Habían pasado ya varias semanas desde la última discusión, para ser exactos, tres. Era un avance... Sasuke ya se estaba acostumbrando a la presencia de Naruto en su restaurante, de hecho, trabajaba mejor estando con él. Hacían muy buen equipo. Pocas cosas ya las hacían por su cuenta, casi todo lo hacían juntos. Pero, esos últimos días, no le habían estado cayendo muy bien a Naruto. Aunque se sentía extrañamente más vital que en otras ocasiones, algunos otros síntomas habían descompensado esa gran energía. Por ejemplo, se había estado sintiendo mareado, y, una vez, cuando Itachi fumaba, y él se encontraba cerca, le daban fuertes dolores de cabeza. Sin mencionar que cada vez que esto ocurría, tenía náuseas y se volvía muy irascible.
Itachi, se percató de ello, y una semana atrás, ya le había pedido que fuera al médico. Naruto lo hizo, pero cuando llegó el momento de recibir los resultados, se rehúso notablemente a asistir.
- De verdad que no quiero ir - dijo Naruto - En unos días verás que estoy mejor, Itachi
- ¿Y si no? - inquirió el azabache - Es mejor que vayas
- No quiero - hizo un puchero... Aquí venía de nuevo su irritabilidad
- Bueno, ya que no quieres - suspiró Itachi - Te lo ordeno, como tu jefe, sino tendré que quitar dinero de tu sueldo.
- ¡Tú no eres mi jefe, es Sasuke! - gritó el rubio, exasperado
- ¡Sasuke! - llamó inmediatamente a su hermano
El menor entró en la oficina de Itachi, bruscamente, asustado por el grito. Se encontró con un rubio sentado de un lado del escritorio, con los brazos cruzados, y con un pelinegro, sentado del otro lado con las manos entrelazadas a la altura de su mentón, sus codos recargados sobre el escritorio.
- ¿Qué sucede, Itachi? - preguntó
- Toma asiento - dijo el mayor, indicándole una silla al lado del rubio, con la mano
Sasuke cerró la puerta y obedeció.
- Haz razonar a tu novio - continuó - No quiere ir al médico
Sasuke miró enojado a Naruto.
- ¡Te dijimos que fueras la semana pasada! - exclamó - ¡Y me dijiste que ya habías ido!
- ¡Y fui! - gritó el rubio - ¡Pero no me dicen nada hasta...! - se calmó de golpe - Hoy...
- ¿Entonces? - se cruzó de brazos
- El problema es que no quiere ir a ver los resultados - intervino Itachi
- Pues entonces vamos los dos juntos, hoy - dijo Sasuke
- Vayan de una vez - bufó Itachi, ya desesperado
- ¿Ahora mismo? - refunfuñó Naruto
- ¡Sí! - gritó el azabache mayor
- Pero... - rezongó el rubio, infructuoso
- ¡Pero nada! - exclamó Sasuke - ¡Vámonos ya!
Tomó al rubio de la mano y lo sacó a la fuerza de la oficina. Fue tanto el estruendo, que todos los habían visto y oído. Sasuke llamó a Hinata y a Ino con una seña.
- Voy a llevar a Naruto al doctor - dijo - Quedan a cargo
Ambas asintieron. Ino se retiró rápidamente. Le había caído como bomba el que Sasuke tuviera a Naruto y no ella. A Hinata... bueno, ella era punto y aparte. No iba a negarlo. Le atraía el rubio también, pero no podía quejarse, ni iba a hacerlo, porque ella había ayudado a que esos dos estuvieran juntos. Sólo se limitó a dedicarles una tierna sonrisa a ambos y asintió.
Naruto y Sasuke tomaron sus abrigos y se dirigieron a la salida. Naruto ya no estaba tan apático, le gustaba estar al lado de Sasuke. Tenían sus manos entrelazadas. El consultorio no quedaba muy lejos, pero para llegar a tiempo, tomaron un taxi. Cuando hubieron subido a uno, Sasuke le indicó a dónde ir. Después le dio un beso en la frente al rubio, éste último le sonrió débilmente.
