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Consecuencias de una traición premeditada por Paz

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Notas del capitulo:

Quince días me ha costado empezar a escribir este capítulo, para luego escribirlo en un par de ellos..., espero que este mpeg no os parezca excesivamente ilusorio.

Consecuencias de una traición premeditada

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 23: El momento esperado se adelanta

 

-Hiro-kun me comentó que has pasado una noche inquieta... -dijo tras el saludo mañanero, al tiempo que echaba una mirada a la bandeja con la primera comida del día. Se le hizo extraño ver que apenas si había comido menos de la mitad- ¿Te sientes mal? ¿Tienes dolores? -se inquietó porque las sustancias que le habían sido administradas habían repercutido en el feto y aunque las pruebas que le habían hecho no daban efectos  negativos, estaba preparado para cualquier contingencia.

-Nada fuera de la común, debe ser que ya quiere salir de aquí dentro -dijo Hanamichi con una sonrisa, mientras su mano acariciaba con suavidad su vientre, que mostraba una hinchazón redondeada.

-Hanamichi-kun... ¿recuerdas lo que hablamos hace unos días?

-Si... tenía que avisar rápido cuando sintiera la menor molestia, por eso esta noche he molestado tanto a Hiro-kun, va a odiarme por eso. -comentó con pesar.

-Hiro-kun conoce su trabajo y sabe que tiene que avisarnos enseguida si nota alguna anormalidad. -ante su mirada angustiada se apresuró a añadir- Eso no quiere decir que vaya algo mal. -la sensibilidad de su paciente era extrema y más encontrándose en ese estado, tenía que tener cuidado con sus palabras- Déjame verte. -dijo al tiempo que tomaba el mando para enderezar la cama.

Hanamichi se destapó bajando el cobertor hasta la altura de sus muslos, luego subió la bata hasta su pecho, dejando al descubierto su vientre, viéndose le parecía que se había tragado un balón de básquet.

Aunque había calentado el metal del estetoscopio sintió un escalofrió al sentirlo sobre su piel que en aquella parte de su cuerpo estaba como muy estirada, cuando podía verse observó que la piel alrededor de su ombligo iba estirándose hasta casi desaparecer.

-Los latidos del corazón se escuchan con nitidez -le dijo con expresión satisfecha, lo que no le comentó es que la posición del bebe era distinta, si no fuera porque aún faltaba un mes hubiera pensado que estaba preparándose para ocupar el canal del parto. Aún así no estaba de más tomar precauciones- Esta mañana recibirás la visita del barbero -comentó con una sonrisa que quiso ser traviesa.

-¿Tan mal me ve? -preguntó llevándose la mano a la barbilla, que mostraba una sombra de barba. Al instante de hacer la pregunta sus mejillas se turbaron al ver el brillo divertido de su mirada- ¡¡Oh eso!! ¿No es pronto? -inquirió.

-Nunca esta de más estar preparado..., por ello quiero que estés concienciado sobre lo que puede pasar. No te sobresaltas antes de tiempo -comentó al ver la preocupación en su mirada- Soy yo quien lleva las rindas... por ello no esta de más que sepas lo que pueda pasar.

-¿No es malo?

-No, solo puede suceder que tengas un parto natural.

-Pero... pero... me dijiste que sería por cesárea.

-Efectivamente y así va a ser, a menos que tu bebé se adelante.

-¿Puede ocurrir?

-Si...

-Será prematuro y puede que no este bien formado. -objetó Hanamichi.

-Lo primero es correcto, pero ten en cuenta que ahora hay medios suficientes para mantenerle a salvo. Su vida no corre peligro, eso es lo principal, en lo único que tienes que hacer es llamarnos apenas sientas el menor síntoma, es primordial que avises enseguida. -él también tendría todo preparado para una emergencia.

