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KALEIDOSKOPIO por Noctis Caelum

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Notas del capitulo:

Holas!

MIS DISCULPAS! pero creo que si me he tardado un poco en actualizar ^.^u pero esq tube un pequeño bloqueo XD todo por mi estricta fidelidad al teme, creo que todos estos años viendo estrictamente sasunaru me han afectado y ahora no los puedo separar jajajaja ya despues que lean el fic me comprenderan!!!! pero ya decidi que tendre que hacer el sacrificio....

Bueno, en este cap ya regresamos al presente.... y ahora sigue la historia en tiempo real XD ya con todos los personajes reunidos y listos para la accion!

Creo que hay cierto resentimiento contra el teme... pero espero que en el transcurso de los caps, poderlos hacer cambiar de opinion!

Gracias a todos los que estan conmigo en esta historia!

 

Cap. 6: El rescate de Sai

“A veces la curiosidad puede ser un llamado de atención para el corazón”

 

Ya habían pasado seis meses desde aquella misión en el país del trigo. Naruto con sus clones habían ayudado en la reconstrucción de los daños, todo de alguna forma había tenido solución. Cuando Tsunade se entero de que ni siquiera al ver al Uchiha, Naruto lo había recordado, todas sus dudas quedaron atrás y no le dio importancia al hecho de que lo dejaran escapar. Ahora estaba segura de que el jamás lo recordaría “O por lo menos eso esperaba”.

 

Naruto estaba cumpliendo con dos meses de castigo, que consistían en ser el ayudante de Iruka Sensei en las clases de los niños de primaria. Pero Jiraiya llego a su rescate y logro convencer a la Hokage para que lo dejara a su cuidado nuevamente, ya que tenía cierto entrenamiento preparado para él. Pasaron tres largos meses para que ellos regresaran a la aldea. Naruto al parecer no tenía ningún cambio, todos pensaron que el ero-senin se lo había llevado solo para que lo ayudara a conquistar chicas y para que lo inspirara con su sexy no jutsu en una de sus novelas (Claro que no estaban tan lejos de la verdad) pero en realidad, si habían estado entrenando, solo necesitaba una buena oportunidad para demostrarlo.

Naruto estaba ansioso por salir a una misión, había estado deambulando por la oficina de Tsunade casi todos los días. El rubio podía ser algo perseverante, y eso ella lo sabía muy bien. Tsunade decidió otorgarle una antes de perder la paciencia, además de que tenía un pequeño problema en una aldea vecina, sería como matar dos pájaros de un tiro. Le había llegado una carta de auxilio, al parecer un enorme felino de pelaje blanco les rondaba, ya había matado a cinco personas y destruido los cultivos, estaban desesperados. Así que Tsunade envió al equipo siete a encargarse de aquel asunto.

La misión fue un éxito, Naruto pudo matar aquella bestia y aunque Sai y Sakura habían resultado lesionados, se estaban recuperando sin ningún problema. Durante su estancia en el hospital, por primera vez era Naruto quien los llegaba a visitar al hospital, siempre con su enorme sonrisa y bromas sobre como engañaba al ero senin con su sexy no jutsu para que le ayudara a entrenar.

Sai no podía creer el enorme cambio del Uzumaki. Siempre se había mostrado alegre, por lo menos desde que lo conocía. Pero ahora era como si no le hiciera falta nada a aquella alegría, aquel vacio ya no existía para él y ahora nada lo dañaba. El pelinegro no podía creer que aquel lazo tan fuerte se hubiera perdido, pero claro, no es como si Sasuke lo hubiera querido de todas formas. Sai no comprendía porque el azabache había rechazado tanto esa amistad. El jamás había tenido amigos, hasta que entro en el equipo siete y conoció a Naruto. Si hubiera sido él, jamás hubiera rechazado la mano de amistad de Naruto....

