Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Consecuencias de una traición premeditada por Paz

[Reviews - 50]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por causas ajenas a mi voluntad no he podido actualizar antes..., aquí esta ya el quinto capítulo... en él Hanamichi cae en manos de unos malvados cuando va a buscar a Kaede y se extravía en la ciudad de Tokyo.

Consecuencias de una traición premeditada

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 5 Encuentro fatídico

 

 

 

Kawata Mikio es un gigante de mas de 2′10 metros, ya no es el tipo inseguro que se tuvo que enfrentar a Sakuragi, ni tampoco se le conoce como el hermano de Masashi, el especialista en rebotes del Sannou, en la época de su adolescencia, ahora próximo a la treintena recuerda como se sintió jugando aquel partido contra Sakuragi, un resquemor aún no olvidado subió por su estomago hacia su garganta al identificar al pelirrojo que caminaba por la calle indiferente a lo que pasaba a su alrededor, el azar o quien sabe que dioses le ha puesto en su camino y mientras le ve acercarse, se siente agradecido también hacia el borracho que se empecino en querer seguir bebiendo y él como encargado de mantener la seguridad del local le invitó amablemente a abandonarlo.

 

Se cruzó en su camino adrede y cuando con el topetazo estuvo a punto de caer hacia atrás, le sujeto al tiempo que comenzaba disculparse.

 

-¡¡¡¡¿Sakuragi?!!! Tú eres Sakuragi… -dijo como si le reconociera.

 

Sakuragi miró con curiosidad hacia aquella mole con la que tropezó y en su memoria se proyectó su nombre y el lugar donde le conoció, cuando en su adolescencia se enfrentaron a un reñido partido de basquetball, claro que entonces tenía bastantes años menos, ahora daba la impresión que había seguido creciendo en todas direcciones, era un tipo impresionante.  

 

-¡Kawata Mikio!

 

-¡Es un honor que recuerdes mi nombre! –dijo con una sonrisa amistosa invitándole a pasar. Mi hermano estará encantado de saludarte también,  te creíamos en América.

 

-Volví hace más de un año. –Sakuragi no tuvo más que seguirle pues corría el riesgo de perder su brazo, Kawata le sostenía con excesiva presión.

 

-Ah… vienes en busca de diversión.

 

Sakuragi sonrió.

 

-No busco a una persona…, él no frecuenta estos locales nocturnos.

 

-Nunca se conoce a una persona…

 

-A él si… -dijo dejándose llevar al interior sin fijarse n exceso en lo que le rodeaba, pensaba que visto uno visto todos y él tampoco sentía mucho interés por frecuentarlos, su paso por Shibuya fue circunstancial, estaba buscando un local de entretenimientos y se despisto y comenzó a caminar en dirección norte y bueno de pronto se encontró el Dōgenzaka , que ofrece entretenimiento a un público más maduro, con muchos clubes nocturnos y love hotels

 

-¿Le conozco?

 

-Si, Rukawa.

 

Kawata se detuvo un momento como si estuviera haciendo memoria, al momento continuo su camino hacia un reservado.

 

-No le visto… pero eso no quiere decir nada en estos sitios. Podemos preguntar, me mantendré atento. ¡Hermano…! –llamó su atención pues se encontraba sentado en una mesa solo, mientras terminaba de atender una llamada- ¡Mira a quien he encontrado!

 

-Sakuragi… -dijo cuando le reconoció- Siéntate y comparte una copa con viejos amigos –dijo haciendo una seña. Al momento se acercó un camarero. ¿Qué quieres beber?

 

-Si tienen soda…, no bebo nada que contenga alcohol…

 

Kawata Masashi le miró con expresión curiosa.

 

-Ya le has oído…

 

El hombre se apresuró a marchar.

 

-Sakuragi esta buscando a Rukawa. –dijo Mikio- Le dije que podías averiguar si se le ha visto por la zona.

 

-Por supuesto… -dijo aprobando su interés, sabía que su hermano estaba aún resentido contra Sakuragi porque cuando se enfrentaron, el pelirrojo tenía más seguridad en si mismo que él, aún siendo los dos unos principiantes sin experiencia, una animosidad que no ha superado- Mikio, ¿por que no vas a asegurarte que le traen su soda? –le sugirió.

 

El hombretón se apresuró a marcharse hacia la barra.

 

-No…-Kawata no le escuchaba, por el ambiente festivo del local- No era necesario que se molestara –dijo Sakuragi.

 

-No es molestia… -Unos minutos después llegaron las bebidas para todos, Mikio traía una expresión satisfecha y supo que lo había hecho, que no había dejado pasar la oportunidad, miró al pelirrojo preguntándose que veían todos en él que levantaba esas pasiones, porque el odio también era una pasión.

 

-Brindemos por los viejos tiempos –dijo Kawata- ¡Kampai…!

 

-¡Kampai…! –dijo Sakuragi tomando su soda.

 

Bebieron.

 

Se quedo mirando el contenido del vaso al sentir un regusto salado en el agua.

 

-¿Hay algún problema? –preguntó Masashi. 

 

-No… -sin embargo no se sentía muy seguro de su negativa. Les miró, sus expresiones eran tranquilas- Supongo que no.

 

Algunos minutos después comenzó a sentir somnolencia y una ligera euforia, como si hubiera bebido alcohol.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

No recordaba cuando había regresado a la habitación del hotel donde pernoctaba durante su estancia en Tokio, al principio se sentía confuso, preguntándose que hacia allí. En el fondo de su mente, asoció su presencia allí con una búsqueda, solo que no podía acordarse a quien buscaba.

