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Amnesia por cutebeast64

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Notas del capitulo:

Bien, gracias a todos los que me han dejado lindos reviews de motivación y ánimo a los que no se han atrevido. No importa que no sea mucho, con solo saber que lo están leyendo y/o que les está gustando me conformo y me animo a actualizar la próxima más rápido. No olviden pasar también por mis otras historias y alimentarse de todo el lemon que puedan para ser felices y vivir en paz con su parte pervertida ¡y a leer!

CAP 12. LA CASA DE LOS RECUERDOS


 


Pese a lo que le había parecido ver en el bosque,  y a que los dos habían recibido las técnicas más poderosas de la pareja Hyuuga, tanto Suigetsu como Karin se movilizaban rápida y hábilmente entre los árboles. Era algo digno de respeto, pero eran ellos los que se comportaban respetuosamente con él. Según lo que había entendido de las fracciones de conversación que alcanzaba a captar, ellos le tenían miedo pero no lo aceptaban.


 


-       ¿Y adónde vamos ahora?- Preguntó a su amante, en medio de uno de sus saltos por entre los árboles


-       A casa- respondió el moreno, haciendo que la niña que permanecía sobre la espalda de su “madre” se llenara de felicidad y sonriera ampliamente


-       ¡¿De verdad?!- Dijo contenta, levantando su cabecita por sobre los hombros del rubio para ver a su padre, quien le sonrió


-       Pues claro ¿O prefieres seguir durmiendo a la intemperie?- Inquirió a modo de burla, haciendo que la niña hiciera unos pucheros parecidos a los de Naruto


-       ¡Para nada!- Dijo infantilmente, sujetándose de su madre con más fuerza, como si quisiera que la protegiera de las cosquillas de su padre


-       ¿Casa?- Dijo Naruto como confundido. Sasuke no se sorprendió en lo más mínimo, eso era lo más lógico. Naruto había pasado cuatro años de su vida diciéndole “casa” como única  y estable, al edificio Hokage… Y su memoria no volvía tan rápido como le hubiera gustado a Sasuke, aún así, le pareció perfecta la situación. De nuevo con su esposo y su hija.


-       Ya la verás… y entonces lo recordarás todo- Dijo con una dulce sonrisa casi melancólica, haciendo que Naruto se sorprendiera, y a la vez, se sonrojara


-       Sí, yo te voy a ayudar a acordarte de todo- Dijo la niña abrazándolo con fuerza, devolviéndolo a la realidad que vivía ahora


 


Era cierto. Esa era su vida ahora, la verdadera vida por la que había estado esperando durante esos cuatro años que se le hicieron una eternidad, vagando entre las casas vacías buscando quién era… buscando su verdad. Hasta ahora comenzaba a darse cuenta de lo que estaba pasando, él ya no tenía que preocuparse de estar con Sakura y cuidar de sus inútiles caprichos, ya no tenía que estampar un montón de papeles, de clasificar miles de misiones y aceptar a los nuevos gennin, chunnin y jounnin; mucho menos de conversar con los niños de la academia, o ponerles misiones a ninjas que a veces caían en combate, y a veces regresaban airosos… ya no tenía que preocuparse de una ciudad… Ahora tenía que preocuparse de algo mucho más hermoso y difícil de proteger; una familia propia como la que siempre había querido en lo más profundo de su alma.


 


-       Supongo que aquí nos separamos- Dijo Sasuke frenando en un gran arce, un poco aterrador; como si fuera la entrada a un cementerio ninja


-       Ya era hora- Dijo Suigetsu como molesto, provocando que Karin le pegara, nada disimuladamente en la cabeza


-       Adiós Eiko-chan- Dijo Hinata acariciando a la pequeña, que le correspondió con algo de miedo, lógico por la situación pasada


-       Y entonces… ¿Qué van a hacer?- pregunto Sasuke firmemente a los dos portadores del Byakugan , que lo miraron cada uno con un sentimiento distinto marcado en sus ojos igual de blancos


-       Diremos la verdad. Que perdimos- Dijo Neji evadiendo al azabache para hablar directamente con el ojiazul- Lamento todo lo que te hice, pero confía en mí para lo que necesites en el futuro-


-       Por supuesto- Dijo el rubio con una sonrisa- ya quiero volver a ver a Shiromaru-


-       Lo traeré un día de estos, cuando sea la niñera de Eiko- Dijo Hinata con una sonrisa igual de dulce, despidiéndose del rubio, como lo hacía en los días en que ambos lucían sus bellas camisitas de embarazadas, y llamaban la atención por donde pasaban; con un beso en la mejilla que hizo al rubio sonrojarse levemente, totalmente apenado.