Algo de lo que acababa de pensar había hecho eco en su interior -Si hubiera sido yo- esas palabras sonaban como leves susurros en su cabeza. Al perder a su hermano había quedado solo, sin familia y sin amigos a su alrededor. Le enfurecía que el Uchiha hubiera desperdiciado todo lo que tenia, y todavía en su primer encuentro lo había llamado -Sustituto-  Pero..... Y que si lo fuera, que si era ahora él, la persona que quisiera hacer lazos con el rubio. Naruto lo había cambiado, gracias a él había conocido tantos sentimientos y sensaciones, ningún libro le había enseñado tanto de la vida como el rubio. Por lo menos él jamás lo traicionaría, por lo menos él jamás lo rechazaría y él jamás lo haría sufrir. Ese día lo decidió, él seria la persona especial que Naruto siempre había querido.

 

Pasaron los días y Sai comenzaba su propósito. A decir verdad si se habían vuelto más unidos, Sai como siempre lo molestaba con comentarios fuera de lugar y cosas que sabían que enfurecían a Naruto, pero a él le encantaba verlo así. Le encantaba que  él experimentara sensaciones que él le causaba, ya que así el podría ser parte de los recuerdos del rubio. Pero había algo que lo había estado molestando desde la misión del felino blanco. Aunque su rango era de Ambu, no parecía estar satisfecho con su fuerza, misión tras misión era Naruto quien terminaba salvando la situación, el era solo un refuerzo.

 

Siempre que pasaba aquello apretaba sus puños de frustración -¿Que pasaría si algún día tendría que ser él quien salve al ojiazul? ¿Podría hacerlo? El sabia que de ser el caso no lo pensaría dos veces- Sai recordó una de las anécdotas de la pelirosa. Cuando en una de sus primeras misiones como equipo Sasuke había protegido con su cuerpo a Naruto quedando lastimado gravemente. Y él hasta el momento no había podido hacer nada por él, le enfurecía aceptar que por lo menos el Uchiha tenía la fuerza necesaria para defender a Naruto, fuerza que él no poseía.

Asombrosamente, hasta Naruto se pasaba de tiempo en tiempo en la biblioteca y por su lado Sai se la pasaba comiendo con él en Ichiraku, tanto que ya tenían el pequeño habito de que cada vez que regresaban de una misión, tenían que ir a celebrarlo con un tazón de ramen.

Sai fue solicitado por la Hokage para una misión especial, una donde tendría que ir solo, una que podría tornarse bastante peligrosa. Ni siquiera a ella le gustaba la idea, pero estaba atada de manos. Sus Ambus más fuertes se estaban encargando de otros asuntos. Y era algo demasiado importante para dejarlo pasar. Pero Tsunade confiaba en las capacidades de Sai y eso le daba confianza. Sabía que sus jutsus de tinta le ayudarían a infiltrarse con éxito. Sai acepto sin vacilar, mostrando su inmutable sonrisa.

 

 

Región Oeste, Montaña de Kish

10:00 pm

Había conseguido completar la misión. El pergamino oculto de las montañas ya estaba en sus manos. Pergamino que supuestamente contenía un jutsu prohibido que sería interceptado por Akatsuki. La misión era muy peligrosa, debía robarlo antes que ellos. Si lo encontraban seria su final y peor aun si se topaba con alguno de los miembros de aquella banda.

Su respiración era entrecortada, había corrido por lo menos un kilometro ya que si usaba a su ave de tinta descubrirían su posición, ya le bastaba con que lo hubieran descubierto y lo estuviesen buscando hasta con perros sabuesos. Había utilizado lo último que le quedaba de chakra para invocar a sus ratones, ellos le ayudarían a buscar un lugar donde esconderse, tenía que recuperar fuerzas si quería escapar de ese lugar.

Minutos más tarde una señal le llegaba. Al parecer había una cueva en la parte sur de donde él se encontraba, corrió ágilmente entre aquellos arboles, parecía una sombra lúgubre que se movía sigilosamente atreves de la noche. Al ver la entrada de aquel lugar, desvaneció a sus otros ratones y comenzó a adentrarse en aquella total oscuridad.

