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Amnesia por cutebeast64

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Notas del capitulo:

KYAAAAAAAAAAAAA! ¡HELLO MINA-SAMA! (eso por cierto significa “Hola a todos”). Sé que demoré demasiado, pero no tenía ni la más mínima pizca de inspiración, toda mi familia cumple años a lo largo de Mayo y Junio, y solamente tuve tiempo libre ahora que estoy enferma *cogh, cogh*. Bueno, la inspiración de este capítulo (y la mayor parte del mismo) viene del último capítulo de Naruto Shippuden, 217 si mi memoria no falla. Ya lo había visto en el manga, pero definitivamente los seiyuus le imprimen algo de emoción adicional, así que luego de llorar hasta cansarme vine y escribí esto… Bueno, no voy a extenderme más con esto y no voy a dejar notas de fin de fic porque estoy cansada y la tos no me deja escribir ni dos letras en paz pero igual, espero con ansias sus reviews. Este final de fic se está extendiendo bastante pero igual espero lo aprecien y disfruten hasta el final, y dejen reviews para saber que estoy haciendo bien o mal que aunque no los responda, seguro que si los leo y los aprecio con cada fibra de mi ser. Cutebeast64 se despide y los deja con el fic…*cogh, cogh*

CAP 22. LA PROMESA


 


Madara se movió hacia la derecha al llegar a un pequeño recodo, en el que había visto a Sai desaparecer, esperando poder asesinarlo cuanto antes. No le gustaba que sus planes se vieran interrumpidos de esa manera, no cuando ya antes Naruto y Sasuke habían acabado, únicamente los dos, con todo su ejército y su plan de controlar el mundo con un Mangekyou Sharingan lunar.


 


Esta vez su plan no fallaría. Usaría a Naruto, el contener el Kyuubi no Kitsune para controlar el «maravilloso» poder del Tenshi no Sharingan, que Miki, la pequeña hija de Sasuke y Naruto, poseía. Luego conquistaría el mundo con esa técnica y forzaría a la alianza ninja a arrodillarse frente a él.


 


Sin embargo, después de seguir por aquel camino por un momento sintió algo extraño y se detuvo. ¿Por qué sentía como si sus pies se estuviesen hundiendo en algo, al igual que sus brazos, cuando no veía nada anormal con su Sharingan? ¿Era solo su imaginación?


 


-       No es tu imaginación- escuchó aquella voz que nunca creyó escuchar en semejante situación, aunque quizás debió de haberlo considerado después de cambiar sus planes para utilizar a la hija y a la “esposa” de aquel ninja


-       ¿Usando tu nuevo Tsukuyomi en mí, Sasuke?- Inquirió algo molesto soltando el genjutsu con un simple movimiento de sus ojos, para encontrarse totalmente rodeado por un mar de arena- ¿desde cuándo…?


-       Ya me estaba preguntando por qué me había sido tan fácil capturarlo- murmuró el Kazekage, que estaba parado tranquilamente entre aquella cascada de arena, contemplando a Sasuke que permanecía parado en una de las paredes que aún no tenían arena y contemplaba con su Sharingan a Madara- Aunque ¿Porqué Naruto no se dio cuenta de que tú estabas aquí?


-       ¿Cómo podría el saber dónde estoy?- Preguntó el moreno visiblemente confundido mientras se paraba en la arena con sumo cuidado y apoderándose de ese nuevo medio de combate corría hacia Madara, esperando poder atacarlo antes de que se liberara con algún extraño jutsu


-       Naruto dijo que sentía una fuerte conexión contigo y que sabía dónde estabas- Dijo Gaara completamente calmado, mientras cerraba el lugar con arena, entre la cual había mezclado, gracias a la ayuda de Temari y Kankuro, algunos trozos de metales magnéticos, permitiéndole así, crear una barrera para impedir que Madara pudiese trasportarse fuera de ese pequeño recinto cerrado


-       Al parecer no lo recuerda- Murmuró Sasuke visiblemente deprimido mientras se detenía en su carrera. De todas maneras Madara ya se había soltado y estaba tras él, por lo que de nada le servía correr hacia el lugar donde había estado antes. Luego levantó la mirada aterradora, fría y oscura hacia el pelirrojo, como si le amenazara con aquella oscuridad de su alma y dijo- Vete


 


Gaara no dijo nada, pero sin duda parecía estar buscando una explicación mayor para abandonar la batalla contra el que había amenazado con asesinar al rubio para cumplir sus planes en más de una ocasión. Sasuke pareció captarlo, así que mientras forzaba nuevamente sus ojos para construir la columna de Susano’o de manera que pudiese protegerse de los posibles ataques de madara, respondió a esa pregunta no formulada con palabras


 


-       En este momento Naruto debe de necesitar toda la ayuda que pueda recibir- Aquellas palabras sonaron tan… ¿frías? ¿reales? ¿temerarias?


