Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La promesa del vampiro por Higary

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Desde mi última actualización (que ya ni me acuerdo cuál fue o.O) la página no me ha permitido subir nuevos fics ni actualizar los que ya tengo, de modo que todos se han estado acumulando. Como sea, espero por fin poder compartirles mis locuras, jeje. Sin más, a lo que vinimos: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Kishi-sensei (Sasu: Cofcof). Ok, primero es propiedad del bastardo y luego de Kishi-sensei. La trama es culpa de mis desvaríos y por querer colaborar con la ola de historias vampíricas sobre esta pareja, jeje.

LA PROMESA DEL VAMPIRO

 

Desde años atrás el mundo estaba sumido en una intensa guerra entre vampiros y cazadores. En Konoha, una región gobernada por el clan Uchiha, había un gran conflicto. El líder, Uchiha Fugaku, tenía ante sí encadenada a una hermosa mujer pelirroja, la cual lucía varias heridas en todo el cuerpo. Varios vampiros los observaban.

-Estabas destinada a un gran honor para una simple humana, Kushina: ser nada más y nada menos que la pareja de mi primogénito, Itachi. A pesar de ello a los diecisiete años escapaste de aquí.

-Yo nunca pedí serlo.

-No podías opinar. Tu falta fue grave, por eso te buscamos; tardamos ocho años, pero finalmente pagarás por tu crimen.

Ella no contestó, lo miraba sin inmutarse.

-Tu soberbia es admirable, lo admito –sonrió, mostrando sus colmillos-. ¿Mantendrías la misma expresión si trajera a ése chiquillo y lo devorara ante ti?

-¡No lo haga! –su rostro se llenó de pánico- Yo soy la única que debe ser castigada, lo aceptaré. Pero por favor... mi hijo... él es sólo un niño inocente... no le hagan nada...

-Dime, ¿quién es su padre? ¡Contesta!

-Me llevaré su nombre a la tumba.

-Como quieras –le dio la espalda-. Es una lástima, Kushina, hubieras sido una excelente reina –miró a uno de sus sirvientes-. Tienes el honor de matarla.

-Lo siento –susurró ella, agachando la cabeza-... Perdóname... Naruto...

 

-¿Qué harás con el niño, padre? –preguntó Itachi, interceptándolo

-Dáselo a Sasuke, quizá sea una buena mascota, o a lo mejor un simple bocado.

 

Cuando todos se marcharon de la habitación, Itachi caminó hacia el cadáver de la mujer.

-Discúlpame –dijo, alzando su cuerpo-. Si por mí fuese, te habría dado tu libertad. Quizá tu hijo corra con mejor suerte.

 

En otra habitación un pequeño rubio de ojos azules estaba acurrucado en la cama. La puerta se abrió y por ella entró una mujer de cabello rosa.

-Levántate y vamos, mocoso –le ordenó

-¿Dónde está mi mamá? –preguntó, temblando

-Cállate y muévete, a menos que quieras ser mi cena.

Sin otra opción la siguió hasta otra puerta muy lejana.

-Entra, y más te vale no molestar a mi Sasuke-kun.

 

Con paso lento ingresó al lugar y se encontró con un alto y apuesto azabache que miraba por la ventana.

-¿Qué quieres? –preguntó seriamente

-Tu padre te envía esto, Sasuke-kun. Dice que puedes hacer lo que quieras con él.

-Bien, ahora vete.

-Sí –miró al menor con reproche y salió

Estuvieron varios minutos en silencio. El rubio comenzaba a inquietarse un poco.

-Eh... ¿Sabes dónde está mi mamá?

-¿No te lo han dicho? Está muerta.

-¿Q-Qué...? –sus ojos se llenaron de lágrimas- N-No... ¡Es mentira! Ella no... Ella no...

Se tapó la boca para no dejar salir sus sollozos. Con curiosidad el otro volteó a verlo y quedó impactado al ver aquellos ojos azules.

-¿Tienes idea de lo que somos y por qué estás aquí?

-Son vampiros –contestó, reprimiendo el llanto-. Pero no sé qué querían con mi mamá y conmigo.

-Te trajeron porque la acompañabas. Ella debía ser la pareja de mi hermano mayor, pero huyó y se unió a otro hombre. Ahora tú me perteneces –lo sujetó del cuello-. Si quisiera podría matarte en este instante –alzó una ceja-. ¿Por qué no tiemblas, niño? Deberías estar muerto de miedo.

-No me matarás -afirmó con seguridad-. Si quisieras hacerlo no me hubieras explicado eso –sonrió un poco-, ¿verdad?

Lo soltó y le dio la espalda.

-Tu nombre.

-Naruto, Uzumaki Naruto.

-¿Uzumaki?, ¿qué hay del apellido de tu padre?

El ojiazul negó con la cabeza.

-¿Te puedo llamar Sasuke como lo hizo esa mujer?

-Sólo en privado, cuando estemos con alguien más debes llamarme Amo Sasuke, ¿entendido?

-Sí.

-Ahora deja de hacerte el valiente conmigo –le tendió el collar que Itachi le dio, aquél que Kushina llevaba-. Llora por la muerte de tu madre.

-G-Gracias... –susurró, apretando con fuerza el último recuerdo de su querida madre mientras las lágrimas escapaban de sus ojos

 

Los días siguientes Naruto se la pasaba acompañando a Sasuke, cosa que molestaba a Sakura. Lo malo es que no podía hacerle nada al chiquillo, sino Sasuke se molestaría mucho.

-Ya terminé, Itachi-san –dijo Naruto, extendiéndola una hoja

-Muy bien, eres muy inteligente –le acarició la cabeza-. Los números se te dan de manera fácil. A partir de mañana te enseñaré a leer y escribir.

-¡Si, quiero leer muchos libros! Sasuke siempre lee para mí... Digo, el Amo Sasuke.

Itachi sonrió ante la confianza del niño para con su hermano.

-Ah, sabía que estarías aquí –entró Sasuke y los miró con cara de apatía

-Itachi-san me enseñó los números y ahora puedo hacer sumas y restas -informó el infante con emoción

-Hum. Vamos, tengo asuntos que atender.

-Sí –miró al mayor-. Muchas gracias, Itachi-san, nos vemos.

-Cuídate, pequeño.

 

Pasó un año de aquello. Para todos los que vivían en la mansión era bien sabido que no podían tocar a aquél niño rubio, a menos que quisieran sentir la ira del hijo menor de su líder. Aquél día Itachi y Sasuke miraban a Naruto jugar con un gato que el mayor le había llevado.

-Lo conscientes mucho, Itachi.

-¿Acaso tú no? Nadie se atreve a mirarlo si quiera, excepto Sakura y nuestro padre –notó la fija mirada con la que su hermano seguía los movimientos del pequeño-. Es él, ¿verdad, Sasuke? A quien elegirás como tu pareja.

-Yo nunca he dicho eso.

-Pero se te nota. Es mejor que se lo digas a nuestro padre antes de que quiera emparejarte con alguien más. Naruto es el hijo de Kushina, estoy seguro de que lo aprobará.

-¿No te parece raro que no nos odie? Fue por nuestra culpa que su madre haya sido asesinada, aún así siempre nos sonríe.

-Quizá porque aún es muy joven. Naruto es inteligente, pero sigue siendo un niño. Preocúpate cuando sea mayor y se dé cuenta de cómo son las cosas. No dudes que quiera matar al rey del clan.

 

Un rato después el rubio cayó dormido sobre el césped. Sasuke fue por él y lo cargó.