Las paredes eran húmedas y viscosas, entre mas caminaba el ambiente se tornaba frio haciendo que su piel se erizara. Sus pies le pesaban, estaba muy cansado. Descubrió un pequeño lugar que al parecer era el más seco de aquel lugar. Decidió descansar un poco. Abrazo mas su larga capa color ocre y se sentó sobre aquel frio suelo, doblo sus rodillas, coloco su mochila entre sus piernas y la abrió.

Tenía muchas cosas entre medicinas y tintas, vendas y papel. Busco y busco hasta que encontró su pequeño cuaderno, ojeo un par de páginas hasta que llego a la que buscaba, una sonrisa marco su rostro. Paso su mano sobre aquel trazo, todavía recordaba el momento en que fue realizado, pero más bien lo que a él le gustaba era recordar “quien lo había hecho”.

 

Hace unos días…

 

Desde que Naruto había olvidado a Sasuke, este risueño pelinegro se había hecho bastante unido al rubio. Y el día anterior a su misión, había visto a Naruto jugar con su pequeño cuaderno -No lo veas hasta que salgas de la aldea-ttebayo- fueron las palabras que el Uzumaki le había dicho antes de salir de Konoha.

Luego de salir de la aldea, en uno de sus primeros descansos y mientras buscaba una pequeña linterna vio su cuaderno y al recordar aquellas palabras la curiosidad se apoderaba de él. Comenzó a pasar las páginas, hasta el momento solo dibujos ya conocidos... hasta que llego a la última página. Rápidamente una carcajada salió de sus labios, algo que jamás había hecho, esto lo asusto hasta a él. ¿Porque esta persona podía sacar en el estas sensaciones?. Desde que Naruto era más cercano a él, su sonrisa era menos... fingida.

El Uzumaki había dibujado dos garabatos y un plato de ramen y bajo aquello “Te espero en Ichiraku... No te vayas a tardar!-ttebayo”. Y como firma una pequeña espiral que más parecía ovalo, pero claro Naruto jamás se fijaba en los detalles.

 

De regreso a la actualidad…

Unos ruidos provenientes fuera de la cueva llamaron su atención, cerro el cuaderno y lo coloco dentro de su chaleco negro. Al parecer había descubierto su ubicación, había subestimado a aquellos perros. Rápidamente saco su pergamino y comenzó a trazar su posible defensa. Todavía no había recuperado sus fuerzas, estaba demasiado débil y eso le daba furia, -¿Por qué no podía ser más fuerte? ¿Porque él no podía ser como Naruto? ¿Por qué no podía ser más fuerte que “esa” persona?- Los pasos se acercaban... una fuerte explosión... la pelea daba inicio...

-Espero no te enojes... Pero creo que llegare un poco tarde.............. Naruto.

 

 

Konoha, cinco horas antes…

 

 

Se habían tomado muchas medidas de prevención con Naruto. La única prueba que mantenía Naruto siempre junto a el, la única que por lo menos ellos conocían donde se dejaba clara la conexión de Sasuke con él, era aquella fotografía de cuando eran niños, aquella donde su amistad todavía no era tan fuerte, aquella donde comenzaban a conocerse.

 

Era como si la fortuna les sonriera, ya que un día antes de la esa misión Naruto le había prestado la fotografía a Sakura ya que la de ella se había manchado de tinta y quería sacarle una copia. Cuando Tsunade descubrió esto le prohibió a Sakura regresarle aquella fotografía y le ordeno a Sai que colocara una de sus pinturas en aquel lugar.

 

Ya habían pasado varios meses desde aquello, Tsunade no podría estar más feliz, al parecer sus métodos estaban funcionando. No creía que lo que hacía era malo, si él quisiera recordarlo, hay infinidad de cosas que le podrían recordar al Uchiha, pero no lo ha hecho -Lo único que hago es evitarle ese dolor.

