Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Consecuencias de una traición premeditada por Paz

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Tal como mencioné en la actualización anterior, aquí esta el epílogo de este fic, con él he alcanzado el final.

Para expresar la furia de Rukawa he utilizado unas palabrotas, aun cuando sé que ellos tienen otras para expresarse. Os pido disculpas.

Glosario

Rotenburo: tomar el baño al aire libre

Shoji: puerta corredera de madera.

Kanban (o) inkanban: poste como anuncio o cartel (de madera)

Zabuton: cojín plano que se usa en lugar de sillas para sentarse a la típica mesa.

Chabudai: mesa redonda.

 

Significado de los nombres

Kaede: Arce

Hanako: Niña flor.

Hikari = Luz

Amaya: Noche de lluvia

Estos significados fueron sacados de una web.

 

 

Consecuencias de una traición premeditada

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 22: Ángel vengador (Crimen y castigo)

 

Epílogo

 

 

 

Había dejado trascurrir el tiempo para confiar a sus enemigos, se reincorporaron a sus habituales trabajos, excepto Hanamichi que decidió que Yohei continuara al frente de la Agencia como director ejecutivo, en tanto él cuidaba de su hogar y de sus hijos, Kaede seguiría en su puesto como presidente de la misma.

 

Cuando el tiempo lo permitía salían los cinco juntos, paseando por floridos parques y mostrando su felicidad a quien quisiera verla. Era también una manera de hacerle saber a Maki que no se acercara ni a Hanamichi ni a su hijo. La Gundam de Hanamichi continuaba mandándole informes de sus actividades, dándole la impresión que había olvidado su obsesión por Hanamichi, tal vez él había conseguido olvidarle, más él no olvidaba una ofensa. Solo esperaba el momento oportuno y este llegó de manera inesperada. Lo supo cuando vió la fotografía, Maki persistía en su obcecación.

 

Solo entonces comenzó a mover los hilos de su venganza. El castigo para pagar el crimen cometido contra Hanamichi estaba próximo, su hijo Takara era un recordatorio constante de ese delito. Se trataba de un niño hermoso, muy espabilado e inteligente, sin embargo, las drogas recibidas a través del cordón umbilical habían lesionado su crecimiento, al verle nadie podía imaginar que tenia ocho años. Los doctores a los que acudieron les decían lo mismo, no tenía nada, se trataba de un niño sano. Todos coincidían al manifestar que con la pubertad su cuerpo cambiara y alcanzará su máximo desarrollo, ambos confían en que tengan razón.

 

Debido a las altas temperaturas en Kanagawa, Hanamichi y los niños están en la casa que poseen en N* allí pueden disfrutar de un verano suave, además tienen el rotemburo, donde seguramente los niños disfrutaran de la frescura del agua, o del río que se remansa a su paso por la propiedad que posee alrededor de la vivienda. Ha tenido buen cuidado en que no se conozca quien es el propietario para mantener el anonimato de su presencia allí, sabiendo que Hanamichi y los niños están seguros. Su seguridad ha sido siempre prioritaria. Apenas Hanamichi regreso se ocupó de contratar personal especializado en todo tipo de lucha, mercenarios que pasan desapercibidas pero que estén cerca para protegerlos, si es necesario con su vida. Son dos equipos de tres hombres que se turnan para cuidar de ellos apenas salen a la calle, sus hijos o Hanamichi están protegidos siempre. Esos hombres se han ganado su confianza con el paso del tiempo. Si alguna vez Maki hubiera tenido la temeridad de acercarse a Hanamichi o enviado a alguien contra él se hubiera llevado una desagradable sorpresa. Esos hombres eran feroces en el combate cuerpo a cuerpo. Ahora su lealtad a él es incuestionable.

 

También están protegidos sus hijos adoptivos, Naoto, Gen y Jun que tantas satisfacciones le dan, Naoto acabados sus estudios universitarios, esta trabajando para una empresa de comunicaciones, Gen continua sus pasos porque le tiene como a un modelo a imitar y Jun no quiere quedarse atrás y estudia como el que más. Agradece el día que les conoció.

 

Se echó hacia atrás en su sillón, cerrando momentáneamente los ojos, dejando que su mente vagara por los derroteros que empezaba a marcar, cuando lo tuvo todo claro, se enderezó, tomó el teléfono y llamó a su secretaria.

 

-Cancela mis citas de hoy… -la escuchó unos segundos- Si también las de esta tarde. Envíales en mi nombre un obsequio con mis disculpas, diles que estaré disponible cuando ellos puedan. Llama a Mito, que venga en cuanto pueda, dile que no es urgente.

 

Tenía por delante tres días para llevar adelante sus planes, luego iría a reunirse con Hanamichi y sus hijos, extrañaba ver a su benjamina Hanako que con solo seis meses la veía abrirse a todos como una flor, sonriente y cálida y a la dulce Hikari de tres años, pasaría con ellos algunas horas antes de volver para reintegrarse a su trabajo.

 

En "El Centro" estaban estupefactos debido a la facilidad que tenía Hanamichi para quedar embarazado, era el único hombre que había pasado varias veces por ese trance, le costaba que Hanamichi tenía buenos amigos allí que cuidaban que no volviera a repetirse el acecho sufrido durante su primer embarazo con el correspondiente temor a ser lastimado el ser que más amaba. Durante los dos siguientes le consta que fueran relativamente tranquilos. También habían recibido la visita de unos de los promotores del proyecto "Génesis" queriendo estudiar la genética de Hanamichi, ante tal posibilidad él había tomado medidas legales, las cuales le mantenían apartados de su koi, corrían el riesgo de que su proyecto fuera sacado a la luz. No podían ni siquiera imaginar que Hanamichi y él estuvieran enterados de todos los entresijos de ese proyecto, quedando enterados que una carta escrita por el puño y letra de Hanamichi mostraba los apuntes trascritos por él, cuando se tropezó con uno de los asistentes de esos científicos locos y los papeles de la carpeta se desparramaron por el suelo. Le bastó una mirada a Hanamichi, para que su mirada fotográfica registrara todos los datos dentro de su mente, una de esas hojas le fue mostrada al hombre que reconoció los datos que allí estaban registrados. No volvieron a molestarles.