-Por cierto, hermanito, tengo curiosidad, ¿nunca has sentido el deseo de probar su sangre?

Sasuke arrugó el entrecejo.

-Puedo oler lo dulce de su sangre, pero lo controlo –le apartó un mechón de la cara-. No quiero que me tenga miedo.

 

El tiempo siguió transcurriendo. Ahora Naruto era un niño de diez años, alegre, enérgico y muy sonriente. Pero igual que desde el día que llegó, sólo era así con los hermanos Uchiha y con otro vampiro de ojos color aguamarina llamado Gaara, quien era serio pero muy amable. Como tenía cabello rojo, una vez Naruto le dijo que se parecía a su mamá, comentario que Sasuke e Itachi usaban para burlarse de él.

-Anda, Gaara, juega conmigo –pedía el niño con un puchero

-Ya te dije que estoy ocupado –contestó-. Quizá más tarde pueda hacerlo y...

Escucharon una fuerte explosión. Gaara cubrió al pequeño abrazándolo con fuerza.

-¿Estás bien?

El rubio asintió, sorprendido.

-¿Qué está pasando? –preguntó, asustado

Inmediatamente todos los vampiros comenzaron a movilizarse.

-¡Gaara! –se acercaba Sasuke a toda velocidad- ¡¿Y Naruto?!

El mencionado corrió hacia Sasuke, quien lo abrazó aliviado.

-Sasuke, ¿qué ocurre? –preguntó el otro vampiro mientras se escuchaban más explosiones

-Los cazadores han logrado entrar aquí. Mi padre, Itachi y otros están tratando de detenerlos. Adelántate a ayudarlos, iré enseguida.

El pelirrojo asintió y se fue.

-Naruto, escúchame: escóndete y no salgas, yo iré a buscarte en cuanto las cosas se calmen.

-Está bien. Cuídate mucho, Sasuke.

El Uchiha asintió y lo besó en la mejilla antes de irse.

 

Naruto huyó de la batalla para cumplir las órdenes de su amo, pero a medio camino se topó con Sakura.

-Aquí estás, mocoso –sonrió con crueldad-. No sería raro que un simple humano muriera durante la conmoción. Mi Sasuke-kun no sospechará nada –sacó una daga y lo atacó

Naruto cerró los ojos, pero nunca sintió el golpe. Volvió a abrirlos y vio a un rubio vestido con una gabardina blanca que había detenido el ataque.

-T-Tú... –susurró, sorprendida y asustada

Con ágiles movimientos la atacó, logrando hacerle un corte en el hombro.

-Nuestras armas están fabricadas especialmente para matar vampiros –habló el hombre-. Con el siguiente ataque te mataré.

Ella retrocedió, con miedo.

-¿Estás bien, pequeño?, ¿qué hace un humano aquí?

Volteó a verlo y con sorpresa miró una gema verde que colgaba del cuello del menor.

-Ese collar... Kushina –lo miró con fijeza-... ¿Naru... to?

Él también lo observó, con los mismos ojos azules.

-¿P-Papá? Eres... ¡Eres tú!

Más explosiones se escucharon. El cazador cargó al niño al tiempo que más cazadores llegaron a su lado.

-¿Y tu madre?

-La mataron –agachó la cabeza-... hace cinco años.

-Minato-sama, vamos –llamó un hombre de cabello gris-. Ya acabamos con su rey, pero se están reagrupando.

Su jefe asintió, con los puños apretados.

-Al menos pude recuperarte a ti –sonrió a su hijo y se puso serio-. ¡Andando!

 

Los vampiros llegaron corriendo. Sasuke jaló de los hombros a la pelirosa para hacerla reaccionar.

-Sakura, ¿dónde está Naruto? ¡Maldita sea, responde!

-Sasuke, cálmate –pidió Gaara

-Se... Se lo llevaron...

-¡¿Qué?! ¡Vamos, Gaara, perseguiremos a esos desgraciados!

-De acuerdo.

-¡N-No! –lo sujetó- Déjalo ir, Sasuke-kun.

-¡Suéltame, ni siquiera lo menciones!

-Él es un cazador... ¡Ése niño lleva sangre de cazador!

-Explícate, Sakura –ordenó Itachi

-Minato es su padre. ¡El mocoso es hijo de Namikaze Minato, el líder de los cazadores!

Gaara, Itachi y Sasuke abrieron los ojos de sobremanera.

-¿Estás segura? –preguntó Itachi

-Claro, incluso él mencionó el nombre de Kushina.

-Sasuke –volteó a verlo-, lo lamento, pero tienes prohibido buscar a ése niño.

El azabache lo miró con rencor. Era la primera vez que su hermano llamaba de esa forma a Naruto.

-Compréndelo: él ahora es un enemigo.

 

Todos se dispersaron para buscar a los heridos y tratar de reparar los daños causados. Gaara miró con tristeza a su amigo.

-No lo culpes, ahora Itachi es nuestro Señor y debe comportarse como tal.

-¿Estás de acuerdo... con lo que dijo?, ¿tú también crees que debo olvidarme de Naruto?

-Esa decisión es tuya. Sólo no pienses que eres el único que lo extrañará.

 

La guerra continuó, cada vez más sangrienta. Los enfrentamientos entre vampiros y cazadores se volvían más constantes. Desde aquella batalla pasaron siete años.

-Sasuke –llamó Itachi-, esta noche irás conmigo. Gaara estará ocupado en otro sector junto con sus hombres.

-Entendido –contestó-. Iré a preparar mis armas –miró a su hermano-. Entonces, ¿hoy traerás al escultor? Te tomó mucho decidirte.

-Es que primero tenía que convencerlo. Él está muy agradecido con los cazadores porque lo salvaron cuando niño. Y bueno... como es rubio de ojos azules me preocupaba qué pensarías.

-¿Era por eso? –sonrió- No seas tonto, hermano.

-¿Me dirás que él ya no te importa?

 

Cayó la noche en Konoha. Itachi, Sasuke y otros cinco vampiros avanzaban sobre los tejados de las casas.

-Se acercan cazadores –informó uno

-Itachi, ve por tu pareja –dijo Sasuke-, nosotros los entretendremos.

-Bien, nos veremos en la mansión al amanecer.

El pelilargo aceleró mientras los otros vampiros se detuvieron. En cuestión de segundos un trío de cazadores enmascarados los alcanzaron.

-¿Sólo tres? –rió un vampiro con cinismo

A una velocidad sorprendente el que parecía el líder de ellos le cortó la cabeza.

-No deberían subestimarnos. Sai, Shikamaru, déjenme al príncipe, encárguense de los otros.

-Como tú lo ordenes.

Comenzaron a atacar a los cuatro vampiros restantes. Sasuke miraba a aquél joven, le había molestado la forma tan burlona de llamarlo "príncipe", pero para conocer su posición dentro del clan, seguramente se habían encontrado antes.

-Te crees demasiado, niño –le dijo con molestia

El cazador sujetó con fuerza su espada y con la mano libre se quitó la máscara, dejando ver bien su cabellera rubia y unos ojos azules. Sasuke mantuvo su semblante frío a pesar de que por dentro estaba impresionado. Tantas veces había anhelado ver de nuevo aquellos ojos. Adoptó posición de ataque cuando vio al joven lanzarse sobre él, pero apenas si pudo reaccionar cuando éste soltó su arma y se abrazó con fuerza al vampiro.

-Por fin... Estaba seguro de que siendo cazador podría volver a encontrarte... Sasuke –susurró con nostalgia

Él todavía no salía de su asombro. Muchas veces trató de mentalizarse que cuando volvieran a verse seguramente se enfrentarían por pertenecer a bandos enemigos, pero aquello era algo que jamás imaginó.

