Consecuencias de una traición premeditada
Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen
By Paz
Capítulo 16: Buscando a Hanamichi
Ha decidido detener el envió de jóvenes hacia Kanagawa, sus empleados menos directos han sido licenciados momentáneamente con la promesa de volver a llamarles cuando no haya peligro. Dejando descansar todos sus negocios ilegales en esperar que las revueltas aguas de su entorno se remansen.
Recibió por parte de las autoridades una disculpa por el allanamiento de su casa, justificando tal acontecimiento por causa de un soplo en el que allí se ocultaba uno de los miembros de una secta que habían sobresaltado a la población al atentar en el metro de Tokio reinvicar sus demandas soltando gas sarín, buscaban al responsable, pero todo fue una pista falsa.
Él dio por buena esa explicación sin dejar traslucir en su rostro lo que realmente pensaba de sus patrañas. Quisieron indemnizarle por los daños ocasionados, por lo que aceptó para no parecer que tenía algo que ocultar.
Ni le preguntaron para que utilizaba aquellos sótanos, ni él dio explicaciones, había tenido cuidado en desmantelar todo aquello que pudiera ocasionar recelos y pusiera al tanto de sus actividades al individuo que se presento para inspeccionar los daños y evaluar el coste.
Se sentía tranquilo, porque no había ninguna prueba que pudiera inculparle de un hecho ilegal, su tapadera era perfecta, lo único malo de todo aquello era que tenía que volver a empezar del principio, a todos sus agentes fuera de Kanagawa les dió vacaciones indefinidas, por otro lado, sus compradores empezaban a impacientarse, pero ese era un mal menor, a él por de pronto no le afectaba, solo tenía que seguir mostrándose como un ciudadano modelo, deseoso de ayudar en lo que fuera posible al cumplimiento de la ley y facilitando la labor de las autoridades.
Cuando le vió marchar, se quedo pensando si había conseguido engañarle. En ningún momento durante el tiempo que estuvo ahí ese individuo había mencionado a los muchachos, era como si no les hubieran visto, ni rescatado, ese tipo parecía demasiado frío, le recordaba a Rukawa y durante un buen rato se preguntaba que estaban tramando contra él. Fue en ese instante, que recordó lo que Kawata le comentó cuando le entregó a Sakuragi que este estaba buscándole, se preguntó que podía haber pasado entre ellos, tal vez se habían peleado y él tendría más oportunidades de conseguir al pelirrojo sin recurrir a medidas drásticas, lo cierto es que prefería que se le entregara libremente, aunque todavía le parecía sorprendente el hecho que Sakuragi estuviera embarazado, que le diera un hijo era como un milagro, como si los dioses estuvieran de su parte, dándole sus parabienes, bendiciendo su unión, aún recuerda la emoción que sintió cuando le conoció, quedo impactado y su cuerpo reaccionó de un modo rotundo, por aquel entonces, no estaba seguro de su propia sexualidad y pensó que sus hormonas estaban jugándole una mala pasada.
El deseo que despertó en él se fue incrementando cada vez que le veía le deseaba más y más, sin embargo, tuvo que resistirse a sus ansias porque el chico ni siquiera se fijaba en él, como no fuera para ponerle motes. Cuando supo que era pareja de Rukawa se reprochó a si mismo su falta de valor para abordarlo, cuando se fueron a América el puso sus ojos en la hermana de Kawata, era una criatura angelical, y pensó que ella le ayudaría a vencer sus instintos hacia su mismo sexo.
Se empeñó en casarse con ella convencido que sería la mujer adecuada para él y aunque supo cumplir como hombre, engendrando en ella solo hijas por las que sentía cierto desapego, por lo que las mantenía lejos de él, justificaba su ausencia como medida de seguridad, poco después de su matrimonio comprendió definitivamente que no le atraía, tampoco cualquier otra mujer, si bien supo ocultar su homosexualidad con su matrimonio y como si quisiera justificarse ante aquellos que creían conocerlo, se buscó también una amante.
Solo los que vivían en la "Fortaleza" conocía su verdadera tendencia, sin embargo, hasta el día que fue allanada ninguno de ellos había salido por su propio pie fuera de aquellos muros.
Catorce adolescentes y tres adultos habían sido liberados, había encargado a Kawata que hiciera todo lo posible para encontrarles para evitar que hablaran de más. También sus dobermans fueron acribillados a balazos.
