El rubio se sobresaltó al oír eso. La sangre fluyó rápido por todo su cuerpo. Sintió una adrenalina que jamás había experimentado. Los ojos le brillaron, estaba sin habla.
- No... - dijo, al fin.
Se oyó un pequeño barullo detrás de ellos. Sasuke se había quedado anonadado. Estaba seguro de que Naruto aceptaría la propuesta. Iba a levantarse, cuando el rubio abrió la boca para hablar de nuevo:
- N-no sé qué decir - titubeó. No había completado la frase...
- Podrías decirme que sí - se atrevió a decir el azabache
Naruto sonrió por lo que había mencionado Sasuke, y comenzó a reír nerviosamente. Deidara se aferró al brazo de Itachi, sin darse cuenta. El Uchiha mayor se sobresaltó, pero estaba emocionado... ¿Deidara quería también comprometerse con Itachi?... Claro que sí, sus mismos gestos lo afirmaban... Volviendo a Sasuke, éste tenía una expresión preocupada, porque Naruto no respondía.
- Naru, mi amor - musitó - Me estás poniendo nervioso... y entumido...
El rubio soltó otra risa nerviosa.
- Sasu... - respiraba agitado - Te... te amo, Sasu. Y... y... sí quiero casarme contigo.
Sasuke estaba que no se contenía de la felicidad... Sacó el anillo de la caja y lo deslizó por el delgado dedo del rubio. Se levantó, tomó por las manos a su amado y le dio un beso, bastante prolongado, profundo y jugoso. Se alcanzó a oír otro barullo detrás.
Hinata estaba sonrojada y emocionada. Neji estaba igual que su prima. Deidara tenía una sonrisa de oreja a oreja y casi daba brincos de emoción. Itachi se sentía feliz de que su hermano dejara su orgullo de lado, para poder hacer feliz al rubio y ser feliz él mismo. Ino, incluso, tenía esbozada una sonrisa en su rostro, y es que no se iba a negar: la escena era simplemente tierna.
Sasuke y Naruto se separaron para recuperar el aliento. Fue entonces que se dieron cuenta que todas las miradas estaban posadas en ellos. El rubio se ruborizó. Sasuke sonrió, orgulloso, abrazó a Naruto y le llenó el rostro de besos. Después le susurró al oído, mientras frotaba su nariz contra su mejilla:
- Te amo, Naru. Soy tan feliz. No hay nada que pueda hacerme más feliz que tú y el amor que me das.
- Yo también te amo - dijo el rubio - Y nunca me cansaré de decírtelo...
Después de esto, todos se acercaron a la pareja para felicitarla. Itachi fue el único que esperó. Deidara lo notó y se alejó un poco del grupo de amigos, para acercarse a su amado.
- ¿Sucede algo, Itachi? - le preguntó
- No... - sonrió - Es natural, supongo. Estoy orgulloso de que mi hermano haya abierto los ojos.
- Eso no es lo que te molesta, mi vida - dijo - Te conozco
- No es algo que me esté molestando - se cruzó de brazos. Se quedó callado un momento - Viendo todo esto... Tú... ¿Deseas casarte algún día?
Deidara sonrió, un poco extrañado.
- ¿Con quién? - preguntó, burlón el rubio.
- Idiota... - bufó Itachi. Deidara se rió.
- Tú mismo me dijiste... - se detuvo y corrigió: - Más bien me hiciste prometerte que nos íbamos a casar algún día.
- Lo recuerdo - sonrió con satisfacción. Se volvió al rubio - ¿Entonces, Deidara? ¿Nos casaremos algún día?
- ¿Me lo estás proponiendo? - inquirió
- Sí, mi amor - respondió el azabache - Cásate conmigo
Para ese momento, todos se habían quedado callados, oyendo la conversación de Itachi y Deidara.
- Sí, Itachi - dijo el rubio - Me casaré contigo
- ¡¡Sí!! - gritó Naruto. Itachi y Deidara se sobresaltaron. El rubio menor se acercó a la pareja, mientras exclamaba: - ¡¡Boda doble!!
Itachi estaba totalmente ruborizado y Deidara reía nerviosamente. Naruto se lanzó a abrazar al rubio mayor, éste le correspondió. Los hermanos Uchiha se cruzaron de brazos y fruncieron el entrecejo.
- Naruto... - musitó Deidara - Deberíamos soltarnos, Sasuke ya se puso celoso.
- ¿Y ya viste a Itachi? - soltó una risita.