-Na...

Antes de que su boca lo traicionara, rectificó.

-¿Qué estás haciendo, cazador?

Sintió al chico tensarse por la pregunta, pero contestó todavía sin soltarlo.

-¿Acaso no me recuerdas? Desde aquél día, a pesar de tener a mi padre y hacer muchos amigos, yo siempre soñé con verte otra vez. No me importaba saber que eras un vampiro.

El aroma de Naruto lo estaba embriagando por completo. Tal cercanía estaba despertando su sed de sangre, así que antes de dejarse llevar lo apartó de un empujón.

-Sasuke...

-Cállate, mocoso, no tienes idea de con quién estás tratando. No deberías subestimarme.

El rubio lo miró dolido. Justo en ese momento regresaron los otros dos cazadores. Al parecer ya habían acabado con los otros vampiros.

-¿Problemas, Naru? –preguntó uno- No creí que hasta fuera capaz de desenmascararte.

Al Uchiha no le gustó el tono tan familiar con el que le hablaba al rubio.

-Nos vamos –anunció Naruto recogiendo su arma y volviendo a colocarse la máscara

-Pero somos tres contra uno...

-Es una orden, Sai –intervino el otro cazador

-Como quieran –miró al azabache-. Tuviste suerte, alteza, pero ya nos veremos de nuevo.

Los vio marcharse, adentrándose en la oscuridad. Apretó los puños con fuerza y golpeó una pared, destruyéndola por completo.

 

En su base, Minato recibía a los grupos de cazadores. Cada noche era de enfrentamientos seguros.

-Shikamaru, ¿y mi hijo?

-En cuanto llegamos se fue a su habitación. Me parece que estaba un poco raro.

-Ya veo. Dejémoslo descansar, luego quiero que hables con él, Sai.

-Como desee, Minato-sama.

 

En su habitación, Naruto estaba tumbado sobre su cama, meditando. Estaba seguro de que Sasuke lo había reconocido, pero le dolió que lo tratara de aquella forma, siendo que aquellos cinco años que pasó a su lado siempre estuvo al pendiente de él.

-¿Qué puedo hacer...? Sé que está mal, pero quiero verte... Sasuke.

 

El Uchiha menor regresó al castillo justo cuando el Sol salía. Si bien no mataba a los vampiros, si los debilitaba considerablemente, de modo que salir en el día era exponerse a los cazadores. En la sala principal Itachi presentaba a su pareja, Deidara.

-Lo transformaré en una semana, de modo que quiero sean amables con él y no se atrevan a tocarlo, a menos que quieran conocer mi ira.

-Sasuke-kun –llegó Sakura con él-, qué bueno que volviste, ya nos tenías preocupados.

-No me molestes.

Iba a la salida cuando un pelirrojo se le atravesó en el camino.

-¿Qué te sucede? Luces alterado.

Suspiró, no iba mentirle a su amigo.

-Me encontré con Naruto.

Los ojos verdes se abrieron con sorpresa. Sasuke sabía que para él, el rubio también era muy querido.

-¿Ah, sí?, ¿y cómo está? Supongo que debe ser un cazador.

-Sí, y uno muy fuerte. Ha crecido bastante, luce más maduro, guapo, sensual, pero todavía conserva un aire de pureza de cuando niño.

-¿Qué es lo que harás?, ¿volverás a verlo?

-Espero que no. Y ni una palabra a Itachi; si se entera de que nos encontramos, no me dejará salir.

-Cuenta conmigo, Sasuke.

 

Las siguientes semanas pareciera que Naruto sabía dónde estaría Sasuke, ya que se las arreglaba para encontrárselo siempre que salía por las noches. Aquella vez lo acompañaba Gaara, quien tuvo que fingir indiferencia ante el rubio.

-Oh, pero si es el vampiro pelirrojo –sonrió Sai-. Sabía que volvería a verte.

El aludido arrugó el entrecejo.

-¿Lo conoces? –preguntó el ojiazul

-Nos encontramos hace unos meses.

-Gaara, evitemos batallas, nos vamos –habló Sasuke

-Mira, se te está escapando de nuevo, Naru.

-Sai, ocúpate de Gaara –ordenó y en voz baja añadió-, pero por favor, no lo lastimes.

-Tampoco pensaba hacerlo, es muy atractivo.

Ambos cazadores sacaron sus armas y atacaron. Los vampiros los esquivaron, pero habían logrado separarlos. Sai consiguió llevar a Gaara lejos de los otros dos.

 

-¡Espera, Sasuke! ¿Por qué...? ¡¿Por qué me has estado evitando?! Todos estos años he deseado volver a verte, y ahora huyes de mí.

-Yo no huyo, niño.

-¡Ni siquiera te atreves a mirarme! ¿Acaso de verdad ya no te importo en lo más mínimo? –no tuvo contestación- ¿Ni aunque haga esto?

Con su arma se hizo un corte en la mano. El olor de su sangre comenzó a llenar el ambiente. Sasuke se tensó: aquél aroma tan embriagante lo estaba volviendo loco y no sólo eso, también comenzaba a excitarlo.

-Dime que mi sangre no te provoca nada –dijo en tono sensual-. Todos estos años he conservado mi cuerpo virgen –se abrió la camisa, dejando ver su pecho desnudo-... para ti.

Sasuke siguió sin responder, tratando de reprimir sus ansias por probar aquél líquido.

-¿De verdad no te provoco nada?

Se embarró la sangre en el pecho. Aquella imagen llena de lujuria fue suficiente para Sasuke. En segundos llegó junto a Naruto y lo rodeó con sus brazos. El rubio sonrió en victoria.

-Creí que no despertaba nada en ti.

-Cállate, estúpido dobe.

Con su lengua limpió todos los rastros de sangre; tal como supuso, sabía deliciosa, todo un manjar.

-Ahh... mgghh... –gemía Naruto

-¿Ahora el cazador es presa? –preguntó, chupándole los pezones

-Sólo si... ahh se trata de ti...

Un poco de remordimiento invadió la mente de Sasuke: aquél era su Naruto, ese alegre niño que crió durante cinco años, ahora era un cazador hijo de Namikaze Minato. Si descubrían lo que estaba haciendo con un vampiro, seguramente lo condenarían.

-Ya basta –dijo, separándose-. Será mejor que te largues y olvides esto. Finge que nunca nos conocimos.

-Sasuke...

-No seas estúpido, piensa bien en tu posición. No andes por ahí rogándole a un vampiro.

-¡Tú eres el estúpido! ¡Yo no he estado esperando a un vampiro, sino al Sasuke que me cuidó!

Las palabras resonaron hondo dentro de él, pero se dio la vuelta dispuesto a irse.

-Entonces... no valió la pena mi espera –murmuró Naruto-... Me hubiese entregado a los brazos de cualquiera de los hombres o mujeres que me lo pidieron.

La furia invadió al Uchiha; de un jalón pegó al ojiazul a su cuerpo, mostrándole los colmillos.

-¡No te atrevas! ¡Nadie más puede tocarte, Naruto!

Al oír su nombre sonrió como no lo hacía en años y lo abrazó con fuerza.

-Entonces aduéñate de mí –susurró en su oído

 

En otra parte Sai y Gaara estaban sentados, respirando entrecortadamente. Luego de una pelea tan dura el pelinegro, con una sonrisa, le pidió una tregua para descansar.

-Normalmente un cazador no bajaría la guardia ante un vampiro.

