CAP 21. REHÉN
Gaara estaba en el interior de una carpa oscura de color arena, rodeada por sus más fieles súbitos, retocando los últimos detalles de la estrategia que usarían para entrar a la prisión para sacar a Miki y aunque no le gustaba mucho la idea, a Sasuke también. El mapa del lugar estaba entre sus manos, y gracias a un rastreador, podían saber fácilmente el lugar donde Sai se encontraba.
Justo cuando planeaban la manera de encerrar a Madara en un círculo para evitar que utilizara su chakra y así poder terminar con él de la mejor manera (y esta vez sí, definitivamente), Naruto entró alterado, con los ojos moviéndose raudos en todas direcciones y la respiración agitada, como si supiera algo terrible
- ¡Sasuke está herido, Sasuke está muy herido! Tengo que ir por él, tengo que ir por él o morirá- Gritó impaciente mientras corría hacia Gaara, suplicándole con sus azules ojos y un gesto de impotencia- ya estoy bien. tengo que ir por Sasuke ahora…
- ¿Y cómo sabes que está herido?
- Lo siento en mi interior. Cada vez que le sucede algo a Sasuke, yo lo noto en lo profundo de mi corazón- Naruto parecía estar recobrando su memoria a pasos enormes. Incluso cuando lo separaron de Sasuke y usaron aquel jutsu para sellar su memoria, Naruto había seguido sintiendo ese profundo lazo con Sasuke- Llámame estúpido si quieres, pero dame la oportunidad de salvarlo. Te lo suplico
A veces, Naruto se levantaba en mitad de la noche, con gesto taciturno y se levantaba de la cama, con las lágrimas de sus ojos y un profundo dolor en su corazón, como si alguien le hubiese acabado de apuñalar. Quizás en esa época, ese sentimiento era todavía más doloroso para Naruto por el hecho de que, no sabía la razón por la que sentía ese dolor. Incluso en ocasiones, cuando lograba que el rubio le comunicara algo de las pesadillas que tenía o del dolor que sentía, el ojiazul se expresaba con palabras como
“Una tumba sin nombre, pero que es demasiado difícil de mirar” o “Puedo ver como si tuviese un profundo lazo con alguien, pero no puedo ver con quién. ¿Acaso este lazo se ha roto o esa persona ha muerto?”
Tantas veces como sintió deseos de confesarle toda la verdad, se controló pensando en el posible estallido de una guerra, y el dolor que eso podría provocarle al rubio. Y sin embargo, las cosas habían terminado así de todas maneras, en mitad de una guerra entre Akatsuki, Konoha y Sunagakure.
- Primero tenemos que abrir una brecha, porque Konoha está cerrando todas las entradas y probablemente estén dispuestos a pelear con sus vidas- Replicó el pelirrojo mirando seriamente a Naruto, que se mordía el labio inferior adolorido- Debe ser difícil tener que combatir contra tus propios subordinados. Aún podemos decir que yo te rescaté y te devolverían tu puesto de Hokage…
- ¿A qué precio?- Dijo el rubio irritado mientras sujetaba al Kazekage de su blanca toga que caía hasta el piso y los miraba a los ojos- ¿Perder a mi esposo, a mis hijas y mis recuerdos? ¿Volver a las noches en las que lloraba y sufría sin saber por qué? ¿Despertar cada mañana como si estuviese vacío, como si me faltara algo muy importante?