 

Desde que Sai se había marchado a su misión, Naruto había quedado un poco aburrido. Al parecer todos tenían cosas que hacer menos él. Kakashi le estaba ayudando a Iruka en sus clases de elaboración de copias de sombras con los niños de primaria. Hinata, Kiba y Shino estaban tratando asuntos con sus respectivos clanes. Shikamaru estaba durmiendo. Lee andaba de misión con Ten Ten y Nedji. Chouji como siempre, estaba comiendo. Y bueno Sakura había ido a recolectar algunas hierbas para la Hokage. Había ido a la casa de todos. ¿Porque él no tenía nada que hacer?

 

Sin más por hacer había regresado a su pequeña casa. Se encontraba tirado en su cama con los brazos estirados hacia sus costados, sus pies acomodados sobre la pared y su cabeza sobresaliendo por un lado de la cama. De la ventana que estaba sobre su cama, entraba una deliciosa brisa y le acariciaba el rostro. Desde aquella posición podía ver todo su pequeño espacio. No tenía mucho, pero tenía lo necesario para sobrevivir. Se encontraba con la mirada perdida sobre un punto en particular. Había algo que lo inquietaba desde hace mucho tiempo. Un espacio en aquel cuarto, una pequeña área a la que parecía hacerle falta algo.

Lo veía fijamente, con aquellas azulinas pupilas. Era extraño, él sabía que había una hermosa pintura, una que le había regalado Sai ya hace mucho. Pero, era como si aquella pintura no perteneciera a aquel lugar, estaba tomando un espacio que no le pertenecía y eso le molestaba. Pero se sentía culpable al odiar aquella pintura, había sido un regalo de su amigo ¿Porque debería odiar algo que Sai le había dado?

Tomo un pequeño impulso para levantarse y sentarse sobre la cama. Necesitaba un poco de sol, se acerco a la ventana y apoyo sus codos sobre el marco de madera. El cielo estaba un poco nublado pero no había señales de lluvia, el sol todavía brillaba radiante en lo alto de aquel firmamento. Dejo perder su mirada en el horizonte. Se preguntaba cómo le estaría yendo a Sai en su misión. Esa misión que desde el principio le había dado un mal presentimiento ¿Porque si era tan peligrosa, lo habían mandado solo? Naruto sabía que Sai era fuerte -Es un ¡Ambu! Por todos los cielos- se lo recordaba a sí mismo. Un pequeño recuerdo le vino a la mente. Mientras bromeaban en las afueras de la aldea, Sai había dibujado un toro el cual de una sola cornada lo había mandado de un solo golpe metros sobre el aire.

No sabía desde cuando se había comenzado a preocupar tanto por Sai. Es solo que había algo en él que lo atraía, era un sentimiento muy confuso de añoranza, alegría, nostalgia y tristeza. Al principio le habían asustado todas estas sensaciones que experimentaba cada vez que veía a Sai. Había una ocasión donde su inexplicable nerviosismo había llegado a niveles de gravedad. Todo pasó durante uno de sus tantos entrenamientos juntos...

 Recuerdos…

 

Sai se había ofrecido para ayudar a mejorar su puntería con el shuriken. En realidad si le estaban sirviendo, habían estado practicando durante toda la mañana y ahora Naruto era capaz de matar al 80% de los enemigos que Sai le creaba. Ya cuando el cansancio se hacía presente, Sai le había dicho que mejor descansaran, pero el obstinado de Naruto le había dicho que todavía tenía fuerza para seguir. Como resultado, mientras saltaba de una rama a otra, perdió el equilibrio y la rama sobre la que había saltado se quebró haciéndolo caer. Sai rápidamente corrió a su encuentro, llegando en el momento exacto para tomarlo en brazos.

