolo!!!!

 

 

Jamás se imaginó que se vería en semejante situación en su vida. Nunca creyó que su hermoso matrimonio se iría al traste por algo como aquello. No pensó que su esposo lo haría salir de sus cabales por tal tontería. Pero allí estaba, a 10 pasos de la puerta principal de su casa, cargando con dos maletas a cada mano con sus pertenencias más preciadas y la llave de su auto en el bolsillo de su pantalón, con una decisión firme de marcharse e iniciar el proceso de divorcio.  

 

Entre él y la puerta se encontraba su esposo Deidara, vistiendo solo su bata de dormir ya que era muy tarde, con un llanto silencioso tan solo  le miraba a los ojos reflejando toda la tristeza que significaba para él la separación, pero igual era demasiado orgulloso como para aceptar que había fallado. Itachi detuvo sus pasos, no había duda en él, un ser tan calculador no era muy fácil de persuadir cuando su decisión ya estaba tomada, y un par de lágrimas no iban a ser la excepción. Al mirarlo, muy por el contrario de persuadirlo, le transmitía rabia, decepción, desánimo y más deseo de desaparecer de esa casa y no volver jamás. Era doloroso, se sentía morir, no lo odiaba y era precisamente por eso que le resultaba tan difícil, separarse de la persona que amaba tanto por el maldito problema de los celos del rubio.  

 

En esos momentos hacía uso de todo su autocontrol para no romper en llanto, Deidara era demasiado orgulloso como para aceptar que estaba equivocado, aún cuando era algo tan obvio, por favor, cambiarlo por su extraña secretaria de cabello rosa que aún Deidara siendo hombre poseía un cuerpo mejor proporcionado, no soportaba a esa chica y sus desagradables insinuaciones. ¡Hasta lo acusó con Naruto! diciendo que era obsesivo con los rubios, le dijo pedofilo indirectamente. Recordando todos esos momentos de desconfianza y noches desveladas discutiendo sintió una necesidad más imperiosa de salir de allí en ese mismo momento.

 

Pero lo que de verdad nunca, nunca, jamás calculó o tan siquiera pasó por su mente fue lo que sus ojos vieron a continuación. Las maletas cayeron al unísono al suelo por acto reflejo, sus ojos por poco se salen de su rostro de la impresión, a pesar de que conservaba su semblante serio, mentalmente la boca le llegaba al suelo y de repente sintió un agobiante calor que le obligó a desabrochar un poco el nudo de su corbata. No, eso no, creyó más fácil que escondía un cuchillo debajo de su bata para matarlo e impedir que se fuera, que le gritara cuanto lo odia, algo como eso que diera a relucir lo orgulloso e impulsivo que era.

 

En cambio, muy por el contrario, lo que escondía Dediara debajo de su bata no era precisamente una navaja. Dediara dejó caer su bata con sensualidad al suelo y traía puesto el traje que Itachi hacía un año le había comprado y nunca se lo quiso poner (un traje muy sensual, de belly dance, rojo con adornos y colgantes dorados), Itachi no se dióo cuenta de cuando Dedidara encendió el equipo de música, pero allí estaba a pocos metros de él moviéndose como una cobra, sabía muy bien lo que hacía y era un maestro para moverse con inmensurable sensualidad, hasta ese momento desconocida para Itachi. Lo miraba con esos ojos que mostraban claramente su tristeza y desesperación. Todo el cuerpo de Deidara estaba adornado de joyas, las cuales emitían un sonido a la par de los movimientos de cadera del rubio que a los oídos del moreno era celestial. 

 

“No serán en vano las clases que mi prima me obligó a tomar de este baile” pensaba el de ojos azules.

 

“Me siento chantajeado, pero si es con esto no me importa” Pensó el moreno sintiendo una erección asomándose en su necesitada entrepierna, después de todo su esposo en un ataque de celos, se puso en una huelga con su cuerpo impidiendo que el azabache lo tocara.