-Lo haré.... Sensei, hemos hablado largamente acerca de mi embarazo, de los peligros que podía correr el feto, de los cuidados y las pruebas que iban haciéndome, pero solo ahora acaba de mencionar parto natural ¿Cómo es posible? Mi cuerpo no esta adaptado como el de una mujer para dar a luz. -preguntó perplejo.

-Tampoco para embarazarte, pero mira por donde lo estas -le respondió con una sonrisa-  Tu cuerpo ha desarrollado una bolsa donde ha mantenido al feto primero y ahora al nonato, esta rodeado en un ambiente cálido y es alimentado a través de los nutrientes que tú le suministras al comer. Hemos realizado un ecodoppler fetal para evaluar la circulación del bebe aún cuando nos costa que no es intrautero, posees placenta y no sufre envejecimiento placentario, por lo que el oxigeno llega con normalidad al nonato, aún así continuaremos con el monitoreo fetal electrónico por si surge algún inconveniente. No esperamos problemas porque el índice de líquido amniótico esta dentro de los parámetros normales lo que indica un bienestar fetal, su perfil biofísico es el adecuada, solemos puntuar una serie de parámetros entre 0, 1 o 2, lo perfecto sería sacar 10 de los 10 puntos, en tu caso son ocho, lo que indica que llevas un embarazo estable, por lo que su bienestar entra dentro de lo correcto. -le tranquilizó- En cuanto a tu pregunta, además de la bolsa con el líquido amniótico y la placenta, has desarrollado el canal del parto y que desemboca en tu ombligo y es por ahí por donde nacería tu hijo.

-Eso tiene que ser muy doloroso -alzó la cabeza para mirarse, su ombligo estaba muy estirado y casi no se veía.

-No más que cualquier otro parto. Se dilatará y abrirá y tú hijo nacerá de modo natural, pero no te preocupes, aún queda tiempo y procederemos tal como te dije. Una cesárea será rápida e indolora para ti y tu hijo. No os enterareis de nada. -sus palabras no fueron proféticas, porque esa mismo noche Hanamichi se puso de parto.

No habían transcurrido ni diez minutos desde que quedo solo cuando apareció Isao-kun, quien desde el primer día se encargaba de su aseo diario, cuando fue capaz de mantenerse lo suficiente sereno hizo un trato, él se ocupaba de su aseo personal y él se encargaba de afeitarlo, y así fue hasta que comenzó a sentirse pesado y no podía hacerlo por si mismo. Isao-kun lo comprendió enseguida sin que él tuviera que pedírselo y desde entonces se puso en sus manos, dejando de lado el bochorno que sentía que otro hombre que no fuera Kaede le viera desnudo.

Isao-kun traía consigo todo lo necesario para proceder al depilado de las zonas pudendas de su paciente, en aquellos momentos en aquella zona del edificio, solo tenían dos pacientes, el pelirrojo, Hanamichi-kun y el muchacho que estaba esperando gemelos, Kaede-kun, a quien también había preparado para su próximo alumbramiento.

-Buenos días, Hanamichi-kun -saludó con una amplia sonrisa en su rostro- Me han dicho que vaya preparándote.

-Si... ¿no te parece muy apresurado? -preguntó con las ganas de saber si a él le habían dado alguna información extra.

Isao-kun se encogió de hombros, él se limitaba a obedecer.

-¿Te han dicho cuando comenzarás a estar de parto? -inquirió a su vez.

-Será dentro de un mes... -respondió sin sospechar que su pregunta no era casual.

-¡¡Ah!! Estarás deseando salir de aquí... -comentó mientras disponía todo lo necesario para proceder a su trabajo.

-No llevo tanto tiempo aquí, supongo que si. -cerró los ojos dejándose llevar por agradables recuerdos.

Isao-kun le enjabonó la zona, procediendo a usar una afilada cuchilla de barbero, en pocos minutos le dejo la piel suave como el culito de un bebé, le pasó un paño caliente antes de mirar hacia el rostro de Hanamichi-kun, estaba tan callado que pensó que se había quedado dormido. No era así, sus ojos estaban abiertos, había cruzado su brazo por detrás de su cabeza y su expresión era relajada y feliz.