-       Sí claro… has eso- Dijo como nervioso antes de que su querido vengador lo halara lejos de ella, despertándolo de su rara ensoñación


 


Neji y su querida esposa hicieron una reverencia a su Ex-Hokage, y al ninja más poderoso que conocían además de él, evitando la mirada del escuadrón de Sasuke, quienes cuidarían de Naruto en el futuro y siguieron andando por entre los árboles, en la dirección en la que había ido todo el grupo durante casi todo un día de camino…


 


-       ¿Porqué se despidieron?- preguntó Naruto al notarlo- ¿No vamos por el mismo camino?


-       Dobe- Dijo Sasuke golpeándolo en la cabeza- ¿Acaso quieres que nos estrellemos de frente con el puesto de vigilancia de Konoha y nos arresten?


-       Claro que no… pero ¿entonces adónde vamos?-


-       Allá- Dijo el moreno señalando lo que para Naruto no parecía más acogedor que el cementerio que había creído que era en un principio.


 


Incluso el sonido de los cuervos parecía anunciar que había muertos en el camino; el ver aquellos árboles enormes y llenos de cortezas podridas e insectos enormes, le recordó en cierta medida el único examen de chunnin que se había dignado a presentar en su vida. Nada más recordar la serpiente enorme que lo había tragado, sintió que la saliva se le atoraba en la garganta, y dudó en dar un solo paso más, en busca del que se suponía su hogar.


 


-       Vamos, bibiri-kun –Dijo Sasuke avanzando entre las ramas, volteándose a verlo en actitud de quien quiere ser seguido


-       ¡No me digas miedoso, teme!- gritó enojado, aunque no podía negar que sí tenía un poco de miedo; es más, sus piernas estaban temblando como si quisieran negarse a dejarlo seguir andando


-       ¿Mami?- Dijo la niña haciéndolo recordar que la llevaba consigo- ¿Estás bien?


-       Sí, claro- Dijo con una sonrisa de no saber qué hacer, armándose de fuerza para saltar a la siguiente rama y alcanzar a su querido esposo, quien se burlaba disimuladamente de él


 


Una vez hubo entrado en ese territorio, su desconfianza disminuyó lo suficiente, como para poder seguir adentrándose, tomado de la mano del vengador, que no parecía dispuesto a volver a perder tiempo convenciéndolo de caminar hacia el que se suponía su propio hogar.


 


Al principio, las ramas de los árboles casi podridas, crujían con cada pisada, los cuervos revoloteaban impacientes soltando sus oscuras plumas de mala suerte y los desagradables animales reptaban rodeándolos como si planearan matarlos, pero después de un par de horas de camino, dirigido todo el tiempo por un Sasuke que cada vez que se desorientaba buscaba alguna referencia a su alrededor para seguir andando, los peligros disminuían y todo el ambiente se volvía mucho más calmado, hasta parecer un lugar totalmente distinto a aquel por el que habían entrado.


 


-       ¿No vamos a descansar? Ya está por amanecer y no hemos dormido- Comentó antes de bostezar a su vez, haciendo que el pelinegro sonriera socarrón


-       No desesperes, zorrito- Dijo con una sonrisa- ¿No quieres llegar a casa?


 


Naruto bajó la mirada y saltó hacia adelante con un gran impulso, dejando, sin darse cuenta, a Sasuke atrás suyo. Pronto notó la razón por la que Sasuke había frenado tan pronto; no había más árboles para seguir saltando. La caída de casi veinte metros, más que preocupar a Sasuke lo hizo reírse irónico de la actitud del rubio… y en parte de su tierna estupidez, notando que se había enamorado de un tonto completo y no tenía ninguna intención de evitarlo o negarlo.


 


El rubio cayó al suelo, sin recibir un solo rasguño y haciendo que su pequeña gritara emocionada por el gran impacto recibido; era quizás, la primera sensación similar a la de una montaña rusa que jamás se había sentido en ese mundo.


 


-       ¿Dónde estamos?- preguntó desorientado, al notar que no sabía en donde estaba parado en esos momentos


-       En casa- Dijo el moreno dándole la vuelta para que viera la bella casa tras él


-       Es… hermosa-


 


No podía ver nada, pues un par de manos algo frías cubrían sus ojos firmemente, como si quisiera ocultarle algo. Estaba algo desubicado, y le molestaba no poder ver, donde iba a terminar poniendo sus pies, pues podría caerse en el primer hueco por el que pasara


 


-       ¿Ya puedo abrir los ojos, Sasuke?- Preguntó algo molesto sujetando las manos blancas que le cubrían los ojos


-       No seas tan impaciente. Primero tienes que decirme que me quieres-


-       Te quiero- Dijo no muy convencido de querer saber cuál era la sorpresa de Sasuke


-       Dilo como si lo sintieras- Pidió el moreno con una actitud un tanto petulante


-       ¡Jódete Sasuke!- Dijo soltándose para quedar completamente impresionado con una casa… Una bella casa adornada con los símbolos de los dos clanes, con puertas corredizas de papel llenas de bellas pinturas y unos escalones de madera que la mantenían un par de metros por encima del suelo


-       Eso si lo dices con sentimiento- Dijo Sasuke algo apesadumbrado antes de abrazarlo por la espalda con toda la fuerza de la que disponía- ¿Te gusta la casa en la que criaremos a nuestros hijos?