 

Deidara se acercó hasta el moreno que permanecía estático, sumido en sus pensamientos. El rubio pegó su cuerpo al del más alto lo más que pudo, sintiendo un placentero escalofrío al notar la erección de su esposo. Tomó con sus manos el rostro de su pareja y se acercó hasta quedar a escasos centímetros de los labios ajenos, Itachi continuaba un poco aturdido y no reaccionaba, pero despertó de su trance con las palabras susurradas por el rubio contra sus labios.

 

-Itachi.....mi amor....per.......perdóname....por favor- susurró con tristeza llorando a chorros sin despegar su mirada de los oscuros ojos de su compañero que al  instante se centraron en los suyos. La primera reacción de Itachi fue tomar las manos de Deidara que seguían en su cara y retirarlas pero sin soltar el agarre. Deidara se impactó creyendo que lo rechazaría y cerró los ojos apretándolos sin poder creer lo que pasaba, pero muy lejos de sus pensamientos, sintió como los labios de Itachi presionaban los suyos en un beso, que no dudó en corresponder con toda la pasión que desbordaba su ser en esos momentos.

 

Ninguno supo realmente cuando fue que terminaron pegados a la pared del comedor, Deidara recargado de esta con Itachi sosteniéndolo de los muslos. Ya el rubio estaba sobre las caderas de Itachi, este último estaba acariciando el trasero de su amante y procedió a prepararlo, todo sin romper el candente beso que compartían.

 

En esos momentos fue que Itachi sintió como sus sentimientos tomaban otra forma, cambiando la ira por pasión, el desánimo por deseo, la frustración por ternura.....y el amor.....aquello que nunca faltó en su corazón, se duplicaba al tener nuevamente la oportunidad de hacerle el amor a su rubio y demostrarle cuanto le ama.

 

Así continuaron hasta que Itachi poseyó a Deidara con fuerza, como nunca, ahí mismo contra la pared, pero la llama de pasión no fue aplacada con eso, ya que volvió a tomarlo minutos después en la mesa del comedor, en la escalera en el pasillo y una vez más en su habitación. Auque Deidara le había hecho pasar horribles momentos, cosa que se aseguraría de cobrárselas a su manera.

 

-Dime.....¡Deidara quién es tu dueño!?- lo penetró más fuerte.

 

-Tú......AAAHHHH!.....Tú Itachiiii....AH!!!!!

 

-Ahora.......¿si.....me vas a respetar? Eh!?- volvió a embestir con fuerza.

 

-SIIIII....AAAHHHH!!!!!!!!......Si.....sigue!!!!!

 

El azabache se sentía insaciable del cuerpo de Deidara y éste a su vez se sentía necesitado, de ser tomado por el Uchiha como solo él era capaz. Al son de la música sus cuerpos se unieron toda la noche hasta que decidieron mientras hacían el amor, de apagar el mini componente.

 

Deidara aún temblando por su último orgasmo, con Itachi dentro, sentado con sus piernas a cada lado de las caderas del moreno y con su respiración agitada, acercó su rostro al de su esposo que estaba embelesado, mirando cada gesto de la cara del rubio. Este acarició con su mano el cabello de Itachi, y a duras penas, como su agitación le permitió, le dijo bajito:

 

-Itachi.......Itachi.......no me dejes.....te amo.......y.-Itachi colocó su dedo índice en la boca de Deidara impidiendo que siga hablando.

 

-Te perdono, también te amo y me quedaré.- Se limitó a decir con una sonrisa, logrando que el menor se tranquilizara. Abrazó a Deidara a su pecho y así ambos se durmieron con tranquilidad a pesar de que estaba amaneciendo, tendrían mucho que hacer ya que la casa estaba hecha un desorden y estaba llena de “evidencias” de su noche de pasión.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Y bien, espero que me dejen reviews, peticiones, tomatazos, lo que sea, será bienvenido.

 

Gracias por leer!!!!

 

Pasen por mi serie nueva Itachi y Deidara juegan con la comida, es muy cómica y les va a gustar. BYE!!!!!!


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