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Consecuencias de una traición premeditada por Paz

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Notas del capitulo:

No era mi intención que apareciera Hanamichi en este capítulo..., pero la mente y los dedos sobre el teclado dan esas sorpresas..., espero que os guste.

Consecuencias de una traición premeditada

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 20 Testimonios

-Lo siento... esta ahí... -comentó mirando a los muchachos al tiempo que se disculpaba, se levantó yendo hacia la entrada, la insistente llamada iba a conseguir despertar a los gemelos- Se ha dado mucha prisa.

Abrió la puerta, al instante, levantó una ceja interrogante, tras Mito se apretujaban unos a otros, la Gundam de Hanamichi.

-Apenas supieron que había noticias de él no he podido evitar que vinieran. Estaban conmigo cuando llamaste -dijo Mito a modo de disculpa.

 Viendo la impaciencia que mostraban por entrar les pidió.

-Me gustaría que se comportaran correctamente, primero porque si los gemelos despiertan, van a tener que ocuparse de ellos -amenazó con la seguridad que no sabían que no iba a dejar a sus hijos en otras manos que no fueran las suyas o las de sus padres.

-Solo queremos saber de Hanamichi -dijeron los tres al mismo tiempo.

-A eso me refiero -dijo mirándoles con severidad- Intenten no hablar al mismo tiempo, os pido que tengáis paciencia, no solo por los gemelos, mis invitados ya están bastante nerviosos para que vosotros les asustéis más.

Cuando todos asintieron se hizo a un lado permitiéndoles la entrada a su casa, mortificados con sus palabras, se quedaron esperando que él les guiara al interior de la casa.

Los cuatro hombres se detuvieron sorprendidos al fijarse en los adolescentes que al verlos entrar se removieron inquietos en sus asientos, sobre todo los que parecían más jóvenes.

Kaede se fijo en la inquietud que asomaba en sus miradas, se mantenían en sus asientos, sin embargo, sus ojos revelaban cierto malestar que quiso diluir apresurándose a presentar a sus visitantes.

-Son los amigos de Hanamichi, Mito Yohei... Takamiya Nozomi... Yuuji Ookus y  Noma Chuuichirou. -Cada uno de ellos al ser mencionados inclinaba ligeramente la cabeza a modo de saludo- Ellos son Naoto, Gen y Jun y estos últimos meses han estado con Hanamichi.

-Son unos adolescentes... -comentó Takamiya sorprendido.

-Gracias por aclarárnoslo... -dijo Rukawa con fría expresión- Podéis sentaros -él mismo lo hizo sobre el piso, porque los únicos asientos estaban ocupados.

Los demás le imitaron sin importarles arrugar sus trajes, los cinco quedaron ubicados de manera que tenían a los tres jóvenes delante de ellos.

Todos eran conscientes del nerviosismo que mostraban los jóvenes, que todavía no habían pronunciado ni una palabra.

Fue Rukawa quien inició la conversación.

-Esta mañana decidí que los gemelos necesitan tomar un poco de aire fresco y les llevé al parque, estaba sentado leyendo vuestros informes cuando escuche que mencionaban mi nombre y la palabra pelirrojo en la misma oración y no pude menos que sentirme intrigado. Miré a ver y les ví pasar frente a mi. Por un instante pensé que deseaba tanto saber de él, que hasta oía mencionarlo, me repuse enseguida y llamé su atención. Les dije que conocía a un pelirrojo y les dí mi nombre, al principio desconfiaron, pero cuando vieron su fotografía le reconocieron, les invité a venir -no aclaró que ellos pensaban que era una chica- y esperé que vinieras para escuchar de sus labios lo que sepan de él -comentó mirando a Mito- Al parecer Hanamichi les pidió que me buscaran.

-¿Cuánto hace de eso? -preguntó Mito fijando la mirada en el muchacho que parecía ser sobre el que los ojos se apoyaban.

-Cinco meses... -dijo Naoto.

-¿Dónde estuvisteis antes de ese tiempo?

-Nunca supimos donde estaba ubicada..., se la conocía como "La Fortaleza".

-Fue esa la casa que invadió el ejército...

-Si... -le miró sorprendido que conocieran ese detalle- Fue entonces que él nos pidió que buscáramos a Kaede... creímos que era su novia.

La mirada divertida de los cuatro hombres se disolvió cuando la fría mirada de Kaede se posó en ellos.

