Ciel se giro en la amplia cama….quizá era demasiado grande para él o tal vez estuviera muy acostumbrado a compartirla…
Ciel tiene muchas cosas, tiene una gran y lujosa mansión. Tiene un puesto en la mejor escuela del estado, tiene una belleza deseable y tiene dinero como para tener muchas más cosas…
Como ropa o joyas da igual jamás le importaron mucho….también tiene “frasquitos” esos que usan en las películas de Hollywood que son medio anaranjados, los tiene con pastillas o “dulces” como les dice él, unas son somníferos, tranquilizantes, antidepresivos, para el dolor de cabeza, para la inestabilidad emocional, para la paranoia, las alucinaciones, para el estomago por tenerlas que tomar todas…o simplemente para olvidarse de existir un rato.
Ciel tiene tanto dinero que puede tener de esos dulces tantos como quiera, pastillas dulces o amargas, blancas o azules, rojas o violetas, no importa el las tiene o ya las probo. También tiene dinero como para costearse tranquilamente su gusto por los “polvos celestiales” esos que lo hacen volar de a rato y sentirse un poco en libertad.
Tiene todo pero nada a la vez.
Porque no tiene una madre preocupada preguntándole que quien es el hombre que metió al cuarto al noche anterior, o al de antes de esa…no, no la tiene y tampoco la espera tener, ella está muy ocupada en el desfile de la moda en parís, las revistas dicen que será su gran espectáculo y que al terminar le trajera ropa cara no la excusaba, el no conocía el primer caso donde una par de pantalones de marca despertaran a su dueño con el desayuno listo y una cálido beso en la mejilla…pero estaba seguro que él no sería el primero.
Tampoco tenía padre pues estaba ocupado entre todo su trabajo y amantes aunque quizá si tenía suerte se sentiría mal por haber olvidado su cumpleaños el mes pasado y le hiciera una llamada…una mísera llamada para recompensar todas las cosas que tuvo que soportarle…al menos mama se digno a detenerlo lástima que eso no bastara para hacerlo ser lo que pudo ser.
Rio dando otro giro algo mareado.
Quizá no tuviera nada, pero tenía un salto casi suicida desde su habitación en el segundo piso que lo podría llevar a la libertad.
Así que cuando sintió la cabeza sobre sus hombros y sus pies al final de las piernas se levanto todavía mareado y decidido…no quería esperar más…por eso tomo los “frasquitos” y los guardo en su mochila junto con las bolsas de dulces de café que tenia por toda la habitación, metió también las cosas pequeñas de valor que pudiese vender fácilmente como celular, reloj, o el anillo caro azul que no recordaba a que amante le había sacado…supuso que a uno muy tonto. Se puso la chaqueta negra con capucha y la mochila en el hombro, se dirigió a la ventana y tomo una última respiración…quizá si lo lograba, podría ver la luz que le habían extinguido antes de tan siquiera saber que la pudo tener…
La noche era más oscura de lo que debería ser normal o tal vez fuera solo su imaginación, tampoco estuvo muy seguro de la lluvia hasta que cayó contra el suelo húmedo decidiendo que era el momento de correr…