- Naruto…- Murmuró el pelirrojo al darse cuenta de todo el sufrimiento que le había causado sin darse cuenta-
- Yo, no quiero volver a la época en la que mi vida no parecía tener más sentido que ser Hokage. Sé que parece estúpido cuando lo digo de esta manera, pero creo que estoy demasiado arruinado para ser Hokage-
- ¿A qué te refieres?- inquirió al ver al chico soltándolo y retrocediendo, ligeramente avergonzado, adolorido y confundido
- Yo…extraño los tranquilos y pacíficos días en casa de Sasuke, cocinando y haciendo la limpieza, con Eiko colgada de mi espalda y Miki sentada en la mesita, mientras le ayudo a estudiar- Los ojos azules se habían llenado de unas ligeras lágrimas tentativas, que agarrándose con algo de desesperación de los ojos del rubio, terminaban por caer- Los prefiero a las guerras y las misiones ninja
- Pero Naruto… eres el ninja más capacitado que he visto en mucho tiempo- Trató el pelirrojo de hacerlo entrar en razón
- Eso ya no importa, cuando tienes a una familia por la cual darlo todo-
- Naruto, pareces una niña- La extraña voz cortó la conversación y les hizo girarse hacia los intrusos, mientras los demás ninjas de Sunagakure, los amenazaban con sus armas, esperando hacerlos retroceder
- ¡Son ninjas de Konoha, ataquen sin piedad!- gritó alguno de los comandantes del ejército antes de que Gaara los detuviera con un solo movimiento de la mano
Naruto se quedó quieto por un instante al ver a la pequeña Eiko, adormecida en los brazos de la chica que permanecía callada parada frente a él de manera algo tímida. Retrocedió un poco, sin saber si debía de confiar o creer que sería una trampa; ya le habían hecho tanto daño
- Es descortés no reconocer a tus aliados- Murmuró el chico de gafas negras y capota que le cubría el rostro casi por completo, mientras avanzaba hacia el rubio- ¿Porqué? Por qué entonces se sentirás ofendidos
- Vamos Naruto, no hagas esa cara cuando vinimos a ayudarte (incluso cuando te comportes como una linda niñita enamorada)- Gruñó el peli-castaño y el enorme perro de color blanco que permanecía al lado del chico ladró, como si estuviera exponiendo sus propias razones
- Eso es cierto. Tu sensei te ordena que seas agradecido- Replicó el hombre alto y de cabello blanco, cubierto su rostro con la máscara negra, aunque se intuía su sonrisa-
- Traje a Eiko, porque no quería dejarte solo, pero no podía arriesgarme a dejar a la niña sola en casa- Replicó de manera tímida la pelinegra de ojos blancos mientras avanzaba y dejaba a Eiko en una esquina, donde Gaara había dejado algunas mantas, arropándola y a la vez escondiéndola entre ellas
- Chicos… ustedes- Naruto estaba sorprendido y ligeramente asustado, por lo que terminó corriendo hacia la niña, tranquilizándose al verla descansar tranquilamente y besándola dulcemente en la mejilla, antes de volver a arroparla- Gracias
Cuatro aliados más podrían no parecer la gran cosa, pero contando que eran sus amigos, parte de los nueve novatos, no podía evitar que una sonrisa se marcara en su rostro, sintiendo como si las cosas fueran a ir mejor. Y entonces sintió un agudo dolor en su pecho que le hizo caer de rodillas ¿Qué le había pasado a Sasuke? Incluso con todas las anteriores heridas que el moreno había recibido, jamás había sentido un dolor tan profundo y asfixiante…casi como si…hubiera…
…
…
…
…
…
Muerto…
- ¡SASUKE!- gritó desesperado mientras se ponía en pie, logrando asustar a todos los presentes- tengo que ir, tengo que ir ¡Ayúdenme!
- Pero… ni siquiera sabemos dónde está- murmuró Gaara seriamente
- Sería un suicidio entrar sin saber la situación actual de las cosas- gritó Kiba antes de hacer una sonrisa cruel- ¿O no has aprendido nada de cómo ser un ninja?
- ¡Yo sé donde está!- gritó señalando un punto específico del mapa, antes de sujetar su pecho al sentir el punzante dolor de la agonía-
AMNESIA-SASUNARU-AMNESIA
Hacía un calor soporífero de medio día, que le había hecho tumbarse en el corredor de su hogar, casi a la entrada, incluso sin haber terminado de limpiar, solo para dormir un momento. No sentía ganas de levantarse, caminar o hacer nada más, solo de quedarse allí acostado hasta que sus días terminaran.