 

Tomó el teléfono e hizo la primera de las llamadas.

 

-Dojo Novack… -respondió del otro lado una voz que no conocía.

 

-Páseme con Erick Novack –pidió.

 

-¿Qué puedo hacer por usted? El maestro esta ocupado... –dijo una voz claramente extrajera.

 

-Para mí no…, -comentó categórico- dígale que "Arce" quiere hablarle… -era el significado de su nombre y lo usaba para darse a conocer sin que terceras personas supieran de su amistad.

 

-Un momento…

 

En menos de cinco segundos Erick estaba del otro lado.

 

-Dime…

 

-¿Cómo va el entrenamiento? –Erick estaba dando uno muy especial a los que mostraban mejores aptitudes, no solo para lucha oriental, sino también lucha libre, lucha cuerpo a cuerpo, con cualquier tipo de armas blancas u orientales y también armas de fuego con munición falsa.

 

-Estoy satisfecho con los resultados.

 

-¿Son de confianza?

 

-Me son leales…

 

-Volveré a llamarte cuando te necesite. Será durante este fin de semana.

 

-De acuerdo. Les tendré preparados.

 

Interrumpió la llamada para efectuar la siguiente.

 

-Moshi… moshi… -le respondieron

 

-El informe que dejasteis en mi mesa, lo he encontrado muy interesante, me gustaría que pudiéramos vernos enseguida –dijo Kaede. Tras una discreta llamada la puerta se abrió asomando la cabeza de Mito, le hizo un gesto para que entrara y cerrara tras él- Estoy en la Agencia.

 

Dejo el teléfono sobre su horquilla.

 

-Me hiciste llamar… -preguntó dejándose caer sentado con toda comodidad en el asiento frente al escritorio, donde Rukawa recibía a sus visitantes.

 

Era tan evidente que no se molestó en contestar, en cambio, estiró el brazo en su dirección, su mano extendida sujetaba con la punta de los dedos una lámina.

 

-Me llegó esta mañana, junto con el informe. –comentó.

 

Supo que era una fotografía cuando la tuvo entre sus dedos, la recogió, dejando la imagen ante sus ojos. Ni un solo musculo de su rostro se alteró, la miró nos segundos, luego volvió a dejarla sobre el escritorio.

 

-Ha llegado el momento que esperabas… -fue una afirmación- ¿Qué vamos a hacer? –con su pregunta estaba dándole a entender que no iba a quedarse fuera del juego, que también él participaría.

 

-Lo primero es hablar con… -la puerta abierta con excesiva brusquedad le interrumpió, iba a protestar cuando se fijó en la nota que le pasaba Noma. "Hablar de cualquier cosa" le miró suspicaz, le vió escribir con rapidez y volvió a leer "El teléfono de tu secretaria estaba pinchado" ¿A qué se debe esta interrupción? –su tono de voz mostraba su molestia. -Noma ya estaba escribiendo.

 

-Lo siento, Rukawa-san, intente detenerles. –dijo la mujer que había entrado tras ellos.

 

Rukawa asintió dándose por enterado.

 

-Esta bien… retírense todos. Dejarme solo. –leyó la siguiente nota "creemos que hay micrófonos"

 

Su secretaria se retiró cerrando la puerta tras ellos

 

El único movimiento que se escuchaba dentro, era el de Kaede moviendo papeles como si hubiera retornado a su trabajo, entretanto, los demás permanecían quietos, dejando que Ookus con un detector medidor controlara cada mueble y cada espacio donde pudiera ocultarse cualquier tipo de micrófonos o cámaras ocultas, al cabo de un rato identificó tres, micrófonos y una cámara oculta con grabador de video camuflado como un detector de humos y que a él le paso desapercibido por ese motivo.

 

Ookus escribió unas frases que mostró a Rukawa. "vayamos al parque a hablar. Hazles saber que cambiaras tu mobiliario, querrán recuperar sus pertenencias"

 

Asintió. Noma había comprobado que el teléfono también estaba intervenido.

 

Rukawa levantó el teléfono marcando el número de su secretaria.

 

- Hamatsu-chan… voy a salir. Puede decirle al personal de mantenimiento que puede disponer del despacho durante el día de mañana. Quiero ver el lunes que ya esta ordenado el nuevo mobiliario que pedí. Gracias –colgó antes que pudiera decir palabra.

 

Se levantó haciendo más ruido del habitual y abrió la puerta dejando salir a todos antes de hacerlo él, antes de cerrar con suavidad comentó en alto a su desconcertada secretaria.

 

-Voy a salir, Hamatsu-chan… ya no volveré.

 

Hizo un gesto a su desconcertada secretaria que le siguió al pasillo. Ookus continuaba con su detector encendido.

 

-Es seguro.

 

-Discúlpame, Hamatsu-chan…, todo esto es muy extraño, me he enterado que están llevando a cabo un espionaje industrial para boicotear nuestro último trabajo, hay que tomar medidas extremas, por eso le pido que envíe un SMS a todo nuestro personal pidiéndole que dejen el edificio, que nadie hable porque suponemos que hay más cámaras ocultas y micrófonos y a través de ellos se enteran de todo, quiero que vayan dejando el edificio con normalidad, como si la jornada de trabajo hubiera concluido. Mañana vendrá un equipo de seguridad para comprobar que el edificio es seguro y él lunes se podrá volver con normalidad al trabajo, en caso contrario se les avisaría con un mensaje.

