Una chica de expresión seria, tez blanca, cabello rubio y ojos verdes, había llegado al hospital una semana atrás. Era la sous chef del que sería el restaurante de Naruto. Su nombre era Temari. Sasuke la vigilaba de cerca, pero debía admitir que era una chica bastante inteligente y que sabía lo suficiente como para ser la segunda en mando.
- ¿En qué te especializas? - le preguntó a Temari, al segundo día de su llegada.
- Comida francesa, por supuesto - respondió, con una orgullosa sonrisa - También me gusta mucho la italiana, aunque sólo soy buena para las entradas, el Chef Uzumaki es bastante bueno en esa área... Y un poco la comida Rusa.
Sasuke sonrió de lado, divertido. Todo lo que ella sabía era a lo que Naruto llamaba "perspectiva" y seguramente por eso la había contratado.
Últimamente, Temari había estado visitando la habitación del rubio, en compañía de Shikamaru. A decir verdad, desde que se conocieron estaban la mayoría del tiempo juntos. A Sasuke le daba risa que Kiba se pusiera celoso.
Ambos se encontraban en la habitación de Naruto, platicando precisamente de eso. Los celos.
- ¡Por supuesto que no me gusta! - exclamó el castaño, enojado
- ¿Por qué estás tan celoso, entonces? - preguntó, pícaro, el azabache
- Shikamaru es mi amigo, Sasuke - respondió, serio - Cuando los padres de Naruto fallecieron, él nos hablaba constantemente, pero después conoció a Gaara y se desapareció... Ahora siento que puede que pase lo mismo con Shikamaru.
- ¡Tonterías! - bufó Sasuke - Además, si llega a pasar, ustedes jamás dejarán de ser amigos.
- Claro... - refunfuñó - ¿Cómo puedes saberlo? Tú estás del "otro" lado... Ya sabes... El futuro esposo de mi amigo...
- Eres demasiado posesivo - se había ruborizado por la última frase - Adviértele que no puede dejar de hablarte por salir con esa chica...
Kiba soltó una ligera risa. Continuaron platicando un rato más, hasta que Sai y Gaara aparecieron en el umbral. El pelinegro necesitaba hacerle una revisión a Naruto, así que les pidió que salieran. Cuando lo hubieron hecho, Gaara se recargó en una pared, cruzado de brazos y dejó escapar un prolongado suspiro. Sasuke y Kiba se miraron y sonrieron, cómplices. El pelirrojo había estado pasando tiempo también... pero con Sai. Platicaban, comían juntos, Gaara a veces le ayudaba con el trabajo de oficina o papeleo.
- Oye... Gaara - Kiba era el de las bromas - ¿Sai es... ya sabes... tu novio?
- ¿Q-qué? - el pelirrojo alzó la vista, estaba un poco ruborizado. Sasuke sonrió, conteniendo la risa.
- Lo que oíste - sonrió, malicioso.
- S-Sai y yo... - carraspeó - Sai y yo...
Sasuke ya no se aguantó más y soltó una sonora carcajada, interrumpiendo al pelirrojo, éste sonrió... "Al menos ya no se siente tan mal" pensó.
- Está bien... - suspiró Gaara - Algo así.
- ¿Algo así? - Kiba se cruzó de brazos.
- Sí... algo así como... n-novios - bufó.
Kiba y Sasuke se sobresaltaron. Sólo planeaban bromearle, pensando que lo de la relación entre ellos no fueran más que alusiones suyas... Pero no... La broma no les salió como realmente querían.
Unos minutos después, Sai salió de la habitación.
- Ya va mejorando - sonrió - Puede que despierte pronto.
Sasuke no habló. Sólo miraba a Sai y a Gaara en panorámico. Como si fuera un cuadro, para ver qué tal lucían juntos. Eran una pareja realmente extraña, pero... ¡en fin!...
- ¿Estás bien, Sasuke? - le preguntó Sai
- ¿Eh? - despertó - Ah... sí - sonrió.
- Qué bueno - le devolvió el gesto y se viró hacia Gaara - ¿Nos vamos? O... ¿quieres pasar a verlo?
- L-lo veré después... Vamos - respondió, ruborizado.
El azabache sonrió y agitó la mano a manera de despedida. Kiba, para que no vieran su rostro de que moría de la impaciencia, recargó su frente en el hombro de Sasuke, soltaba pausadas risitas. Gaara dejó escapar un bufido y comenzó a andar. Sai frunció el entrecejo, extrañado y siguió al pelirrojo.
