Naruto aspiró profundo y comenzó a guardar las cosas de su locker, en su mochila. Sacaba varios cuadernos, libros y fotografías de él y sus compañeros. En la pequeña compuerta, había una foto pegada, ésta mostraba a Sasuke y a él, abrazándose, y otra más, pero sólo de Sasuke, sentado en el columpio. Las despegó, quitando cada cinta despacio y con cuidado de no dañar el papel. Las guardó en una de las bolsas internas de su abrigo. Hasta el fondo del gabinete, encontró una fotografía de Gaara, éste se encontraba sentado en un columpio comunal, en el jardín de su casa, sonriendo. Naruto paseó su dedo sobre la fotografía, delineando el rostro del pelirrojo.
- ¿Quién es ese? - preguntó una voz detrás de Naruto, éste último se sobresaltó, después se volvió. Era Itachi.
- Su nombre es Gaara - respondió melancólico - Era mi novio. El día que conseguí trabajo, terminamos, porque yo decidí estar con Sasuke... pero ahora me doy cuenta de que he cometido un error - comenzó a acariciar su vientre - No hay vuelta atrás. Estaré unido a tu hermano, me guste o no.
Itachi tomó por los hombros a Naruto, lo abrazó y comenzó a pasar sus manos por las hebras doradas, muy suavemente.
- ¿Qué le viste a mi hermano? - preguntó Itachi, en un tono dulce - Es un amargado... No le gustan los postres... Ni la comida italiana... tampoco las sorpresas
Naruto soltó una risa mormada. Estaba llorando
- No sé - respondió simple y se separó de Itachi
- No te preocupes, todo va a estar bien - dijo el azabache mayor, mientras le limpiaba las lágrimas con su dedo pulgar. Después le dio un leve beso en la frente.
Al rubio se le subió todo el calor al rostro y se sintió un poco mareado. Miró a Itachi, extrañado
- Perdón - se disculpó el Uchiha, también tenía un pequeño rubor en las mejillas - Creo... creo que me sobrepasé
- No hay problema, Itachi - sonrió el rubio - Ya debo irme...
Naruto comenzó a caminar cándidamente, como si nada le preocupara. Su mochila pesaba más de lo normal, por tal razón, la traía en brazos. Todos ya habían vuelto a sus puestos, la hora de la comida ya había terminado. Hinata volteó a verlo. Al notar que traía sus cosas cargando, se dirigió a paso rápido hacia él.
- ¿Sucede algo malo, Naruto? - le preguntó, cuando estuvo lo suficientemente cerca.
- No... nada grave - respondió
- ¿A-adónde vas? - titubeó, mientras cernía una mirada preocupada
- Digamos que... me han dado vacaciones permanentes - dijo sonriendo de una manera un tanto ridícula
- ¿Qué? - reprimió una exclamación más fuerte, ya que sintió la pesada mirada de Sasuke sobre su persona.
- No te preocupes... que me hace falta - se dio leves golpecitos en el vientre. Hinata soltó una risita - Nos vemos, Hinata
A continuación, le dio un tenue beso cerca de las comisuras. Ella se sonrojó.
Naruto salió sin hacer algún otro comentario. Pudo oír cómo Sasuke le decía algo, antes de cruzar la salida, pero no le prestó atención. Al pasar las puertas rotatorias de la cocina, comenzó a caminar pesadamente, sin ganas. Sasuke estaba muy enojado, y, lo más probable era que no se le pasaría rápido.
"Do you really think I'm made of stone? Baby, C'mon! That we only love the things we own? Baby, you're wrong"*
Cuando hubo salido del restaurante, se quedó de pie, dándole la espalda a la fachada. Tomó una bocanada de aire, la contuvo unos segundos y después la soltó. Por el momento no quería volver a su casa, y mucho menos a la de Sasuke, donde había estado pasando los últimos días y por consiguiente, algunas de sus pertenencias continuaban ahí.
No... se decidió ir mejor a un lugar donde poder meditar. Repasó en su mente varias zonas... pero absolutamente todo lo que tenía que ver con Francia, le recordaba a él. Al verse sin opción, eligió el último lugar en el que el azabache y él, habían tenido un momento agradable: El parque.
Caminaba lentamente, chocando sus hombros con los de la gente, ganándose miradas de rechazo y molestia, pero él simplemente no les prestaba atención. Había perdido a Sasuke... No... Error... Sasuke lo había perdido a él. Se echó la mochila a la espalda.
Se dio cuenta que había llegado al parque, cuando oyó los gritos de los niños que corrían en todas direcciones. Divisó el columpio, no muy lejos de donde se encontraba. Apretó el paso, muy sutilmente, y, al llegar, dejó caer su mochila a un lado del árbol y se sentó en la tablilla. Alzó la mirada hacia las ramas más altas, y, por más que lo intentó, no pudo recordar cuándo había sido la última vez que se había sentido tan triste...
"It's all over, but the crying. Fade to black, I'm sick of trying. Took too much and now I'm done. It's all over, but the crying"
Sintió un pequeño tirón en su ropa. Volvió la vista y vio al mismo niño del avión de papel, éste le sonreía alegremente. Naruto ladeó sus labios. Aún en sus momentos más tristes, encontraba lugar para sonreírle a alguien.
