Era mi primer día en la universidad, estaba nervioso, y, aunque me cueste admitirlo, totalmente perdido. Caminaba por los pasillos buscando la sala de administración. Tan distraído estaba, que no vi a quien tenia adelante, y como consecuencia chocamos. Cayendo, así, los dos al suelo. Se me cayeron las lentillas, por lo que no veía casi nada, instantáneamente comencé a buscarlas. Él, curioso me observaba; tímidamente se animo pregunto:
-¿Qué buscas?
-Mis lentillas… Se me cayeron.-Le respondí secamente
-¿Te ayudo?
-Bien, pero ten...-No logre terminar la frase, pues me detuve al escuchar un ruido de vidrios rotos-¿Qué fue eso?-Cuestione algo preocupado.
Él levanto su pie y dejo al descubierto un círculo azul hecho añicos al lado de uno del mismo color totalmente sano; levante el segundo y me lo coloque en mi ojo derecho. Le mire y sonreí tímidamente diciendo:
-Gracias por ayudarme. No te preocupes por la lentilla rota.
Al colocarme la lentilla, resaltaba mi ojo izquierdo con su color cobrizo, quedando así con un aspecto de gato siamés que según él me quedaba bien.
-¿Oye, me dirías donde esta la administración?-Le pregunte súbitamente.
-Mejor acompáñame, yo me dirijo allí.
-Bueno, vamos… De curiosidad… ¿Cómo te llamas?
-Rubén García-respondió para luego preguntar-¿Y tu?
-Benjamín Alexander Sierto Lopez… Muy largo ya se jaja-Respondí con una amplia sonrisa
-¡HA! eres el chico nuevo...él de Argentina-acoto triunfante.
-Si, soy yo
-Pues, mucho gusto
…
DOS DIAS DESPUES
La verdad que en un breve lapso de dos días me había enamorado de Rubén, su forma de ser, su forma de expresarse…De él todo me cautivaba, experimentando así una gran sensación de deseo.
En esos días habíamos llegado a ser muy buenos amigos; por lo que tenía miedo de confesar lo que, por él, mi corazón sentía… Miedo de que me rechace… Pero me arme de coraje y me propuse decírselo.
El día en el que iba a declararle estaba nervioso, y como antes dije tenía miedo del destino.
Estaba parado en la esquina esperando el autobús, en cuanto Rubén llego.
-¡Hola Benja! ¿Como estas?-Acto seguido me beso en los labios. Me quede helado no me lo esperaba
-Emmm… estoy bien… ¿Qué fue eso?
-Toma esta nota, te lo explica mejor- Diciendo eso me entrego un papel cuidadosamente doblado que decía:
Alex:
Te confieso que me gustas mucho
…
No te miento si te digo que
Te Amo.
Rubén
-¡No bromees! ¿Es enserio?-Le pregunte aun no creyendo lo que había leído
-Si Benja, es enserio.-Me dijo con vos tranquila y taciturna
Instantáneamente empecé a buscar en mi bolso de cuero negro, papel y lápiz .Pero ya había llegado el autobús.
-Vamos Alex, que se nos va.-Me dijo tomándome del brazo
-Vamos… ¿Te puedo decir algo después en el almuerzo?-Le
pregunte sonrojándome ligeramente
-Claro. ¿Como no?
Así paso todo el día, debo admitir que me pareció que el tiempo pasaba lentamente era totalmente irritante. Hasta que por fin llego la hora del almuerzo y apenas tocada la campana me dirigí lo más rápido posible a la cafetería en donde siempre nos encontrábamos y allí lo vi. Mirando ansioso para todos lados buscándome con la mirada…
-Ven, vamos a la azotea- Le pedí secamente
-OK, te sigo-me respondió de una forma fiel
Caminamos en silencio, yo sumido en mis pensamientos y él tal vez en los suyos. Una vez allí lo abrase firmemente susurrándole al oído:
-Rubén, sabes, tu me gustas mucho-terminada la frase lo bese y luego añadí-te amo y no te imaginas cuanto.
Intente apartarme, pero no lo logre, sus manos estaban aferradas a mi cintura...El corazón me latía con fuerza arrolladora, mis mejillas se habían enrojecido; a lo lejos se escuchaba el trinar de pájaros; todo paresia estar en cámara lenta y ser deslumbrante o nuevo para mi. Me pareció que un aire, proveniente de no se donde, le revolvía esos bellos rizos color rojo escarlata que también parecían radiar una luz sobrenatural, en resumen la apariencia de él era la de una especie de ángel... que por momentos temí que todo eso fuese nada mas que un sueño, me sorprendí a mi mismo hechizado por aquel individuo
-Sierra los ojos, por favor-me pidió, su voz sonaba tranquila y a la vez seductora
Yo hice lo que me pidió, cerré mis ojos. Dos segundos después sentí sus labios apoyarse en los míos cuidadosamente, también podía sentir claramente como su lengua trataba de penetrar en mi boca, yo no ofrecí resistencia alguna, me deje llevar por ese momento, en el que él buscaba con su lengua la mía hasta encontrarla y la masajeaba con maestría; también sentí como sus manos iban bajando hasta llegar a tocar los bolsillos traseros de mi jeans, yo en cambio me aferre cada vez más a su cuello mientras deseaba que ese momento no terminase jamás o que eso simplemente no fuese un sueño . Después sentí como mi espalda era golpeada contra la pared.