-       ¡La amo!- Dijo dándose la vuelta para besar a Sasuke con su encantador vientre de embarazado de seis meses


 


La niña se soltó de su espalda, haciendo que se volteara asustado, para salir corriendo a toda velocidad hacia el interior de la casa de madera llena de polvo que comenzó a escaparse por la puerta. Los gritos de emoción de la pequeña eran lo único que se diferenciaba en el silencio de la casa.


 


Una llama de alegría infantil comenzó a encenderse en su corazón infantil, oscurecido por las mismas sombras que le habían quitado la memoria y salió corriendo a toda velocidad, metiéndose en esa casa que apenas si recordaba, con menos recato que en la suya en Konoha.


 


Dejó los zapatos en la entrada y abrió la puerta de golpe, corriendo por entre los corredores llenos de polvo dejando sus huellas marcadas en el piso, mientras nubes de polvo salían para acumularse en el techo y tratar de escapar por las ventanas cerradas


 


Venía corriendo a toda velocidad desde el río que había cerca, hasta su casa. Su blusa de color naranja ondeaba al viento con su movimiento de huída desesperada, descubriendo la exquisita piel de su vientre de ocho meses, se resbaló al dar la vuelta para tomar las escaleras y estuvo a punto de caerse, pero volvió a levantarse, dejando la cesta de pescado que había conseguido tirada a un lado de la casa y las sandalias de madera tiradas en el suelo sin ningún orden, saltando los tres o cuatro escalones para entrar corriendo a su casa. Los pasos de un ninja, se oían acercándose cada vez más a él


 


-       No… piedad- Gritó atravesando el corredor como una flecha, mientras su perseguidor, habiendo llegado a la puerta abierta, reiniciaba su persecución


-       ¡No hay piedad para la futura madre de Miki Uchiha!- Sonó la voz de su perseguidor


 


Trató de salir de la casa, sintiendo las manos de su perseguidor estar a punto de alcanzarlo, saltó al patio, pero al ir a seguir corriendo, su perseguidor lo sujetó de las caderas haciéndolo caer al pasto, comenzando a rodar con él por entre la ladera de flores de todos los colores, quedando el moreno perseguidor en el suelo, con el ojiazul sobre él


 


-       Atrapado- le anunció besándolo en la boca, a lo que el chico sonrió ampliamente


 


Abrió todas y cada una de las puertas por las que iba pasando, descubriendo todas las habitaciones, desde la cocina hasta la habitación de Eiko en la que la niña saltaba contenta sobre su cama, dispuesta a jugar con sus padres después de haber dormido toda la noche en la espalda de Naruto.


 


Sasuke estaba en la cocina, tratando de reunir todos sus recuerdos de cocina para preparar algo decente en el día de la madre, ayudado por las pequeñas Eiko y Miki, de dos y cuatro años, quienes apenas si alcanzaba a asomarse al mesón tratando de sacar las chispitas de dulce de una bolsa para ponerlas en todo lo que salía medianamente decente de las manos del moreno, mientras Naruto se distraía viéndolos intentar cosas en vano


 


“Estaba profundamente dormido, soñando con miles de tazones de ramen, acostado sobre su esposo en una incómoda posición que probablemente haría que a los dos les doliera la espalda al día siguiente


 


-       ¡Ma! ¿Pa?- Sonó la voz de Miki en medio de la oscuridad


-       Otros cinco minutitos más… Aún no quiero ir a la academia…- Comenzó a murmurar el ojiazul en sueños, provocando que Sasuke tuviera que despertarlo con un amable


-       ¡Despiértate usuratonkachi!


-       ¿nan, nani?- preguntó confundido ante aquella drástica manera de despertar, escuchando los llamados de Miki


 


Ambos ninja se miraron en medio de la oscuridad y decidieron en un segundo ir ambos a ver qué pasaba. En la habitación de Miki, la pequeña estaba sentada en su cama, sudando frío, asustada sin atreverse a quitarse la venda de los ojos para dejar de estar preocupada


 


-       ¿Estás bien Miki?- Preguntó el rubio sentándose a su lado en la cama


-       Tuve un sueño malo- Dijo tiernamente, abrazándose al rubio para ocultar su tierna carita- Soñé que mamá la llevaban lejos unos señores con placas de metal atadas a la cabeza y que a papá lo herían y a mi… a mi me ocultaban lejos


