Sasuke está recostado perezosamente en su habitación pensando en todo menos en lo que debería, como de costumbre. Miro el reloj ya era hora de que se fuera levantándose y alistándose. Se levanto en silencio y se puso su suéter preferido, uno negro con un llamativo diceño azul, y salió por la puerta sin decir nada. De todas formas no abría respuesta, su hermano no estaba en casa, nunca lo estaba, y sus padres... bueno eso es un tema delicado.
Comenzó su camino hacia el parque, donde, no le costó trabajo encontrarla, pues para el y para cualquiera esa melena rosada es inconfundible, se encontró con Sakura, su novia, ella le había dicho que tenía algo importante de que hablar con el.
-Sasuke.¡Buenas tardes! -Grito la bola de pelos rosa, feliz y campante, a pesar de que lo que le tenía que decir al moreno no era nada lindo...
-Sasuke hiso ademan de saludo, un saludo que me gusta llamar "el saludo patentado de Sasuke".
- Sasuke... necesito que te sientes... - "hay no... ya veo por donde viene esto... me lo esperaba" pensaba el moreno, mientras tomaba asiento junto a la chica de ojos verdes.
- Veras, Sasuke, tengo que decirte la verdad... - dijo la peli-rosa, esperando no arrepentirse de lo que estaba a punto de decir.
- Ya sé lo que vas a decir... no hace falta- hiso ademan de levantarse pero Sakura lo detuvo.
- Sasuke. ¿Sabes quién es Naruto, cierto?- "que pregunta tan tonta" pensó el moreno.
- ... Claro que se quien es, se sienta detrás mío. -"¡Y es un fastidio!" pensaba.
- ¿Si? He... bueno pues, Sasuke... ¡Quiero que terminemos! - La chica lo dijo muy directo, no queria arrepentirse de su deccion.
- ... ¿Se puede saber la razón?
- ... - Sakura se puso de un intenso rojo carmín debido a lo que estaba a punto de confesarle al moreno.- Veras... Me he... enamorado de...- Hiso una larga pausa debido a la pena- Naruto... - puso una sonrisa tímida. "me lo imagine... ".
- En ese caso... te deseo la mejor de las suertes... - hiso ademan de irse nuevamente pero Sakura lo volvió a detener.
- ¿Sasuke?... ¿estás enojado?
- ¿eh? ¡No! Estoy bien... yo - "No quería decir esto pero era la verdad"- No necesito de ti... nunca me hiciste falta.
-Esta última frase hiso crecer un coraje dentro de la chica, que parecía que estaba a punto de soltar humos por todos los lados posibles.
Sasuke noto esto y recordó que Sakura ¡Nunca era amable cuando la hacían enojar!
-¡Eres un tonto! ¡¿Comó puedes decir algo asi?! ¡¿Acaso no te importa que acabo de terminar contigo!?
Sasuke se encogió un poco de hombros... él no tenía respuesta a esa pregunta... al menos no una que calmara a su haora ex-novia...
-Si no te hago falta entonces ¡¿Por qué te hiciste mi novio?!
-Sakura ¡al diablo con esto! ¿Qué nunca te cansas? ¿No que te gusta Naruto pues?
- Pero... oírte decir algo así... duele- Y siertamente el dolor se le reflejaba en el rostro.
Sasuke le dio una de esas miradas súper frías- Supéralo...
-Sasuke... ¿sabes? Hasta aquí llego todo... solo espero que como dices ¡Yo nunca te haya hecho falta!¡ Porque no volveré!... ¡jamás!- Y con esto dicho el pelinegro vio como la pelirosada se fue para ya nunca volver... "¿Quién la necesita?... ¡Yo no! Soy Auto-suficiente"
Y con la misma se fue por donde vino... "esto me cansa... prefiero volver ya a casa... de todas formas mañana seguro será un día muy cansado..." Y emprendió el camino de vuelta a su casa... llego a su cuarto se quito la ropa, quedando solo en boxers que es como suele dormir, y se recostó en su cama a tratar de dormir... tenía el mal presentimiento de que algo malo pasaría al día siguiente algo muy malo.
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Mientras tanto en un departamento algo alejado de la casa del pelinegro...
Un rubio de ojos azules que tenía unas curiosas marcas en forma de bigotes adornando sus cachetes, trataba de dormir... no podía conciliar el sueño... solo había una cosa en su mente. Estaba consciente de que para ese momento una pelirosada en particular ya habría de haber terminado con su novio. Y por culpa suya... ¿Quién lo mando a él a darle falsas ilusiones a esa chica? Pero él sabía lo que iba a tener que hacer, rechazarla, y no iba a ser nada lindo. Ya se la imaginaba llorando y quejándose.
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El rubio se viro un par de veces... el pelinegro golpeo un poco la almohada para suavizarla...
Y antes de que alguno se diera cuenta ya estaban dormidos... sin siquiera imaginarse lo que les esperaba... al día siguiente...