 


Así que Gaara no solo no pudo negarse, sino que desapareció en un instante, sin librar aquella técnica que mantenía a Madara atrapado, pues sabía que eso debería de ayudar a Sasuke a poder vencerlo. ¿Realmente era cierto lo que Sasuke había dicho? ¿Naruto estaba en problemas?


 


SASUNARU-AMNESIA-SASUNARU


 


Solo. Él había estado solo por demasiado tiempo, había perdido su corazón y se había negado a sí mismo, dejándose llevar por aquella oscuridad que en algún punto de su camino había nacido en lo profundo de su alma, llevándole cada vez más y más cerca del abismo.


 


Aquellos lazos que habían sido importantes para él habían desaparecido en la nada, envueltos en sangre y oscuridad. Su padre, su madre, sus tíos y primos, todas aquellas personas por las que había vivido y se había esforzado en ser fuerte ya no estaban… Incluso su hermano, a quien había admirado y adorado, había muerto por su mano… ¿Qué quedaba en un mundo tan lleno de oscuridad y desesperación? ¿Qué sentido podría tener la vida en un momento así?


 


Aún así y aunque sus palabras le traicionaran al salir de sus labios antes de que él siquiera pudiera pensarlas, él nunca quiso atacar o destruir a Konoha, él se había cansado del dolor, la venganza, la desesperación. Él anhelaba solo una cosa…poder sentir de nuevo aquellos tersos labios, quemarse en aquel cálido amor e iluminarse con aquella sonrisa que jamás olvidó ni por un instante. Él quería… No, él no quería a Naruto…él lo amaba.


 


Quizás cuando mató a Danzou estaba pensando en su clan. Quizás en el preciso momento en el que se sintió capaz de hacer algo tan despiadado como asesinar a su compañera de equipo para poder acabar también con Danzou, estaba pensando en el odio y la venganza. Pero en el momento en que, aún cuando sus ojos a penas si podían vislumbrar las sombras del mundo que una vez había observado con tanta claridad, su corazón pudo ver perfectamente aquella sonrisa de aquel al que tanto había amado, dejó de pensar en la venganza.


 


No volvería a Konoha. En Konoha le odiaban y lo consideraban un traidor que debería estar encerrado entre las rejas.


 


No volvería a llamarse el alumno de Kakashi. Ese «maestro» había perdido su confianza en él, había denigrado sus sueños y ahora quería matarlo.


 


No volvería a llamarse parte del Equipo 7. En el equipo 7 permanecía esa chica que había jurado amarlo más que a nada y que ahora intentaba clavarle un kunai envenenado para acabar con su vida.


 


No seguiría en Taka. Porque aquellas personas habían renunciado también a él y le miraban con odio.


 


No es que no pudiese entender que todas esas cosas eran su culpa y que merecía todo ese odio. Cualquiera podría darse cuenta de eso.


 


Pero aún así, nadie quiere ser odiado, nadie quiere verse a sí mismo sumido en la oscuridad. Para cuando se dio cuenta de lo que había causado, ya era demasiado tarde para arrepentirse y la frustración se sumó al odio, al deseo de venganza…al dolor.


 


-       Quería ser tan fuerte como tú; te admiraba, te apreciaba…Esperaba ansiosamente por hasta la más mínima prueba de aprecio de tu parte- Él le había dicho eso. Cuando estaba en medio de la oscuridad, cuando ya nadie creía en él, cuando todos le habían dado la espalda y le querían muerto, solo una persona, le dijo eso- Yo, no me arrepiento de haberte conocido; tú me salvaste de la oscuridad


-       ¡¿Por qué te preocupas tanto por mí?!- ¿Porqué? Si tan solo pudiese hallar la respuesta a esa pregunta ¿Quería traicionarlo o acaso…?