-Él solo pudo decirnos que estaba en Kanagawa, pero no el lugar exacto.

-¿Sabéis donde esta ahora? -conocía la respuesta, pero esperaba que ellos lo confirmaran.

-Chotto...

Miró a los otros chicos cuyas expresiones de indecisión eran idénticas y supo que lo ignoraban.

-Podéis decirnos lo que sepáis de Hanamichi.

Naoto asintió.

-Llevamos unas semanas en "La Fortaleza" cuando escuchamos que nuestro amo tenía una "mascota"...

-¿Amo...? -Takamiya casi se atraganta con las golosinas que siempre llevaba encima para entretenerse comiendo.

-Con excepción de algunos sirvientes, los demás chicos éramos sus esclavos y solo permitía que le llamáramos "amo".

-¿Vosotros tres? -preguntó Ookus sintiendo una oleada de repentina furia que intento contener.

-Éramos quince chicos, todos para su exclusivo servicio. Nos ocupábamos de despertarlo, prepararle el aseo, vestirle..., él nos utilizaba siempre que le apetecía -murmuró bajo, como avergonzado de confesar ese detalle.

-Y entonces llegó Hanamichi a formar parte de ese... "harem" -dijo suavemente Mito.

-Si, pero nadie le vió cuando le trajeron, le mantuvo siempre en su dormitorio, encadenado... -al decirlo, de modo inconciente se llevo la mano al cuello. Los cinco hombres fueron conscientes de su gesto- ... él decía que nuestros cuerpos estaban para ser admirados, solo llevábamos un collar, durante la noche también nos encadenaban para impedirnos movernos por la casa, tampoco lo hubiéramos intentado, sabíamos que tenían dobermans sueltos para protección del amo...

-Unos perros nunca hubieran detenido a Hanamichi... -dijo Noma interrumpiéndole.

-No hubiera podido hacer nada. -intervino Gen.

-¿Por qué lo dices?

-Desde el momento que estuvimos a su cuidado, siempre le mantuvo drogado. -respondió Gen.

-¿Por qué dijiste que os puso a su cuidado?

Naoto fijó su mirada en el hombre que les había recogido en el parque, se mordió el labio inferior, dudando en decir lo que sabia.

-¿Abuso de él?

-Si... -tembló al ver la ira asomando en aquellos ojos azules, le asustaba su reacción, aún así era consciente que necesitaba saber por lo todo lo que había pasado- Durante el día siempre estaba ausente, pero al llegar la tarde, tras cambiarse, darse un baño relajante y comer, se dirigía a su dormitorio con la orden de que nadie le molestará. No sabemos lo que hacia con él, pero la primera mañana que le puso a nuestro cargo todo su cuerpo estaba lastimado, y así durante todo el tiempo que le tuvo, nosotros le curábamos y él se complacía en dañarlo. -su tono de voz fue disminuyendo mientras relataba todos los horrores a los que Hanamichi fue sometido, sus heridas, sus laceraciones, los cortes y la brutalidad con la que era cogido. Contó también la brutalidad extrema de su amo cuando descubrió el golpe en el costado de Hanamichi y como mato a un hombre por esa patada, lo que propició que esa noche el efecto de la droga que le inyectaba dejara de hacer efecto y le pidió que hiciera una llamada, aún recordaba sus palabras exactas.

-Hanamichi supo que estaba embarazado... -dijo Kaede con la mirada ensombrecida por la furia, solo pensar en lo que había pasado su koi le quitaba el aliento, porque se sentía culpable por todo, pero también sabía pasara lo que pasara todos ellos iban a lamentar el daño que le hicieron, solo deseaba obtener su perdón, porque nada de eso hubiera sucedido si él no le traicionara con Mito. Desde aquella fatídica tarde que tomó aquella decisión, la vida de todos ha tenido enormes cambios, unos para mejor, otros para peor y Hanamichi ha acumulado en si todos los peores males.

-Si...

-¿Hiciste la llamada?

-No..., allí era imposible...

-Naoto es muy inteligente... él nos prometió sacarnos de allí y cumplió -dijo Jun mostrando la admiración que sentía hacia su compañero- Consiguió quitarle el móvil en un descuido.