Deidara se sobresaltó y le sonrió a su pareja, de manera nerviosa. Todo el equipo se dedicó a felicitar a ambas parejas, hasta que llegó la hora de irse, ya era bastante tarde. Se retiraron cada uno a sus hogares para descansar. Bueno fue que ya era Viernes. Los fines de semana no abrían y cada uno podía dedicarse a lo que quisiera.
Naruto y Sasuke se retiraron casi al final. El rubio se notaba cansado, había sido un día bastante agitado y lleno de emociones. Por su parte, el azabache estaba más feliz que nunca. No podía recordar la palabra tristeza, ni su significado cuando Naruto estaba con él.
Se encontraban caminando por las calles.
- ¿Podemos ir a mi casa, Sasu? - le preguntó
- Sí, mi amor - lo miró, pero lo notó decaído - ¿Te sientes mal?
- Nada que unas simples vitaminas no puedan solucionar - respondió
- ¿En serio? - inquirió, preocupado
- Sí, Sasu - dijo - Pero para eso, necesito ir a mi casa.
- Está bien, amor - asintió Sasuke - Yo te acompaño
- Gracias - el rubio sonrió
Continuaron caminando en otra dirección diferente, rumbo al hogar de Naruto. Cuando hubieron llegado, el ojiazul abrió la puerta y encendió la luz. Sasuke entró, un poco vacilante.
- Vamos, Sasu - dijo el rubio, mientras cerraba la puerta - Sigues entrando a mi casa como si me acabaras de conocer.
Sasuke sonrió, nervioso.
- ¿Dónde puedo dejar mis cosas? - le preguntó
- En el sillón - respondió
El azabache avanzó, dirigiéndose al sillón. Dejó ahí su mochila y su abrigo. Al virarse, pudo ver a Naruto con un vaso con agua y una pastilla de color rosa, observó cómo se la tomaba. El rubio dejó el vaso en la mesita de centro y se dejó caer pesadamente en el sillón. Sasuke se sentó a un lado de él.
- ¿Seguro que estás bien? - el azabache estaba muy preocupado
- No, Sasuke - respondió - Me siento como mareado.
Naruto se acurrucó entre los brazos de Sasuke, éste lo estrechó.
- Quédate conmigo, Sasu - le pidió el rubio
- No iba a irme, aunque me lo pidieras - le dijo
- Gracias - se estaba quedando dormido
- Vamos a tu cama - le dio un beso en la frente
El rubio ya estaba profundamente dormido. Sasuke sonrió, se levantó con cuidado. Se dirigió a la habitación de Naruto.
Al llegar ahí, descubrió la cama, quitándole las cobijas. Ya estaba a punto de salir de la habitación, cuando vio el buró. Había varias fotografías. Se acercó, curioso. Estaban algunas de cuando Naruto era adolescente y se encontraba con Shikamaru y con Kiba. Revisó las demás, mientras las iba pasando, la edad del rubio disminuía en las fotos. Llegó a una, era la más arrugada y fue la que más le llamó la atención. En esa fotografía, el rubio tendría unos siete u ocho años. Se veía que estaba en una especie de puerto, se encontraba en un lago. No estaba solo. Otro niño lo acompañaba. El rubio sonreía de oreja a oreja, mientras que con su bracito rodeaba los hombros del otro niño, éste último tenía la mirada lóbrega, y sonreía muy débilmente.
Sasuke se sobresaltó al ver la fotografía. Más por haber visto al niño que acompañaba a Naruto. Sonrió, emocionado. Salió de la habitación, no sin antes guardarse la fotografía en el bolsillo de su camisa. Al entrar en la sala, Naruto se había acurrucado.
- ¡Ay, Naru! - exclamó Sasuke, en voz baja - Tienes frío, pero no te vas a tu cama.
El rubio, por lo visto lo escuchó, porque soltó una risita. Sasuke se acercó y bajó sus cosas del sillón, después extendió las cobijas y se las puso al rubio.
- Acuéstate conmigo, Sasu - musitó
- No cabemos, mi amor - dijo - Vamos a tu cama, entonces.
- ¡Oh! - bufó - Está bien, está bien...
Sasuke lo ayudó a levantarse, mientras se llevaba las cobijas sobre el hombro. Cuando llegaron a la habitación, Naruto se acostó, mientras se quitaba la ropa más pesada. Sasuke hizo igual, al hacerlo se acurrucó a un lado del rubio y cubrió con las cobijas primero a Naruto y después a sí mismo. Poco después se quedaron dormidos...