-       Porque soy tu amigo…- Aquella sonrisa, aquella calidez que llenaba su corazón que hasta ese momento solo había estado congelado


-       No pienso cambiar ahora…- No decía esas palabras para herir a Naruto. Las decía porque sabía que si aceptaba aquellos sentimientos del rubio, eventualmente debería regresar a la aldea y sin embargo, allí no sería recibido… solo conseguiría más odio


-       No importa… Incluso ahora, Sasuke sigue siendo Sasuke-


 


«Sasuke sigue siendo Sasuke» Naruto había dicho eso con una tranquilidad inimaginable, mientras sonreía y cerraba sus bellos ojos azules. Quería sujetarlo entre sus brazos, quería apoderarse de sus labios, quería tomarlo suavemente, embestirlo entre besos y caricias, hasta que el último suspiro abandonara sus labios…


 


-       Elige…matarme y ser el héroe que salvó a Konoha…o morir entre mis manos y ser una de mis víctimas- «Elige matarme» pidió suavemente con sus negros ojos implorantes «Elige ser Hokage».


 


Quería amarlo, quería protegerlo…quería dar hasta su último aliento por mantener esa sonrisa que tanto amaba y por la que vivir, había obtenido un significado totalmente nuevo. Sin embargo, si le decía a Naruto todas esas cosas, Naruto seguramente correría tras él, viviendo lleno de angustia, perseguidos por el mundo ninja, sin conseguir ni siquiera un respiro.


 


-       Ninguna de las dos. Si atacas Konoha, yo pelearé. Recibiré el golpe de todo tu odio y luego te asesinaré. Moriremos juntos, Sasuke…-


 


¿Qué se supone que dijera? « ¡Hagámoslo! Quiero que mueras conmigo» No, él no diría nada como eso. Prefería morir solo y no minar la vida de la persona que amaba. Prefería mil veces ser aborrecido por esos ojos azules y que aquel chico le diera la espalda, a tener que verlo morir por su culpa.


 


-       ¡Entonces te mataré primero!- Amenazas, amenazas, amenazas.


 


Se preguntaba si alguno de los presentes, podía darse cuenta de que estaba mintiendo. De que sus manos temblaban hasta obligarlo a apretar los puños, por que las palabras que salían de su boca no eran las que quería decir. Porque las cosas que hacía no eran las cosas que quería hacer…


 


Se adelantó, dejando tras de sí a Zetsu y Madara, como si quisiera confrontar a Naruto. Los dos shinobis parados tras de él se quedaron quietos, en silencio; como si estuvieran esperando. Kakashi le gritó a Sakura que se alejara, y Naruto se adelantó también


 


-       ¡Naruto, tú tienes tu sueño de ser Hokage, no lo desperdicies por alguien como él!- Kakashi había dicho exactamente lo que él quería decirle a aquel hermoso rubio.


-       El único contra el que peleará Sasuke, soy yo…-


 


Este es el punto donde toda la historia cambió. Donde se decidió la diferencia entre una rivalidad que no podrían sortear y una historia de amor que lo llenaría de calidez. Fue porque él decidió avanzar hacia Naruto en ese momento; fue porque por un instante caminó hacia la luz en vez de quedarse en la oscuridad como si no pudiese hacer nada.


 


-       ¡Sasukeeeeee!- una traviesa lágrima escapó de uno de esos brillantes ojos de color azul y entre las sombras borrosas de su ceguera, consiguió ver como el rubio corría hacia él.


 


Por un instante creyó, al igual que todos los presentes, que Naruto deseaba terminar con su vida y una lágrima corrió también por sus ojos. Sin embargo, en ese instante en el que su vida había cambiado, Kakashi logro retener a Madara por el tiempo suficiente como para que Naruto llegara junto a Sasuke y ante las miradas de todos los presentes…le abrazara con todas sus fuerzas.


 


Aquellos brazos que le rodeaban y aquel rostro que debía de estar apoyado en su pecho, ocultando las lágrimas que podía sentir, caían en su blanca piel. Aquel cuerpo cálido apoyado totalmente contra él, dejándole sentir los latidos desenfrenados de aquel chico que no le soltaba… Lo había anhelado tanto que también levantó sus manos y rodeo aquella, no tan frágil cintura, sujetándolo contra su cuerpo, sintiendo algo que había olvidado en mitad de toda esa guerra. Esos pequeños latidos…los latidos de su hijo que aún estaba en el vientre ajeno…


 


-       Sasuke…- Naruto había levantado el rostro y trataba de hablar con su voz ligeramente quebrada. Las manos del rubio soltaron el abrazo y subieron hasta el rostro pálido del moreno, acariciando levemente aquellas mejillas manchadas de sangre - ¿Por qué lloras?


