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Crème Chocolat Moka por Yoko_Nakajima

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Notas del capitulo:

Buenas tardes-noches, mis querid@s yaoistas!

Aquí un nuevo capítulo de mi fic... Qué tal? Sasuke todo menso por agüarle todo al pobre Naru... pero ya verán! Esta sorpresa ninguno de ustedes se la esperan xDD...

Bueno, sin nada más que decir

¡Qué lo disfruten!

La alarma sonó a la hora de siempre. Cinco de la mañana. Iría a ver a Chôji, para saber las novedades... Además de que tenía que llegar temprano, porque el agricultor se presentaría esa mañana. Se vistió con lo primero que encontró y salió rápidamente de su casa. Cuando hubo llegado a Les Halles, se dirigió veloz con su amigo.

-      Hola, Chôji - dijo el azabache cuando estuvo lo suficientemente cerca. Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

-      Buenos días, Sasuke - el hombre correspondió al saludo - Se te nota más feliz hoy

-      Lo estoy, Chôji, lo estoy - dijo Sasuke frotando sus manos - ¿Hay algo nuevo?

-      Sí, Sas - respondió el castaño mientras se volvía hacia adentro del local y sacaba una caja de madera - Generalmente no vendo marisco desecado, pero cuando vi este bumalo y me acordé de ti.

-      Qué considerado, Chôji - agradeció el azabache

-      Sí, mira... - abrió la caja. Era pescado seco, cortado en tiras, se encontraba atado

-      Está perfecto - dijo - Me lo llevo... ¿Hay alguna otra cosa?

-      Sí... - respondió, guardando el manojo de pescado en una bolsa - Aleta de tiburón desecada... Medusa salada... y Saithe en conserva

-      El Saithe debió de estar costoso - dijo Sasuke alzando las cejas sorprendido

-      Sí, pero ése lo compré porque me lo pidieron - respondió Chôji dejando la bolsa en el mostrador - ¿Algo más?

-      No, gracias - sonrió y tomó la bolsa - ¿Cuánto va a ser?

-      Diez euros - respondió. Sasuke buscó en la  bolsa trasera de su pantalón y sacó dos billetes de cinco.

-      Exacto... - se rió. Le pagó y se fue.

No era muy tarde. Serían como las ocho de la mañana, cuando Sasuke llegó a su casa. Dejó sus compras sobre la mesa y se metió a bañar. No tardó mucho. Con una toalla alrededor de su cintura y otra más pequeña sobre su nuca, cayéndole por los  hombros fue que salió del baño. Se vistió rápidamente con su clásico pantalón negro, sus botas y su pulcra filipina. Salió de la habitación, tomó su chamarra, su gorro, sus compras y partió hacia el restaurante.

Sus pasos eran mucho más rápidos de lo habitual, no quería llegar tarde, quería escoger los mejores ingredientes, aunque, lo que realmente deseaba, en el fondo, era ver a aquel rubio angelical que lo hacia estremecer, no quería perderse su dulce mirada y su candorosa sonrisa. Cuando hubo llegado, Itachi estaba acomodando algunas cosas en la pequeña recepción.

-      Buenos días, Itachi - saludó el menor con un tono dulce

-      Muy buenos días, Sasuke - Itachi entrecerró los ojos, mientras recargaba su codo contra el mostrador y sostenía su mentón con su mano.

-      ¿Cómo te ha ido? - preguntó Sasuke amablemente y dejando sus cosas sobre un perchero.

-      No tan bien como a ti - respondió con tono pícaro y un tanto cantado. El pelinegro menor volteó a ver a su hermano con el entrecejo fruncido.

-      ¿Por qué lo dices? - Sasuke ya podía sospechar algo

-      Ino los vio en la cocina el miércoles en la noche - respondió Itachi con una sonrisa plácida

Sasuke, sin querer, dejó escapar una exclamación de una preocupación.

-      ¡Oh! - exclamó el mayor - ¿Entonces es cierto?

