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Crème Chocolat Moka por Yoko_Nakajima

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Notas del capitulo:

Buenas tardes, mis querid@s yaoistas!!

Aquí subiendo la continuación que, como dice mi profa de historia, ¡Me costó un huevo y la mitad del otro, escribirlo!

Es que hay Lemon, y pues intenté hacerlo lo más sexy posible! T_T Pero ustedes díganme cómo me quedó... ¬¬

Bueno, sin más

¡Qué lo disfruten!

Se hubiera podido decir que habían sido dos meses totalmente maravillosos, pero habrían sido mentiras. Después de aquella discusión en el café, los altercados se volvieron más frecuentes y más fuertes. Pero igual, se reconciliaban en poco tiempo.

Un Lunes, ambos se despertaron temprano, para ir a trabajar. Naruto solía ya quedarse los fines de semana en casa de Sasuke o viceversa. La noche anterior se habían ido a dormir enojados, entonces no se hablaron al verse. Naruto casi lo había olvidado, puesto que estuvo a punto de preguntarle cómo había dormido, pero cuando vio que Sasuke ni lo miraba, recordó la pelea que tuvieron.

El pelinegro notó cómo Naruto intentó hablarle, pero no quiso hacerle caso.

El tema central de cada discusión era siempre ella. Que Sasuke la amaba, que a Naruto no le importaba... bla... bla... bla...

-      Métete a bañar tú primero - dijo seco al rubio, éste asintió débilmente con la cabeza y entró al baño azotando la puerta. Sasuke sólo giró los ojos.

 

Giró la llave del agua caliente. Al principio cayó fría, pero, gradualmente, su temperatura aumentaba. Después, la niveló con la llave del agua fría, hasta que quedara un poco tibia. Mojó su cabello lentamente, sacudiéndolo. Cerró ambas llaves y se dispuso a asear.

 

Sasuke se encontraba sentado en el sofá, recargado en el respaldo, mirando al techo. "Cómo me saca de quicio" pensaba "Ya le he dicho que lo ‘nuestro' es intrascendental, ¿por qué no lo entiende?... Yo ¿amarlo? ¡bah!" Volvió la mirada. La caja idiota hablaba y hablaba, pero Sasuke no le prestaba atención, así que decidió apagarla. Suspiró. Volvió a recargarse en el respaldo y a mirar al cándido techo. "¿Cómo haré para que lo entienda?..." Se sobresaltó. Una frase le vino a la mente como un rayo. Se la había dicho Naruto una semana atrás, mientras le daba a probar un simple pastel. "Sólo déjate llevar. ¿Te estoy haciendo algún mal? No, ¿verdad?" Sasuke bufó. "Idiota" pensó.

Se incorporó. Se dirigió a una repisa  y tomó un libro. Ya llevaba rato sin leerlo y todavía no lo terminaba. Los protagonistas eran un Dragón y una Duende, que iban a buscar un lugar dónde vivir sin ser molestados por los humanos. "La Orilla del Cielo" la llamaban ellos. Itachi le había regalado ese libro. En la historia, los protagonistas se encuentran con un niño, llamado Ben. Un niñato curioso y sin miedo. Le recordó a Naruto. Sonrió involuntariamente.

-      Naruto...  - masculló.

Cerró el libro y se dirigió al baño. Sus pies descalzos sobre el piso de madera, junto con el ruido de la regadera, era lo único que se escuchaba en la casa.

Abrió sigilosamente la puerta del baño. Pudo divisar la silueta del rubio detrás de la cortina, se enjuagaba el jabón del cabello y su cuerpo. Cerró la puerta de la misma manera a como la abrió. Se quitó la camiseta, lo bóxers y los dejó botados por ahí. Se acercó lentamente y abrió la cortina. Naruto tenía jabón en lo ojos y se encontraba tallándoselos. Sasuke lo abrazó por detrás, metiendo sus brazos debajo de los de él, rodeando su torso. El rubio se asustó y soltó una pequeña exclamación.