-Se nota que eres alguien con honor, no atacarías por la espalda. Y eres muy lindo.

-¿Estás loco o qué, niño?

-Sai, soy Sai. Tú eres Gaara, ¿verdad? Siempre tuve curiosidad por conocerte, Naru me habló muchos de ustedes.

-¿Acaso le permitieron hablar de nuestro clan?

-Por supuesto que no, pero me contaba cuando estábamos solos. Naru se volvió mi mejor amigo y su cariño hacia ustedes sólo me lo confió a mí. Bueno, mejor nos vamos, hay que descansar.

-¿Qué hay de Sasuke y Naruto?

-Te aseguro que no los veremos más esta noche –susurró con picardía-. Desde hace años que la meta de Naru es ése vampiro. Así que te pido que lo mantengas en secreto, Gaara –le guiñó un ojo

-Eres un humano muy raro.

-Jeje, gracias.

 

En una pequeña cabaña Naruto había dibujado un sello con el cual creaba una barrera para que ni cazadores ni vampiros encontraran su rastro. En la cama Sasuke estaba tumbado sobre él, arrancándole la ropa.

-Qué impaciente –dijo el rubio

-Despertaste a la bestia, ahora sopórtala.

-Yo no me estaba quejando –sonrió con picardía

También despojó al azabache de sus ropas y comenzaron a intercambiar caricias. La temperatura aumentaba, las manos recorrían ávidamente los cuerpos de arriba abajo, besos eran intercambiados. Se rozaban las pieles; dos dedos se colaban por cierta zona, luego fueron tres.

-Sasuke... no me digas que cuando niño... me estabas conservando para esto...

-Mmgg... Claro que no –le separó las piernas-. Te tenía cerca porque me gustaba tu compañía, me sentía tranquilo.

-Aahh –sintió cómo el miembro del moreno comenzaba a invadirlo

-Pero tampoco es como si esto me molestara.

 

La danza lujuriosa continuó, las embestidas aumentaban de fuerza; el vaivén se volvía más frenético conforme el clímax se acercaba. Los vampiros, decían, son sensuales por naturaleza, pero en opinión de Sasuke, Naruto no tenía nada que envidiarles.

-Ahh... ahh... ya casi...

-Ahh... nhg... Naru... to...

-Sasu... aaahh...

 

Se dejaron caer fatigados, tratando de acompasar sus respiraciones. El Uchiha lamió el hombro del rubio y le clavó los colmillos, succionando un poco de sangre.

-Mmghh, qué...poco romántico –lo jaló del cabello-. Creí que me morderías el cuello.

-No seas tonto –lamió la herida para cerrarla-. Si los cazadores ven que un vampiro te mordió, quién sabe qué te dirían.

-Les explicaría la vedad –sonrió, coqueto-, que un sexy príncipe vampiro me hizo el amor de manera muy salvaje.

Sasuke arrugó el entrecejo y lo miró.

-¿Qué rayos hiciste con mi inocente Naruto?

El ojiazul soltó una carcajada y con poco ánimo apartó al moreno para levantarse.

-Hay que vestirnos, pronto amanecerá.

-Sabes que el sol no va a matarme, usuratonkachi.

-Pero te debilitará lo suficiente para que seas blanco de los cazadores –lo miró-. No quiero que eso pase.

En silencio terminaron de ponerse sus ropas. Antes de quitar el sello, el azabache lo abrazó por la espalda.

-¿Y qué se supone que harás ahora?

-Seguir viéndote, aunque sea a escondidas. Pero no será por mucho tiempo –dijo con decisión-. No me importa lo que deba hacer, conseguiré traer paz entre ambos bandos.

-Quieres algo muy difícil, Naruto.

-Lo sé, pero de esa forma podríamos estar juntos sin problemas, ¿o no?

 

Un rato después Sasuke llegó a la mansión. Ahí fue recibido por Itachi.

-¿Dónde estabas? Nos tenías muy preocupados. Gaara nos dijo que te perdió de vista y...

-Tranquilo, hermano, ya regresé, ¿no? Todo está bien.

-Déjalo, Itachi –lo interrumpió Deidara, llegando con ellos-. Sasuke debe estar cansado, es mejor que duerma un poco.

El rey vampiro iba a protestar, pero su pareja lo calló con un beso.

-Gracias, Deidara –dijo Sasuke-. Iré a mi habitación, nos vemos en la noche.

-Que descanses, Sasuke.

-Lo conscientes demasiado –reprochó el moreno

-¿Acaso estás celoso, Itachi?

-Sólo un poco –admitió-, pero no es eso. Me preocupa mi hermano, últimamente se comporta raro.

-A lo mejor se siente solo. Tú ya me tienes a mí, quizá él también desea encontrar una pareja.

-No –se puso serio-. Hace años él escogió a la única persona con la que le gustaría compartir la eternidad, pero ahora eso no es posible.

-¿Por qué?, ¿acaso murió?

-Pero: resultó ser hijo de Namikaze Minato y se convirtió en cazador.

 

Al menos tres veces por semana se reunían los amantes para pasar tiempo juntos. Gaara y Sai los ayudaban para no levantar sospechas.

-Es injusto –se quejaba el pelinegro-. Ellos dos por ahí haciendo sus cosas y nosotros aquí pasando frío.

-Dilo por ti.

-Qué malo, Gaara. Si ya deberíamos ser amigos, últimamente pasamos muchas noches juntos.

-Eres humano, más bien serías mi cena.

-Jajajaja, no me molestaría, siempre y cuando primero me concedas una buena sesión de sexo. Pareces ser muy bueno en la cama.

-¿No te da vergüenza decir eso?

-La verdad no –sonrió-. ¿Quieres dormir conmigo?

-Olvídalo, chiquillo.

-Siempre me tratas como un niño –lo sujetó de la nuca y con gesto seductor se acercó a él-, pero la verdad ya soy un hombre con gustos y necesidades.

Con un movimiento lo recostó en el techo de la casa sobre la que estaban y se puso a horcajadas sobre el de cabello rojo.

-Y serás un vampiro y lo que sea, pero como Naru, creo que eso no es algo que me moleste.

-¿Qué te hace pensar que yo siento lo mismo?

-Si quisieras ya me habrías matado, ¿me equivoco? Dime algo, Gaara –se sentó sobre él-, yo sé que ustedes pueden escoger humanos como sus parejas, ¿pueden convertir a un cazador?

-Lo tenemos prohibido. De por sí estamos en guerra, eso ocasionaría más caos.

-Entonces... ¿los sentimientos de mi amigo no tienen fututo?

Por alguna razón al pelirrojo no le gustó verlo con aquella expresión tan triste.

-No lo sé. Sólo nos queda confiar en ellos.

 

-¿Naruto volvió a salir? –preguntó Minato

-Así es, lo acompañó Sai –respondió Kakashi

-Últimamente se van ellos solos, no quieren llevar otros compañeros.

-Ellos son muy hábiles y saben sincronizarse con precisión. No se preocupe, Minato-sama.

-Es que oí un rumor, Kakashi. Dicen que la serpiente está aquí.

-Orochimaru... el líder supremo de los vampiros.

 

Un sujeto de larga cabellera negra y ojos amarillos bebía vino con Itachi en la mansión de los vampiros.

-Me hubiera gustado más una copa de sangre, Itachi-kun.

-Lo lamento, pero en mi clan está prohibido tener humanos aquí encerrados. Cuando tienen hambre, deben salir a cazar su alimento.

-No has cambiado nada, sólo que ahora tienes a ese encantador rubio –sonrió-. Por cierto, no he visto a mi querido Sasuke-kun.