 


Llevó una de sus manos a su mejilla, encontrándose con aquellas lágrimas que salían de sus ojos y corrían por sus mejillas, cayendo sobre el rubio que le miraba confundido.


 


-       Porque me di cuenta de que te amo…- Murmuró esperando solo Naruto pudiera poseer la cadena de aquellas palabras que había pronunciado y las mejillas acaneladas se tiñeron de rojo.


-       ¿Entonces por qué, esa vez me dijiste que fuera contigo y luego no regresaste?- Murmuró el Naruto que permanecía temblando delicadamente entre sus brazos, totalmente vulnerable


 


Era cierto, antes de asesinar a Danzou…mucho antes siquiera de haber ido a la reunión de los Kages, él había llegado ante la puerta de Naruto y le había pedido que huyeran juntos. Sin embargo, había olvidado aquella promesa al sentirse devastado por el odio y el dolor.


 


-       Si te lo pidiera una vez más ¿Lo harías? ¿Vendrías conmigo, aún cuando no tengo nada más que mi pasado de odio y mi futuro maldito para ofrecerte?- Dijo inclinándose para alcanzar aquel oído


-       Sasuke, tú tienes mucho más que solo odio y maldiciones. Tú tienes perdón y un futuro- Susurró el rubio mientras se apoyaba en el hombro del moreno- Tú me tienes a mí y a este hijo…


 


Quizás nadie más entendió las palabras que se dijeron, las promesas que se hicieron, y al verlos alejarse nuevamente, creyeron que eso no había sido más que una despedida. Sin embargo, tras esa despedida estaba su sueño de huir juntos, de disfrutar de la vida que tenían…


 


Una vez Sasuke tuvo los ojos de Itachi para poder defender a su familia de toda la oscuridad que habría por delante; fue por ellos.


 


AMNESIA-SASUNARU-AMNESIA


 


«Estaba sentado en el piso de la sala de su casa, con Miki sentada en las piernas, tapándole los ojos a la niña de un año de edad que le golpeaba levemente con una de sus pequeñas manitos de muñeca para que le dejara ver, pese a lo cual, sabía perfectamente que no podía hacerlo hasta que Sasuke no lo dejara. Además, incluso él tenía puesta una venda para que no pudiese ver nada de lo que sucedía a su alrededor


 


-       ¿Ya?- preguntó totalmente aburrido mientras hacía un puchero, totalmente molesto por verse obligado a cerrar los ojos cuando sabía (o creía saber) que ya no había nada más que Sasuke pudiese darle para sorprenderlo


-       Espera un momento. Joder, si serás molesto- Murmuró el moreno que parecía muy ocupado y molesto mientras caminaba lentamente hacia él


-       ¿Pero qué diablos quieres, teme? Para hacer todo ese show- preguntó visiblemente molesto


-       Naruto, te veías más encantador cuando estabas embarazado-


-       ¡CÁLLATE TEME!- Chilló el rubio frustrado dejando que Miki viera aquel objeto que Sasuke traía entre sus manos, mientras que la venda se cayó de sus ojos, dejándole ver también


-       ¡Lindo!- Dijo la niña antes de estirar firmemente las manos hacia adelante- Papi, quiero…


-       Ya va, ya va- Murmuró Sasuke arrodillándose ante Naruto para terminar de quitarle la venda que le había quedado puesta cómicamente sobre la nariz- para el primer cumpleaños de Miki-chan, traje esto…ten princesa-


 


Las hábiles manos de Sasuke pusieron rápidamente en el cuello de la niña el brillante cristal de color azul que una vez había pertenecido al rubio que permanecí confundido, observando la piedra brillante sin saber que decir


 


-       Al menos podrías decir gracias- Dijo Sasuke molesto haciendo que Naruto lo mirara algo avergonzado


-       ¿Ese es…el…?- la verdad que las palabras salían con mucho esfuerzo de su boca


-       ¿Colgante del primer Hokage, heredado a la Quinta Hokage y pertenencia absoluta del amor de mi vida y madre de mi hija?- preguntó Sasuke de manera sarcástica y Naruto solo lo miró aún más sorprendido