-      ¿Qué haces aquí? - preguntó nervioso

-      No te asustes - le dijo al oído - Sólo soy yo

-      ¡Por eso! - exclamó Naruto, mientras intentaba soltarse

-      ¿De qué hablas? - Sasuke forcejeaba, mientras comenzaba a exasperarse. Sin embargo, seguía asido al cuerpo del rubio, éste último se giró para quedar frente a frente con el azabache.

-      De que eres muy voluble - rodeó con sus brazos el cuello de Sasuke y le dio un pequeño beso - Ya me tienes harto

Naruto se zafó de los brazos de Sasuke, dispuesto a salir del baño, pero el pelinegro no se iba a rendir tan fácil, lo volvió a abrazar por detrás, un poco brusco.

-      Déjame en paz - refunfuñó Naruto

-      ¡No! - gritó Sasuke.

Naruto intentaba librarse, pero Sasuke se aferraba cada vez más a cada movimiento del rubio.

-      Déjate llevar - dijo el azabache - ¿Te estoy haciendo algún mal?

-      ¡Claro que sí! - gritó - Siempre que haces este tipo de cosas, es porque me causaste un daño físico o emocional y... ahh...

El azabache no quiso escuchar los alebrestes de Naruto y comenzó a darle besos en el cuello.

-      B-bueno... ¿q-qué no o-oíste? - jadeaba el rubio - D-déjame e-en p-paz

Succionaba su piel, dejándole marcas rojizas, marcándole como suyo.

-      Y-ya... ya... déjame - Se negaba a algo que deseaba.

Sasuke lamió el lóbulo de Naruto y los alternaba con pequeñas mordidas. Acariciaba su piel mojada, hasta que no tuvo necesidad de retenerlo, porque ya había cedido. Aquella tersa piel daba ligeros roces con su miembro, estimulándolo. El rubio giró un poco su cabeza, necesitaba sentir esos labios. Sasuke cayó en cuenta, y se acercó al rostro de Naruto. El azabache notó que el ojiazul estaba algo cohibido e indeciso, pero eso cambió, cuando éste se viró completamente, para hacer más profundo el contacto. Con sus manos, recorrió la cintura de Naruto, su espalda, brindándole deliciosas caricias, que dejaban detrás suyo, un agradable hormigueo en su piel. La respiración de ambos se aceleraba. Se separaron.

Sasuke le sostuvo la mirada un buen rato, como intentando develar lo que Naruto pensaba. El rubio intentó hacer lo mismo, pero estaba vulnerable, quiso mostrarse calmado. El azabache volvió a acercarse, lentamente, teniendo la mirada fija en los delicados labios de Naruto. Creando una desesperación placentera, por parte del ojiazul. Por fin, sus labios se impactaron, y comenzaron a besarse con exaspero. La lengua del azabache invadió la cavidad de Naruto, éste le recorría con las manos, ya no podía resistirse más... el impulso era demasiado grande. Sus deseos eran más prominentes que su propia fuerza de voluntad. Volvieron a separarse, muy a pesar de Sasuke, éste, muy sutilmente, lo volteó, para que así le diera la espalda, después, aéreamente, lo inclinó con una de sus manos. Naruto al darse cuenta, se levantó rápidamente, pero el pelinegro lo volvió a inclinar.

-      N-no... lo hagas... - su voz era casi inentendible. Se resistía, pero sin saber por qué.  

-      Ya te lo dije antes - susurró Sasuke - Déjate llevar.

 

El azabache ensalivó dos de sus dedos, un poco, ya que estaban lo suficientemente húmedos, debido al agua que caía sobre ellos. Introdujo primero uno, el dedo índice, y lo movió lentamente de atrás hacia adelante. Naruto jadeaba y gemía, resistiéndose aún, tenía colocadas sus manos sobre la pared de azulejo del baño. Una vez que el dedo de Sasuke pudo entrar y salir sin ninguna dificultad, introdujo el segundo, ésta vez haciendo un movimiento parecido al de unas tijeras abriéndose y cerrándose. El rubio respiraba entrecortado, sus jadeos llegaban a confundirse con gemidos y viceversa. Cuando su entrada tuvo el tamaño adecuado, Sasuke sacó sus dedos, lo tomó por las caderas e introdujo, lentamente su miembro, al hacerlo, ambos, soltaron un gemido ahogado. Sasuke comenzó a moverse a un ritmo pausado, para no hacerle daño al rubio, éste intentaba resistirse, pero sin un resultado satisfactorio.