Había escuchado que su hijo procedía de una violación, recogió sus útiles y se dirigió hacia la puerta, antes de llegar a ella se volvió.

-Disculpa... ¿puedo hacerte una pregunta personal? -Su mirada le animaba a proseguir- Oí decir que has pasado por malos momentos..., ahora se te ve muy relajado y feliz, y me alegro por ti, pero... ¿Quieres realmente conservar al bebé o piensas entregarlo en adopción?

-Es mi hijo, nada ni nadie podrá arrebatármelo. -dijo como si en ese instante su burbuja de felicidad le explotará en el rostro, sin saber porque la pregunta en si no le molestó, pero si le inquietó la mirada que vió en sus ojos.

-Por supuesto, ¿Quién querría hacerte algo así? -y como si su respuesta no tuviera importancia se volvió dispuesto a salir del cuarto- Qué tengas un buen día, Hanamichi-kun.

 

La mirada especulativa de Isao-kun mantuvo su corazón en su pecho con un sobresalto continuo, el menor sonido le perturbaba, sentía que no podía continuar allí metido y obtuvo permiso para pasear por el cuidado jardín.

Parecía como si su bebé era consciente de su temor porque también se movía revoltoso en su vientre, le hablaba quedito, más para tranquilizarse él y conseguir así que el bebé no percibiera su intranquilidad. Le asustaba pensar que podía perder a su hijo, por el que tanto había hecho para protegerlo desde que supo que estaba embarazado, los cuidados que le dieron sus amigos para guardar su secreto, sus atenciones, por pensó una vez más que no se dejaría arrebatar a su hijo, que su padre putativo no tenía ningún derecho sobre la criatura que crecía en su vientre y mientras así pensaba su mano se deslizaba con cariño calmándole y calmándose. Haría valer sus derechos sobre su hijo desde el principio, haría lo posible para que su padre no pudiera encontrarles, si era necesario se ocultaría, marcharía tan lejos que nadie volvería a saber de ellos, pero antes de hacerlo, tenía que hablar con Kaede, darle a conocer su decisión, porque estaba dispuesto a cualquier cosa para proteger a su bebé.

Mucho más tranquilo volvió a su habitación.

-Si te das prisa aún encontrarás caliente tu comida -le aviso Atsuko-chan.

-Gracias...

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Los dolores del parto comenzaron poco después de la madrugada. Sentía como si estuvieran descargándole, el dolor era tan intenso que manoteo en busca del botón de llamada y cuando lo encontró su dedo quedo pegado a él.

La puerta del cuarto se abrió con brusquedad y la presencia de Hiro-kun se precipitó en el interior al tiempo que prendía el interruptor, la luz blanca inundó la habitación.

-Tranquilo, Hanamichi-kun... -dijo sacándole de entre sus dedos el mando- Ya estoy aquí y también se ha enterado todo "El Centro"

-¡Shimata....! -nadie le había preparado para ese intenso dolor.

Hiro-kun supo que no era momentos de bromas, el dolor cesó y el rostro del hombre tomó un aspecto más relajado.

-¿Cada cuanto tiempo has estado sintiendo las contracciones? -preguntó.

-¡¡Kuso!! -le agarró del cuello de la bata y le acercó hasta su rostro- Me estas diciendo que volverá a pasar.

-Relájate... por favor... tranquilo... -tomó sus manos entre las suyas para apartarlas de su cuello antes que una nueva contracción le ahogara por la fuerza que estaba empleando al sujetarlo. Consiguió desasirse de él- ¿Ha sido la primera?

-¿Crees que hubiera esperado con ese espantoso dolor...? -Preguntó a su vez mirándole con fiereza- Por supuesto que era la primera vez -confirmó.