-Sabía que solo sacándole de allí tendríamos los demás una oportunidad -dijo con modestia- Entre nosotros se había corrido la voz que nuestro amo iba a hacer una subasta, a todos nos atemorizaba porque creíamos saber lo que podíamos esperar, no estábamos entre los elegidos, nos sentimos aliviados hasta que vimos como estaba nuestro protegido. -Apretó los labios con fuerza ante el recuerdo del estado físico del pelirrojo- Nos condujeron a una parte de la fortaleza que no conocíamos, nuestro amo tenía la intención de dejarnos encerrados en una especie de celda con él, nos exigió lo mismo que otras veces que lo curamos para poder seguir utilizándolo, éramos como objetos  en sus manos no le importaba rompernos porque siempre podía sustituirnos, sin embargo con él era diferente, lo quería medianamente recuperado para poder poseyéndole porque nunca se contenía, por eso cuando vi en que estado estaba me pregunté a quien se lo había entregado porque no tenía un trozo de piel sana.

Kaede apretaba los labios, una línea fina se marcaba en su rostro, y pensó en el hijo que estaba esperando, no podía haber sobrevivido a la tortura.

-¿Perdió...? -no tuvo valor para preguntar lo que temía.

Se encogió de hombros porque ni siquiera él podía responder con seguridad después que se separaron de él.

Yohei abrió su maletín y sacó unas cartulinas, eran fotografías que puso boca abajo sobre la mesilla que les separaba de los jóvenes.

-Creemos saber quien os ha mantenido retenidos, quien retuvo a nuestro amigo, pero necesitamos que vosotros la identifiquéis. No tenemos ninguna foto suya reciente, pero si cuando era más joven, por ello queremos que miréis bien cada una de ellas, os fijéis en todos los rostros y nos digáis si le veis.

Naoto levantó la primera de las cinco fotos, dejando la imagen a la vista. Eran cinco adolescentes, llevaban un uniforme deportivo con el nombre Ryonan escrito en sus camisetas. Gen y Jun acercaron sus rostros para mirar también.

-¿Ryonan? -preguntó apartando la mirada de la imagen.

-Es un equipo de basquetball...

-¡Ah!! -su mirada regresó a la cartulina, mirando con atención los cinco rostros que estaban allí plasmados.

-¿Quién es ese de los pelos de punta? -preguntó curioso Jun.

-Sendoh Akira, el mejor jugador del Ryonan -dijo Rukawa- por ese motivo era un engreído.

 -Hace unos días dieron un reportaje sobre su carrera deportiva y todos coinciden que está en su mejor momento deportivo -comentó Noma- ¡Ahgg! -dejo escapar un quejido cuando un codo se incrustó en su costado nada suavemente.

Kaede fingió no darse cuenta, estaba más pendiente de la reacción de los muchachos, que ya habían posado la primera foto con gestos negativos, Naoto recogió la siguiente.

-Shoyo... -musitó Gen

-Sí.

Los tres rostros se inclinaron sobre la cartulina, al cabo de unos instantes la dejo sobre la anterior y tomó una más.

Apenas se fijaron en los jugadores la desecharon.

-Tampoco está en Sannoh... -murmuró Naoto, sin que sus interlocutores hicieran un comentario al respecto. Recogió la siguiente, al instante, tres rostros sorprendidos fijaron su mirada en Rukawa, volvieron a mirar la imagen y nuevamente sus miradas se posaron en él.

-Hanamichi y tú... ¿jugabais juntos...?

-Ellos, fueron la Dupla de Oro del Shohoku... -dijo Ookus con orgullo.

-Estuvieron viviendo en América... -intervino Takamiya.

-Rukawa fue nombrado el mejor jugador durante tres años, batiendo su propio record de encestes durante cinco temporadas... -Noma no quería quedarse atrás en comentar los logros del hombre.

Nunca antes le había pasado, pero se sintió arropado por todos esos elogios, pues había admiración en todos los comentarios de la Gundam.

-¡¡Wooowww! -exclamaron a un mismo tiempo los tres muchachos, dirigiéndole una mirada admirativa.

-Bueno... bueno... -intervino Yohei- Todo eso fue muy bonito para ambos, su época dorada. -Era consciente que Rukawa debía añorar aquellos años en que su pasión estaba centrada en el basquetball. Sabía que la lesión de Hanamichi provocó su alejamiento del juego, pero... ¿él? Al principio se preguntaba que le había impulsado a dejarlo todo. Era consciente del amor que había entre su amigo y él. Cuando regresaron fue consciente que su relación estaba muy bien consolidada a pesar de las continuas ausencias de Hanamichi, era increíble como se llevaban, teniendo en cuenta sus principios, cuando la rivalidad primaba sobre cualquier otro sentimiento. Solo deseaba que cuando todo acabara, pudieran volver a ser felices. Porque ahora tenían los hijos que tanto habían anhelado. Ese pensamiento, embargó su corazón de un sentimiento calido, pensando en el bebé que fue capaz de engendrar. Saberse padre le llenaba por completo.