-      Vamos a... - jadeaba - llegar tarde

-      ¿Y... eso qué? - cada tanto, el azabache soltaba uno que otro gemido - No me importa

-      ¡Pues... a mí sí! - gritó Naruto

El rubio juntó todas las fuerzas que pudo, se soltó del agarre de Sasuke de sus caderas y lo empujó hacia atrás, obligándolo a salirse, lo cual hizo que el pelinegro soltara un quejido de molestia. Naruto se tambaleó un poco, iba a tomar una toalla, pero Sasuke volvió a jalarlo hacia él, e inmediatamente después lo penetró bruscamente. El aludido soltó un grito de dolor, ya no le gustaba tanto lo que estaba pasando.

-      ¡Detente! - gritaba desesperado, mientras comenzaba a sollozar.

Sasuke estaba tan enceguecido por el placer, que no pudo escuchar los sollozos, pero al ver que la respiración agitada no se debía al placer, sino al dolor, se detuvo y salió.

-      ¿Y se supone... que debo agradecerte por eso? - dijo con dificultad el aludido,  mientras se erguía.

-      No... - bajó la cabeza.

El rubio se dio la vuelta para mirar de frente a Sasuke, lo escudriñó de arriba abajo, estaba realmente avergonzado. Volteó hacia afuera de la regadera y vio la ropa de Sasuke tirada en el suelo. "Ni siquiera lo oí entrar" pensó.

-      ¿Por qué lo hiciste? - preguntó Naruto

-      Yo... intentaba sorprenderte - respondió Sasuke, cabizbajo

-      Definitivamente algo es seguro - dijo el rubio, fingiendo seriedad.

-      ¿Qué? - inquirió Sasuke levantando la mirada.

-      No sabes cómo sorprender - respondió Naruto, riendo

Sasuke ladeó una sonrisa. Naruto se acercó, tomó el rostro del azabache con ambas manos y le dio un dulce beso en los labios.

-      Eres libre de intentarlo de nuevo - sonrió el rubio.

Inmediatamente después, lo abrazó y hundió su nariz en el húmedo cuello del azabache, provocándole un escalofrío.

Sasuke fue recorriendo con las manos el cuerpo del rubio. Paseó una de ellas por su torso, hasta llegar a su miembro. Comenzó a subir y a bajar su mano, alrededor de la virilidad de Naruto, haciendo que éste soltara gemidos contenidos y lo juntara más contra su cuerpo. El azabache sentía cómo crecía bajo la presión de su mano. Naruto estaba más que turbado por el placer, y comenzó a darle desesperados besos en todo el rostro. La respiración de Naruto estimulaba a Sasuke a cada exhalación. Lo besó suavemente sobre una de las comisuras, y le sonrió. Naruto se dio la vuelta. El corazón de ambos latía fuerte. Sasuke introdujo su miembro en la entrada de Naruto, ésta, estaba estrecha, el pelinegro soltó un pequeño gemido de disgusto. Comenzó a moverse de atrás hacia adelante, sintiendo cómo la entrada del rubio aumentaba de tamaño con cada estocada.

Naruto tuvo que apoyarse con las manos sobre la pared de azulejos blancos del baño, para así no resbalar. Sus brazos se flexionaban con cada embestida que Sasuke le proporcionaba. Se estremeció cuando el pelinegro tomó con una de sus manos, su miembro duro y goteante, masajeándolo a una velocidad lenta e iba aumentando cada vez más. El rubio gemía, no sabía por dónde comenzar a dividir el placer. Totalmente turbado, comenzó a sentir cómo su sangre fluía rápidamente por todo su cuerpo, hasta tal punto que ya no pudo oír el ruido de la regadera, sólo un zumbido y los latidos de su corazón. Casi al instante, sintió una especie de corriente eléctrica recorrer su espina dorsal, primero de abajo hacia arriba y después de regreso. Su cuerpo se adormeció y comenzó a hormiguear. No tardó mucho en correrse después de eso. El líquido caliente manó, y manchó  la mano de Sasuke, éste no sintió la contracción de la entrada de su compañero e intentó salirse, pero sin resultado alguno, esto provocó que ambos soltaran un sonoro gemido. Al tiempo que esto sucedió, el pelinegro se corrió dentro del rubio.