Aún recordaba su estallido de ira, cuando comprobó que todos habían desaparecido, entonces pensó que con toda seguridad alguien se fue de la lengua, impensable porque no había línea de teléfono en la "Fortaleza", que fueran rescatados fue una acción fortuita, al principio pensó que su mascota estaba a salvo, más cuando le informaron que tampoco estaba él, se enfureció, al punto que comenzó a destrozar todo lo que encontraba a su paso. Solo se calmó cuando llegó la reveladora noticia. La revelación le había dejado más que sorprendido, cuando pensó con calma comprendió que desde un principio el objetivo era encontrar a Sakuragi.
Ahora todo su empeño está en saber donde le han llevado, supone que se encuentra bien atendido porque en su estado tiene que estar bajo cuidados médicos.
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Sus contactos en las altas esferas del poder político y social le son de gran ayuda, a través de ellos se entera que Hanamichi está acogido en un lugar imposible de entrar para recuperarlo, un lugar llamado coloquialmente "El Centro" y que nadie sabe donde está ubicado exactamente, ni quien lo dirige, ni siquiera ha podido enterarse a qué grupo pertenece, solo hay muchos rumores acerca del lugar, pero ninguno da pistas, todo es demasiado misterioso alrededor de "El Centro".
Aun así, considera que ha podido ponerse en contacto con su amigo Mito y decide sondearle para saber de él.
Comprende que no puede acercársele así por las buenas y preguntarle por él, por lo que decide ser más sutil.
Se ha enterado que está dirigiendo, en su ausencia la empresa que ha creado Sakuragi, le ha investigado a fondo y sabe que durante su vida en América fue descubierto por un cazador de talentos y le ofrecieron una oportunidad para pasar modelos, fue tal el éxito que tuvo que su existencia sufrió un gran cambio. Debió sentirse agobiado y decidió crear su propia empresa y como conocía ese mundillo y con Rukawa como socio capitalista crearon una agencia de publicidad.
Con la excusa de promocionar la película en la que su amante quiere participar como estrella principal no le es difícil conseguir una cita con Mito. Su amante tuvo un nuevo capricho, por ese motivo había llevado a cabo en "La Fortaleza" un nuevo remate de adolescentes, incluyendo a Sakuragi como plato fuerte. Ahora sabiendo que estaba embarazado se siente culpable si pierde a su hijo debido al maltrato físico que sufrió entonces. Solo desea que Sakuragi sea capaz de disculparle por su comportamiento. Piensa que su hijo le será de gran ayuda, sobre todo si amenaza con quitárselo, ese pensamiento le hace feliz, porque así les tendrá siempre con él, además de conseguir un hijo que perpetué su nombre, el hijo varón que su esposa no ha sido capaz de darle. Tiene la certeza que Sakuragi le dará el hijo que tanto ha deseado.
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A las diez de la mañana cruzaba el umbral de la Agencia, sita en el piso onceavo de un edificio situado exclusivamente en una zona comercial y empresarial.
Se acercó al mostrador.
-Tengo una cita con Mito-san.
-Segunda puerta a la izquierda.
-Gracias.
Se dirigió hacia allí, al traspasar la puerta de cristal, observó que se trataba de un despacho, donde dos señoritas estaban sentadas en sus respectivos escritorios, una de ellas levanto la mirada hacia él. Al instante se levantó y fue hacia una puerta, dio un golpecito en la misma abriéndola al mismo tiempo.
-Maki-san ha llegado... -se hizo a un lado- Pase por favor.
El despacho era muy austero, un armario, un escritorio con una mesa auxiliar, un sillón giratorio, junto al ventanal que ocupaba toda una pared, una mesilla baja con dos sillones.
Tras los saludos, Mito preguntó.
-¿Café... té...?
-Té... -aceptó.
Minutos después que trajeron el servició de té, mientras lo tomaban Yohei se interesó por el motivo de su presencia allí.
-¿Qué podemos hacer por ti? -preguntó al cabo de un rato.
-He ampliado mis negocios, y necesito una buena publicidad... -respondió- Me han recomendado esta agencia, me dijeron que sois innovadores y que vuestros modelos están muy bien considerados.
-Es un placer poder serte útil..., dime exactamente que es lo que deseas.