-Salió, tiene deberes que atender.

-Espero que regrese pronto.

-¿A qué has venido, Orochimaru? Me parece raro que llegaras sin avisar.

-Tan perspicaz como siempre –sonrió con maldad-. Quiero que tú y el clan Uchiha me ayuden a exterminar a los cazadores liderados por los Namikaze, se están volviendo una verdadera amenaza.

-¿Quieres decir... masacre total?

-Exactamente. Ya es hora de exterminar a nuestros enemigos de raíz. ¿No fue Minato quien mató a tu padre?

-<<Sí, después de que nosotros asesinamos a su esposa y retuvimos a su hijo durante años>>

-¿Me contradecirás, Itachi-kun?

-Aunque quisiera no me escucharías, después de todo, eres el rey regente de todos los vampiros.

-Me alegra que seas consciente de ello. Informa al resto de tu clan, deseo que nos movilicemos lo más pronto posible.

 

-¿Nos vemos mañana? –preguntó Naruto acabando de vestirse

-Sí, me parece bien –contestó Sasuke terminando de abotonarle la camisa

El rubio lo sujetó del cabello y lo besó con pasión.

-Vamos, o no podré contenerme, dobe.

-Jeje, no me molestaría –se abrazó a él-. Sólo quiero estar contigo, es todo lo que pido.

-Un cazador y un vampiro... es absurdo.

-Un poco –sonrió-. Ya lo verás, construiré el mundo donde podamos estar juntos sin necesidad de escondernos.

-Entonces lo estaré esperando.

 

Fueron reunirse con sus amigos. Sai seguía sentado sobre Gaara y éste no hacía intento por quitárselo de encima.

-¿Qué están haciendo? –preguntó Naruto, sonriendo

-Nos estamos conociendo mejor –contestó el pelinegro y se levantó-. ¿Listo, Naru?

-Sí, hay que llegar a la base antes de que mi padre envíe a alguien a buscarnos.

-Cuídate –Sasuke lo jaló y lo besó en la mejilla-. Te lo encargo, copia barata.

-Si yo soy más guapo, alteza –dijo con cinismo-. Claro que lo cuido, es como mi hermanito. Yo te encargo a ese sexy pelirrojo –le guiñó un ojo

Una vez los cazadores se marcharon, Sasuke miró con burla a su amigo.

-Con razón ya no te quejas porque te traigo a cubrirme.

-¡Déjame en paz!

 

Poco antes del amanecer ambos vampiros llegaron a la mansión.

-¿Qué sucede? –preguntó Gaara al verlo detenerse

-Esa serpiente... está aquí...

Entraron al recinto donde fueron recibidos por Sakura.

-Sasuke-kun, te tardaste –dijo con fingido enojo

-¿Dónde está? –preguntó con frialdad

-¿Q-Quién?

-Sabes perfectamente a quién me refiero.

Antes de contestar, Deidara se les acercó.

-En el despacho de Itachi, te están esperando, Sasuke.

El azabache asintió.

-Gaara, no te separes de Deidara, ¿entendido?

-Sí –contestó el pelirrojo y ambos lo vieron irse

-Me cuidan demasiado –dijo el rubio

-Eres el rey consorte de nuestro clan, es obvio. Orochimaru no es alguien en quien podamos confiar.

 

-Por fin, Sasuke-kun –sonrió Orochimaru al verlo entrar-. Comenzaba a preocuparme por ti.

-¿Qué haces en Konoha?

-Tranquilo, no deberías hablarme así. Itachi-kun es el rey de este clan, así que puedo permitírselo, pero yo soy el rey regente de todos los vampiros. Claro, si gustas, podrías convertirte en el rey consorte.

-¿Qué haces en nuestro territorio? –preguntó sin inmutarse

-Sasuke –llamó su hermano-, Orochimaru ha venido para llevarnos a la guerra que elimine por completo a los cazadores.

-De entre todas las familias de cazadores, la más poderosa es la Namikaze. Exterminados ellos, las demás familias caerán fácilmente una por una.

-¿Qué? Pero...

-Es una orden, Sasuke-kun, y espero todos la cumplan –sin más salió de la habitación

-¿Vas a aprobar esto, hermano? –preguntó a Itachi

-No tengo opción, de lo contrario, él pondría en nuestra contra a los otros clanes vampíricos.

-¡¿Y por ello vamos a matarlos a todos?!

-Sasuke, ¿qué pasa contigo? ¿Qué...?

-¡Naruto! ¡Naruto también es un cazador! ¡Me niego a matarlo o a dejarlo morir!

-Olvídate de él, hace años que se marchó. No –se detuvo y lo miró fijamente-… ¿Lo has visto? Recientemente, ¿lo has visto? ¡Contéstame!

-Es mejor para ti que no lo haga.

 

Al atardecer, pese a los deseos de Itachi, Sasuke salió de la mansión.

-Gaara –llamó el mayor-, por favor, vigílalo, me temo que se esté metiendo en serios problemas.

-Como desees –sospechaba que el mayor ya sabía de aquellos encuentros furtivos

 

-Sasuke-kun se fue otra vez –suspiró Sakura

-¿Y a dónde va?

-¡Orochimaru-sama!

-¿A dónde se dirige Sasuke-kun?

-No lo sé, últimamente sale muy seguido y regresa casi al amanecer.

-Tu nombre es Sakura, ¿verdad? –la vio asentir- Quiero que lo sigas y averigües a dónde va. Si lo logras, te prometo que Sasuke-kun tendrá que tomarte como pareja.

-¿En serio? ¡Claro que lo haré!

-Sólo cuida que no te descubra.

La mujer asintió y se fue.

-Pobre ingenua –sonrió con crueldad-, al menos espero que me sea útil.

 

Naruto ya aguardaba en la cabaña. Cuando oyó la puerta abrirse, se levantó de golpe.

-¡Sasuke! –iba a abrazarlo, pero se detuvo al ver su expresión- Oye, ¿qué sucede?

Sin decir nada el moreno se le acercó y lo arrojó sobre la cama, tumbándose encima él.

-¿Qué ocurre? Respóndeme, Sasuke.

-No quiero, Naruto... Me niego a verte morir...

-¿Por qué dices eso? No te entiendo.

Se sentó en la cama y sin mirarlo a los ojos le contó todo lo ocurrido.

-Es mejor que vayas e informes a los cazadores o los van a tomar por sorpresa.

-Gracias...

Salieron del lugar y volvieron a besarse.

-No te preocupes, buscaré la forma de solucionar esto –prometió el de ojos azules

-Eso quiero verlo –sonrió-. Ten mucho cuidado.

-Jejeje, aunque tú me tengas dominado, en realidad soy muy fuerte.

Un beso más y cada uno tomó su camino. A varios metros, oculta tras unos árboles, Sakura había presenciado la escena.

-E-Es... ése mocoso...

 

Naruto y Sai se comunicaron con el resto de sus compañeros para alertarlos sobre los movimientos de los enemigos. Itachi ya había enviado varios vampiros para comenzar el ataque. Por su parte, Sakura llegó a la mansión toda conmocionada.

-¿Descubriste algo? –preguntó Orochimaru

-Sasuke-kun... Sasuke-kun y ése mocoso...

-¿Cuál mocoso? –preguntó con brusquedad

-¡El mocoso que Fugaku-sama le dio hace años! ¡Volvió a encontrárselo! ¡Y ahora es un cazador! ¡Mi Sasuke-kun no puede estar con él!

-Correcto, me desharé de ése entrometido humano. Pero te equivocas en algo –con un rápido movimiento le traspasó el pecho con una mano-: Sasuke-kun será mío.