A la mañana siguiente, una vez más, Sasuke despertó solo. Al percatarse de ello, el azabache se levantó de súbito y salió de la habitación. Recorrió la casa, pero Naruto no estaba. Revisó en la cocina, en las otras habitaciones, en el baño, pero no había ni rastro de él. Se dejó caer pesadamente en el sillón, se preguntaba dónde demonios estaba el rubio... En ese momento el teléfono sonó.
- ¿Hola? - contestó el azabache
- ¿Sasu? - era Naruto
- ¡Naruto! ¿Dónde estás?
- Fui a consulta, Sasu - respondió - Ya voy de regreso
- ¿Quieres que vaya por ti?
- No, gracias. Ya estoy bastante cerca. Te hablé para que no te preocuparas.
- ¿Habrá un día en el que despierte contigo a mi lado? Siempre haces lo mismo...
- Perdón... Es un hábito...
- Está bien... Regresa con cuidado, mi amor.
- Nos vemos
Sasuke colgó. "Bueno... al menos sé que está bien" Se levantó y se dispuso a asear y acomodar un poco la casa. Fue a la habitación y ordenó las cosas de Naruto, después tendió la cama. Cuando encontró su camisa, recordó la fotografía. Hurgó en el bolsillo y allí estaba. Volvió a sonreír añorante. La dejó sobre el buró y se metió a darse un baño.
Casi al tiempo que terminó de asearse y vestirse, Naruto llegó.
- ¿Cómo te fue? - preguntó el azabache
- Bien - sonrió - Sólo fue una consulta de rutina
- ¿Por qué no me despertaste para que te acompañara?
- Te veías tan apacible, que no quise
- No vuelvas a hacerlo. Quiero estar contigo.
- Está bien - volvió a sonreír, se acercó a Sasuke y le dio un beso. Notó que traía algo en la mano - ¿Qué es eso, Sasu?
- ¡Oh! - se sobresaltó y se sonrojó - Es una foto tuya, cuando eras niño... Me gustó mucho...
- ¿Puedo ver cuál es? - preguntó, serio - Para ver si puedo dártela.
Sasuke frunció el entrecejo, extrañado, y le dio la foto. Naruto observó la fotografía por poco tiempo y negó con la cabeza.
- No puede ser tuya
- ¿Por qué? - inquirió Sasuke
- Representa muchos de mis recuerdos más preciados. Yo tuve que haber estudiado en una escuela de aquí... Tenía la esperanza de que si regresaba a Francia lo encontraría... pero pasó lo de mis padres... y ya no volví a pisar tierra francesa...
- ¿Qué escuela era?
- Chocolatier-Confiseur
- Qué curioso... Yo estudié ahí...
- ¿En serio? - exclamó el rubio
- Sí... sonará extraño, pero yo estudié para hacer postres...
Naruto soltó una risa... ¡Qué irónico!
- Si no hubiese pasado lo de mis padres, probablemente nos hubiésemos conocido...
- Nos conocimos, mi amor - dijo simple
- Sí... muchos años después - Suspiró. Sasuke rió un poco
- ¿Quién es ese niño de la foto? - preguntó, sabiendo lo que el rubio contestaría... Naruto lo miró extrañado... La secuencia de sus preguntas era ilógica...
- No lo sé - respondió - Nunca me dijo su nombre... Lo conocí en un lago de por aquí. Siempre estaba sentado en el muelle, observando su reflejo en el agua... Esa foto es del día en que nos conocimos, mi mamá la tomó.
- Tu mamá era una mujer muy amable... Tenía una sonrisa preciosa...
Naruto volteó a ver a Sasuke, muy confundido.
- S-sí - titubeó - ¿Cómo sabes?
- ¿Tanto he cambiado? - inquirió, dulce. Naruto miró la foto - El niño de la foto soy yo, mi amor. Nunca te dije mi nombre porque yo era muy retraído cuando pequeño. Pero tú de repente llegaste y te presentaste... Al principio me caíste mal... - soltó una risilla - Pero tú seguías insistiendo en jugar conmigo... Por varios años olvidé tu nombre. Por eso cuando te vi, algo me decía que de algún lado yo te conocía...
Naruto miró sorprendido a Sasuke y comenzó a reír nerviosamente. El azabache sonrió y besó al rubio.
- Fuiste un niño muy dulce conmigo - dijo Sasuke
- Qué mal que no tuvimos más tiempo - se lamentaba Naruto - Yo simplemente estaba de vacaciones... Te extrañé todo el tiempo... Por eso quería estudiar en Francia... Estaba seguro de que te iba a encontrar...
- Y lo hiciste...