Tenía un pantalón holgado hasta las rodillas y un camisón blanco con bordado en color dorado y plateado, para que no se ajustara su vientre. Sus pies descalzos habían quedado fuera de la casa y les daba el sol de una manera agradable, por lo que terminó crispando los dedos un poco. Tenía sueño y le pesaba el vientre ¿era eso consecuencia del avanzado embarazo?
Ya solo quedaba un mes antes de que el bebé naciera y los nervios le consumían hasta el punto de no dejarle dormir en las noches, razón de más para encontrarse tan adormilado. Además Sasuke había insistido en entrenarlo para hacer técnicas combinadas, lo cual le parecía una pérdida de tiempo, pues se consideraba lo suficientemente fuerte por su cuenta.
Estaba tan agotado. Cerró los ojos para tratar de quedarse dormido por el mes que hacía falta (y quizás por más tiempo) pues estaba nervioso, ansioso y atemorizado sobre la manera en que daría a luz. Ni siquiera entendía del todo la manera en la que había quedado embarazado, así que realmente todo era para él como un territorio inexplorado.
Se preguntaba si Hinata, Ino o Sakura estarían pensando en tener hijos. Se sorprendió un poco, pues era la primera vez en tres meses, que pensaba en Konoha. Se le había olvidado por completo, los ninjas, las misiones, las guerras, Akatsuki… era mucho más fácil hacer las labores de la casa, entrenar con Sasuke y quedarse dormido en el corredor cuando se supone que debía de estar cocinando o limpiando…tenía sueño, así que simplemente, dejó que Morfeo le sumiera en un profundo y cálido sueño…
AMNESIA-SASUNARU-AMNESIA
- ¿Seguro que está estrategia tendrá un buen resultado?- preguntó alguno de los ninjas después de escuchar las palabras de Shikamaru- porque, realmente parece como si…
- Si no confían en mi estrategia…-dijo el pelinegro lleno de calma antes de apuntar sus afilados ojos hacia quien había dicho esas palabras- Pueden hacer lo que les plazca. Claro está, si mueren en combate no podrán culparme…
Una especie de miedo invadió a todos los ninjas que permanecían sentados en un pequeño auditorio improvisado en la planta baja de la prisión, tratando de memorizar el plan que el ninja les había explicado. Algunos dijeron algunas palabras ofensivas a quien había “insultado” al estratega más famoso de Konoha, y finalmente se quedaron en silencio, aceptando las órdenes del chico y atentos para recibir más si era necesario.
La reunión se extendió por casi una hora, mientras todos los ninjas memorizaban su parte de la estrategia y se preparaban para ponerla en práctica, mientras Chouji permanecía sentado en una esquina, tratando de recordar las palabras exactas con las que Shikamaru le había explicado su plan.
Ya que Ino y él eran las partes más importantes en el elaborado plan del estratega, el pelinegro les había dicho lo que tenían que hacer mucho antes de siquiera llegar a aquella fortaleza, y por lo tanto, él tenía que hacer su mejor esfuerzo por recordar al detalle y no defraudar a su amigo y líder. Los nervios de pronto lo consumieron y no pudo evitar sacar un paquete de papas BBQ con sabor exclusivo de limón y broster, que devoró en un instante, demasiado preocupado por el plan que tenían que seguir. A veces creía que Shikamaru estaba loco al hacer algo como eso ¿Y qué tal si fallaban? Podrían morir y serían…no, no quería pensar en eso…
Sin embargo, Shikamaru estaba actuando con medidas extremas como si realmente no hubiera otra opción y eso le preocupaba más de lo que quería admitir. Sacó otro paquete de comida chatarra de la maleta negra con el símbolo de su clan bordado en un costado, y en cuanto la abrió para comer, una risita burlona le hizo detenerse y levantar la mirada.