 

Naruto alzo su vista para agradecerle su acto heroico, sintiéndose tonto por ese desliz. En ese momento que vio aquellos ojos, quedo perdido en aquellas hermosas pupilas negras, algo lo llamo en ese momento. Esos ojos le parecían tan familiares pero a la vez tan desconocidos. Su corazón comenzó a latir eufóricamente, cosa que jamás le había pasado. Se sentía tan tonto en aquella situación de princesa en apuros en los brazos de su apuesto príncipe -¿Apuesto príncipe?.... pero ¡Qué demonios estoy pensando!-

 

-¡Ya puedes bajarme-ttebayo- dijo tratando de sonar divertido.

 

De regreso a la actualidad…

Aquello había sido muy extraño, ¿Porque iba a sentir nervios con Sai? ¿Porque con él de entre todas las personas? Ni siquiera con Sakura tenía aquellas sensaciones, sabía que ella jamás le correspondería, así que mejor decidió dejarlo en simple amistad. Sus pensamientos indagaban más en aquellos recuerdos. Durante toda una hora había estado pensando en él, recordado aquella estúpida sonrisa que tanto le molestaba -¿Podre ver algún día tu verdadera sonrisa?- una familiar voz lo saco de su trance...

 

-¡NARUTO!- una furiosa pelirosa le gritaba desde abajo.

 

-Ah, hola Sakura-chan.

 

-¿Qué demonios te pasa? Llevo gritándote desde hace 10 min.

 

-Ah disculpa jajaja, estaba pensando en cosas sin sentido- dijo mientras rascaba su cabeza.

 

-Tsunade-sama nos solicita en su oficina... al parecer Sai está en problemas.

 

En menos de un minuto Naruto ya se encontraba junto a ella para dirigirse rápidamente a la torre Hokage. Naruto lo había estado temiendo desde que él se fue. Muchas cosas atormentaban su mente, solo le pedía que resistiera en lo que ellos llegaban a rescatarlo.

 

 

Región Oeste, Montaña de Kish

10:30pm

 

 

La oscura noche caía lentamente sobre el espeso bosque. De vez en cuando se dejaban ver los pequeños brillantes ojos de los curiosos animales nocturnos. Y en medio de aquella oscuridad una figura alta y sombría se abría paso entre los arbustos.

 

Los últimos meses habían sido del infierno para él. Todo le salía mal. Había fallado en su misión de capturar al Hachibi. No sabía lo que le pasaba, era como si su mente se desconectara de su cuerpo y cada uno pensara por su cuenta. Su mente había estado sumergida en pensamientos extraños desde hace meses. En realidad era como si una enorme nube negra se hubiera colocado sobre él desde aquel día.

 

Parte de su venganza hacia aquellos que atentaron contra su clan estaba concluida. Solo hacía falta hacerse cargo de aquellos ancianos, pero sabía que esa no era una tarea tan fácil. Madara le había encargado una misión, sencilla según él. Solo tenía que robar un pergamino que guardaban sigilosamente en la montaña de Kish. Madara le había dicho que ese pergamino era muy especial y que le ayudaría en su venganza contra Konoha.

 

No sabía porque la presencia de esa persona le había afectado tanto. Sasuke sabía que aquel enfrentamiento había sido extraño, algo le había pasado al dobe, era como si no fuera el mismo que solía conocer. Aunque él sabía que no tenía porque importarle, su mente parecía llevarle la contraria, sacándolo de quicio. Odiaba sentirse confuso.

 

Para evitar que su mente divagara mas, mejor comenzó a repasar su método de infiltración en aquella base. Esa montaña era conocida por ser de alta seguridad, ahí se guardaban todos los artículos malditos y pergaminos prohibidos del todas partes del mundo. Los que habían sido temerarios y decididos a robar algo de ahí, habían muerto en el intento. Pero bueno, que podría pasarle a él, gracias a su autoconfianza sabia que vencería a cualquiera que se le pusiera enfrente.

 

Una explosión lo puso alerta....   Al parecer no era el único infiltrado esa noche.

