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Consecuencias de una traición premeditada por Paz

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Notas del capitulo:

Continúa la reaccion de Maki, y como dice el título una revelación que le deja atónito.

También este va dedicado a tí que sigues dándome tu parecer... gracias linda.

Consecuencias de una traición premeditada

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 15: Inesperada revelación

 

Miró al muchacho con escaso interés a pesar que su información le daba la posibilidad de mantenerse en alerta. Ya no le era útil, solo era un escuálido muchacho, lamentablemente, durante una temporada tenía que deshacerse de todas las pruebas que pudieran incriminarle y ese y los demás muchachos del "Zoo" eran un peligro seguir manteniéndoles y un gasto inútil conservarlos.

Le hizo un gesto a su guardaespaldas, alejándose con él unos pasos para no ser escuchado por el muchacho, no deseaba que al enterarse de su destino final, pusiera impedimento, claro que tampoco eso era importante, un buen golpe le dejaría a su merced.

-Llévalo al "Zoo" y dile a Kawata-san que lo desmantele por completo.

-¿Para siempre? -preguntó pensando que se le había acabado la diversión, cuando su tiempo libre se lo permitía se daba un paseo por el "Zoo" para elegir al candidato adecuado y hacer uso de él con la aquiescencia de Kawata, que también participaba, más de una vez se les fue la mano y acabaron estropeando en exceso la mercancía. Si el jefe lo descubría callaba, después de todo siempre encubría a su hermano.

Su furia contenida se extendió a la mirada que le dirigió, fulminándole a no hacer preguntas que eran irrelevantes al servicio que le prestaba.

-No necesitamos tener testigos de lo que allí hay. -le miró aceradamente, esperando que comprendiera el sentido exacto de sus palabras.

Cuando el chico le vió avanzar hacia él y agarrarle del hombro, en un principio, no sintió temor, sin embargo, cuando le vió levantar la tapa del maletero y hacer intención de arrojarlo dentro se debatió por impedirlo, su mirada asustada se volvió hacia su amo, quien ya estaba ignorándole. Eso no era lo que él quería, deseaba seguir a su lado, convertirse una vez más en su favorito.

-¡¡¡EL PELIRROJO... -grita intentando desembarazarse del apretado ajuste sobre sus hombros, sabe que tal cosa es imposible, que ni siquiera lo tuvo en cuenta cuando lo escuchó, pero no tiene inconveniente en decirlo si con eso consigue que le preste atención. A pesar de su resistencia y de sus palabras, ve de refilón que no le hace caso, que sus palabras no tienen ningún sentido para él, es arrojado al interior del maletero, siente un fuerte dolor en el costado, más aún es capaz de resistirse- ... ESTA EMBARAZADO!!! -la oscuridad se cierne sobre él cuando la tapa es cerrada. No puede evitar un sollozo.

La quietud es abrumadora, de pronto, un nuevo sonido y un rayo de luz invade su interior, alza la mirada hacia el hombre que esta delante.

-¿Qué es lo que has dicho?

-Uno de los médicos, pidió a los camilleros que pusieran cuidado porque podía perder al bebé. -se apresuró a decirle todo lo que había escuchado antes de conseguir ocultarse, mientras el asombro asomaba en los rostros de los que al igual que él habían escuchado esas mismas palabras, pensando que así evitaría que se lo llevaran lejos.

-Comprobaré lo que has dicho... si me has mentido lo lamentarás -dijo dejándole nuevamente en la más completa oscuridad. Se volvió hacia sus hombres- Llevarlo al "Zoo" y no olvides lo que dije. -miró al interesado.

-Y él?

-También... -no había creído en sus palabras, solo la desesperación le habían llevado a decirle aquella sarta de mentiras.

Los hombres no se embarazan.

-De acuerdo... ¿volvemos después a recogerle? -preguntó su chofer.

-No..., ir directamente a mi apartamento. -pensaba ir por su cuenta. Hacia mucho que no conducía personalmente, pero eso no quería decir que no supiera hacerlo. Había comprobado que no se habían molestado en abrir los coches que estaban aparcados a un lado del jardín.

Se dirigió a su despacho, que había sufrido la misma devastación que el resto de la casa. Se sentó en el sillón ante su escritorio y permaneció en silencio rumiando las palabras del chico. Negándose a admitir que podía haber algo de verdad en su afirmación.

Los hombres no se embarazan.

Ese pensamiento no se alejaba de su mente, sin embargo, ¿qué había motivado esa invasión? Sakuragi ¿embarazado? Imposible. La causa tiene que ser otra. Tal vez sus actividades más sustanciosas, esas que le proporciona una buena vida, que puede mantener una esposa y unos hijos, llevar una vida respetable a los ojos de los demás, hubo un tiempo que sintió amor por su esposa, luego la vida marital se volvió monótona y buscó otros entretenimientos, tiene una amante, a la que cubre de caprichos para evitar que se le relacione con su verdadera pasión, allí en la "Fortaleza" puede dar rienda suelta a sus instintos más bajos.

Los hombres no se embarazan.

Su mente regresa al punto de partida. Sacude la cabeza como si así pudiera alejar ese reiterativo pensamiento.

Aunque su mente se negaba a admitir esa posibilidad, su mano se dejo llevar por un impulso y puso en funcionamiento las pantallas de seguridad de la "Fortaleza", en segundos, eligió la que le interesaba, al momento, la imagen de Sakuragi y los tres muchachos aparecieron ante él. Observó los movimientos de los chicos que se esmeraban alrededor de su "mascota", le cuidaban y le alimentaban con esmero, realmente se les veía preocupados por él. Viéndoles supuso que le habían tomado aprecio, la capacidad de Sakuragi para agradar no fallaba ni estando inconsciente.  Adelantó las imágenes para ver otro día y otro hasta que cayó en la cuenta de un detalle importante, y que no había dado importancia hasta ese momento. Efectivamente Sakuragi estaba embarazado. ¿Cómo era posible? No tenía explicación, pero ya no importaba, la prueba estaba en esas imágenes, él les había dicho imprudentemente que estaban vigilados, por ello, habían tenido cuidado para mantener cubierto a Sakuragi con sus cuerpos, porque en ninguna de ellas se veía por completo Sakuragi de cintura para abajo. Le mantenían fuera de cámara todo el tiempo. Eso solo tenía una explicación.

Sakuragi estaba embarazado.

Si así era,  ¿cómo y cuándo sucedió?

La ira inicial había ido disolviéndose a medida que pasaban los minutos.

Sakuragi estaba embarazado.

Y entonces comprende que solo hay una posibilidad. Solo puede ser suyo. Durante unos minutos su mente se quedo en blanco, ante ese pensamiento. Nada le puede sorprender más. ¡Hanamichi ha engendrado un hijo de él! ¡Ese hijo es suyo! Y supo que deseaba recuperar a ambos al precio que fuera.

Sakuragi y su hijo nonato le pertenecían.

Esta decidido a buscarles. No le queda más que acudir a la única persona que puede saber de él, su amigo Mito. Seguro que le ha llamado apenas ha podido hacerlo.

Continúa en el próximo capítulo...

Paz

Notas finales:

En el siguiente capítulo, es el último donde aparece Maki, tal vez se le mencione alguna que otra vez, aunque tampoco estoy segura...

También aprovecho para agradecer a todas aquellas que estais leyendo este fic.


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