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Retrato y conversación por Yumiko yumi

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Notas del fanfic:

Esta cosa rara es un sueño mío que tube, más o menos, y le he dado forma. Un regalito para Brita, que no dejo de darte la caca, y se me a ocurrido escribirtelo en un atake de iperactividad red bull xD

Notas del capitulo:

A ver qué os parece... No soy muy fan de MCR, asique puede haber cosas que no cuadren ni nada de eso, es únicamente mi imaginación.

 

¿Qué coño hago aquí sola? Yo qué sé, lo único que me importa ahora es acabarme esta botella de cerveza y pedir otra. ¡Está jodidamente buena!. Le doy el último sorbo y levanto la mano hacia donde está el chico de la barra. Le señalo con el dedo una de las tres cervezas que ya me he bebido y que tengo delante mío, dándole a entender que quiero otra. Asiente y coge una de quién sabe donde. Estoy muy ocupada intentando enfocar la vista en su culo. Es patético venir sola a un bar sólo por el chico de la barra, ¿verdad? ¡A quién le importa!.

-Aquí tienes, pero no tengo limón, guapa- se disculpa apoyándose en la barra.

-Es igual, ya me he tomado tres sin limón, ¿qué más de una cuarta?- le digo mientras la cojo y le doy un largo trago. Él se ríe y da media vuelta.

Tal vez ya ha pasado una hora, o quizás no, pero el caso es que sigo en el mismo taburete, sola, y ya algo más calmada. Es un bar agradable, sobre todo un miércoles por la noche, que no hay ni alma. La música entre semana está baja, suficiente para que pueda escucharla. “Toxicity, de System of a Down”. Buena canción. Miro a mi alrededor, el camarero se ha metido a la parte trasera del bar. Me aburro sin mis vistas. Ojeo el local, una pareja bebe y charla tranquila, y un hombre... ¿de unos 25? está sentado en el fondo del bar, en una de las mesas. Tiene más aguante que yo, lleva unos cuantos chupitos, un baso de a saber qué, y tres cervezas heineken. No me gusta esa cerveza, soy más fina, mi cerveza es más cara... ¿por qué no me puede gustar la cerveza normal como a todo el mundo?

Me quedo un rato mirándole. La verdad es que me llama la atención. Tiene la piel blanca y unas marcadas ojeras, que sólo se le ven las pocas veces que levanta la cabeza. Su pelo es algo más corto que el mío, por debajo de las orejas, enmarcando su cara, es de color negro. Viste completamente de eso color, con pantalones y sudadera. Un chico de lo más raro... No se encuentran de estos todos los días. Tiene una cara bonita, me gusta su mandíbula marcada. El alcohol actúa por mí. Me levanto, cojo mi bolso y ahuecándome mi pelo castaño un poco, me dirijo hacia su mesa. Sólo vuelve a levantar los ojos cuando estoy delante suyo.

-Perdona... ¿te importa si te hago un retrato?

Una de dos: o piensa que soy gilipollas o que estoy demasiado bebida, en lo que no le faltaría razón.

Me quedo delante suyo, esperando su respuesta. Me mira y me dedica una sonrisa torcida.

-Siéntate.

-Gracias.

Me siento delante de él, y hurgo en mi bolso, sacando un pilot negro V5 y una libreta, lo que utilizo siempre para hacer bocetos en la calle. Dependo demasiado de ellos, es lo que tiene ser pintora, en cualquier sitio encuentras algo interesante que plasmar en el papel, y este chico es muy interesante.

-¿Eres de las que pintan de estatuas o de personas?

La pregunta no me pilla por sorpresa.

-Puedes moverte y hablar si quieres.

-Genial.

Le da un trago a su cerveza. Tiene la mirada perdida, igual que yo, seguramente. Espero poder hacer algo decente, aunque ya he dibujado borracha más veces, eso no me supone ningún problema.

-Por cierto, me llamo Elene.

Empiezo con las primeras lineas, colocando su cara, su pelo y su mano aguantando su mentón.

Levanta una ceja al oír mi comentario.

-Así se llama mi abuela, bueno, Elena, en realidad.

Sus ojos se pierden en la mesa, se queda ausente.

-Seguro que la quieres mucho.

-Murió ayer.

Levanto la vista de mi dibujo y me encuentro con su semblante serio.

-Lo siento.

-Es igual. Lo pasado pasado está.

-Supongo que es la razón por la que estés un martes a las 2 de la madrugada solo en un bar como este...

-Supones bien, en parte. Pero es por todo en general, la vida es un coñazo. Vivir es un coñazo.

Vuelve a darle un buen trago a la botella verde. Empiezo a darle forma a sus ojos claros y perdidos.