 

Salto rápidamente a la rama de un enorme árbol y aguardo a localizar el área exacta de aquel disturbio. Escuchaba los ladridos de unos perros y algunas explosiones seguidas de gritos desgarradores. Cosas a las que él ya estaba acostumbrado. El ruido se hacía más fuerte, eso significaba que pronto sabría la razón de todo aquello.

 

Un árbol cerca de él fue derrumbado, segundos más tarde un chico de cabellos negros y un pequeño chaleco le saltaban encima mientras este caía. Aquel chico giro para ver lo que lo perseguía, tenía un pergamino en sus manos, Sasuke veía como si dibujara algo. En ese mismo segundo tres enormes tigres salían del papel. Pero no eran normales, parecían... dibujos. Aquellos tigres se abalanzaron sobre los soldados que lo seguían, dándole un poco de tiempo para escapar.

 

Sasuke lo reconoció al instante -Que hace el idiota de mi remplazo aquí- y entonces lo vio. Aquel chico llevaba en su cintura un pergamino. Al parecer se le había adelantado y le había quitado algo que le pertenecía. Salto al árbol frente a él, tenía que conseguir aquel pergamino y por lo que veía ese chico no le iba a dar mucho problema, se podía ver lo cansado que estaba. Seguía la pelea muy de cerca, solo necesitaba el momento adecuado, sabía que si aparecía en escena lo atacarían a el también, y eso sería malgastar su energía en esos estorbos.

 

Eso era lo de nunca terminar. Uno tras otro grupo salían de los arboles, eran como pequeñas hormigas propuestas a matar al intruso. Ahora comprendía porque nadie salía vivo de ahí -Por lo visto tu tampoco lo harás- pensaba muy a su pesar, ya que si lo mataban significaría que tendría que matar a los guardias para quitarles a ellos el pergamino. Sasuke paró en seco, al parecer lo tenían rodeado y aquel ya no tenía suficiente chakra. Lo veía allá contra una firme y densa roca frente a por lo menos 50 ninjas, vio como tomaba un kunai y los desafiaba, ni siquiera les daba señales de que se rendiría solo por estar en desventaja. Aquellos guardias rápidamente se lanzaron contra el indefenso joven. Sasuke estaba a la expectativa de lo que pasaría. Tenía que aceptar que aquel chico tenía valor, eso o era realmente idiota.

 

Sasuke puso su mano sobre el mango de su Kusanagi, en el momento que lo mataran el entraría en acción. Estaba en uno árbol bastante cerca, no se tardaría mucho en llegar al campo de batalla. Algo le disgusto... aquel chico estaba de lo mas sonriente -¿Cómo puede sonreír en un momento así?- pensaba mientras apretaba sus puños, aquello le molestaba. Pero luego escucho algo que lo perturbo aun mas, haciendo que su piel se erizara solo con escucharlo....

 

-¡TAJU KAGE BUNSHIN NO JUTSU!- alrededor de cien clones se abalanzaron sobre aquellos guardias.

 

 

Sasuke a penas podía creerlo, jamás hubiera pensado verlo en estas circunstancias, en realidad no pensaba volver a verlo nunca en su vida. Ya suficiente tenía con recordar aquel momento en la aldea del trigo. Veía como aquellos clones hacían retroceder al enemigo. Pero su vista buscaba algo. Vio como una pelirosa llegaba a atender las heridas de aquel ninja herido. Seguía buscando, pero no lo encontraba. De vez en cuando, eliminaban un clon, pero inmediatamente llegaba otro a sustituirlo. De pronto lo vio.

 

El verdadero Naruto llegaba preocupado también al lado de su “remplazo” y este al verlo le sonrió.