-       Reuní todas y cada una de las piezas con ayuda de algunos miembros de Taka, aprovechándonos del particular chakra que desbordaba de ellas y la volví a armar- Dijo Sasuke seriamente


-       S…a…s…u…k…e… ¡ME VOLVÍ A ENAMORAR DE TI!- gritó el ojiazul mientras se tiraba sobre el moreno, besándolo de inmediato en la boca y sujetándolo entre sus brazos con todas sus fuerzas, dejando que aquellas lágrimas de genuina felicidad que brotaban de sus ojos, cayeran sobre las mejillas del moreno- Gracias Sasuke, Gracias yo… creí que había perdido ese objeto para siempre…


-       Ya, ya, me estás aplastando- Alegó el moreno mientras lo sujetaba de los hombros, tratando de quitárselo de encima- Aún me falta algo por decirte…”


 


¿Por qué ese recuerdo venía tan repentinamente a su mente? ¿Porqué las lágrimas caían una tras otra por sus tersas mejillas sin que él pudiese detenerlas o si quiera comprenderlas, haciéndolo sentir como en aquellos días en los que despertaba llorando sin recordar nada y se paraba frente a la ventana tratando de encontrar la realidad de su existencia?


 


¿Era por ese brillo azul que cegaba sus ojos mientras permanecía paralizado, sabiendo que tenía que buscar a Sasuke pero incapaz de alejar sus ojos de aquel brillante objeto que se balanceaba de un lado a otro? ¿O era acaso por la sensación de ser atacado una vez más por sus “amigos” de Konoha?


 


Frente a sus ojos azules, podía ver a toda una legión preparada para atraparlo, llena de muchas personas en las que había creído y contra las que no se sentía capaz de levantar un puño, y tras ellas, como si no quisiese inmiscuirse en un asunto tan “problemático”, pero sin embargo, ordenándoles cada movimiento para atacarlo, se encontraba Shikamaru. Incluso Ino, Neji, Rock Lee, Ten-ten, Kurenai,  y Chouji estaban allí, junto con algunos otros ninjas que alguna vez le habían jurado lealtad a él…


 


No, no era eso. No era el sentimiento de ser traicionado, pues si esa fuese la razón, contemplaría a esos ninjas con verdaderas lágrimas de frustración, pero en cambio, se enfocaba en esas palabras tan tristes, en ese color azul y en aquellas lágrimas de simple dolor y vulnerabilidad.


 


Sasuke lo forzó a levantarse y secó sus lágrimas con besos, obligándolo a calmarse para ver a Miki que permanecía absorta en el brillo del collar, haciendo que Naruto adelantara una de sus manos para tocar aquel frío cristal.


 


-       ¿Recuerdas esa técnica prohibida?- murmuró Sasuke haciendo que Naruto volteara a verlo enojado y preocupado


-       ¿No pensarás usarla o sí?- Inquirió Naruto, dispuesto a golpear a Sasuke si la respuesta era “sí”


-       No en este momento. Pero si por alguna razón, yo llego a usar esa técnica o llega a pasarme algo irremediable y me encontrara a punto de morir, este collar hará un enlace contigo, de manera que puedas encontrar a Miki y cuidar de ella-


-       ¡Pero Sasuke yo no quiero que tu mueras!-


-       Solo estoy hablando para el peor de los caso ¿Está bien?- Dijo en tono conciliado mientras besaba la mano del ojiazul- Y en ese momento, tu tendrás que cuidar de nuestra hija y del Sharingan que está por desarrollar, olvidándote de mí si es necesario


-       Pero Sasuke…


-       Es la única promesa que jamás pediré de tus labios ¿Podrías dármela?- tanta determinación que no pudo decir un no


-       Lo…prometo…-


 


Esa era…la razón de sus lágrimas. Era ese recuerdo y esas palabras; esa promesa que no quería cumplir pero que sabía, tenía que hacerlo por el bien de aquel al que amaba y de las hijas por las que vivía. Sasuke debía de estar muerto o muy cerca a la muerte, y mientras eso sucedía su hija, su querida Miki, estaba amarrada de pies y manos, con el rubio cabello sobre el rostro y el frágil cuerpo levantado por las manos de Ino, quien le sonreía, quizás queriendo burlarse de él.


 


-       Cumpliré mi promesa…Sasuke…-  


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