-¿No has roto aguas? -preguntó.

-¿Qué es eso? -inquirió desconcertado por la pregunta.

-Por lo que dices es que no -replicó Hiro-kun intentando mantenerle relajado por el bien de ambos.

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Al entrar a la sala y verle comprendió que esa mañana tras el control rutinario había notado un cambio en la posición del nonato, había cometido un error al no hacerle un examen interno y una palpación externa del abdomen para comprobar si el feto estaba ya encajado en el canal del parto, había ascendido y él lo pasó por alto, un fallo que no debió ocurrir, porque si estaba de parto, las causas eran variadas, o los resultados de las pruebas no eran fiables, lo que quedaba descartado, o se trataba de un parto prematuro o había un error en el calculo de las semanas en que fue engendrado.

Aquella no era la primera vez que asistía a hombres embarazados, llevaba dos años desde que el proyecto "Génesis" comenzó a dar sus frutos y él tenía que haber estado más pendiente de su caso. Su única justificación era que estaba cansado después de tener un parto múltiple la noche anterior y que se prolongó hasta primeras horas de esa mañana.

Apartó la ropa de cama y la bata, fijándose en el diámetro de apertura, aún faltaba mucho para que el anillo tuviera la dimensión requerida

-Estas de parto, Hanamichi-kun... -le confirmó.

-¡¡Kuso!! Me dijiste que iba a ser... -una nueva contracción le dejo desfallecido.

-Cada cinco minutos... -avisó Hiro-kun.

-Hay que esperar..., avísame tenga diez centímetros de dilatación. -se marchó tras comprobar que esta vez hacia todo lo correcto para su paciente.

Hanamichi abrió mucho los ojos cuando le vió marchar, mientras el dolor iba cediendo en intensidad.

-Una respiración adecuada te ayudará a relajarte y a sobrellevar las contracciones. Te diré como hacerlo y vamos a practicar juntos -le comentó Hiro-kun- Es sencillo, tomas aire profundamente con la nariz llenando el abdomen y lo expulsas despacio por la boca. Es importante que lo hagas bien, porque así ayudas a oxigenar al bebé. Si consigues un ritmo de respiración consciente y controlada con cada contracción te sentirás calmado y atenuarás el dolor.

-Comprendo...

Durante los siguientes minutos hizo lo que le había explicado y durante el resto del tiempo que pasaron juntos, fue capaz de controlar el dolor, no desaparecía por completo pero si notaba que ya no era tan desgarrador.

-¿Cómo va? -preguntaba cada dos o tres contracciones.

-Sigue creciendo el anillo -no podía decirle que aún faltaban algunas horas para que estuviera en condiciones de alumbrar su bebé. La dilatación avanzaba lentamente.

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Como un bálsamo de paz le invade cuando tiene a su hijo sobre su pecho, inexplicablemente sintió que todos sus problemas desaparecían, y que lo único que importaba era su pequeño. Llora feliz acariciando su cabecilla, en un apagado susurro le promete cuidarle y quererle siempre, sin importarle quien le ha engendrado.

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Su pequeño tenía los cabellos negros y sus ojitos que permanecieron cerrados los primeros días cuando los abrió pudo ver que eran azules, de un azul tan hermoso que no podía creer que pudiera ser lo que estaba pensando y abrazándole tiernamente contra su corazón le amo mucho más porque aquel pequeñín había sido engendrado con amor, el amor de Kaede y suyo, y lloró de felicidad porque no se había dejado llevar por los sentimiento de rencor y odio, emociones negativas que había sentido hacia sus aprehensores que hubieran acabado quitándole la vida a un ser indefenso.

Y lloró estrechándole en sus brazos, junto a su corazón.

Continúa en el próximo capítulo...

Paz

Notas finales:

Llega el reencuentro de Kaede y Hanamichi, y las sorpresas que les esperan a ambos... dos bebés para formar la ansiada familia y otro hermanito de yapa....


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