- Entremos y contémosle a Naruto - dijo Kiba, cuando la pareja se alejó lo suficiente.
- Está bien - dijo - Pero yo le digo
- ¡Yo! - suplicó el castaño
- Una parte tú y otra yo, ¿vale?
- Sí
Ambos entraron a la habitación.
- Oye, Naru - comenzó Sasuke - Adivina... Sai y Gaara son novios
- ¡Oye! - le espetó - ¡Le dijiste todo tú!
- Perdón - sonrió, nervioso
- Bueno... Sai es el que te hizo la revisión hace un momento - dijo - Y Gaara nos acaba de decir que...
- Chicos...
Sasuke y Kiba voltearon hacia la puerta por mera inercia... Pero estaba cerrada... Entonces, se viraron hacia la cama... Naruto tenía su antebrazo sobre la frente... ¿Ya estaba despierto?
- ¿N-Naruto? - titubeó el castaño
Sasuke y Kiba se quedaron inmóviles, sin hacer ruido. No hubo respuesta por unos segundos... hasta que...
- ¿Sí? - inquirió, somnoliento
- ¡Por fin despertaste! - gritó Sasuke, emocionado, mientras se lanzaba hacia él y le besaba la frente.
Naruto soltó una ligera risa. Kiba sonrió.
- ¿Por fin? - su voz estaba casi afónica. Una semana sin haber usado las cuerdas vocales le había provocado eso.
- Sí - respondió, incorporándose - Estuviste una semana en coma.
- ¿En serio? - tosió.
- Sí - respondió Kiba
Sasuke se dio la vuelta y le pidió a Kiba que les avisara a los demás. Aparte de que quería estar a solas con su Naruto. El castaño sonrió, comprensivo y salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. El azabache fue a sentarse a un lado de la cama. Comenzó a acariciar sus cabellos, le sonrió y las lágrimas salieron de sus ojos.
- No llores, Sasuke - le dijo el rubio - Voy a estar bien.
- No estoy llorando por eso - rió, mormado - Estoy feliz de que ya hayas despertado... Llegué a pensar que jamás...
- Shh... - colocó su dedo índice en los labios de Sasuke - No hables así... Ya estoy despierto... Te amo...
- Yo también - sonrió y le dio un beso en la frente
- ¡Oh, vamos! - exclamó el ojiazul - Yo sé que quieres besarme en los labios...
Sasuke soltó una risita, se acercó a él nuevamente y le plantó un prolongado beso en los labios, éste rodeó el cuello del azabache con su brazo, haciendo más profunda la unión. ¡Diablos! ¡Qué bien se sentía! Sus corazones volvían a latir con fuerza. Y en la mente de ambos estaba intermitente la expresión: "¡Cuánto te amo!" El rubio deslizó su mano por la espalda de Sasuke, hasta llegar al final de su camiseta, entonces coló sus dedos por debajo de la prenda, acariciando la piel suavemente. Sasuke se estremeció al sentirlo. Hacía ya bastante que no tenía contacto con él, incluso antes del accidente, no tuvieron un acercamiento más allá de abrazos, superficiales caricias y besos. Sasuke intentó separarse, pero Naruto no lo dejó. Lo acercó para hablarle al oído...
- En el tiempo que estuve dormido... - soltó una risa pícara - Tuve sueños... contigo... sueños... sueños húmedos...
El azabache se sobresaltó y sintió cómo su sangre corría más rápido. ¡Diablos! ¡Naruto siempre daba en el clavo! Y... ¡Qué bien se sentía! Su respiración se tornó agitada. Lentamente se deslizó hacia la oreja del rubio, mordió ligeramente su lóbulo y también lo succionó. Bajó hasta el cuello y repitió la operación. Naruto soltó un ligero jadeo.
De pronto, la perilla de la puerta giró y...
- ¡Wow! - se oyó una exclamación. Sasuke soltó un bufido y Naruto una risita nerviosa. Se separaron. Ambos estaban sonrojados.
Itachi... Un poco inoportuno...
- ¡Con más calma, chicos! - soltó una risa. ¡Cómo le encantaba hacerle ese tipo de cosas a su hermano! - Aún hay tiempo.
- No me dejaste terminar de calentar a tu hermano - dijo Naruto, altanero.