-Voy a producir una película, uno de mis socios quiere introducir a una actriz prácticamente desconocida, tengo que reconocer que es una belleza, pero si no tiene talento puede desembocar en un fracaso, me veo casi obligado a aceptarla. -Se explicó mirándole fijamente, en espera de algún comentario, sin embargo, su interlocutor le escuchaba atentamente, sin intervenir- Le debo un favor a esa persona y no he podido negarme a su solicitud, pero... el director tiene su propia actriz y no quiere dirigir a una desconocida.
-¿Qué esperas conseguir de nuestra agencia? -vió que sus palabras le sobresaltaban, fue un movimiento casi imperceptible, cómo si su sencilla pregunta tuviera un sentido oculto- Lo digo porque nosotros no solemos trabajar para el cine. -aclaró.
-Lo comprendo..., lo único que deseo -sacó de su maletín un fajo de hojas encuadernadas- Este es el libreto de la película. He subrayado el momento más importante de la trama, si consiguierais que ella mostrará su talento en esas escenas, tendría una oportunidad para obtener el papel principal. -se lo pasó.
Yohei tomó de sus manos el libreto y lo ojeó por encima. Conocía el libro y sabía quien podría trabajar en ese encargo.
-Por de pronto, tengo a todo el personal ocupado, -vió su expresión y se apresuró a añadir- no solemos rechazar de entrada ningún trabajo, realmente, la agencia esta saturada, conozca una persona que actúa por libre, sin embargo, aceptaría trabajar para la Agencia, le daré a leer esto y si ella acepta, te llamaré. Es todo cuanto puedo hacer por ti.
-Gracias... -se fijo en su intención de levantarse, más él aún deseaba llevar a su terreno el motivo real que le había llevado hasta allí- Sakuragi-san esta bien ¿verdad? -no iba a andar con evasivas- Oí decir que había desaparecido.
-Es cierto... -no era ningún secreto que todavía seguían buscándole.
-Tu eras su mejor amigo... -era una afirmación- Supongo que él ya se ha puesto en contacto contigo.
-Lamentablemente no es así. -al momento se dio cuenta que esa no era la respuesta que esperaba escuchar- Desde hace más de cinco meses no tenemos noticias de él.
-¿Alguna otra vez se había marchado durante tanto tiempo? -preguntó dando por echo que lo hizo por propia voluntad, no iba a descubrir su intervención en toda la trama.
-No voluntariamente. Creemos que alguien le retiene a la fuerza.
-¡Ahh! Si es así, ¿Qué dice la policía?
-Nada, para ellos es un caso cerrado.
-¡¡Ahh!! -repitió satisfecho con esa información.
-¿Por qué me preguntas por Hanamichi? -fue ahora su turno de hacer preguntas.
-Bueno... yo... -titubeo, como si dudara que lo que iba a decir- No quiero creer lo que oí, pero hace cosa de un par de semanas, estaba en casa de un productor de cine -mencionó su nombre porque no era ningún secreto- Allí se habla mucho y se bebe bastante más.
-¿Si? -insistió al ver que parecía indeciso en continuar hablando.
-Allí me encontré con un grupo de conocidos, y ellos estaban hablando de otra persona, que a su vez se lo contó un amigo. Ya sabes como es eso... -vió su gesto asintiendo- Al parecer durante una celebración el anfitrión les presentó a su mascota.
-¿Mascota? -preguntó perplejo.
-Se trataba de un hombre pelirrojo.
-Hanamichi no es el único pelirrojo que conocemos... -comentó no mostrando en su rostro como le afectaban sus palabras- Tenemos un par de modelos que lo son.
-Es lo que yo pensé... no creo que él se prestará a ser juguete sexual de nadie.
-Tenlo por seguro. Hanamichi destrozará a cualquiera que lo intente y si no es él que se cuiden de Rukawa. -tenía la seguridad que si Hanamichi había sido apresado por una banda de delincuentes, iban a lamentarlo apenas lo confirmaran.
Se apresuró a levantarse dando por concluida la entrevista.
-Esperaré tu llamada... -dijo despidiéndose, cuando estaba a punto se salir se volvió-. ¿Conoces un lugar llamado "El Centro"? -preguntó de sopetón.
-No.
Maki vió desconcierto en su mirada. Había esperado que Sakuragi se hubiera puesto en contacto con él, y le dijera donde se encontraba, al parecer, quienes habían rescatado a Sakuragi le tenían bien guardado. Tendría que esperar que Sakuragi volviera con su hijo para reclamarle su custodia.
Continúa en el próximo capítulo...
Paz