 

Esa reacción le había molestado, pero no entendía el porqué, solo sabía que no le gustaba. Al parecer intercambiaban palabras pero no podía entender lo que decían. Sakura quito sus mano, ya había terminado de curar sus heridas. Naruto rápidamente le extendió su mano para ayudarlo a levantarse, eso le recordó cuando eran pequeños. Naruto le había ofrecido su mano también y él por orgulloso la había rechazado, lo contrario a su “remplazo” que la aceptaba sin bacilar. Naruto le paso la mano por su espalda y apoyo un brazo sobre su hombro y mientras los guardias peleaban contra los clones, ellos escaparon.

 

En esos momentos lo que menos importaba era el pergamino. Sus ojos lo seguían, no querían perderlo de su alcance, así que los siguió sigilosamente. Mientras saltaba por las densas ramas no podía encontrarle explicación lógica. No sabía siquiera como explicarse lo que sentía, su cuerpo había reaccionado de forma muy extraña. Gracias a aquella escena, recordó sus momentos en el equipo 7. Sus peleas con Naruto por ver quién era el mejor. La vez donde por curiosidad unieron fuerzas para ver el rostro de su antiguo maestro. La pelea contra Haku, donde el había aceptado a Naruto como su amigo. La pelea en el hospital de Konoha donde pudo ver por primera vez la diferencia de poderes que tenían, haciéndolo sentir inferior al rubio. La pelea en el valle sin fin, donde el rompió todos sus lazos con Naruto. Ese recuerdo le había traído un sabor amargo a la boca. Se detuvo, miro al frente -¿Donde están?- al ir demasiado compenetrado en sus pensamientos. Los tres chicos habían desaparecido.

 

-¿Pero qué demonios es lo que me pasa?- se reprochaba.

 

-Espero tengas una buena explicación para estarnos siguiendo- ttebayo.

 

-No… sentí su presencia...- pensaba entre balbuceos mientras un kunai presionaba su cuello.

 

-Oh... al parecer te has vuelto más hábil- dijo en tono sarcástico tratando de disimular su asombro.

 

-Ah... si quieres te lo puedo demostrar- dijo de manera divertida. Había querido enfrentarse a él desde hace mucho.

Sasuke rápidamente dio un cabezazo hacia atrás impactando en el rostro del rubio, desenvaino su espada y con una vuelta sobre su mismo eje quedo frente a él hundiéndole su espada lentamente en el abdomen.

-¿Porque nunca te cansas de estos trucos, dobe?- el cuerpo desaparecía dejando a su espada libre.

-No creo haberte dado el permiso de tratarme con tanta confianza-ttebayo-  ¡RASENGAN! - el árbol donde estaba Sasuke comenzaba a caer.

Sasuke salto hacia un lado, un clon lo atacaba mientras que otro corría por el tronco del árbol que acababa de tirar para darle una patada en el abdomen al pelinegro lanzándolo vigorosamente contra el suelo donde otro de los clones lo esperaba con el Rasengan.

Aquel sentimiento lo atacaba de nuevo. El mismo que lo había entorpecido en la aldea del trigo -¿Esto y peleando contra Naruto?- no le encontraba explicación, aquella persona era muy diferente a la que había conocido. Tomando toda la concentración posible esquivo aquel ataque lanzándole un chidori con su espada al clon. Esto le dio la oportunidad de saltar sobre el tronco de un árbol donde se mantuvo de pie esperando el posible ataque. Activo su sharingan. Aquella no era una pelea de amigos -Amigos- repetía su yo interno. Hasta a él le parecía raro aquel término, por lo menos, después de todo lo que habían pasado. Pero, los ataques de Naruto no parecían para él, era como si atacara a un.... extraño.

Naruto sabía que Tsunade se enojaría con él, pero tenía que llevar a Sai rápidamente al hospital, no podía perder más el tiempo con todo aquello. Se paro en una de las ramas de un frondoso árbol, justo como lo hacía su oponente. Junto sus manos.