-      Claro que no - Sasuke se dirigía hacia la cocina, se subía las mangas de la filipina

-      Entonces, ¿cómo sabes de quién hablo? - Itachi soltó una risa de satisfacción, mezclada con picardía, ya lo tenía acorralado. Sasuke se paró en seco

-      Nosotros no somos nada - dijo Sasuke - sólo fue... algo incidental...

-      ¿En serio? - Itachi quería que su hermano le dijera bien cómo habían sucedido las cosas, pero era demasiado pedir, no era ni el lugar ni el momento.

-      Hablamos más tarde - sentenció el menor, siguiendo su camino hacia la cocina.

"Seguramente, Ino ya le dijo a todos lo que vio... Prepárate a recibir miradas raras, Sasuke" se decía a sí mismo el pelinegro. Abrió una de las puertas rotatorias y entró. La alineación de cocineros, voltearon a verlo.

-      ¿Qué miran? - preguntó el pelinegro con los brazos cruzados - ¡A trabajar!

Todos obedecieron. "Sí... ya todos lo saben" pensó, bufando. Naruto se encontraba platicando con Hinata. Si Sasuke se acercaba a él, parecería muy obvio... así que decidió ir a su estación, sin saludar a nadie.

-      Chef - Ino se acercó

-      ¿Qué sucede? - Sasuke quería gritarle y despedirla, pero no podía hacerlo.

-      El agricultor ya llegó - dijo con la mirada baja

-      Está bien - suspiró.

Se dirigió a la puerta trasera, ahí era donde el camión del agricultor se estacionaba.

-      Buenos días, Chef - dijo el hombre

-      Buenos días - saludó serio - Lo de siempre, por favor. ¿Ha traído algo nuevo?

-      Sí, Chef - respondió. Algunos hombres descargaban cajas que la cocina necesitaba. - Traigo hoy conmigo patata jersey royal, Pontiac, kipfler y Charlotte.

-      Genial - Sasuke cambió su tono de voz - Quiero una de jersey royal y una de Charlotte.

-      Perfecto, Chef - el hombre frotó sus manos, y dirigiéndose a sus ayudantes, dijo: - ¡Ya oyeron!

-      Chef... - Ino se encontraba a un lado del azabache - Lo... lo siento...

-      ¿Por qué? - Sasuke no la miraba, sus ojos estaban clavados en las verduras.

-      Por lo que he dicho de usted y... Naruto... - dijo ella bajando la cabeza.

-      ¿Por qué lo hiciste? - preguntó aún sin mirarla.

-      Porque... - titubeó - A mi... a mi me gusta él...

Sasuke se quedó callado. No pensaba responderle nada. Y es que lo hacía porque no quería soltarle un insulto por lo inmadura que la rubia se había comportado. Aunque también lo hizo por satisfacción. Sabía lo que realmente el rubio sentía. "Lo siento... ya es mío" se contuvo de decir... Después de que todo se hubo descargado del camión, se dirigió donde Itachi, ya que éste se encargaba de la inversión del restaurante, se encontraba en el refrigerador, supervisando la entrada de cada caja.

-      Yo lo pago, tú abre - dijo el mayor.

-      Sí - Sasuke salió de la cocina, para así poder abrir

En el trayecto, el pelinegro pudo sentir cómo Naruto lo seguía con la mirada. Abrió las puertas y aspiró hondo. "Es estúpido... Yo debería actuar como si nada..." pensaba Sasuke, mientras caminaba de regreso a la cocina. Cuando hubo retornado, el agricultor y sus hombres estaban por irse, Itachi ya les había pagado. Sasuke se dirigió sin decir palabra a su estación a preparar algo... no sabía qué... pero algo tenía que hacer... Itachi cerró las puertas traseras y salió de la cocina. Naruto no tardó más en su conversación con Hinata, porque en menos de lo esperado, ya estaba a un lado de Sasuke.

-      Ya todos saben, Chef - murmuró Naruto al oído del pelinegro

-      Ya lo sé - respondió - Y no me digas Chef, dime Sasuke

-      Le diré Sasuke cuando no estemos en la cocina... Chef - dijo sonriendo

-      ¿Y cuándo será eso? - preguntó el pelinegro frunciendo el entrecejo

-      Si usted acepta... tal vez hoy - respondió Naruto, mientras deshojaba una ramita de albahaca.