-¡¡Es este!!  -La triple exclamación le obligó a volver al presente.

Seis rostros se adelantaron para fijarse en el rostro que señalaban.

Los adolescentes asentían mientras Naoto tamborileaba su dedo índice sobre la figura de Maki Shinichi.

Yohei miró a Rukawa que asintió, tenían la confirmación que necesitaban.

-Os quedo agradecido por vuestra ayuda, muchachos -dijo Kaede se inclinó ante ellos unos segundos, luego se volvió hacia Yohei- No podremos actuar hasta que Hanamichi regrese, solo entonces llevaremos adelante nuestro objetivo.

Cuando la Gundam que estaba enterado del plan, se levantaron dispuestos a seguir los pasos de Yohei.

Los adolescentes supieron que ellos también tenían que marcharse.

-Gracias por la comida... -dijo Naoto a modo de despedida.

-¿A dónde vais a ir? -preguntó Kaede.

-Supongo que intentaremos volver a nuestras casas... -al decirlo, Kaede noto el gesto de horror de sus compañeros.

Supuso que en sus hogares habían tenido problemas, por eso habían caído en manos de unos desalmados.

-Estoy seguro que a Hanamichi le gustaría volver a veros cuando regrese. Además me mataría si supiera que os he dejado marchar. Os propongo un trato, no os asustéis, no es nada deshonroso, os quedáis en Kanagawa si así lo deseáis, a cambio os doy alojamiento y trabajo.

-¿Qué clase de trabajo?

-Hanamichi cuando regrese, posiblemente se dirija a nuestro apartamento, me gustaría que estuvierais ahí para ayudarle, él confía en vosotros y yo me sentiré más seguro sabiendo que estáis ahí.

-Quieres que te llamamos apenas le veamos...

Kaede asintió. Se volvió hacia Yohei y la Gundam que esperaban junto a la salida de la vivienda.

Los tres adolescentes se miraron entre si.

-Estamos de acuerdo.

Kaede sacó de un cajón un juego de llaves.

-Mito... ocúpate de llevarles, les acomodas en el apartamento -y en voz baja le susurra- cómprales ropa a cuenta de la Agencia y dales algo de dinero.

-De acuerdo. Vamos, chicos.

-Gracias, Rukawa-san. -dijo Naoto.

-Id con ellos, no temáis son buenos chicos.

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El apartamento que había compartido con Hanamichi todavía continuaba en su poder, sin embargo, con los gemelos le quedo pequeño y decidió comprarse una casa lo suficientemente grande para su nueva familia, ahora teniendo la certeza del embarazo de Hanamichi se sentía satisfecho, había espacio suficiente para todos. Era consciente que el hijo de Hanamichi había sido engendrado durante una de las violaciones, aún así agradecía que él no hubiera decidido quitárselo, porque si Hanamichi seguía adelante, es porque se había concienciado que era suyo, sin importar como fue creado, solo por eso él también iba a aceptarlo como hijo suyo, sería el padre que necesitaba tener y lo quería porque era de su koi.

Por ese motivo, había dejado en el apartamento, una nota para Hanamichi, dándole su nueva dirección, esperando que él le perdonara y volviera con él. No le decía nada referente a su hijo, solo esperaba que él tomara la decisión correcta, no iba a forzarle a regresar a su lado porque tenía un hijo de él. Quería tener la certeza que solo el amor fuera el responsable de su regreso.

Los días y los meses pasaban y nada se sabía de Hanamichi.

En cambio estaba bien informado acerca de Maki, quien continuaba indagando sobre el paradero de Hanamichi sin darse por vencido. Él estaba esperando que hiciera el siguiente movimiento, no iba a hacer nada mientras pudiera pillarle cometiendo un acto ilegal o intentando forzar a su pareja a seguirle, tenía la impresión que Maki estaba seguro de ser el padre del bebé que esperaba Hanamichi y si así era podía forzarle a una relación permanente, porque no dudaba que su koi no abandonaría a su hijo.