 

-Así lo haré.

 

-Solo los de seguridad puede quedarse. –avisó, si querían recuperar sus equipos no iba a dejárselo tan fácil, por otro lado, no deseaba que ninguna de su gente sufriera una agresión por cruzarse con alguno de esos desalmados.

 

Finalmente, eligieron encontrarse en un lugar seguro, y ese no era otro que el Dojo Novack.

 

Llegaron al lugar en sus respectivos coches, tras dejar sus vehículos aparcados en las proximidades del dojo, fueron andando los pocos metros que les separaban de la entrada.

 

Atravesaron la puerta de madera que Rukawa empujo sin molestarse en llamar.

 

-¿Conoces al maestro Novack? –preguntó sorprendido Mito al leer el kanban que estaba sobre la entrada.

 

-Al principio trabajaba para mí, ahora lo hace por amistad. –dijo Rukawa tomando el camino de la derecha, dejando a su izquierda el dojo- No le molestará porque invadamos su casa.

 

Hasta ellos llegaban las voces de lucha de los que allí practicaban y el sonido contundente de los cuerpos al caer sobre el tatami.

 

A través del engawa, cuyas puertas shoji estaban abiertas se podían ver los movimientos de los contendientes.

 

-Son buenos… -murmuró Takamiya mirando hacia atrás.

 

-Si, procura no meterte con ellos te harían picadillo –comentó Rukawa, subiendo al engawa, dejando sus zapatos abajo y calzándose unas sandalias que allí estaban dispuestas en hilera- Novack ya sabe que estamos aquí –continuó diciendo mientras  deslizaba uno de los paneles.

 

-¿Cómo puedes saberlo? –preguntó Ookus.

 

-Porque han dejado cinco pares de zapatillas. –se sentó sobre el zabuton, alrededor de la Chabudai.

 

Apenas habían acabado de sentarse, se descorrió un fusuma y apareció una jovencita llevando una bandeja.

 

-Hola… -miró a Kaede con una sonrisa que también lució en su rostro al saludar más ceremoniosa a los demás- Buenas tardes. Les traigo comida y bebida.

 

-Gracias, Amaya-chan.

 

El resto de la Gundam se mostro igual de agradecida, sobre todo Takamiya que no resistió echarle mano a algunos dulces.

 

-¡Qué hermosa muchacha! –alabó Noma apenas salió.

 

-Es la hija de Novack, dejemos esta charla para mejor ocasión, vayamos directos al tema que nos interesa… -comenzó hablando moderado, enseguida exclamó- Ese hijo de su madre se ha estado burlando de todos nosotros, haciéndonos creer que se había retirado –había guardado su enojo cuando tuvo la confirmación que estaba siendo espiado y todas sus conversaciones personales escuchadas por terceros, pero ahora ya no había necesidad de ocultar que se sentía furioso.

 

Asintieron comprendiendo sus sentimientos.

 

-¡¡¡Quiero acabar con él para siempre!!! ¡¡Qué se pudra en la cárcel!!! –Nuevamente asentimientos comprensivos- ¡¡¡Quiero que pase por…!!! –Se interrumpió mirándoles fijamente, como si deseara ver en sus miradas que estaban de su parte- ¿Puedo contar con vosotros? –miró a todos sus acompañantes, esperando su respuesta.

 

-Si… -dijo Takamiya con la boca llena.

 

-Conmigo también –acepto sin dudarlo Noma.

 

-Eso ni se pregunta. Todos estamos contigo –replicó Ookus- Haremos lo que sea por Hanamichi. Ese desgraciado tiene que pagar su crimen. ¿Qué has pensado hacer?

 

Se apoyó sobre la mesa, echando el cuerpo hacia delante, todos imitaron su gesto, sus cabezas quedaron muy juntas y lo que en ese instante se dijo solo lo escucharon ellos.

 

-Podría funcionar. Qué es lo que necesitamos para llevarlo a cabo? –preguntó Noma deseoso de poner en marcha el plan de Rukawa.

 

-Un especialista en telecomunicaciones, cámaras para filmar, y mucha suerte.

 

-Hecho… no hay problema. Yo me ocupare de esa parte –dijo Ookus.

 

-Necesitamos una imprenta, -miró a Noma que asentía- ¿Puedes hacerlo tú?

 

-Si, justamente mi hermano tiene una.

 

-Recuerdas la tarjeta que me mostrasteis…, una cartulina negra con letras doradas…, -recogió su maletín que había dejado a su derecha y lo abrió, sacó un disco dorado y se lo paso- Ahí esta la lista con los nombres de las personas a las que hay que entregar cada invitación. Se que todo es muy apresurado, pero quiero que el domingo por la mañana quede todo concluido, le prometí a los niños estar con ellos este fin de semana y ya estoy incumpliendo mi promesa.

 

-No te preocupes lo haremos en este tiempo –aseguraron los dos.

 

-¿Y yo que hago? –preguntó Takamiya.

 

-Para ganar tiempo mientras se imprimen las tarjetas, tú vas escribiendo en los sobres los nombres de cada uno y su dirección, luego cada uno reparte la mitad.

 

-De acuerdo.

 

-¿Tu que harás? –preguntó Mito.

 

-Iré a Tokio para hablar con los Kawata, necesitamos que nos diga donde esta ubicada la residencia de Maki, entretanto tú te ocuparas de aprehender a Maki.

 

-Me das la peor parte…, -dijo con una sonrisa.

