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Fotografiándote por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Este one shot fue hecho para el Sesa de Runya.

 

Quería tomarle una fotografía de verdad, no una de esas instantáneas gracias a las que lo conoció, esta vez no se trataba de trabajo, era un reto personal lo que motivaba a Takaba a captar la imagen del hombre que amaba. Quería desenmascararlo, retener en imágenes su esencia, esa que guardaba tan celosamente ese sujeto elegantemente imperturbable que lo había enamorado. La cara oculta que todos tenemos, era eso y no otra cosa lo que necesitaba plasmar. Quería hacerlo para recordarlo siempre,  para apropiarse un poco de lo inalcanzable, tener una prueba tangible de que cómo se desvanecía esa eterna distancia que Asami marcaba con todos.

Ahora quedaba lo más difícil, pillar con la guardia baja, desprevenido a Asami, "pero eso es prácticamente imposible" se repetía Takaba una y otra vez, aunque sin la más mínima intención de abandonar su capricho. Comenzó a pensar en el tipo de situación que provocaba las pocas ocasiones en que Asami se quitaba la máscara y se mostraba más accesible.

"No, no, no-meneaba la cabeza negando el impúdico pensamiento que se había instalado en su cerebro-esa no es una opción, además no es el tipo de expresión que quiero captar, aunque por otro lado ver a Asami cuando estamos... es tan..."

Ni siquiera podía formular en su mente las palabras que concretarían lo que estaba pensando, le resultaba realmente turbador el haberse planteado tener una imagen de Asami en un momento tan íntimo.

"Pero, y si fuera justo al comienzo, si tan sólo estuviéramos en un momento íntimo, uno de esos instantes en los que me rodea con sus brazos haciéndome sentir a salvo de todo. No sería muy romántico interrumpirlo para tomar una imagen. Pero si pongo una cámara, podría filmarnos y luego capturar la imagen que busco. Es descabellado, absurdo, pero es la única manera que encuentro viable..."

Takaba se debatía consigo mismo, entre su deseo y la culpabilidad. Por una parte le parecía algo vulgar, pero lo anhelaba demasiado como para no intentarlo siquiera. Así que como siempre que algo alocado y arriesgado se cruzaba por su mente Takaba se puso en marcha. Fue más sencillo de lo que había pensado, sólo tuvo que modificar el ángulo de dos cámaras, y esperar.

Pasó dos horas haciendo tiempo, para no aburrirse fue adelantando trabajo y preparó el programa con el que iba a realizar las modificaciones de la imagen. Al ver que Asami tardaba más de lo previsto fue a darse una ducha. Poco después de meterse en el baño escuchó a éste abrir la puerta, dándose prisa en terminar, no quería que acabara metiéndose con él en el baño, así que justo cuando Asami giraba el pomo de la puerta Takaba salía a su paso preguntándole qué tal le había ido el día. Asami lo miró extrañado, había algo que le resultaba sospechoso, Takaba no solía salir en toalla del baño, procuraba no regalarle esas vistas tan sugerentes, desde luego verlo tapado por una minúscula toalla mientras numerosas gotas de aguas se deslizaban sobre su piel y sus cabellos haciéndolos más brillantes y llamativos no era algo de lo que pudiera disfrutar a menudo... además esa naturalidad con la que le estaba hablando era sospechosa, Takaba sabía bien que se estaba distrayendo con el panorama que le ofrecía tan impúdicamente, debía estar intentado distraerle de algo.

El fotógrafo se dio cuenta de la vacilación de Asami, y al reparar en el aspecto que mostraba no pudo evitar sonrojarse y salir en busca de su ropa, vale que sus intenciones eran llevarlo a la cama, pero desde luego no de una manera tan obvia y vulgar, a su parecer. En cuanto Takaba intentó escabullirse Asami le bloqueó el paso.

-No sé qué demonios estás tramando, pero no vas a moverte de aquí-atacó Asami mirándolo como si pudiera leer su mente.

-Yo quería vestirme... sólo eso, no pensaba...-argumentó Takaba a trompicones.

-¿Sabes? Creo que puedes ahorrarte el esfuerzo-dijo tomándolo por la cintura mientras lo despojaba de la única prenda que lo cubría- ¿para qué te vas a vestir si no te iba a durar un asalto la ropa?

-Me estoy enfriando... será mejor que me ponga algo encima-replicó Takaba mientras temblaba como un flan entre los brazos del mafioso.

-No te preocupes, ya me encargo yo de que tu temperatura suba-susurró en el oído del joven con un tono incitante, mientras lo recargaba contra la pared.