Los dos hermanos se sobresaltaron. Parecía que después de haber tenido el embarazo, había vuelto a ser el mismo abalanzado de siempre... Era extraño, porque se habían acostumbrado ya, a que Naruto fuese más susceptible y sumiso... ¡Olvídense! ¡Ya no más!...
- Ya tendrás otra oportunidad, Naruto - dijo Itachi, divertido - La Doctora Tsunade ya viene, quiere revisarte.
- Sai ya lo hizo - dijo impaciente, Sasuke.
- Quiere ver cómo le cayó dormir tanto - sonrió - Además... Creo que Sai está un poco... ocupado...
- ¿Ocupado? - bufó Sasuke - ¿Ocupado con qué?
- Ya sabes... - carraspeó - Con... Gaara...
- ¿Gaara? - inquirió Naruto. Se aclaró la garganta. Ahora sí se creía que estuvo en cama una semana entera.
- Te lo dijimos Kiba y yo antes de que despertaras - dijo el azabache - Sai y Gaara son novios.
- ¿Quién es Sai? - preguntó
- Es el enfermero que te cuida - respondió Itachi
- ¿Es guapo? - Naruto tosió. Sasuke lo miró, ofendido. Itachi soltó una risa.
- Ya te extrañaba, Naruto - dijo el mayor
- ¡Oye, responde mi pregunta! - le espetó, pero éste se dirigió a abrazarlo.
- ¡Oye! - ésta vez, Sasuke despotricaba - ¿Cómo puedes preguntar si es guapo?
- Necesito saberlo... - respondió - Necesito saber si le conviene...
- A decir verdad - Itachi se incorporó - Se parece mucho a Sasuke.
- Eres un idiota - bufó el aludido
- ¿En serio? - exclamó Naruto - Qué irónico... También soñé que hacías las paces con él y que Shikamaru se conseguía una novia...
- No fue un sueño, amor - dijo, sonriendo - Es verdad... Hice las paces con Gaara hace una semana y te lo conté...
- Entonces... - titubeó - ¿Shikamaru tiene novia?... Espera... ¡Hiciste las paces con él!
- Sí... - sonrió, nervioso
- Y... ¿quién es la novia de Shikamaru?
- Temari - respondió Itachi
- Qué bien - exclamó - Ella es buena.
En ese momento, la Doctora Tsunade llegó... Pero acompañada... Traía un pequeño bultito entre sus brazos... Era el pequeño Kouya que ya por fin había salido de la incubadora. Voltearon a verla. Al notar al bebé, Sasuke ayudó a sentar a Naruto, éste último sólo tenía ojos para su hijo. La rubia se acercó al ojiazul y, con cuidado, lo depositó en su regazo. El niño estaba durmiendo plácidamente y cuando estuvo en contacto con su padre, gimoteó y se acurrucó. Naruto dejó escapar una risita.
- Te amo, Kouya - dijo con una tierna voz... Tal vez todavía podía ser sensible, después de todo...
- Basta, Naru - Sasuke hizo un puchero - Me pondré celoso.
- Naruto - la voz de Tsunade lo sacó de su ensoñación - Sólo lo traje de rápido... Necesito saber cómo está tu cuerpo, después de este tiempo.
- Está bien - asintió el rubio y dejó que Sasuke cargara al niño.
Una enfermera atravesó el umbral, pidió al bebé para llevarlo a los cuneros y les dijo amablemente que salieran durante la revisión. Los hermanos obedecieron. Al estar afuera, Sasuke miró con reproche a Itachi, éste soltó una risita.
- Perdón - dijo - No fue mi intención interrumpirlos así...
- Sí cómo no... - rezongó Sasuke - Eres un morboso, te conozco.
- No fue mi intención - repitió - Pero jamás dije que no disfrutara haciéndolo...
- Idiota... - resopló.
- Se notó que no pudiste aguantarte un momento más... - rió el mayor.
- Él... él me provocó... - titubeó.
- ¿En serio? - inquirió, incrédulo
- Por supuesto - respondió
- ¿Qué te dijo? - preguntó, curioso
- Eres un morboso - reiteró Sasuke. Itachi soltó una risa.
- Te mueres por decírmelo, hermanito - dijo el mayor.
- Él... - titubeó - ... Me dijo que tuvo... ¡¿Pero qué...?! ¿Por qué habría de decírtelo?
- Ya estabas a punto - rió - Anda... A ver... ¿Tuvo un orgasmo?...