 

-Se que la llevaras a cabo a buen termino, además no estarás solo, uno de los chicos de Novack estará contigo.

 

-Tenlo por seguro. Recuerdas el trabajo que nos pidió hacer, quedaron pendientes un par de asuntos monetarios, le llamaré para recordárselo.

 

-¿No te pago? –pregunto un tanto perplejo.

 

-Si lo hizo, pero seguro que no lo recuerda… seré muy convincente y le haré dudar.

 

Kaede le devolvió la sonrisa.

 

-Entonces empecemos ya…

 

-¿No será peligroso que vayas solo? –preguntó de pronto Mito.

 

-No lo haré…, llevaré a un amigo.

 

En ese mismo instante, todos se fijaron en el gigante rubio que avanzaba por el jardín en dirección a ellos.

 

Se levantaron para recibirlo.

 

-Sean bienvenidos a mi humilde morada –dijo inclinándose ante ellos, miró a Kaede y comentó- ya tengo preparado al equipo, nos esperan en la camioneta.

 

-Muy bien… -se adelantó unos pasos, eso es lo que más le gustaba de Novack, su predispoción, su rapidez para acomodarse a las situaciones, a los cambios inesperados- A trabajar, chicos, que tenemos poco tiempo. –les espoleo al verlos inmovilizados por la sorpresa al ver a Novack. Siempre causaba esa impresión.

 

Todos se movilización y se apresuraron a salir, Noma y Takamiya se fueron juntos, Ookus y Mito también, a ellos se les unió un chico joven que dijo llamarse Arato Takaya.

 

-Ookus… -llamó su atención- Te llamaré apenas sepa donde tienes que llevar las cámaras.

 

-De acuerdo.

 

-¿Hacia donde? –preguntó el hombre joven que estaba junto al volante.

 

-Por de pronto en dirección a Tokio… -dijo Rukawa sentándose en el asiento de atrás, a su lado iba Novack.

 

Detrás de ellos había dos asientos más que fueron ocupados, en el asiento del copiloto lo hizo un enorme tipo que llevaba el cráneo pelado.

 

-Este es un buen momento para conocernos, Raúl Zúñiga, va al volante, a su lado Buck Rogers, detrás Dazai Takumi y Li Chang, él es nuestro patrocinador.

 

Todos hacían un gesto al ser mencionados.

 

-Es un placer tratar con vosotros. Podéis llamarme “Arce” –Rukawa observó que le miraban con mayor atención. Ese nombre era bien conocido por todos ellos, aunque les faltaba poner un rostro al nombre, ahora ya podían decir que le conocían personalmente.

 

El resto del camino lo hicieron en silencio, cada uno envuelto en sus propios pensamientos, cuando se estaban aproximando a la ciudad, preguntó a Zúñiga si conocía como llegar al barrio que le interesaba.

 

-No hay problema, jefe. Solo dígame donde y yo le llevo.

 

Rukawa le indicó el nombre del local y su ubicación, media hora después la camioneta era detenida frente a la puerta del local.

 

Aún era pronto para que estuviera abierta, la presencia de un matón en la entrada indicaba claramente de los Kawata estaban dentro. Eso facilitaba su labor, no deseaba perder tiempo buscándoles por todo Tokio.

 

La portezuela del costado fue abierta, por ahí descendieron Dazai-san y Li Chang, enseguida se bajo Novack, tras él lo hizo Kaede, Zúñiga y Rogers también se bajaron, el primero se apoyó en el capó con expresión indiferente, su espalda quedaba protegida por Rogers quien miraba a su derecha e izquierda, fijándose en los escasos transeúntes que circulaban por las aceras, en tanto Zúñiga esta atento a la circulación, nada escapaba a sus ojos.

 

Rukawa tras alisar la chaqueta y acomodarse la corbata y las mangas de la camisa, se adelantó hacia la entrada con paso seguro, con la seguridad que tras él avanzaba el resto del equipo.

 

-No puede pasar… esta cerrado… -dijo el matón cortándole el paso.

 

-Rogers, apártalo de mi camino.

 

Buck se adelantó, el matón no tuvo ni tiempo de reaccionar, el hombretón llevó su mano al cuello y apretó con sus dedos en un punto vital, dejándole en pocos segundos desvanecido, le sentó en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, y le hizo un gesto con la mano invitándole a entrar.

 

-Gracias.

 

Traspasó la entrada, apartó las cortinas de terciopelo rojo que ocultaba el interior, su mirada fue acostumbrándose a la semioscuridad, solo entonces se paseo por el interior tratando de ubicar a los hermanos Kawata.

 

Un par de mujeres estaban acabando con la limpieza del local, en la barra unos camareros conversaban despreocupadamente entre ellos. En un escenario, sentadas en banquetas altas se veían unas jóvenes ligeras de ropa, junto al piano, un hombre tocaba una melodía. Se fijo en una mesa, donde cuatro tipos con aspecto duro jugaban a las cartas y bebían.

 

-Deben estar en su oficina… -comentó hacia sus acompañantes, durante los últimos minutos antes de llegar les había puesto al tanto de lo que pretendía conseguir de los hermanos Kawata.

 

Los matones interrumpieron su juego saliendo a su encuentro apenas les escucharon avanzar hacia el interior del local, ni siquiera hubo pelea, en segundos se habían desembarazado de los cuatro, provocando con sus caídas que mesas y sillas quedaran destrozadas al caer sobre ellas.

 

El estruendo alertó a los hermanos Kawata.

 

-Id a ver que pasa… -dijo a sus dos hombres.

 

La puerta fue abierta desde fuera golpeando con excesiva fuerza al primero de los hombres, que a su vez se estrelló contra su compañero, yendo los dos al suelo.