-Por lo menos llévame a la cama -protestó Takaba, lo único que le faltaba es que después de prepararlo todo ni siquiera fuera a obtener una imagen.

-Te estás volviendo demasiado caprichoso ¿lo sabías?-afirmó Asami mientras llevaba a su particular quebradero de cabeza hacia la cama. Que fuera capaz de cargarse el ambiente en esos momentos le resultaba tan molesto como adorable. Ese chico no se paraba a pensar en que le estaba llevando la contraria a un yakuza, no se doblegaba a sus deseos con facilidad, siempre luchaba y se debatía para acabar rindiéndose, pero su redención era sincera, cuando llegaban a ese punto Asami sentía algo que nunca antes había experimentado, era una sensación de satisfacción absoluta, que conseguía colmarle por completo. Esa forma de luchar por alguien y conseguir mantenerlo a su lado ganando la partida era lo mejor que había sentido nunca, y Takaba era el único capaz de conseguirla. Su manera espontánea de jugar aún sabiendo que tenía todas las perder era increíble. Nunca se daba por vencido, siempre mantenía en sus ojos ese brillo renovado con el que le gritaba al mundo que le sobraban las ganas para seguir luchando. Lástima que fuera un muchacho tan disperso... Pero ese era un punto que jugaba a favor de Asami.

Mientras tanto Takaba rezaba para que la cámara hubiese captado la expresión que acababa de poner Asami, esa que lo hacía derretirse entre sus brazos y claudicar, por mucho que intentara resistirse esa mirada rompía todas sus barreras. Ahora estaban en la cama, Asami lo tenía a su merced, totalmente desnudo y entregado, mientras poco a poco lo besaba y recorría su cuerpo con vehemencia se iban deshaciendo de las molestas prendas que se interponían entre sus acaloradas pieles, sólo quedaba el pantalón. La chaqueta, la camisa, la corbata... todo estaba desperdigado por el suelo. Takaba había desabrochado el cinturón y el botón, estaba comenzando a bajar la cremallera cuando unos golpes en la puerta los sobresaltaron.

-¿Qué curre?-preguntó Asami en tono iracundo.

-Jefe es importante, tiene que acompañarnos-respondió su hombre de confianza desde el otro lado de la puerta.

-Está bien, manda a que tengan la habitación vigilada, ahora voy-afirmó Asami con fastidio-. Y en cuento a ti pequeña sabandija escurridiza espero que te portes bien, pienso terminar esto cuando vuelva y no quiero tener que ir a rescatarte a ningún sitio, así que compórtate por una vez.

-¿Crees que me hace gracia que tengas que marcharte justo ahora?-replicó ofendido Takaba.

-A veces no sé qué demonios pasa por esa cabecita... así que sólo espérame hasta que vuelva-sentenció en tono de advertencia.

Al encontrarse solo en la habitación se dirigió hacia la cámara ansiando que la anhelada imagen estuviera ahí. Lo pasó mal viendo cómo Asami lo tomaba entre sus brazos y comenzaba a besarlo, bastante mal se había quedado por dejarlo a medias como para tener que ver eso, pero de un momento a otro apareció lo que tanto deseaba, el rostro de Asami mirándolo de esa manera estremecedora. Era una imagen perfecta, esos ojos reflejaban una emoción intensa, nada de frías y calculadas reacciones, de enfado o deseo desgarrador, había calidez, delicadeza... podría jurar que incluso vulnerabilidad. Con rapidez hizo la captura y modificó algunos elementos para dotarla de mayor calidad. Por fin  la tenía ante sus ojos, la guardó en varios sitios, de ninguna manera se arriesgaría a perderla. Poco después Asami regresaba con una sonrisa enigmática dibujada en los labios.

-¿Todo bien?-preguntó Takaba confuso por la expresión del mayor.

-Sí, sólo pensaba en lo que habíamos dejado a medias...

-Entiendo-comentó el fotógrafo antes de sentir sus labios de nuevo.

-Vayamos a la cama-propuso Asami.

-Muy bien-respondió Takaba deslizándose sobre la blanca superficie.

-Espera, creo que si te pones así la cámara captará mejor tu rostro-opinó el yakuza mientras cambiaba de postura.

-¿De qué hablas?

-Yo también quiero una linda foto tuya...

El sonrojo que cubrió las mejillas del menor era indescriptible. Ante ello Asami sonrío, sin malicia o burla, sólo una limpia sonrisa que mostraba algo de diversión, una que apenas había visto y que también le gustaría tener inmortalizada.

-No sé de qué hablas, pero me gusta esa sonrisa-dijo antes de tirar de la corbata de un sorprendido Asami para volver a apoderarse de sus labios.

 


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