 

La batalla duró casi hasta el amanecer, cuando los vampiros se retiraron. Sasuke se vendaba una herida en el brazo que le habían provocado en un descuido, todo porque estaba al pendiente de la seguridad de Naruto.

-Sasuke-kun, me extraña que te hayan lastimado –sonreía con malicia Orochimaru

-Es sólo un rasguño.

-Claro. ¿Acaso había algo distrayéndote?

-Si quieres decirme algo, sólo hazlo.

Una sonrisa siniestra adornó su rostro.

-Descansa, Sasuke-kun. Será una larga noche.

 

Muchos de sus compañeros se habían quedado durmiendo. Naruto visitaba a algunos conocidos tratando de averiguar información acerca del tal Orochimaru. De pronto sintió la presencia de un vampiro y frente a él vio llegar a un hombre de larga cabellera oscura.

-Aunque era de manera sutil, podía sentir tu aroma en Sasuke-kun. Hice algunas indagaciones y me dijeron cómo eras físicamente. Hasta entre los vampiros eres famoso, Namikaze Naruto.

-Yo también estuve investigando. Sólo hay un vampiro que no se debilita bajo la luz del sol y es el actual rey regente, Orochimaru –apretó el arma que traía escondida bajo su ropa

-Si quieres pelear por mí no hay problema, igual los acabaremos a todos.

-Dudo que te aparecieras frente a mí sólo porque tenías curiosidad de conocerme.

-Correcto. Eres un estorbo, niño, no quiero que confundas más a Sasuke-kun.

-No te creas su dueño –gruñó Naruto-. Tú sólo estás provocando más dolor entre ambos bandos, estás condenando a los vampiros.

-Por favor, sólo eres un mocoso con ideas tontas –sonrió-. Pero admito que tienes valor, así que te daré una oportunidad de detener esta guerra. Mañana al mediodía enfrentémonos, solos tú y yo. Eres un Namikaze, debes poder crear barreras –vio al rubio asentir-. Nos veremos en el valle del oeste. Te lo advierto: vas a morir.

-Gracias por decírmelo –sonrió de medio lado-. Pero si llega a pasar, ten por seguro que te llevaré conmigo.

 

En cuanto cayó la noche los vampiros comenzaron a atacar a las personas. Inmediatamente los cazadores salieron a la defensiva.

-La última vez que te vi eras un niño, Minato.

-Yo hubiera preferido no volver a verte, Orochimaru.

-Una pena lo que pasó con tu esposa –sonrió con crueldad-. Pero si quieres, te mataré hoy aquí para que no tengas que sufrir cuando tu hijo caiga por mis garras.

El rubio apretó los puños con ira.

-¡No te permitiré tocarlo!

 

Sai se estaba enfrentando a un vampiro, cuando divisó a Sasuke. Éste acabó al vampiro y se dirigió al cazador.

-¿Dónde está Naruto?

-Estaba peleando por allá. ¿Qué está pasando? En la tarde cuando volvió a la mansión actuaba un poco raro.

-Voy a buscarlo. Dile a Gaara que me cubra con Itachi.

-¡Espera!

Pero sin escucharlo el vampiro se marchó. Sai metió la mano en el bolsillo y sacó el collar de Naruto. Según sabía, era de su difunta madre y Sasuke se lo regresó cuando ella murió.

-Quería saber... si tú tenías idea de por qué Naru me pidió darte algo tan valioso para él.

 

Frente a Itachi se encontraba Naruto, tan similar pero tan diferente a aquél niño al que enseñó a leer y escribir.

-Tal vez no debería decirlo –sonrió el rubio-, pero a pesar de la situación me da gusto volver a verte, Itachi-san.

-Sinceramente me gustaría decir lo mismo –preparó sus afiladas uñas para atacar-, sin embargo tu presencia pone en peligro a Sasuke.

-Lo sé –rió-. Te aseguro que tomaré la responsabilidad por ello –de un salto se puso junto a él-. Por favor... un mundo armónico entre cazadores y vampiros... fuiste tú quien me hizo creer en ello.

Kakashi y Neji llegaron ante el jefe del clan Uchiha. Aprovechando la distracción, el rubio desapareció del lugar.

-¡Itachi!

-Deidara, ¿qué haces aquí? ¡Te pedí que te quedaras en la mansión!

-Soy tu pareja, no podía quedarme sentado esperando.

-Ya no siento la presencia de Naruto –dijo Neji a su compañero

-No sé qué está pasando con él –agarró su espada-; por ahora preocupémonos por esos vampiros.

 

Naruto llegó a la cabaña. Ahí ya lo esperaba Sasuke, visiblemente preocupado.

-Es el olor de mi hermano. ¿Peleaste con él?

-No, sólo conversamos –sonrió y luego lo abrazó

-Oye, estamos en medio de una guerra.

-Lo sé, pero no falta mucho para que amanezca.

-Entonces debemos irnos, o de lo contrario...

Fue interrumpido por un beso, luego el menor escondió la cara en el pecho del moreno.

-Ya puse el sello, nadie nos encontrará. Por favor, quédate conmigo... sólo por hoy.

-Naruto, ¿pasa algo? Estás diciendo cosas raras.

-Quiero que me hagas el amor, quiero sentirte dentro de mí, pertenecerte. Es un deseo que ya no puedo contener.

Lo sujetó de la nuca y lo jaló hacia su cuello. El aroma era demasiado embriagador, así que sin poder evitarlo Sasuke lo mordió y comenzó a succionar un poco de sangre.

-<<Perdóname. No me estoy despidiendo, pero realmente no tengo la seguridad de decir que sobreviviré>> -fue lo que pensó Naruto

El vampiro cerró la mordida y tumbó al ojiazul en la cama, le abrió la camisa y arrugó el entrecejo.

-¿Y tu collar?

-Le pedí a Sai que lo cuidara, es que tenía unos asuntos que atender y no quería que se dañara.

-Es un recuerdo importante de tu madre, mañana mismo se lo pides.

Naruto lo miró fijamente y sonrió con ternura.

-Claro.

 

Hicieron el amor hasta que el sol ya iluminaba todo, cuando la batalla se había detenido por el cansancio. En ese momento no les importaba que sus familias estuvieran preocupadas por no saber su paradero, simplemente estaban felices en los brazos del otro, descansando como hacía tiempo que no lo lograban.

 

Faltaba poco para el mediodía cuando Naruto despertó. Estaba acostado en el pecho de Sasuke; era la primera vez que lo contemplaba dormir desde que dejó la mansión cuando era niño.

-Quisiera estar así, contigo, muchos, muchos años –lo besó en la mejilla-. Voy a acabar con esta guerra, te lo prometo.

 

Orochimaru se encontraba en el valle, el lugar acordado. Estaba molesto porque Sasuke no volvió a la mansión. Alzó la cabeza cuando sintió llegar a Naruto, estaba frente a él, luciendo sus ropas de cazador y portando su espada.

-Comenzaba a pensar que no vendrías, Naruto-kun.

-Lo lamento, es que Sasuke me mantuvo ocupado hasta hace unas horas, es tan apasionado.

Sonrió al ver la molestia del vampiro. Con su espada Naruto dibujó unos sellos en el suelo y colocó una mano sobre ellos.

-Listo –murmuró-, la barrera está puesta. Nadie nos molestará.

 

Muchos cazadores estaban lastimados, de modo que Minato no podía disponer de tantos hombres para ayudar en la búsqueda.

-No lo encontramos –informó Kakashi-, ya revisamos toda la zona norte.