- ¿Qué tienes? - le preguntó
- Estoy preocupado - dijo - ¿Será algo grave?
- ¡No! - exclamó quedo - Seguro que es algo pasajero y de poca importancia, ya verás.
Aunque con esas palabras sólo intentaba convencerse a sí mismo. También estaba preocupado, porque le fueran a decir al rubio. Desde que lo conoció, Naruto fue un hombre saludable y que siempre se cuidaba. Le sorprendía que tan de repente se sintiera tan mal. Para irlo calmando, Sasuke le daba ligeros besos en la mejilla y en los labios, mientras le susurraba palabras dulces.
Pronto estuvieron frente al consultorio. Sasuke le pagó al chofer y ambos salieron del taxi. La fachada era azul celeste. En letras grandes con un azul más fuerte, estaba escrito: "Saint Édith" Así se llamaba la clínica. Las puertas eran de vidrio, con marcos de metal y deslizantes. El azabache abrió una y dejó que Naruto entrara primero. Después, con gesto vacilante, avanzaron. Adentro, estaba fresco. En el aire se respiraba el olor a alcohol y a medicina. Había sillas fijadas al suelo, recargadas en las paredes. Ambos se sentaron. La mujer de la recepción, se asomó por la ventanilla. Sasuke se levantó rápido y se dirigió hacia ella.
- ¿El nombre del paciente? - preguntó
- Uzumaki Naruto - respondió
- ¿Es usted? - inquirió la mujer
- No - dijo - Pero él ya vino antes. Está aquí para recibir los resultados de unos análisis que se hizo la semana pasada.
La mujer buscó entre los sobres de resultados. Buscó en la letra "U". Al sacar el indicado, vio que tenía una nota adherida al sobre, escrita por la misma doctora. En ésta decía que para consultar los resultados, tenía que estar el médico presente, para cualquier duda que tuviesen. La recepcionista le dijo todo eso a Sasuke al darle los resultados de las pruebas de sangre. El azabache agradeció. Se volvió hacia donde Naruto.
- Tenemos que consultar con el doctor primero - le dio a leer la nota
- Ya ves como sí tengo algo grave - dijo al terminar de leer el papel
- ¡Cállate! - exclamó y se agachó para quedar a la altura de su rostro - Nada malo va a pasarte, porque estoy contigo
Se besaron levemente. Sasuke volvió a sentarse. Dejó el sobre de los resultados en su regazo. Naruto se les quedó viendo.
- ¿Y no podemos abrirlos? - preguntó ansioso
- Preferiría que no - dijo Sasuke
- Tienes miedo - dijo Naruto, después le dio un beso en la mejilla
- Sí... - admitió el azabache - Pero por eso no quiero hacerlo...
Naruto intentó ladear una sonrisa, pero no pudo... De pronto, la voz de la recepcionista los hizo sobresaltarse.
- La doctora está lista para verlos - dijo ella
- ¿Era doctora? - le preguntó al rubio, éste asintió con la cabeza
Ambos se levantaron y entraron al pequeño consultorio. Una mujer de cabello largo, rubio y amarrado por dos coletas bajas, de ojos miel y bonitos, con expresión fresca, se encontraba sentada detrás del escritorio.
- Tomen asiento - su voz era un poco gruesa, para esa apariencia tan jovial.
Naruto y Sasuke obedecieron, sentándose frente a ella, del otro lado del escritorio. El rubio a la izquierda y el azabache a la derecha.
- Buenas tardes, Naruto - saludó ella con una sonrisa
- Buenas tardes, Doctora Tsunade - dijo él con una débil sonrisa - Mire, él es Sasuke, mi novio
- Mucho gusto - exclamó ella alegre, mientras extendía la mano al pelinegro. Sasuke le correspondió al saludo de la misma manera - Veo que están ansiosos. ¿Ya leyeron los resultados?