-      ¿H-hoy? - a Sasuke se le agolpó el calor en las mejillas

-      Sí, sea paciente, Chef - el rubio sonrió pícaramente - Ya se lo diré al final del día...

Y así transcurrió el día. La curiosidad mataba a Sasuke. ¿Qué sería lo que tenía que aceptar? Intentó varias veces hacer que Naruto le dijera lo que tramaba, pero el rubio siempre estaba un paso adelante. Debería ser algo importante o elaborado para no querer decirlo... o tal vez ambas... Tanta era la curiosidad que inundaba la mente del azabache, que a veces se distraía y hacía cantidad de más de un solo platillo.

-      Concéntrese, Chef - decía el rubio - Deje de pensar en la sorpresa que le tengo... ¡Oups! Creo que ya hablé de más...

Sasuke se sobresaltó al oír la palabra sorpresa. El pelinegro iba a hablar, cuando Hinata los abordó de la nada.

-      Chef... - llamó ella

-      ¿Qué sucede, Hinata? - le preguntó en un tono suave el azabache.

-      ¿Podría irme hoy más temprano? - inquirió dudosa

-      ¿Te sientes mal? - Sasuke dejó lo que estaba haciendo. Hinata, al ser una de sus más sobresalientes trabajadoras, si no es que la mejor, se preocupaba por ella.

-      Un poco... - sonrió nerviosa.

-      Está bien - dijo Sasuke sonriendo con preocupación - Descansa, nos vemos el Lunes...

-      Sí - dijo en un suspiro.

La chica se retiró, mientras todos le decían que descansara y que se cuidara.

Sasuke de hecho ni siquiera le había dicho a Ino que Hinata competía con ella para ser la segunda en mando. Meses atrás, el azabache estaba indeciso por quién podría ser la mejor... pero ahora, la respuesta era más que obvia... Sacudió su cabeza ligeramente y recordó lo que estaba hablando con Naruto...

-      Naruto... a... - titubeó - a... mi no me agradan mucho las sorpresas...

-      ¿No? - el rubio frunció el ceño, preocupado - Pues... entonces yo haré que le gusten mis sorpresas.

Naruto lucía decidido. Sasuke sintió cómo el calor le invadía las mejillas, las orejas... y el pecho. "Es tan terco" pensó. Y, precisamente, su misma terquedad y decisión eran las que lo atraían. Cada momento que pasaba, a cada ligero movimiento que hacía, cada palabra que decía, lo volvían inexplicablemente loco, le daban ganas de besarlo, de acariciarlo, de poseerlo y ser poseído... y cada vez que pensaba en eso, su rostro adquiría una expresión de embeleso, sonreía y sus ojos brillaban.

 

Por fin llegó el momento. Sí, el momento en que cerrarían el restaurante. Los viernes se acostumbraba cerrar dos horas antes, así que esa vez no fue la diferencia. Cuando todos se hubieron ido, Naruto reveló parte de su sorpresa.

-      Muy bien, Chef - dijo el rubio - ¿está listo?

-      Sí... - Sasuke intentaba mostrarse desinteresado, pero era inútil

-      Bien - Naruto sonrió, frotándose las manos - Cierre los ojos... no se le ocurra abrirlos...

-      Está bien, está bien - farfulló y cerró los ojos.

Naruto sonrió ante la ingenuidad del pelinegro. Se fue acercando lentamente a sus labios, pero no lo besó... Sólo hizo que sintiera la calidez. Sasuke abrió los ojos, pero el rubio los cerró nuevamente con su mano. Paseó su respiración por las mejillas del pelinegro, por su frente, por sus oídos, ahí fue donde se detuvo.

-      Quiero estar contigo, Uchiha Sasuke - dijo el rubio muy quedo. Tomó su rostro - He hecho algo que se supone que no debería... así que no puedes decirme que no... pero... tendrás que esperar hasta llegar a tu casa para la verdadera sorpresa.

Y lo besó...

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado mucho!

Sayonara, Datte bayo!

Yoko

 

PD. Igual que el anterior: Si quieren alguna de las recetas, yo se las paso^^


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