Por ese motivo, estaban todos muy pendientes del regreso de Hanamichi, tratando que Maki no fuera el primero en saber de él.

Naoto, Gen y Jun habían dado un gran cambio, se veía a menudo con ellos para asegurarse que seguían bien, sabía por ellos que solían aparecer por el apartamento, Ookus y Mito, no juntos, lo cual distraía a los jóvenes y les hacían sentirse protegidos.

Se había preocupado de su educación y les había inscrito en Shohoku, al principio se habían resistido a estudiar, pero les hizo ver la necesidad de aprender para alcanzar cualquier meta que se propusieran.

Al principio, malamente habían aceptado, más tarde, ya más animados se notaba que el tener amigos de su misma edad, el compartir juegos y estudios les hizo sentirse mejor y disfrutaban cada momento que pasaban allí. No se sorprendió en exceso cuando los tres se inscribieron al equipo de basquetball.

Viéndoles progresar se sentía satisfecho y sentía como si fuera un padre para ellos, porque le consultaban sus cosas, le preguntaban las dudas que les surgían en sus estudios y no tardó en sentir como ellos también fueran sus hijos, por entonces ya conocía la historia de cada uno y se preguntaba como era posible que existiera  padres o hermanos tan desnaturalizados, por ese motivo les daba todo el aprecio y cariño que era posible para hacerles sentirse a gusto.

Una noche, la alarma del teléfono se dejo oír con insistencia. Temiendo que los gemelos despertaran se apresuró a levantarse, un tanto inquieto por esa llamada pasada la medianoche.

-Moshi...moshi... -contestó.

-Kaede...

-¡Jun! -reconoció el sonido de su voz. Al momento se inquieto- ¿Qué pasa Jun? ¿Tenéis algún problema? -Preguntó preocupado por su bienestar- Llamo a Yohei en un momento.- lamentó no poder dejar a los gemelos para salir corriendo hasta el apartamento, solo por una urgencia le llamarían tan tarde.

-¡Tranquilo, pa! -dijo con un tono risueño- Nosotros estamos bien. Él esta aquí.

-¿Él? -Al instante abrió mucho los ojos- ¿Ha regresado?

-Si.

-Voy para allá. -estuvo a punto de cortar la llamada cuando una nueva inquietud le invadió- ¿Esta bien?

-Si y no viene solo... -dejo escapar una risilla cuando lo dijo.

-En una hora estoy ahí... no abráis a nadie como no sea yo -les avisó pensando que Maki podía haberse enterado de algún modo de su vuelta.

-Tranquilo, pa -Jun había comenzado a llamarle así y a él le satisfacía su confianza- Ya estamos atrincherándonos -río al expresarse así.

En poco tiempo, Kaede despertó a los niños, que adormilados aún se dejaron vestir, con ellos en brazos, les llevó hasta el coche, les sentó en sus sillitas y tras asegurarse que estaban bien, ocupó su lugar ante el volante.

Quince minutos después estaba llamando a la puerta del apartamento.

-Soy yo, Kaede -respondió a la pregunta del chico, era Gen.

-¿Cómo puedo estar seguro? -preguntó nuevamente Gen.

-Te regale un reloj para tu cumpleaños.

Al momento, escuchó ruidos detrás de la puerta, como si estuvieran moviendo muebles, y se abrió un hueco por donde se metieron rápidamente los gemelos ya despiertos por completo. Tuvo que ponerse de costado para poder pasar, al momento, Jun y Gen volvieron a colocar un pesado mueble tras la puerta.

Cuando entró en la sala, los gemelos ya habían tomado poseían del sillón más grande y tiernamente abrazos estaban intentando dormir otra vez.

Durante unos segundos ambos se quedaron mirándose, Kaede se fijo en su aspecto, se le veía desmejorado, algo demacrado y con una expresión temerosa en el rostro.

Acortó la distancia que les separaba, estrechándole con fuerza contra su pecho.

-Perdón, Hanamichi. -le sentía laso en sus brazos.

Continúa en el próximo capítulo...

Notas finales:

Glosario


Chotto: La Web de Kirai, un geek en Japón, tiene una interesante nota acerca del significado de la palabra chotto, es un poco larga para trascribirla aquí, si queréis podéis pasaros por ella para leerla. En pocas palabras, los japoneses son muy reacciones a decir “no”, por eso la dicen, aunque también tiene otros significados y la utilizan para diferentes ocasiones y situaciones.


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