Ambos negaron con la cabeza. Tsunade hizo un ademán con la mano para que lo hicieran. Sasuke abrió lentamente el sobre, como si de un solo movimiento se fuera a romper. Sacó una hoja, de las tres que había. Era un examen de sangre, la primera página. La segunda página era una prueba cualitativa de hCG. La tercera era una prueba cuantitativa de hCG.
- ¿Por qué una hCG? - le preguntó el azabache nervioso.
Tsunade sonrió cómo si fuera cómplice de algún crimen. Le incitó a seguir leyendo.
- ¿Qué significa hCG? - le preguntó Naruto a la rubia.
- Gonadotropina Coriónica Humana - respondió ella.
- ¿Y eso... qué es? - Naruto realmente no sabía nada de nada...
La Doctora estaba a punto de responderle, pero Sasuke dejó escapar una exclamación, interrumpiéndola.
- E-es imposible - titubeó el azabache
- Yo llegué a pensar lo mismo - soltó un risa
- ¡Díganme ya! - exclamó Naruto irritado
- Naru, amor - volteó Sasuke a ver a Naruto - La hCG es la hormona del embarazo...
El rubio, al oír la palabra embarazo, se quedó atónito y sin habla. Sacudió levemente la cabeza, como si estuviera intentando despertar.
- ¡¡¡ ¿Qué?!!! - gritó Naruto - ¿Está segura?
- Al principio yo estaba igual de impresionada - dijo - Me parecía sorprendente e inconcebible... Pero al tiempo, fui investigando y...
- ¡¿Qué demonios soy?! - interrumpió Naruto, exasperado
- Calma, Naru - dijo Sasuke - Explíquenos, por favor.
- Por lo visto - carraspeó Tsunade - No estabas enterado de que eres doncel
- ¿Qué es un doncel? - preguntó Naruto, intentando calmarse
- Es un hombre que simplemente puede concebir - respondió - No se sabe que un niño es doncel, hasta la pubertad, cuando su cuerpo comienza a presentar cambios físicos. Se vuelven más delgados. Tienes una cantidad casi equitativa de progesterona con respecto a la testosterona. Fue por eso, precisamente, que me di cuenta... Es muy inusual que un hombre sea doncel. Jamás me había sucedido.
Sasuke y Naruto no hablaban. Quedaron boquiabiertos. Iban a ser padres. Naruto se sentía confundido. ¿Era mujer? ¿Era hombre? ¿Qué era? Se sentía incapacitado, engañado... Sasuke estaba que no contenía su felicidad. Tenía ganas de saltar por todos lados, de gritar, de besar a su amado...
- ¿C-cómo...? Ya sabe... - preguntó Naruto, vacilante
- Pues... - carraspeó ella - Se tendría que hacer cesárea.
- ¿Podría usted hacerla? - preguntó Sasuke
- Será un placer - respondió Tsunade - Quiero suponer que tú eres el padre
- Sí, lo soy - dijo el pelinegro, con un dejo de orgullo en su voz
- Felicidades... a ambos - Tsunade sonreía
- Gracias, Doctora - musitó Naruto
- Bueno - suspiró - Seguirás con esos síntomas un poco más. Pero será temporal. Te recetaré vitaminas y te investigaré una dieta, para que te mantengas saludable - escribía en un papel - La dieta te la daré pasado mañana. Necesito que descanses unos días. Tu trabajo te requiere de pie, mucho tiempo, así que... en serio necesitas reposo.
La plática siguió un momento más. Naruto ya estaba respondiendo a la noticia y saliendo del shock. Aunque todavía le turbaba el no saber mucho sobre su propio cuerpo, le consolaba que no estaba solo. Ahí estaba él, con una sonrisa dibujada en ese rostro blanquecino, provocando que se viera aún más perfecto, si es que eso era posible. Sí, no estaba solo...