 

-No se os ocurra levantaros –dijo Novack señalándoles.

 

Tras los hombres hizo su entrada Rukawa.

 

-No era necesario que rompieras mi local.

 

-¿Tuyo…? –Preguntó con sorna- Déjame que lo dude, solo eres su testaferro. –Afirmó acercándose hasta la mesa y apoyando en ella su maletín, lo abrió y sacó de una abultada carpeta- Tal vez te interese echarle una ojeada a esto.

 

Kawata Masashi ni siquiera se molestó en mirar hacia ella.

 

-¿Qué es lo que quieres? ¿No tienes suficiente con tu familia que vienes aquí en busca de diversión? –inquirió con una sonrisa en los labios.

 

Sonrisa que Rukawa borró de un contundente puñetazo, nadie pudo seguir su movimiento de lo rápido que se movió.

 

-¡¡No menciones a mi familia, hijo de puta!! Solo con hacerlo manchas su nombre. –dijo limpiándose la mano con un pañuelo que quedo ensangrentado, lo tiró a una papelera- Quémalo por favor –pidió a Li Chang, acomodando una vez más la manga de su camisa.

 

Kawata se derrumbó sobre su asiento llevándose la mano a la boca sangrante.

 

-Ahora si estas dispuesto, hablaremos de lo que me interesa. –vió un movimiento a su derecha, el otro hermano le creía distraído, se escuchó un zumbido y un puñal se clavó en el mueble tras de él, a escasos centímetros de su oreja. Le miró fríamente, haciendo caso omiso de su momentánea distracción- Los muchachos tienen orden de no lastimar a nadie, pero si te portas mal, no les importará rajarte. –comentó con mirada acerada, lo que veía en su mirada no le gustaba. Era como si supiera algo que él ignoraba, esa sensación no le gustaba. De todos modos, iba a tener tiempo para interrogarle más a fondo. Le sacaría todo lo que le ocultaba- Quiero la dirección del lugar donde tu jefe lleva a cabo sus subastas.

 

-No se de que me hablas. Yo no tengo ningún jefe. Nadie manda sobre mí –dijo Kawata impasible a pesar del dolor de sus labios partidos al chocar con violencia contra sus dientes.

 

-¿Estas seguro que merece tu lealtad? Cuando él caiga os arrastrará a todos en su caída, tenlo por seguro, -hizo un gesto como si fuera a darle una buena oportunidad- Solo quiero esa dirección, no nos iremos de aquí hasta conseguirla. Podemos destrozarte este sitio, darle la vuelta a todo, cualquier cosa que ocultéis aquí  -miró alrededor como si estuviera evaluando su contenido, lo que no le impidió notar cierto sobresalto en Kawata Mikio y la rápida mirada que dirigió a la espalda de su hermano mayor, cuyo rostro se mostraba imperturbable. La sangre fría del hombre era de envidiar, sin embargo, su hermano era más nervioso, tal vez le convendría presionarle más a fondo. Se retiró hacia atrás, acercándose a Novack- ¿Lo has notado? –preguntó.

 

-Tienen algo que ocultar aquí –susurró el gigante rubio.

 

-Eso me ha parecido. Creo que vamos a necesitar toda la ayuda posible. Si es necesario vamos a desmantelar este lugar.

 

-Déjamelo a mí… me ocuparé personalmente de él.

 

-Es todo tuyo… -volvió a acercarse al escritorio dirigiéndose a Kawata- ¿Ya te has decidido?

 

-No tengo nada que decir.

 

En ese instante, Novack sacó un transmisor y se puso en contacto con Zúñiga.

 

-¿Cómo esta todo por ahí afuera? –preguntó.

 

-Todo tranquilo... –se escuchó a través de las interferencias.

 

-Aquí vamos a necesitaros…, poner el cierre, ya sabéis lo que tenéis que hacer.

 

-De acuerdo. Corto y cierro.

 

No pasó mucho tiempo cuando se comenzaron a escuchar golpes contundentes y el estallido de cristales.

 

-Los muchachos han empezado –avisó Novack como si no se estuvieran enterando.

 

Los fuertes golpes seguían oyéndose, junto al astillarse de la madera, fuera de la oficina.

 

-Te haré pagar todos los daños, no te quedará ni para alimentar… -la fría mirada de Rukawa le contuvo.

 

-¿Es importante para ti tu familia? –preguntó en respuesta a sus palabras.

 

-Por supuesto…

 

-¿Harías lo que fuera por ella? –inquirió.

 

-Si… -respondió desconcertado por el giro de sus palabras- Cualquier cosa.

 

-Yo también… por eso no voy a perdonar a ninguno de los que dañaron a mi pareja, -vió el respingo de Kawata, al tiempo que sus ojos giraron en sus orbitas, ese gesto le desconcertó un segundo, lo apartó de su mente momentáneamente no sin antes decir- Novack, llévatelo, me distrae.

 

Novack comprendió y se acercó al gigante japonés, durante unos minutos hubo una lucha de voluntades, finalmente apartó su mirada rindiéndose a la suya, le sacó de la oficina. Dazai-san había atado a los dos hombres, por lo que junto con Li Chang pudieron estar más atentos a proteger a su jefe.

 

-Ahora que no esta tu hermano, podremos hablar tranquilos. Le he notado nervioso, seguro que se derrumba si le presionamos un poco, pero se que no será necesario, porque tú me dirás lo que quiero saber. Si crees que tú cuñado –ni siquiera se molestaba en pronunciar su nombre- merece tu lealtad, estas equivocado. Ha deshonrado a tu familia… -poso la palma abierta de su mano sobre la carpeta- Aquí esta todo. -Ante su reticencia a hablar le dice lo que sabe- Ha deshonrado a tu hermana porque la ha utilizado para esconder sus tendencias sexuales.