 

Al mirar más detenidamente a su alrededor todo se le hacía como nuevo, no recordaba ni siquiera su habitación en el hotel, al mirar dentro de los cajones, vió su ropa y también sus efectos personales, también encontró dentro del armario, un par de pantalones, un traje y bastantes remeras, también había una pequeña maleta que reconoció como suya.

 

Se dio una ducha fría pensando que le ayudaría a despejarse y a calmar el dolor de cabeza que se le había puesto. Permaneció bajo el agua un buen rato, sintiéndose un poco mejor.

 

Cerró el paso del agua y se vistió un albornoz del hotel, tenía un emblema que no recordaba haber visto. En ese instante, unos golpes en la puerta retumbaron en su cabeza como si le hubieran golpeado a él.

 

Se apresuró a ir a abrir.

 

-¿Quién…? –miró al hombretón que tenía delante como si no le conociera.

 

-Veo que la resaca aún te dura –dijo con familiaridad.

 

-¿Resaca?

 

-¿No recuerdas? –le miró- No me sorprende. Anoche estuviste recorriendo los clubes nocturnos de Shibuya y cuando llegaste a Flamingo's no te sostenías de pie. Afortunadamente te conocíamos, insististe en brindar por el encuentro, provocaste a un cliente a un campeonato para ver quien bebía más sake, trasegaste quince copas antes de caer fulminado. Como le habías dicho a mi hermano donde te alojabas, te trajimos al hotel.

 

-No recuerdo nada de lo que me dices… -se pasó las manos por las sienes para masajearlas.

 

-Tengo pastillas para el dolor de cabeza –dijo sacando un frasco del bolsillo y abriéndolo sacó una pastilla- Te aliviara el dolor. –se la ofreció.

 

-Gracias…. –abrió la nevera, sacó un botellín de agua  y se la tomó tragando la pastilla.

 

-Te conviene tumbarte un rato, así te hará efecto más rápido. –Le recomendó- Por cierto, mi hermano tiene la dirección de Rukawa. Cuando te sientas mejor podrás verle. Ahora te dejo para que descanses.

 

Sakuragi asintió.  

 

Al quedar solo recordó el nombre que le había mencionado: Rukawa, él era el motivo de su presencia en Tokio, había ido a buscarle, cerró los ojos intentando recordar a ese hombretón, Rukawa no, su nombre, ¿Cuál es su nombre? desistió. El dolor continuaba martilleando sus sienes.

 

Decidió que cuando se le calmara el dolor, iría a buscarle. Pero antes llamaría a Yohei para decirle que volverían pronto.

 

Tomó el teléfono e hizo la llamada. Fue lo último coherente que fue capaz de hacer.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

-¿Cómo se encuentra? –preguntó Masashi cuando se reunió su hermano con él.

 

-Confuso y con dolor de cabeza.

 

-¿Estas seguro que eso es lo que quieres? Es peligroso.

 

-Ayer se tomó el éxtasis líquido, esta tan ido que no sabe ni quien es. Le mencioné a Rukawa, ni reaccionó a su nombre. Le di una pastilla de ketamina, le dije que le calmaría el dolor y se la tomó confiado. Podremos trasladarlo sin que se entere.

 

-Eso ha sido una imprudencia, hermano, -le reprendió- mezclar ketamina con otras drogas aumenta las posibilidades de provocar una reacción muy peligrosa.

 

-Tiene un cuerpo sano…, lo resistirá.

 

-Si quieres tenerle sumiso, dale algo más suave, cualquier calmante que modere sus reacciones, pero olvídate de esas pastillas y menos aún de combinados explosivos.

 

-De acuerdo…, le llevaré al "Zoo"

 

-Lo que tengas que hacer hazlo rápido, el jefe suele visitarlo para elegir ejemplares jóvenes.

 

-Estuvo hace dos días…

 

-Es imprevisible…, puede venir mañana o puede tardar un par de días. Te aconsejo que te busques otro lugar. Ten la seguridad que no entrará en la subasta porque en cuanto le echo el ojo se quedará con él, si no le encuentra intacto se molestará.

 

-Todos los que le conocen saben que lleva más de diez años con Rukawa.

 

-No puedes compararte con él.

 

-Le dejaré unos días para recuperarse.

 

-Haz lo que quieras… -concedió.

 

-Subiré a buscarle, le sacaré por la puerta de atrás. Espérame con el maletero abierto, le dejaré en la bodega. –decidió.

 

Masashi accedió a hacerle ese favor a su hermano, por eso permitió que echara droga en su bebida, fue efecto comenzó a sentirse en menos de quince minutos, se trataba de una dosis baja y pareció que estaba borracho como si hubiera ingerido alcohol, comenzó a tener dificultad para hablar, no coordinaba y su visión se hizo borrosa. Consiguieron sacarle en que hotel se hospedaba para cancelar su reserva y pasar a recoger su equipaje, le llevaron a un hotel que regentaba su propia gente y que haría la vista gorda a su presencia. Si alguien preguntaba por él, nadie le había visto, ni siquiera estaba registrado.

 

Su chofer, sin necesidad que se lo dijera, se metió en el callejón, dejando el motor en marcha mientras abría el maletero y esperaba con la puerta trasera del hotel abierta para facilitar la salida de Mikio. Este apareció llevando al pelirrojo agarrado de la cintura y colgando como si se tratara de un saco de patatas, en la otra mano portaba su maleta.

 

Le dejó caer dentro del maletero con excesiva brusquedad, Sakuragi quedo encogido dentro del maletero, en la mas completa oscuridad, más él estaba inconsciente debido a la ingesta de la droga.

 

Mikio se metió dentro del coche y el chofer partió de inmediato.

 

Continúa en el próximo capítulo…

 

Paz

Notas finales:

Los males de Hanamichi acaban de comenzar....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).