-Rayos, ¿dónde está? ¡Sai! Por favor, ¿no tienes idea de dónde está?

Al verlo, el pelinegro por un momento quiso decírselo, pero recordó que le prometió a su amigo guardar el secreto.

-Lo lamento, Minato-sama. Yo también participaré en la búsqueda esta vez.

 

Sasuke despertó. Se talló los ojos al sentir los rayos del sol en la cara.

-¿Naruto? –inspeccionó todo a su alrededor- Oye, dobe, ¿dónde estás? –tampoco miró alguna de las pertenencias del rubio- Esto no me gusta.

 

Se visitó rápidamente y escuchó a alguien llegar. Por un momento creyó que sería su amante, pero fue otro aroma conocido el que sintió.

-Sasuke –entr ó agitado Sai-, por favor, dime que Naru está aquí contigo.

-Estaba, pero cuando me desperté no lo encontré. Creí que tal vez había vuelto con ustedes.

-No. Minato-sama está desesperado, a los que no estábamos heridos ni ayudando a curar a los otros, nos envió para buscarlo.

-¡Maldición! Debo ir a buscarlo.

-¡Estás loco! –lo detuvo- En cuanto salgas de aquí los cazadores sentirán tu presencia. Haré algo para distraerlos, tú debes volver con tu clan.

-¿Y dejar a Naruto desaparecido? Me niego, no voy a perderlo de nuevo.

-Vas a causar más problemas si los cazadores te encuentran. Espera al anochecer, si todavía no aparece, podrás ayudarme a buscarlo.

De mala gana el Uchiha tuvo que acceder.

-Debo irme, espera unos minutos y luego sal y vete lo más rápido posible. Ah, sí –buscó en su bolsillo y le tendió el collar-, Naru me pidió que te diera esto, pero ayer no tuve la oportunidad.

-¿Lo pidió? Él me dijo... que te lo dio a cuidar por unos asuntos que tenía y...

Ambos se miraron, reflejado en el otro se notaba la preocupación que sentían por el chico.

 

-Ahh... admito que eres más fuerte de lo que esperaba, Naruto-kun –decía Orochimaru en medio del combate

-G-Gracias –se tocó el costado, estaba sangrando-. ¿Continuamos?

 

Sasuke entró a la mansión de golpe, mirando alrededor.

-¡Sasuke! –su hermano se le acercó con alivio- Menos mal, estábamos muy preocupados.

-Orochimaru... ¡¿Dónde está Orochimaru?!

-Como es el único de nosotros que no se debilita con el sol, dijo que iría a buscarte –informó Deidara-. ¿No te encontraste con él?

-Para nada, ni sentí su presencia. A menos... que esté en una zona... sobre la que haya una barrera...

-¿A qué te refieres? –preguntó Itachi

-¡Naruto! ¡Ése bastardo fue tras Naruto! –intentó volver a salir, pero Gaara lo sujetó

-Sasuke, no puedes irte, serías presa fácil para los cazadores.

-¡Suéltame, Gaara! ¡El maldito quiere acabar con Naruto!

-¡Basta, Sasuke! –ordenó el pelinegro- Escúchame: en cuanto el sol se oculte, te permitiré salir, si quieres puedes ir y defender al chico, pero cálmate.

El azabache gruñó, pero no le quedó otra opción que tragarse su furia.

-¿De verdad le permitirás enfrentar a Orochimaru? –preguntó Deidara en voz baja

-Lo hará aunque tratara de impedírselo, pero tengo la impresión de que no será necesario –desvió la cara hacia la ventana-. Creo que ayer... Naruto me pidió un último favor...

 

La tarde había llegado. Naruto ya estaba casi en su límite, con muchas heridas en el cuerpo. Frente a él, Orochimaru también estaba lesionado, pero se conservaba mejor que el rubio.

-<<Si sigo así me va a matar. Debo hacer algo>>

-¿Ya te cansaste, Naruto-kun?

-Sólo estaba pensando una estrategia –sonrió- y creo que ya la tengo. Mi padre se molestará, pero no me queda opción.

-¿De qué hablas?

Se abrió la camisa y con su sangre dibujó una espiral alrededor de su ombligo.

-Voy a mostrarte por qué los Namikaze somos los máximos cazadores.

 

-Ya casi, ya casi –Sasuke miraba el atardecer con desesperación-. Sólo un poco más...

-Prepárense –ordenó Itachi a varios vampiros

El último rayo de sol se ocultó.

-¡Ahora!

 

Minato y los cazadores seguían buscando.

-Los vampiros no tardarán en atacar –dijo Neji

De pronto vieron una explosión hacia el oeste. Un resplandor rojo se observaba.

-¿Qué es eso? –murmuró Kakashi

-El zorro... Naruto... ¡Es Naruto! ¡Está peleando con Orochimaru! ¡Vamos! –ordenó el rubio

 

-¡Maldita sea, lo sabía! –decía Sasuke

Al parecer la barrera de Naruto se había roto, porque podían sentirse perfectamente tanto su presencia como la de Orochimaru.

-Los cazadores también se dirigen hacia allá –dijo Gaara

-Démonos prisa.

 

Orochimaru se sujetaba una profunda herida en el hombro izquierdo. Contempló cómo aquél resplandor rojizo emanaba del joven.

-Así que la leyenda era cierta. Una vez escuché que una familia de humanos hizo un pacto con el demonio zorro para que les diera fuerza que les ayudara a combatir a los vampiros, así surgieron los cazadores. No me esperaba que hubiesen sido los Namikaze, quienes son fuertes por naturaleza.

-Exacto, hace muchos años que nuestros antepasados sellaron ese poder. Pero tendré que oír sus regaños luego de acabarte.

-Pareces muy seguro –de su brazo hizo surgir varias serpientes-. Entonces dame tu mejor golpe.

 

-Ya no falta mucho –dijo Sai

Cerca de ellos vieron al grupo de vampiros correr en la misma dirección.

-¿Los atacamos, Itachi-sama?

-No, nuestro destino es el mismo.

 

Con furia, Orochimaru sujetaba una espada que había sacado de su boca. Aquél mocoso había logrado cegarle el ojo derecho, además de hacerlo perder gran parte de su energía.

-¡Que este sea el último golpe, chiquillo!

-¡Me parece perfecto! –puso una mano sobre la otra que sostenía su espada para evitar que temblara- <<Un poco más... Vamos, cuerpo, resiste sólo un poco más... Después tendrás tiempo para cobrarme factura>>

El vampiro se lanzó al ataque, de modo que el joven cazador hizo lo mismo.

 

-¡Ahí están! –señaló Gaara

-¡Naruto! –gritaron Sasuke y Minato

 

El pecho de Orochimaru estaba completamente destrozado. Miró una vez más a su oponente.

-Ni tú... ni yo... –murmuró con una sonrisa cínica antes de desplomarse

Los integrantes de ambos bandos llegaron al campo de batalla.

-¿Está muerto? –preguntó Deidara viendo a quien fuera el rey regente de los vampiros

-Sí –contestó su pareja

-Na...

Antes de poder llamarlo, se abrieron heridas en todo el cuerpo de Naruto, de las cuales comenzó a emanar sangre a chorros. El joven soltó su espada y cayó hacia atrás. Antes de chocar con el suelo Sasuke alcanzó a sujetarlo.

-Oye, Naruto. ¡Naruto! ¡Resiste, por favor!

Los ojos azules parecían mirar al vacío, estaba perdiendo demasiada sangre. Gaara, Sai y Minato se acercaron.

