Era un domingo normal, en una cama yacía una mujer envuelta en sabanas parecía enferma, muy enferma.
-que bueno que no esta aquí-pensaba-asi no veria como me encuentro, que bueno que le di permiso de ir a casa de su amigo.
Pero no era por enfermedad si no porque la noche anterior no fue algo que ella ni nadie quisiera recordar, pero tendría que recordarlo
----- FLASH BACK-----
Ese sábado, ella se había esmerado a cocinar para su marido, le había puesto dedicación a la comida y el arreglo de la casa, su marido era una persona que le gustaba el orden y la limpieza y cuando no era asi, el se lo hacia notar. Estaba cuando escucho unos pasos que se acercaba pensó que era su esposo, pero aun era temprano para que el llegara
-oka-san, huele delicioso-dijo un muchacho rubio de ojos azules- lastima que no me voy a quedar a probar tu deliciosa cena.
-como que no te quedas- mientras se limpiaba las manos con su delantal- no recuerdo que me hayas perdido permiso para salir
-no te acuerdas, te lo dije ayer-decía con un puchero- que me iba a quedar a casa de un amigo, oka-san no me digas que se te olvido
- no, como crees-mientras le sonreía- es solo… que… no se tengo tantas cosas en mente mi amor, por favor cuídate mucho vale?
-hai, hai, oka-san te preocupas demasiado, ya soy casi un hombre-mientras tomaba su morral ya se cuidarme solo entonces hasta mañana en la tarde.
Ella lo despidió con un tierno beso, en la mejilla quería mucho a su hijo por eso siempre trataba de que el no se enterara de las cosas que ocurrían a sus espaldas, “era mejor así” pensaba ella; no debía enterarse o si no sufriría mucho.
Cayo la noche, su esposo vendría pronto, la comida estaba lista, la mesa estaba puesta y ella se había arreglado un poco, ya que el le había exigido que cuando llegara quería verla arreglada. No tardo en llegar-buenas noches mi amor- mientras lo recibía en la entrada- la cena ya esta lista, ven vamos al comedor.
-Hueles a prostituta- decía mientras se tambaleaba-llegaron al comedor-apúrate a servirme la cena me muero de hambre.
-hai enseguida- ella no quería desobedecer a su marido sabia como se ponía cuando llegaba en ese estado- te cocine lo que a ti te gusta: RAMEN!. Le sirvió y el lo probo, cuando paso el bocado grito
-esta es la peor comida que eh probado, sabes bien que no me gusta el ramen- mientras lo decía se paro de su asiento y se acerco a donde su mujer- cuantas veces te eh dicho que no me prepares comida de este tipo
- pero es tu favorito-titubeaba al decirlo- espérame y te preparare otra cosa mas
- no quiero otra cosa mas maldita perra- mientras la jalaba de los cabellos- maldita la hora en que me case contigo y mas porque me diste un hijo que no es mío
-sabes que es tuyo se parece a ti- lo decía sollozando- onegai déjame me estas lastimando
-no te dejare – en ese instante le dio una cachetada y después siguió con los golpes, en todo su cuerpo, le dio otra cachetada y le empezó a sangrar la nariz, acto seguido le empezó a patear hasta que se canso. Ella no se defendía sabia que si lo hacia le iría mucho peor así que permaneció inmóvil hasta que el se canso y se fue a dormir.
Después de un rato ella se levanto y se dirigió al baño, para lavar sus heridas y curarlas, después se daría una ducha y se iría a acostar a lado de la persona que le había echo todo eso. Al parecer no tendría que ir al hospital, no quería dar excusas ni nada por el estilo no quería preocupar a nadie además no quería que su hijo se enterara de lo que pasaba, prefería callar.
----- FIN DEL FLASH BACK ------
Se levanto con pesadez su esposo ya se había ido, al parecer con sus amigos a un partido de beisbol, y llegaría mas tarde.
-creo que se dio cuenta como me dejo-una leve sonrisa aparecía en su rostro- bueno tengo que cocinar, o cuando venga no habrá nada que comer, se acerco a su tocador para ponerse maquillaje y tapar los moretones, buscar una blusa de mangas y cuello alto, camino con sumo cuidado aun le dolían los golpes pero no tanto como los del alma.
Llego a la cocina y recalentó lo que quedo anoche de seguro su hijo lo comería, era la misma imagen de su papa, pero porque lo odiaba tanto ni ella misma sabia el motivo.
No tardo en llegar, su hijo que con esa sonrisa alegraba el día a todos.
Konichiwa!-lo saludo con una sonrisa- como te la pasaste espero que te hayas divertido
-hai oka-san, no ay calor como para que uses esas ropas
- a te refieres a esto- decía algo preocupada- es que estaba acomodando la ropa y me lo encontré asi que decidí ponerla, hace mucho tiempo que anda guardada
- te peleaste con papa verdad-dijo en voz baja-
-que dijiste?
- no nada, wow huele a ramen me sirves un poco ire a lavarme las manos
-hai te espero para comer-en sus pensamientos- acaso naruto sospecha algo, no puede ser seria tan doloroso para el.
pero aunque tambien se tendria que enterar, que pasaria si un dia se sobrepasara y la lastimara horriblemente no podria permitirlo.