- Chouji, nunca cambiarás ¿no?- Dijo la chica de largo cabello rubio, afilados ojos azules y traje de color púrpura que llevaba al rehén que Shikamaru había pedido, en brazos
Todo eso se veía mal en tantos sentidos. No quería hacer eso, se sentiría como un traicionero si lo hacía, y sin embargo era la única manera (o al menos Shikamaru, el mejor estratega que conocía, había dicho eso). Tenían una sola oportunidad que parecía suicido ante sus ojos, y tenía que memorizar sus movimientos (cosa para la que nunca había sido bueno) si quería que las cosas salieran bien…
- …en este punto usaremos al rehén…-explicaba Shikamaru cuando una mano se levantó entre la audiencia
- Lamento interrumpirlo pero, sabiendo que son ninjas renegados tan poderosos ¿Realmente tenemos a alguien tan valioso como para usarlo como rehén?- todos los presentes parecieron tomar esa pregunta como acertada, preocupados por aquellos ninjas que aparecían en el libro bingo como de rango S y en un alto nivel de alerta
- Lo tenemos- respondió Shikamaru después de unos segundos, mirando hacia el cuartico trasero desde donde Ino y Chouji observaban la reunión. La chica levantó el pulgar, y Shikamaru la hizo entrar, llevando al rehén- Este, es nuestro rehén
El rehén fue tirado al suelo sin la más mínima muestra de consideración, con el cabello desordenado y el rostro sudoroso, seguramente por el uso de algún poderoso veneno para mantenerla inmóvil e inconsciente. Estaba atada de pies y manos, además de amordazada, como si temieran que pudiese usar algún jutsu en su contra.
- Tenemos a su hija, Miki Uchiha- respondió el pelinegro haciendo que todos en la sala se sintieran mucho más confiados, y unos pocos, sintieran pesar por la niña que permanecía en el suelo, seguramente presa de un gran dolor- Cumpliremos esta misión, sin importar lo que cueste
AMNESIA-SASUNARU-AMNESIA
Sintió como unas pequeñas cosquillas en su vientre. Como si dos dedos simularan caminar sobre él y trató de alejarlos levemente con la mano para seguir durmiendo, pero los dedos siguieron caminando lentamente hasta llegar a su pecho y luego regresaron por su camino, hasta llegar a su ombligo.
Sintió otra mano quitándole el cabello del rostro, y unos labios besándole suavemente la frente, como a un niño pequeño, por lo que frunció levemente el ceño y trató de alejarlo con la mano, como a una mosca que le incomodara. Escuchó una risa melodiosa y curioso por saber quién era el responsable, abrió ligeramente los ojos, encontrándose con los negros ojos de Sasuke, que reía tiernamente. Era extraño verlo así de contento.
Sintió que los dedos se movían nuevamente en su vientre y movió sus ojos hacia su vientre, encontrándose con la mano de Sasuke y los dos dedos índice y medio del moreno, apoyados como si simularan las piernas de un humano, que recorría tranquilamente su vientre… se rió sin saber porqué, y la mano del moreno descendió, apoyándose por completo en aquel vientre cálido.
- Nuestro bebé- Sonrió el rubio y el moreno sonrió también, inclinándose sobre el vientre para darle un beso delicado que hizo al ojiazul sonrojarse levemente
- Naruto… te amo-
AMNESIA-SASUNARU-AMNESIA
- ¿Duele?- la chica parecía estarse divirtiendo bastante con el moreno, golpeándolo y pisoteándolo sin piedad, aprovechándose del hecho de que no podía moverse para defenderse- Claro que duele, eso es obvio
- Tortúrame cuánto quieras- Murmuró el moreno, entreabriendo uno de sus negros ojos para clavarle su oscura y gélida mirada, que pareció bajar la temperatura de todo el lugar por un instante insignificante pero duradero- pero deja ir a Naruto y a las niñas-
- ¿Crees que mi objetivo es nada más hacerte sufrir?- pregunto la chica con un gesto visiblemente irónico y quizás lleno de una frustración profunda- Mi objetivo no eres tú y definitivamente no son las niñas, que si por mí fuera, ya estarían enterradas bajo veinte metros de tierra
- ¡No te atrevas a hablar de ellas así!- gritó el moreno tratando de ponerse en pie antes de sentir una terrible descarga de dolor atravesar su cuerpo por completo, obligándole a quedarse en el suelo, tratando de tomar aire, mientras la chica de cabello rosado reía sin temores
- Ay Sasuke, si no me hubieras rechazado en esa época esta historia sería tan distinta. Tus hijas serían mías, Naruto sería Hokage y todos seríamos felices- Sonrió la chica mientras clavaba el tacón en el pecho del moreno y se inclinaba hacia él- ¿No te parece una visión hermosa?