-Por eso no debe romperse el sello y lo sabías. ¡Vamos, hijo, tienes que estar bien! –suplicaba Minato

-Las heridas no se cierran –dijo Sai con impotencia mientras intentaba curarlo con su energía-. ¡Maldita sea, si sigue así va a morir!

-¡No! ¡No lo permitiré! –Sasuke le acarició la cara- Naruto, escúchame, voy a convertirte en vampiro, ¿de acuerdo?

Minato iba a reprochar, pero Itachi lo sujetó de un hombro.

-Tú mismo lo estás viendo: es la única opción que le queda para vivir.

Sasuke se abrió una cortada en el dorso de la mano derecha y la acercó a los labios de Naruto, pero fue detenido por una temblorosa y ensangrentada mano.

-¿Naruto?

-No... N-No lo hagas... Sasuke...

-¿De qué hablas? Si no te convierto, vas a morir seguro.

-No quiero... que se desate más guerra... no por mí...

-Me estás pidiendo que te deje morir –reclamó con dolor

Naruto sonrió débilmente.

-Estoy feliz... Pude liberarlos... de sus ataduras con ese rey regente –miró a su padre y a Itachi-... Ahora ustedes... por favor... no sigan con esto... Déjenme ver un mundo... donde podamos vivir juntos y en... paz...

-Claro, hijo –le sonrió Minato, reprimiendo las ganas de llorar

-Vamos a intentarlo –susurró Itachi con tristeza

Ahora los ojos azules se enfocaron en otros verdes que se encontraban junto a Sai.

-Te encargo mucho... a mi loco y más querido amigo... ¿sí?

Gaara sólo pudo asentir; después de todo, aquél chico logró ver a través de su corazón igual que cuando niño.

-Naruto –murmuró Sasuke

Con esfuerzo el rubio levantó una mano y acarició la mejilla del azabache.

-Te amo...

-Lo sé –ladeó la cara para tener más contacto-. Yo también te amo.

Sin dejar de sonreírle, una lágrima escapó de sus ojos azules.

-La próxima... vez que me encuentres... no me dejes ir...

La mano cayó, pero Sasuke la sujetó y la llevó a sus labios.

-Lo prometo. Voy a estarte esperando sin importar el tiempo... Naruto.

Abrazó su cuerpo con fuerza, tratando de sentir los últimos vestigios de calidez que emanaba.

 

Tal como lo dictaba la tradición de los cazadores, el cuerpo de Naruto fue incinerado y arrojaron sus cenizas desde la cima de la montaña, para que volara libre. Minato-sama e Itachi-sama decidieron hacer honor a su sacrificio y comenzaron diálogos para mantener un acuerdo de convivencia pacífica entre vampiros y cazadores, tal y como él lo deseaba. Los descendientes de la familia Namikaze se comprometieron a cumplirlo y los vampiros, para demostrar también su aceptación, erigieron a Itachi-sama como nuevo rey regente de todos los clanes. Desde aquellos días han pasado varias décadas, muchas leyes se rompieron, otras se modificaron y algunas más fueron creadas, todo con el fin de lograr este mundo en el que estamos ahora, ese que mi querido Naru soñó ver.

 

-¿Qué haces aquí? –escuchó a sus espaldas

Gaara, por su sangre inmortal, no había cambiado nada, salvo quizá que ahora adoptaba gestos más maduros y sabios. En cambio frente a él, Sai lucía como todo un adulto, y no era para menos: diez años les tomó a Itachi y Minato definir todo un nuevo esquema, así que fue hasta cuando cumplió veintiocho años que a Gaara le permitieron convertir a aquél cazador en vampiro, su pareja por la eternidad.

-Tenía curiosidad –contestó el moreno-. Últimamente Sasuke ha rondado mucho por esta zona, me parece que él ya está aquí.

-Ya era hora –el pelirrojo tomó asiento a su lado y se dejó abrazar-. Se tardó más de lo que todos hubiésemos deseado.

-Pero aunque pasaran mil años, lo seguiríamos esperando.

-Sí, es cierto.

Sai sonrió y lo besó en la mejilla.

-¿Sabes, Gaara? A veces me siento como un asaltacunas, porque serás muchos años mayor que yo, pero en apariencia luces como un adolescente y yo como un adulto de casi treinta.

-Es tu culpa por envejecer tan rápido.

-Sin embargo admite que así me quieres.

-Aún si no lo hiciera, tendría que cuidarte –lo besó-. Él te encargó conmigo.

 

Muchos jóvenes, aprovechando que era viernes, salían con sus amigos a algún antro o bar. Senju Naruto no era la excepción, aunque más por obligación de sus amigos que por voluntad propia.

-Yo hubiera preferido quedarme en casa, Kiba.

-Estás desaprovechando tu juventud –intervino su amiga Tenten-. Ni a tus cientos de pretendientes que te van detrás les haces caso.

-Es que no he encontrado al adecuado. Cuando lo haga estoy seguro que lo sabré al instante.

-Pero en lo que esperas a tu príncipe –intervino Kiba-, ¡hay que divertirnos al máximo!

 

Se encontraron con otros amigos y comenzaron a bailar. El joven de cabello rubio tenía la sensación de ser observado, así que volteó alrededor y de pronto se topó con una oscura mirada que lo atrapó al instante. A varios metros estaba un joven más o menos de su edad, de cabello azabache y piel blanca, bastante atractivo, de su pecho colgaba una gema verde raramente familiar. El extraño lo miraba sin pestañear y de pronto le sonrió.

-¿Naruto?, ¿qué pasa? –preguntó Tenten

 

No escuchó a sus amigos, no era consciente de nada, lo único de lo que Naruto estaba seguro es que el vacío que sentía en su corazón desde que tenía memoria había desaparecido y su lugar fue ocupado por una mezcla de alegría y nostalgia. Esquivaba personas, tratando de acercarse lo más pronto posible. Aquél chico también caminaba hacia él con ansias. Una vez estuvieron frente a frente, los ojos azules se llenaron de lágrimas y se lanzó a los brazos del moreno, quien lo apretó hacia su cuerpo con cariño, protegiéndolo.

-¿Por qué...? –sollozó- No lo entiendo... ¿Por qué me siento así? ¿Por qué estoy seguro de conocerte?

-Porque me has estado esperando desde que naciste –murmuraron en su oído-, porque te he estado esperando durante mucho tiempo... Naruto.

El rubio lo contempló, sin dejar de llorar.

-Sasuke... Sasuke –volvió a abrazarlo, escondiendo el rostro en el pecho del otro-. ¿Cómo es que sé tu nombre? No lo entiendo... Por fin me siento completo...

-Descuida, tendremos tiempo de sobra para que te lo explique –lo sujetó del mentón y lo besó con ternura

Al separarse le sonrió, dejando ver sus colmillos.

-Vampiro...

-¿Te da miedo?

Lo vio negar sin soltarse del abrazo.

-¿Vas a convertirme? –preguntó el menor

-A menos que me digas que no quieres.

-No, sí quiero. Creo que siempre lo he sabido y que lo estaba esperando. Es una sensación muy extraña.

-Es porque tú mismo me lo pediste –se acercó a su oído y con una sonrisa le susurró-: que la próxima vez que te encontrara, no te dejara ir.

Con una mano le limpió las lágrimas que quedaban y Naruto sonrió como nunca lo había hecho.

 

Pueden pasar muchísimos años, pero cuando dos seres se aman de verdad, siempre tendrán la oportunidad de volver a encontrarse, aunque sea en otra época.

 

Y finalmente... el vampiro pudo cumplir con su promesa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).