Pronto, Sasuke salió. Observó sus manos. Temblaban, muy poco. Pero todo su cuerpo estaba así. Miró a su compañero, a éste le temblaban las piernas, violentamente, al igual que su brazos, estaba a punto de resbalarse, cuando Sasuke alcanzó a agarrarlo con sus brazos. La piel del rubio estaba erizada. Su respiración era en extremo agitada, sonaba como si estuviera sollozando, pero Sasuke se inclinó para verle el rostro, no estaba triste, ni algo parecido, sólo miraba al vacío.

-      ¿Estás bien? - le preguntó.

Pero no recibió respuesta. Naruto no podía escuchar, todo su cuerpo no le pertenecía, no se podía mover y el aire le faltaba. Y todo eso se lo había hecho sentir una sola persona, en una, al parecer, simple relación sexual. Su presión comenzó a establecerse de nuevo, fue entonces cuando notó que Sasuke lo estaba bañando. Pasándole la esponja por el cuerpo, lamiendo su piel aún encendida.

-      Yo lo hago - musitó Naruto

Sasuke se sobresaltó, porque, por varios minutos, Naruto no había hablado.

-      Déjame hacerlo, por favor - dijo el pelinegro - Ya casi termino

Naruto se dio la vuelta para que el agua lo enjuagara, quedando así frente a Sasuke. Se le quedó viendo unos momentos.

-      ¿Qué es lo que me das? - le preguntó al pelinegro - Que cada vez que te acercas a mí, me dan ganas de no dejarte ir jamás...

Lo dijo en un tono tan neutral, que Sasuke no supo qué responder. Al ver esto, el rubio le plantó un beso en los labios. El azabache abrió su cavidad, dejando que la lengua de su compañero pudiera entrar, la cual, al encontrase con la suya, comenzaron a jugar. Al finalizar, Naruto mordió el labio inferior de Sasuke.

 

Ambos salieron del baño ya bastante tarde. Eran casi las once. Cuando se vistieron, el rubio aún temblaba, así que Sasuke lo ayudó un poco.

 

Cuando ya iban a salir. Al abrir, Sasuke, la puerta, Naruto lo detuvo, tomándolo por el brazo y le susurró al oído:

-      ¿Qué es lo que me das?... Házmelo saber... Para poder dártelo yo también.

Notas finales:

Lo curioso de este capítulo, es que, originalmente, todo esto ocurre en un fin de semana, pero decidí hacer que su relación llevara ya más tiempo, por lo que ocurrirá después... hehehe. Ya verán ^^

Bueno, ya me voy!

Ahh! Se me olvidaba.

El libro que lee Sasuke se llama "El Jinete del Dragón" de Cornelia Funke!!

Están geniales los libros de esa señora... a ver si tienen la oportunidad de leer Corazón de Tinta o Sangre de Tinta^^

Ahora, sí

Hasta la próxima, Datte bayo!

Yoko

PD. ¿Quién me acompaña a mentársela a Kishimoto-sama por lo que hizo en el último manga? Ash! ¿Saben qué fue lo que pasó?

Bueno, como era de esperarse, Kabuto se hizo con el cuerpo de Orochimaru. Sasuke ahora sí que ya está pero bien ciego, y le ha pedido a Madara los ojos de Itachi... waaah! Los ojitos de mi hermoso Itachi, noooo!!! Itachi no está muertooo! TT^TT  Aaah! y que Kisame no está muerto ¬¬

Y luego leí una entrevista a Kishimoto, y adivinen qué fue lo que dijo... >_

Lo único que me gustó de estos últimos mangas, es que Naruto casi casi le dice a Sasuke que lo ama! xD. Bueno, le dijo que la próxima vez que se enfrentaran, los dos se iban a morir juntos. Y mi Naru casi se muere por culpa de Sakura... uuff! A Kishimoto-sama le hace falta mota de la buena para que se le vuelvan a ocurrir buenas ideas...


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