 

-No es cierto… -negó, por primera vez su tono de voz ya no era tan firme.

 

-Es muy prudente y evita ser descubierto, pero en estos últimos meses se esta descuidando…, tengo pruebas de sus actividades fuera de la ley. No me costaría nada pasarlas anónimamente a la policía. Le haría un gran bien a todos esos chicos a los que hace secuestrar para venderlos –se fijó que conseguía hacerle comprender que sabía muchas cosas más. Ante su falta de interés abrió la carpetilla y extendió ante él las diversas fotografías sacadas con teleobjetivo de largo alcance, en todas ellas estaba con un chico diferente- Si no hubiera visto está… le hubiera dejado tranquilo, pero no su obsesión por mi pareja continua…, voy a destruirlo y si tú te empecinas en callar lo que sabes caerás con él, porque no voy a tener piedad por ninguno de vosotros, porque indirectamente también participasteis en su secuestro. No creas que puedes negarlo, lo he visto en la mirada de tu hermano, tiene miedo de lo que pueda descubrir, solo si me das lo que deseo me olvidare de ti y de tu hermano.

 

-¿Lo harías? –comenzaba a mostrarse interesado.

 

-Si… -la afirmación salió de sus labios sin un titubeo.

 

-Tiene una casa al otro lado del río Tama, la llama “La fortaleza”.

 

-Esa fue la casa que le asaltó el ejército.

 

-Si.

 

-¿Fue ahí donde tuvo retenido a Sakuragi?

 

-Supongo que si… no lo se con exactitud. –sabía que no tenía sentido negar lo que ya sabía.

 

-Dazai-san… dile a Zúñiga que traiga un mapa de carreteras… -miró a Kawata- Le dirás exactamente como llegar.

 

-¿Qué harás luego? Nos dejaras marchar…

 

-Por de pronto no, sería arriesgarme a que le avisaras. Tú y tu hermano vendréis con nosotros hasta “La Fortaleza”, cuando acabemos podéis hacer lo que queráis.

 

Enseguida apareció Zúñiga con lo solicitado.

 

-Te diré como llegar a nuestro próximo destino… -dijo al hombre.

 

Zúñiga extendió sobre la mesa el mapa y escuchó atentamente las explicaciones.

 

Rukawa salió, allí aparentemente no quedaba nada por hacer, Novack venía en su dirección, su rostro tenía una expresión apesadumbrada.

 

-¿Qué ha dicho? –no duda que le había sacado lo que deseaban saber.

 

-Lo que ya imaginábamos, la biblioteca oculta un pasadizo, en estos momentos tienen unos treinta chicos. Al parecer, él viene hacia aquí para hacer una selección.

 

-O sea que le están esperando en vano…, de acuerdo, disponerlo todo para que entre sin que despierte sus sospechas. Mataremos dos pájaros de un tiro. Ahora dame la mala noticia, porque no creo que sea eso lo que te ha impresionado.

 

-Dijo que odiaba a Sakuragi desde que le conoció durante un partido de basquetball, que se sintió humillado delante de su hermano y que aquella noche cuando apareció aquí, no pudo dejar pasar la ocasión. Le drogaron y le retuvieron en un lugar que llama “la fabrica”, allí le cogió de todas las maneras posibles. Nunca he visto a alguien como ese tipo, es demencial oírle decir todo lo que le hizo.

 

Rukawa palideció más si cabe, su mirada se ensombreció, respiró hondo para tranquilizarse, cuando habló su tono de voz era tranquilo.

 

-Afortunadamente él sigue sin recordar lo que le ocurrió. –Su mente lo había olvidado  para protegerle- Gracias por decírmelo.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

La puerta se abrió.

 

-He visto que has cambiado de hombres… -se inmovilizó al ver que Kawata estaba acompañado, pero no por sus habituales guardaespaldas, ellos estaban a cada costado suyo, con las manos apoyadas sobre sus hombros, manteniéndole inmovilizado en su asiento.

 

Fue a retroceder, pero se vió empujado con excesiva violencia hacia delante, trastabilló y solo evito su caída el que se apoyara sobre el escritorio.

 

-¡Shimatta! ¿Qué significa esto? –preguntó mirando fijamente a Kawata.

 

-Yo no se nada… -se desentendió- Pregúntaselo a él.

 

Maki se enderezó y miró hacia donde estaba fija la mirada de Kawata.

 

-¡¡Rukawa!! –exclamó.

 

Fue la fría expresión de su mirada lo que consiguió que un escalofrío le recorriera. Nunca fue un hombre temeroso, era él quien asustaba, más en aquel instante viendo aquella mirada congelada en el más puro odio, tuvo miedo.

 

-Marchemos…, aquí hemos terminado.

 

Escoltados por los hombres de Rukawa, los Kawata y Maki fueron acomodados en la parte trasera de la camioneta, atados y amordazados.

 

Rukawa hizo una llamada a la guardia nacional sin identificarse. Les dio la dirección, haciendo hincapié en el pasadizo tras la librería.

 

Cuando estaban de camino hacia su nuevo destino, comenzaron a escuchar las alarmas de la policía.

 

-Han sido rápidos. –comentó satisfecho.

 

Rukawa sintió que le llamaban. Atendió, escuchando unos segundos.

 

-No te preocupes… todo esta bien…. Ha venido directamente a nuestros brazos. –dijo sarcástico. Hizo un gesto a Buck para que le dejara el plano de carreteras, le paso toda la ruta a Mito para que se la diera a los demás- Si reuniros con nosotros ahí.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

Se efectúa una subasta en la “Fortaleza”, a la misma han sido invitados muchos de los contribuyentes que extorsionados por Maki acudían a las subastas que organizaba.