-Lo sé, pero ya que nos ha tocado vivir, es mejor hacerlo de forma agradable, ¿no crees?

-Puede ser... Y dime, ¿que te trae a ti a un bar así por la noche, y sola?

Quiere cambiar de tema, y le dejo hacerlo. Me río ante su pregunta y miro hacia la barra. Él mira en la misma dirección, y sonríe al ver al chico.

-Buena razón...

-No me lo parece, pero necesitaba despejarme un poco.

-¿Despejarte a las 2?

-Cuando acabas de trabajar en casa a las 11, es lo que toca... Espera un segundo.

Me levanto hacia la barra y cojo la cerveza que había dejado medio llena, o medio vacía. Vuelvo a sentarme y extiendo mi mano para que él me entregue mi libreta, que había tomado para ver su retrato.

-No va mal...

-¿Entiendes de dibujo, o qué?

Le miro a la cara, divertida. Él me devuelve la sonrisa.

-Supongo, yo también pinto.

-¿Qué?

-Sobre todo cómic, americano.

-¡Vaya! Prefiero el japonés...

-¿Qué eres, una friki de esas?- se ríe.

-Algo así... Aunque no trabajo en ello, hago retratos e ilustraciones.

-Vaya... Eso está bien...

Por su tono de voz, diría que tiene sueño. Aunque parece que me equivoco, porque vuelve a beber. Acaba la cerveza y se levanta a la barra sin decir nada. Pide algo, y al de poco vuelve con dos vasos pequeños con un contenido de color rojo intenso. Dejo el boli, estoy haciendo su pelo, para eso no tengo que tenerlo delante. Sin soltar palabra, me acerca con su mano izquierda el chupito y con la otra se bebe el suyo de una sola vez. Agarro lo que me ofrece, y lo imito. La garganta me escuece, pero se siente genial.

-Gracias.

-No hay de qué.

Agacha la cabeza y se la agarra con ambas manos, respira fuerte. Lo miro seria, y cuando vuelve a levantar la cabeza y me mira, le sonrío, intentando no poner la cara de mongola que se me queda cuando sonrío estando bebida.

-¿Saber? A veces ayuda contar los problemas de uno a un completo desconocido. Es una buena forma de desahogarse, por lo menos...

Lo piensa.

-¿Y tú, señorita? ¿No tienes ningún problema?

Se agarra la cabeza con una mano mientras con la otra intenta señalarme. Agarro otra vez mi blog y el pilot y sigo dándole forma a la despeinada melena negra.

-Todos tenemos problemas. Yo vivo sola, tengo problemas controlando mis impulsos, ya ves. Me siento sola y lloro todas las noches. No tengo novio ni novia, y me siento como una mierda casi a diario. En mi familia nadie me entiende y mis amigos están en otro país, igual que toda mi familia. Tuve una mala adolescencia y a veces tengo pesadillas con esa época. Necesito ir a un psicólogo.

Sigo sin levantar la vista del papel prácticamente, sólo para mirarlo a él un poco de vez en cuando.

-Mmm... No está mal.

-¡Ah! Y a mi gata la atropelló un coche hace dos días.

Sonríe, como si lo que acabo de decir fuese una broma.

-No es broma, yo quería mucho a mi gata. Era la única que no me hacía preguntas tontas y que me oía oras y oras.

-Estás un poco loca, ¿no?

Se ríe alto, y me alegro de estar animándolo un poco.

-Fijo, pero tú también. Todos tenemos un punto de locura.

-Eso es verdad.

Le dibujo la media sonrisa que tanto me gusta de él, le da un aire extraño.

-Bueno... Yo ya te he contado todo. ¿Qué me dices de ti?

-¿Tengo que soltártelo todo tan rápido como tú?

-Te agradecería que no, a ti no te interesan mis problemas, por eso lo he querido hacer más ameno.

-¿Quién te dice que no me interesan?

Sonrío.

-Porque no son para nada interesantes. Seguro que tú tienes más para contar...

-Sí, en eso tienes razón...

-Pues cuenta.

Pensará que soy cotilla, pero no me importa. Lo más seguro es que no veré a este chico nunca más, y me encanta llevarme algo más que el retrato de la gente que me parece interesante. Su vida y conversación se graba en mi mente.

-No sé por dónde empezar.

-Puedes empezar diciéndome tu nombre.

-Gerard.

-Encantada, Gerard.

Le arranco una sonrisa.

-Ya te he dicho que soy dibujante, y también vivo solo.

 

Notas finales:

Ya subiré el segundo capitulo cuando pueda escribir todo lo ke mi ordenador me a borrado ¬¬


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