- ¿Q-qué?... ¡No! - exclamó
- ¿Tuvo una fantasía contigo? - Itachi seguía insistiendo...
- N-no... - ahí flaqueó...
- Ajá... - vociferó con sarcasmo - Bueno... No pudo ser una fantasía, porque estaba en coma... ¿Un... sueño húmedo?
Sasuke se quedó callado y se sonrojó. Itachi sonrió de lado.
- No fue una idea muy original que digamos - comentó el mayor - Pero causó un efecto...
- Cálmate, experto - musitó, burlón
- Es que... - carraspeó - Deidara me dijo eso también, hace tiempo... Tal vez mientras ellos dos platicaban, llegó a comentarlo.
El menor suspiró. A Itachi no le causaba pudor alguno hablar sobre sus intimidades. Bueno... hasta cierto punto, claro... si Deidara no estuviera presente, tal vez su hermano se soltaría a hablar como tarabilla de trucos sexuales... Deidara siempre se cubría el rostro con la mano derecha cuando no quería que Itachi dijese algo sobre ellos. Tal vez en la próxima reunión se contenga...
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Una semana después, Naruto ya podía caminar bien y el yeso se le había retirado, aunque aún no podía mover del todo su brazo. El día en que lo dieron de alta, Hinata fue a visitarlo, le había traído flores. Se había dejado crecer el cabello y ahora lo tenía un poco más arriba de los hombros. Casi siempre lo llevaba suelto.
Al llegar a la sala de espera, se encontró con Shikamaru, Temari y Kiba. Los tres platicaban muy animados.
- H-hola - saludó ella. Ya conocía a Temari, puesto que Naruto se la había presentado meses atrás.
- ¡Hinata! - exclamó la rubia y se incorporó - Lindas flores
- Sí - rió quedo - Son para Naruto y Kouya
- ¡Oh! - se colocó de costado para no darle la espalda a los dos chicos, y refiriéndose a ellos, preguntó: - ¿Ya los conocías?
- A él ya... - dijo, refiriéndose a Shikamaru, éste le sonrió. Miró a Kiba - Pero...
- Me llamo Kiba - se puso de pie de un brinco y sonrió ampliamente, mientras extendía su mano
- Yo soy Hinata - le devolvió la sonrisa, extendiendo su mano de la misma manera.
Al momento de estrechar sus manos, Kiba sonrió de lado, y teniéndola así la haló hacia sí para darle un beso en la mejilla. Ella, al sentir el tirón, dejó escapar una ligera exclamación y cuando sintió el beso, no pudo evitar sonrojarse.
- Mucho gusto - dijo él. También se le notaba un ligero sonrojo
- I-igual - rió nerviosa
- Y bien... - Shikamaru se levantó del asiento - ¿Cómo has estado, Hinata?
- B-bien... - volteó súbitamente a donde le hablaban - ¿Y tú?
- También muy bien - sonrió, colocándose a un lado de Temari
- Vaya... - exclamó. En ese instante se dio cuenta de que Shikamaru y Temari eran más que amigos. Astuta - Con razón dicen que no hay mal que por bien no venga... El accidente de Naruto tuvo su lado bueno... Y... hablando de él... ¿Dónde está?
- En la oficina de la Doctora Tsunade - respondió el pelinegro - Arreglando unos papeles... Estábamos esperando.
En ese momento, Itachi llegó con Deidara. Ambos saludaron a los presentes.
- ¿Todavía no salen? - preguntó Itachi
- Aún no - respondió Shikamaru - Llevan ahí como media hora.
- ¿Cómo están? - preguntó ésta vez Deidara, refiriéndose a Naruto y al bebé.
- ¡Mucho mejor! - exclamó Kiba. Hinata soltó una risita.
Todos voltearon a verla. Generalmente el que la hacía reír así era Naruto... Pero ésta vez había sido Kiba. Y es que cuando respondió la pregunta de Deidara, el castaño le había guiñado un ojo a ella.
¡Salvada!
- M-miren... - la chica señaló al pasillo - Ahí vienen.
¡Gracias, Sasuke! ¡Gracias, Naruto! ¡Gracias, Kouya! Hinata estaba salvada.
El azabache traía al bebé en brazos y también cargaba las cosas. El rubio solamente traía una pequeña bolsa de plástico donde, seguramente, vendrían sus medicamentos. Ambos traían expresiones distintas: El primero venía como niño regañado y el segundo sonreía como si nada estuviera pasando. Cuando se acercaron, Hinata le entregó las flores a Naruto y después preguntó:
- ¿Qué sucedió?