- Hola... - saludó el infante
- Hola - Naruto le revolvió los cabellos
El niño escondía detrás sus manos, detrás de la espalda.
- ¿Qué traes ahí? - preguntó el rubio, señalando las "desparecidas" manos del niño
- Es... un regalo - respondió
- ¿Ah, sí? - exclamó juguetón - ¿Puedo saber para quién es?
- Sí - el pequeño soltó una risita - Es para ti
El rubio sonrió. El niño dejó ver sus manos, era un dibujo. Se lo extendió
- Gracias - dijo, mientras tomaba la hoja y la veía detenidamente. Estaba el niño, él... y Sasuke en el dibujo. El niño y él estaban tomados de la mano sonriendo, mientras el azabache tenía un garabato en color negro sobre su cabeza, simulando su enojo... Naruto soltó una risa.
El rubio estaba a punto de preguntarle su nombre, pero el niño ya no se encontraba más frente a él, había regresado a jugar con sus amigos.
Sasuke se fue temprano ese día. Se sentía cansado.
Mientras caminaba por las solitarias calles que llevaban a su hogar, el sol se ponía, los últimos rayos le acariciaban la piel. Con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, con un enorme vacío en el pecho...
"Everything you think you know, baby, is wrong. And everything you think you had, baby, is gone"
Sus ojos dejaron ver una pizca de tristeza, junto con una delgada capa de agua salina, dándoles un toque vidrioso. Tragó saliva, y con ella, las lágrimas.
Era demasiado orgulloso, como para aceptar que se había equivocado. Pero muy en el fondo sabía que había cometido el error definitivo. No volvería a tenerlo de nuevo entre sus brazos, y todo era su culpa. Inconscientemente se abrazó a sí mismo, tiritando como si tuviera mucho frío. Continuó caminando, siendo el sonido de sus pasos y los latidos de su corazón, los únicos que podía oír.
Pronto estuvo frente a la puerta de su casa. Se quedó de pie frente a ella. Suspiró y se dispuso a abrir. Cuando hubo estado dentro, no supo qué hacer, comenzó a recorrer la casa, sin dejar un lugar sin visitar, hasta que llegó a la habitación. Estaba tan cálida. Se quitó el uniforme, quedando sólo con los bóxers, tomó unos shorts del suelo y se los puso. Avanzó unos pasos más y se tropezó con algo. Miró hacia abajo. Era una camiseta, pero no una común... era una de Naruto. Se agachó y la tomó. Primero la contempló. Después la acercó a su rostro, aspiró el aroma. Una sonrisa se esbozó en su rostro. La volvió observar y se la puso.
Sin fijarse en la hora, se acostó en la cama, enroscándose. Hundió su nariz en la almohada. Una lágrima enorme, mojó sus pestañas, al percibir que el olor del cojín, era el del cabello del rubio. Estiró completamente sus piernas y abrazó la almohada. Comenzó a frotar, suavemente, su rostro contra la tela, impregnándose de aquel delicado aroma. Soltó un ligero gemido de dolor, y el llanto fue inevitable. En la habitación se escuchaba un poco de eco. Tiritaba y sorbía con la nariz, mientras se aferraba más a la almohada. No podía resignarse, pero era muy improbable que Naruto lo volviera a aceptar de nuevo en su vida, después de lo que le hizo.
"Certain things just happen when you make no plans. And love can really tear you up, and it can break you down. Everything you think you know, baby, is wrong"
Se acostó completamente boca arriba, con sus manos sobre su abdomen y suspiró. Miraba al techo. Sus mejillas aún estaban húmedas. Pequeñas gotas salinas se dejaban ver sobre sus pestañas. Ladeó la cabeza y divisó el teléfono. Tenía ganas de llamarle... Pero ¿él le contestaría? Y si así fuera ¿qué le diría? Estaba a punto de levantar la bocina cuando... éste sonó.
Se sobresaltó. ¿Sería él? Levantó la bocina, pero nadie atendió. Lo único que alcanzó a escuchar, fue una leve respiración.
- ¿Naruto? - preguntó en un hilo de voz - ¿Eres tú?
Colgaron.
El rubio se había armado de valor, y le había hablado por teléfono a Sasuke. Escuchó cómo éste le preguntaba si era él de quien se trataba, pero no articuló palabra. Además... ¿Para qué le estaba hablando? Sasuke había cometido el error, no él... Al final, colgó.
"If I could, I would, I'd change everything, cause I can't forget you though you don't believe me. Now I can't walk back, I can't leave behind. Where does it go all the light that we had?"
Se encontraba recostado en el sofá. Mirando la televisión. Sentado frente a unas imágenes, a las cuales, no les encontraba sentido alguno... Sólo miraba, pero no observaba. Estaba totalmente ausente. Tenía la mano derecha sobre su vientre, y lo acariciaba suavemente.
"Tendrás una buena familia, pequeño" murmuró.
"Everything you think you know, baby, is wrong. Everything you think you had, baby, is gone. Oh, baby, we're done. Oh baby, we're done. Baby, we're done. Baby, we're done. Oh baby... we're done..."