Sebastián Michaelis. El gran joven y atractivo doctor, el que había aparecido de la nada con titulo en mano y un enorme trabajo sobre sus hombros, todos lo comenzaron a admirar cuando paso de ser un huérfano mas del mundo a un súper empresario , su nombre invadió poco a poco las portadas de revistas convirtiéndolo en una especie de ejemplo a seguir….
Ellos no sabían, no tenían idea de cómo y que tuvo que hacer para ese puesto…porque nadie tiene la suerte divina de su lado y el no es la excepción, podrían preguntárselo al chico con el que había competido para conseguir la beca de la mejor universidad del estado….aunque claro encontrarlo y hacerlo hablar de nuevo sería algo difícil…pero eso era otra cosa que nadie sabía o sabría nunca, no tenía motivos para sentirse mal el solo hizo lo necesario para sobrevivir…era eso tan malo? Intento convencerse que no pero el nudo al final de la garganta no se lo hizo fácil….
El trabajo le aburría, lo odiaba.
Adiaba todo y a todos…porque cuando eres presidente, dueño, fundador y director de las clínicas psiquiátricas Michaelis que ofrece servicio a gente de alcurnia como necesitada ves muchas cosas…cosas que se graban en la pupila y se hacen imposibles de borrar, enfermedades de todo tipo, adicciones también, abusos y maltratos…el convivía diariamente con ellos cada día, a veces se preguntaba qué tan misántropo se estaba volviendo al ver otro caso de una mujer golpeada…cuando las heridas sanan y ve al esposo arrepentido buscarla para volver a casa odia….odia con más fuerza cuando ve a la misma mujer entrar por la misma puerta herida peor que la vez anterior…odia y deja de sentir…entonces la pregunta cambiaba a que tan frio se estaba volviendo porque meses más tarde cuando los ve de nuevo salir juntos ya no le preocupa, ya no le importa…
El siempre quiso ayudar a todos, fue su sueño desde que tuvo razón…un hospital donde la gente acudiera por ayuda y la obtuviera…mas ese sitio lujoso donde había tantos niños ricos enganchados a la droga que se recuperaban y recaían mes en mes no era lo que imaginaba…no lo era para nada.
Por eso esa mañana dejo los papeles en orden sobre su escritorio, una nota que decía que tomaba unas vacaciones, después de pasar una buena cantidad a una cuenta privada que no tuviera que ver con el hospital sin la mas mínima intención de ser localizado, fue a casa tomo un poco de ropa y la guardo en una pequeña maleta…cuando volvió en si ya estaba de noche y por la ventana pudo notar como la lluvia comenzaba a caer…sonrió, en algún sitio había oído que la lluvia purificaba, lo intento tomar como un buen presagio, con la pequeña maleta se dirigió a la puerta, apago las luces y dejo todo tras de sí…
Hace ya algún tiempo hubo un caso, el único capaz de hacerlo reaccionar, pero eso no sirvió de mucho porque nunca fue capaz de hacer nada por el….ese niño que se le había quedado en la mente y corazón, ese que no pudo salvar, la oscuridad que rodeaba al pequeño nunca la pudo encontrar en otro lugar…había oído que su madre estaría dando un desfile en quien sabe donde….pero su padre era lo que no podía evitar siempre encontrar…era increíble lo que el dinero era capaz de tapar…el presidente, el tan querido y piadoso presidente….qué pensaría la gente si supiera lo que había podido descubrir?.... a veces se preguntaba que había sido de ese niño aunque quizá ya fuera todo un adolescente quizá 14 o 15 de edad…quizá siguiese en el mismo agujero negro, quizá lo había podido superar, quizá había muerto….o quizá era el mismo chico que vio llegar corriendo bajo la lluvia mientras esperaba el último tren de la noche de la estación….
Sebastián Michaelis murió y volvió a la vida cuando el chico paso frente a su banco totalmente mojado hacia la taquilla de boletos….
el tren de media noche estaba a punto de empezar