- ¡Oh! - exclamó el rubio - La Doctora regañó a Sasu... ¿verdad, mi amor?
- ¡Ah! - suspiró - S-sí...
- ¿Por qué? - preguntó Deidara
- Diles, Sasu - rió el rubio
- ¿Tengo qué? - inquirió, mirándolo. Naruto asintió con la cabeza - La Doctora me dijo que soy un descuidado...
- No... - soltó una risita - dijo que eras un idiota
- ¡Bah! - bufó el azabache - Lo que sea... Por... arriesgar la salud de Naruto... que debía hacerme responsable
- Que dejaras de ser egoísta - corrigió Naruto
- Pero... Arriesgar su salud ¿por qué? - inquirió Itachi
Sasuke soltó un bufido... No quería decir esa parte. Naruto dejó escapar una carcajada.
- Por lo que hizo cuando desperté - respondió el rubio, pícaro.
- ¡Fue tu culpa! - exclamó Sasuke, molesto.
- ¿Qué hizo? - preguntó Deidara
- Tú sabes... - respondió Itachi - Sasuke no se aguantó y...
- ¡Cállate! - casi grita, de no ser porque traía en brazos a su hijo.
Deidara casi no entendió. Y los demás menos. Los únicos ahí que sabían lo que pasaba eran Itachi, Naruto y por supuesto Sasuke. Itachi suspiró e hizo una seña para que lo siguieran. Ya era hora de partir del hospital. Naruto aminoró el paso... Algo le hacía falta.
- Oye, Sasu - le habló quedo - ¿Y Gaara?
- Ya... ya se fue - respondió, mientras continuaban avanzando. - Con Sai... Me dijo que vendrá a visitarte mañana temprano.
- Ni siquiera se despidió - comentó el ojiazul, cabizbajo.
- Todavía no se va, Naru - dijo Sasuke dulce y le dio un beso cerca de las comisuras - Ya tendrás tiempo de platicar con él.
Sasuke ahora entendía lo que Kiba le decía ese día con respecto a Shikamaru. Pero él aún continuaba pensando lo mismo:
- Del hecho de que esté enamorado y que pase tiempo con él, no quiere decir que van a dejar de ser amigos, mucho menos te va a dejar de querer.
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Al llegar a la casa de Naruto, todos estaban ansiosos por cargar al bebé. Todos lo hicieron. Itachi fue el primero, en todo el viaje iba insistiendo que él tenía que cargarlo antes que los demás. Después le siguió Deidara, éste se emocionó y deseó tener pronto a su hijo. Siguieron Hinata, Temari, Kiba y al final Shikamaru, éste último estaba un poco reacio, no le gustaba cargar bebés porque tenía miedo de tirarlos, pero al final fue uno de los que repitió para sostenerlo en su regazo.
Naruto y Sasuke los miraban atentamente. Su Kouya era el bebé más hermoso que hubieran visto y el más tranquilo también. Desde que habían salido del hospital, no había llorado ni una sola vez. Estaba calmado y dormía mucho. Y aunque estuviese despierto, no abría los ojos para nada. A Naruto le causaba hilaridad.
Después de un buen rato, todos se retiraron por partes: Primero se fueron Kiba y Hinata (para sorpresa de los presentes), después Shikamaru y Temari, y al final Itachi y Deidara. Dejando a solas a la pequeña familia.
Naruto se encontraba dándole de comer, estaba sentado en el sillón, mientras Sasuke acomodaba algunas cosas que habían traído y otras que estaban fuera de su lugar. El bebé comenzó a gimotear, señal de que ya no necesitaba más leche. Le retiró el biberón con cuidado. En ese momento, lo iba a incorporar para que sacara aire, cuando comenzó a abrir lentamente sus ojitos.
- S-Sasuke - le llamó, titubeante
- ¿Qué pasó, Naru? - estaba en otra habitación
- Kouya e-está abriendo los ojos - seguía titubeando de la emoción.
Entonces se oyeron los rápidos pasos del azabache sobre el piso de madera. Se sentó a un lado del rubio, apresuradamente. Ambos observaban al bebé. Éste abrió sus orbes por breves momentos... ¡Pero qué ojos tan hermosos! Sasuke y Naruto sonrieron al notar el color de los mismos. Eran igual a los de su padre...
Azul Brillante...