- No tendría mis hijas…con una psicópata, desquiciada, solterona y frentona como tú- se burló antes de que el tacón se clavara aún más adentro en su carne, haciendo que la sangre brotara-
- Por ese motivo, ahora voy tras Naruto. Una vez le borre la memoria de nuevo, su cerebro estará tan dañado que no podrá volver a recordarte a ti ni a las niñas y vivirá exclusivamente para lo que yo le diga- Sonrió burlona- jamás debí permitir que llegaras tan lejos con esto, pero te lo diré de una vez; cuando estés pudriéndote diez metros bajo tierra, acumulando gusanos en tu maldito cuerpo, Naruto será mío y esas niñas serán empleadas como sirvientas, reportándome tanto dinero como puedas imaginar. Viviré como una reina
- Cómo si yo lo fuera a permitir- trató de renegar el moreno, escupiéndole a la chica en la cara y tomando fuerzas para tratar de ponerse en pie, a lo que la chica respondió, enterrándole con más fuerza el tacón
- No hay nada que puedas hacer. Soy experta en venenos, y mi tacón tiene uno tan potente que te hará morir en dos horas, y eso si tienes suerte. No hay ningún antídoto, y dudo que haya alguien capaz de crear uno que pueda salvarte en este momento. Estás MUERTO-
Luego la chica levantó el pie, y lo golpeó en el rostro, alejándose con su risa burlona, dispuesto a dejarlo morir allí. Trató de moverse en cualquier dirección, pero todo su cuerpo dolía, y podía sentir como sus venas se estrujaban, impidiéndole respirar o siquiera moverse correctamente.
Ah. Cómo le hubiera gustado poder estar junto a sus hijas, poder criarlas, poder guiarlas a través de la vida, hasta que fueran mujeres y tuviera que finalmente despedirse. Y ese nuevo bebé…le fascinaría que fuera un niño, para poder legitimar el nombre de su clan, y poder enseñarle tantas cosas. Como le hubiera gustado poder vivir tranquilamente, en aquella casa que creó de la nada para su amado y sus hijos… Naruto. Tenía tantas ganas de verlo, besarlo y hacerle el amor, hasta que ambos se olvidaran de todas las penas que habían sufrido hasta entonces…
Le hubiera gustado tanto, vivir el resto de sus días en compañía de la persona a la que amaba, sin tener que preocuparse de nada más que de la simple vida que podría tener un agricultor o un granjero. Simplemente la naturaleza, las nubes, el agua, el amor…hasta morir de viejo, en brazos de su amado.
Había pensado en ese hermoso sueño tantas veces, mientras recordaba a Naruto y a sus hijas, que había llegado a perder la cuenta… y sin embargo, parecía que las cosas no iba a salir tal y como le hubiese gustado. Moriría en ese precioso lugar por culpa de ese veneno; eso estuvo asegurado desde el momento en que Sakura lo atacó. Pero al menos, haría algo con sus últimos momentos de vida…
Juntó sus manos en un sello, un sello mortal que le prometió a Naruto que jamás usaría y activó esa técnica para ponerse en pie una vez más… Naruto probablemente sentiría un agudo dolor en su pecho que le tumbaría al piso ¿recordaría la razón de ese dolor? Esperaba que no… era un sacrificio por el que no esperaba las lágrimas o la compasión del rubio, simplemente la felicidad de este y de sus hijas…
Sus últimas dos horas iban a valer
- Técnica prohibida de Sombra: Yami no Kokoro-