-       No te preocupes, fue solo un sueño- Dijo algo confundido, pues no recordaba haberle mostrado a Miki nada parecido a lo que describía


-       Pero… pero… fue tan real- Se atrevió a tartamudear intranquila


-       Miki. No tienes de qué preocuparte, mamá y papá son los mejores ninjas de las cinco naciones; nadie te va a lastimar, y nadie nos va a separar- Aclaró Sasuke sentándose al otro lado de la niña, para abrazarla- Todo va a estar bien, mientras seamos una familia y estemos juntos, no tendremos nada que temer…”


 


 


Miki corría inquieta, seguida de Naruto con la pequeña Eiko-chan en brazos, buscando con la mirada algún lugar donde esconderse del vengador que estaba en el árbol del patio contando hasta cien para ir a buscarlos, terminando la pequeña encerrada en la alacena y el rubio en un armario


 


-       ¡Los encontré!- Dijeron los dos clones de Sasuke abriendo los dos lugares al tiempo


-       Usar kage Bushin no es justo- Gritó Naruto inquieto, tratando de huir con su pequeña pelinegra del agarre del moreno


-       ¡En la guerra y el amor todo se vale!


 


Unas serpientes aparecieron y comenzaron a perseguirlos, mientras el rubio saltaba juguetón de un lado a otro, arrullando a la pequeña de brazos con sus movimientos infantiles, para tratar de esconderse del vengador que los acosaba en busca de ganar el juego”


 


-       Me acuerdo… me acuerdo de todo- Dijo con una gran sonrisa, recorriendo la casa de arriba abajo sin ninguna preocupación más que la de encontrar nuevos recuerdos en cada rincón… No importaba si era algo triste o alegre, igual una sonrisa decoraba su rostro acanelado- ¡Naruto Uzumaki ha Regresado a Casa!


-       ¡Y con él su esposo Sasuke Uchiha!- Dijo el moreno atrapándolo por la espalda para levantarlo del suelo y, girando en su lugar, hacer que el chico flotara en el aire, antes de colmarlo de ardientes besos- ¡hemos vuelto!


-       ¡Yo también!- Dijo al tierna Eiko corriendo hasta llegar a ellos, saltando a los brazos de sus padres, que la recibieron con un amplio abrazo


-       ¡Reunidos otra vez…!


-       No del todo- Dijo Sasuke con una suave sonrisa- Falta Miki-


-       ¿Miki?- preguntó confundido


-       ¿No piensas saludarla?- Eiko pareció entender las palabras de su padre, porque se colgó en su espalda con una facilidad increíble pareciendo que lo dirigía hacia la puerta trasera de la casa


 


Algo confundido y hasta un poco asustado, siguió a los dos morenos hacia afuera de la casa, subiendo una pequeña colina de pasto verde claro y húmedo por el rocío del amanecer que les había dado la bienvenida a su casa olvidada, hasta llegar a un enorme árbol de flores brillantes y amarillas, que cubrían el suelo bajo el árbol con un manto de sedosos pétalos.


 


-       ¿Sasuke…?- preguntó al ver que dejaba a Eiko al lado del árbol y la niña se ponía en posición de oración. Sasuke le puso un dedo en los labios pidiendo silencio y le mostró lo único que Naruto aún no recordaba


-       Hermanita Miki, soy yo, Eiko-chan. Estoy muy feliz de poder volver a visitarte ¡Quiero agradecerte por haberme ayudado a reencontrarme con papá y mamá! Tú siempre velarás por mí. Espero seas muy feliz donde estés, y cuando me muera, pueda acompañarte en el cielo. Mientras tanto, me alegra que seas mi angelito guardián. Gracias por todo y te quiero mucho…- Dijo la pequeña


 


Naruto abrió sus bellos ojos azules más de lo que podía ser considerado normal, paralizado al notar que su hija y su esposo estaban rezando a una bella tumba en el suelo, cubierta por pétalos de flores amarillas y que sentaba un nombre que le hizo congelar la sangre:


 


-       ¿Uchiha… Miki?- Todos sus recuerdos volvían a él en esos momentos… los de aquella época tan dolorosa de su vida, por la que sus amigos habían decidido hacerle olvidar todo

Notas finales:

depende de cuantos reviews reciba miro si adelanto rápido o si mejor me demoro y adelanto antes mis otros fics. Sé que soy mala, pero es que reamente quiero llegar a 100 reviews en esta historia por más difícil que sea. ¡y tal vez si lo consiga piense en hacer algún especial lleno de lemon sobre la primera vez de Naruto y Sasuke, en la que nuestro lindo rubio quedó preñado con la linda Miki-chan! Está en sus manos queridos lectores y yo me despido ¡Ja Matta Ne!


 


No importa si cometes mil errores, y me lastimas diez mil veces, yo encontraré cien mil razones para perdonarte”


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