 

Aquella tenía, al parecer de muchos, las mismas características. Cuando todos esperaban que comenzaran, se quedaron sorprendidos cuando desde una pantalla comenzaron a visionarse diferentes imágenes, en todas ellas se veían como diferentes hombres abusaban de una misma persona.

 

-Voy a presentarles a su anterior anfitrión, el hombre que se permitió subastar a adolescentes, niños apenas y a un hombre inocente, el mismo que acabáis de ver. A esos niños y a ese hombre ninguno de ustedes ha tenido reparos coger y torturar.

 

Dos hombres, de gran envergadura, que permanecían enmascarados junto a la piedra central del anfiteatro, se adelantaron y descubrieron la persona que se ocultaba bajo un manto de terciopelo rojo.

 

Todas las miradas se posaron sobre el hombre que permanecía sobre la piedra encadenado de las muñecas y los tobillos, estaba con plenas facultades mentales, enterándose de todo cuando allí se decía o hacia, solo que no podía expresar su disconformidad con su situación, un aro de acero sobre su boca con correaje de cuero le tenía amordazado. Su mirada era desafiante.

 

-Este hombre ha dominado la ciudad de Kanagawa y parte de Tokio con sus locales de alterne y sexo, ha privado de libertad a jóvenes menores de edad con total impunidad, con engaños les ha atraído hacia aquí, les ha retenido primero en un lugar llamado “La Fabrica”, donde si les placía abusaban de ellos para más tarde llevarlos al “Zoo”, un lugar infame donde eran seleccionados los mejores para ser vendidos, los demás eran llevados a prostíbulos, de allí provenían todos los jóvenes con los que ustedes con su silencio y beneplácito contribuyeron a que prosiguiera con su inmoral comercio. Han abusando de jóvenes menores de edad, los que han pagado por hacerlo es execrable, todos ustedes son culpables… no, señores, no se levanten, nadie saldrá de aquí, las puertas han sido selladas y nadie dejará este recinto hasta que yo les haya expuesto lo que espero de ustedes. Se consideran a si mismos hombres honorables, otros desalmados son extorsionadores, -había tenido cuidado de no invitar a nadie de la yakuza o de las triadas chinas, porque sabía que era peligroso meterse con ambos, aunque si llegaron llamadas anónimas a seguridad del estado, dándoles nombres de locales pertenecientes a ambos grupos- hay entre ustedes políticos y empresarios, -eran de igual catadura, midiéndoles a todos con el mismo rasero- Todos ustedes han sido extorsionados con revelar sus apetencias, sus malsanos deseos, sus apetitos desordenados, su ansia de provocar dolor y sufrimiento, pues bien, tengo ante mí una extensa colección de videos, que estoy seguro querrán recuperar, en caso contrario serán distribuidos en todas las cadenas de televisión antes de entregar una copia a las autoridades competentes. Si no me creen capaz, pregúntense como es posible que en esta última semana tres políticos han acabado con sus vidas. Pensaron que una muerte honorable era mejor que el escándalo. Se preguntaran ¿Cómo puedo recuperarlo? ¿Existe algún modo? –hizo una larga pausa para que se hicieran a la idea de que tenían que llevar a cabo lo que él planeaba- Les diré lo que espero de todos ustedes…, ese hombre se atrevió a secuestrar a mi pareja, lo retuvo contra su voluntad, drogándole para doblegar su voluntad, puso en peligro la vida de mi hijo, lo subastó, no tengo ninguna duda que alguno de ustedes participaron en una orgía de torturas y violaciones contra su persona, por ello, quiero que sienta lo mismo por lo que pasó y si ustedes quieren recuperar la cinta donde están grabadas sus luctuosas actividades harán lo mismo con él. –Cortó la transmisión, volvió a encender el sonido- No es necesario que se atropellen para llegar a si lado, no se moverá de donde esta. –dijo con sorna.

 

Se volvió de espaldas a la pantalla que tenía delante.

 

-¿Esta todo dispuesto? –preguntó a Yohei que se había acercado hasta donde él estaba sentado.

 

-Si,  se cortará la emisión en unos minutos y de inmediato comenzará a emitirse en directo a nivel nacional. ¿Es eso lo que quieres? –preguntó pues aún estaban a tiempo de parar todo.

 

-Si, es una prueba más en contra de todos ellos, se mostraran tal como son, no podemos dejarles actuar con toda impunidad.

 

-¿Entonces nos vamos? –sabía que aunque acabaran con ellos, muchos más seguían en las sombras actuando contra la vida humana.

 

-Si. –él también sabía que, no obstante, otros tomarían el lugar de los que cayeran.

 

Dejaran la sala sin dirigir ni una mirada a las pantallas que cubrían una de las paredes.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

Eran las diez de la noche y el programa de mayor audiencia a nivel nacional vió cortada su emisión para mostrar las más devastadores imágenes, donde reconocidos rostros, la cámara estaba enfocada sobre un hombre encadenado, que era sometido a todo tipo de vejámenes por aquellos hombres en los que todos creían honorables, a veces se hacia un barrido mostrando a otros de esos grandes personajes,

 

Fue tal el escándalo que no tardaron en rodar cabezas, hipotéticamente, por supuesto. Aquella noche la policía y el cuerpo de Seguridad del Estado tuvieron que llevar a cabo la más grande redada de las que se pudieran tener noticias, no solo por la cantidad de implicados, sino también por la envergadura de sus cargos políticos.

