¿ERES FELIZ?
Hace ya dos años que estamos juntos. Nos conocimos por medio de un amigo muy importante para ambos. Al principio no congeniábamos debido a nuestras personalidades tan opuestas, pero al irnos tratando (de nuevo, por culpa de nuestro amigo), nos dimos cuenta de que teníamos ciertas cosas en común: un pasado triste y solitario, perdimos a alguien muy querido, encontramos a alguien que nos alegró y cambió la vida. No sé con exactitud en qué momento habrá sido, pero conforme pasó el tiempo esperaba con más anhelo el volver a verlo. Platicábamos, a veces sólo nos quedábamos en silencio, en fin, estábamos muy a gusto el uno con el otro. Cuando admití que mis sentimientos habían cambiado decidí pedir consejo. Y no, no fui con mi valioso amigo, sino con el bastardo que tiene de pareja, que la verdad no me agrada mucho, pero seguramente él podría ayudarme a entender lo que me pasaba. Lo obligué a que charláramos y no le quedó de otra que escuchar todo mi relato. Al concluir sólo se levantó y me dijo que era obvio: estaba enamorado. Admito que todavía me faltaba práctica en cómo expresar lo que siento (y lo sigo pensando), de modo que sencillamente fui a buscarle y le dije todo lo que había pasado desde que nos conocimos y que había terminado amándole profundamente. Al inicio creyó que sólo era una broma, pero cuando se dio cuenta de la sinceridad de mis palabras se puso rojo, con algo de trabajo aceptó que su forma de verme también había cambiado y que posiblemente correspondía mis sentimientos. Luego de aquello comenzamos a salir; era un poco difícil al ser ambos hombres, además la distancia de nuestros hogares no ayudaba mucho. Sin embargo siempre que nos reuníamos todo eso quedaba en segundo plano. Al pasar los dos últimos años, lo he visto enojado, estresado, lo he visto maldecir, pero también sonreír, muy pocas veces, pero es tan reconfortante verlo cuando lo hace. Le adoro enormemente, desde su comportamiento vergonzoso cuando estamos en la intimidad, hasta cuando (va a oírse masoquista, pero es cierto) me golpea por alguno de mis comentarios que lo hacen apenarse aún más. Sé que me ha mostrado una cara que ni sus seres más cercanos conocen, que me he ido ganando un lugar muy importante en su corazón, pero me conozco y sé que estoy lleno de defectos, por eso todavía tengo inquietudes respecto a nuestra relación, en si estoy haciendo bien las cosas. Y desde que nos hicimos pareja he tenido una duda que me ha perseguido y que seguramente no desaparecerá hasta que la escuche de su propia boca.
-Oye, Gaara.
-¿Qué pasa, Sai?
-¿Eres feliz?
El otro lo miró, arqueando una ceja.
-¿Por qué no habría de serlo?
Se sorprendió por la respuesta y no pudo evitar sonreír al ver a Gaara agachar la cabeza, tratando de ocultar el sonrojo que había aparecido.
-Gracias. Sólo quería que tú me lo dijeras.
No puedo asegurar que siempre estaremos juntos, ya que no hay nada escrito para el futuro, pero si eso pudiera hacerse realidad, sería la persona más feliz y agradecida del mundo.
FIN
THE END
OWARI