Sasuke veía como Naruto caminaba por el tronco del árbol frente a él y se paraba en una de sus ramas -Parece que los dos hemos mejorado- pensó sin su consentimiento. Los dos estaban frente a frente. Sasuke coloco sutilmente su mano en el mango de su espada. Veía como Naruto juntaba sus manos -Nunca aprendes, verdad dobe- el ya sabía que jutsu usaría, el que siempre usaba desde que lo conocía. Pero había algo extraño, los ojos de Naruto habían cambiado, ya no eran azules. Habían tomado un color ámbar, esto lo desconcertó un poco.

-KAGE BUNSHIN NO JUTSU- tres clones salían a su lado y luego dos de ellos se lanzaron hacia el suelo, sin perder de vista su objetivo en la rama de aquel árbol.

Sasuke se mantenía alerta. Al parecer Naruto había aprendido nuevos trucos en estos últimos meses.

Los clones comenzaron a mover sus manos. Sasuke estaba muy alerta, observando cada uno de los movimientos con su sharingan. De una de las manos de los clones salía el símbolo de agua mientras que del otro salía el símbolo de tierra, los dos como imágenes reflejadas hicieron los mismos movimientos impactando al final con sus palmas en la tierra. Todo comenzó a temblar. Sasuke veía a su alrededor. Los arboles se contorsionaban formando una espiral que poco a poco lo iba encerrando. Pequeñas ramificaciones tomaron sus manos y piernas dejándolo totalmente inmóvil.

 

No podía creer que el dobe pudiera utilizar el elemento madera. Estaba desesperado, no tenía otra alternativa que usar esa técnica. Un grito lo alerto. Al parecer se había olvidado de los otros dos Narutos. Pero bueno, ya era muy tarde. El clon le colocaba un pañuelo en la boca mientras que el verdadero Naruto le daba un golpe final en el estomago. Lentamente perdía la conciencia. Al parecer aquel pañuelo tenía algún tipo de somnífero. Sus ojos comenzaban a cerrarse. Recordó a Sakura, ella tendría que ver con algo de esto.

 

Cuando Naruto estuvo seguro de que ya no tendría la fuerza para pelear, lo soltó de sus agarres de madera. Dejándolo caer al suelo.

 

-Naruto, espero sepas lo que estás haciendo- dijo una preocupada pelirosa. Ella ya se imaginaba el grito que daría Tsunade-sama al ver todo aquello.

 

-No te preocupes Sakura-chan, de todas formas este chico pertenece a la aldea, solo le estamos haciendo el favor de escoltarlo. Todos merecemos una segunda oportunidad. Además, este chico no me parece tan malo-ttebayo.

 

-Eso es porque está dormido, tu no lo conoces Naruto… no sabes de lo que es capaz.

 

-No te preocupes, si se pone violento yo lo pongo en su lugar. Ahora apresurémonos a llevara Sai al hospital.

 

Sakura sabía que todo aquello estaba mal. Sasuke solo atraía problemas. Y ahora lo llevaban a Konoha. Naruto no sabía lo que estaba haciendo -Tsunade se pondrá furiosa- pensó mientras ayudaba a Sai a levantarse. Este no había dicho nada, pero en su rostro dejaba ver la preocupación, algo muy raro en él.

 

El camino sería muy largo. Sakura ayudaba a Sai mientras que Naruto llevaba en su espalda al ahora inofensivo pelinegro. Había tomado su espada y la llevaba en su cintura. El somnífero que le habían dado a Sasuke le duraría por lo menos a que llegaran a Konoha. Sakura ya escuchaba los gritos de Tsunade…

 

Naruto no tenía ni la menor idea de todos los problemas que esa pequeña decisión causaría en su vida de ahora en adelante.

Notas finales:

Bueno eso fue todo.... espero sus reacciones sobre este cap! todo sera bien recibido!

no se... hay algunas lectoras que prefieren que naru no recupere la memoria T.T (espero que con los caps que vienen, cambien de opinion) PERO.... uds que opinan.... ¿Que la recupere o no? XD

cuidense!

bye bye!


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