 

Takeshi-san que estaba entre los miembros ocupados en efectuar las posteriores detenciones no tuvo ninguna duda al pensar que tras esas actuaciones estaba la mano de Rukawa-san. Él había puesto en manos de las autoridades todas las pruebas que necesitaban para detener a todos los implicados y como punto final aquella transmisión que había alterado las esferas más altas de la política, alcanzando el escándalo a eminentes hombres de aparente intachable conducta.

 

Aquella era una gran limpieza, no iba a ser él quien fuera a investigar como había llegado a sus manos aquellas cintas. Siempre diría lo que todos ya sabían, un mensajero le había llevado un paquete, dentro estaban cincuenta DVD, las imagen de por si eran condenatorias, tuvo que ver una tras otra, para identificar a los implicados y cada una era peor que la otra. Las aberraciones que allí se cometían eran denigrantes, un ultraje a la vida humana, donde incautos chiquillos perdían su inocencia en manos de esos desalmados, tuvo que echar mano de toda su sangre fría para poder verlas.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

Un helicóptero esperaba fuera para recogerlo, media hora después, pasada la medianoche llegó a su casa, se sentía cansado, pero olvidó todo excepto recibir en sus brazos a sus hijos que salían a recibirle a pesar de lo tarde que era.

 

-¡Papá…! -gritaron los gemelos, llevando de la mano a su hermanito.

 

-Papí… has venido… -su pequeña corría a su encuentro.

 

Se acuclilló para recibir contra su pecho a su hijita que le echaba cariñosa sus brazos al cuello, dándole húmedos besos en la mejilla. Abarco a los niños en el mismo abrazo.

 

-¿Cómo es que no estáis durmiendo? –preguntó acariciando sus cabecillas y revolviendo sus cabellos alborotándolos aún más.

 

-No he sido capaz de hacerles acostarse… insistían en que hoy vendrías –dijo Hanamichi sosteniendo en sus brazos a la pequeñita.

 

Con su hija en brazos y con los niños agarrados a sus piernas avanzó hasta llegar al lado de Hanamichi.

 

-¿Cómo se han portados nuestras princesitas? –preguntó posando sus labios en su frente.

 

-Muy bien las dos… son muy buenas.

 

-¿Y tú?

 

-Mucho mejor al verte…

 

Kaede acaricio el mentón de Hanamichi, atrayéndole hacia él, le beso suavemente considerando que estaban delante los niños.

 

-Yo también te he extrañado, por eso le he pedido a Mito que se ocupe de todo durante un par de semanas.

 

-¿Podemos salir a pescar? –preguntaron los gemelos mostrando su entusiasmo ante esa idea..

 

-Haremos todo lo que el tiempo nos permita…, pero ahora quiero veros a todos acostados. Iré en unos minutos para ver si ya estáis dormidos.

 

Hanamichi sonrió al ver a los niños marcharse muy decididos.

 

-Mientras papito acuesta a tu hermanita, me ocuparé de llevarte a tu camita –dijo a su pequeña que con la cabecilla apoyada en su hombro se estaba quedando dormida, cuando cerró la puerta pasó su mano libre por la cintura de Hanamichi y juntos se dirigieron a acostar a sus niñas.

 

Kaede se pasó por el cuarto de los niños, los tres estaban acostados en sus respectivas camas donde compartían habitación. Acomodó la ropa para taparles porque la ventana estaba abierta, una suave brisa se dejaba sentir sobre los niños, se inclinó para acomodar sus cabellos, dándoles un beso en la frente y deseándoles felices sueños.

 

-Papá…

 

-¿No puedes dormir, Takara-kun? –preguntó acuclillándose junto a su cama para quedar a su altura y poder hablar sin despertar a sus hermanos.

 

-Me preguntaba…. –le miró fijamente.

 

-Si…, -le animó a continuar.

 

-¿Volverás a dejarnos marchar solos?

 

-No, no lo haré… siempre estaremos juntos –acarició su mejilla, el brillo de su mirada le enterneció.

 

-Mamá… -solo le llamaba así cuando estaban solos- … estábamos viendo la televisión y se cortó la emisión, la apagó diciendo que estaba estropeada, pude ver un hombre atado a la piedra. Desde entonces ha estado preocupada. Tenía miedo por ti, le oí que decía tu nombre… papá… -le miró al ver que su mano se había inmovilizado al oírle, vió que sus ojos brillaban acuosos.

 

-Te prometo que no volverá a sentirse preocupada por ninguno de nosotros. –dijo besándole cariñoso en la frente- Ahora intenta dormir.

 

-Si, papá…. –cerró los ojos.

 

Se quedo a su lado hasta que la tranquila respiración le hizo saber que dormía, ahora era él quien se sentía inquieto. Tenía que haber pensado con más claridad, no dejándose llevar por la ira, solo esperaba que los niños pudieran olvidar rápidamente las imágenes que esa noche pudieran haber visto.

 

Al poco rato, entraba en su vestidor, se desvistió y llevando solo una yukata fue al lado de Hanamichi que le esperaba acostado, antes de meterse bajo las ropas de cama se la quito dejándola caer al suelo.

 

Se acercó para estrecharle entre sus brazos, sintiendo que tampoco él llevaba ropa. Sus brazos le rodearon y sus piernas se enredaron entre si. Buscó sus labios besándole suavemente, como queriendo hacerse perdonar por preocuparle, incrementando la caricia hasta que la pasión les envolvió.

 

Esa noche y muchas más hicieron el amor, con ellos el proyecto “Génesis” fue un triunfo, porque en los años venideros su familia continuó creciendo.

 

Fin

 

22 de septiembre de 2010

 

Paz

Notas finales:

Si os ha gustado este final me doy por satisfecha... gracias a todas por vuestras lecturas, por todos los comentarios que he recibido. Gracias. Paz


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).