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Crème Chocolat Moka por Yoko_Nakajima

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Notas del capitulo:

Buenas noches, querid@s yaoistas!

Aquí, Yoko Nakajima reportándose!

Es que anduve en abstinencia de yaoi toda esta semana por los examenes. Bien pude haber escrito, porque tiempo tuve, pero me autoimpuse esto. Sí... por mi propia voluntad. No se imaginan lo difícil que fue... Bueno, y ese tiempo que no usé para escribir, lo utilicé para estudiar Historia y Física... Pero la semana ha terminado y tengo tres días de descanso! ¡Sí! ¡Yaoi a montones!

Muy bien. Por haber sido tan buen@s y esperar hasta este capítulo, serán remuneradas: ¡Hay LEMON! Sí... otro...

De antemano les pido que comprendan a mi Naru-chan por cómo se va a comportar al principio del capítulo... Ya descubrirán por qué lo hizo, capítulos adelante, claro está.

¡Qué lo disfruten!

Unos minutos después del amanecer, Sasuke, sintió un poco de frío. Se dio la vuelta en la cama para así poder calentarse con el cuerpo de Naruto, pero sólo pudo sentir las sábanas vacías, todavía estaban tibias... Se levantó un poco somnoliento. Fue abriendo los ojos poco a poco, ya que la luz de la mañana entraba de lleno en su habitación, lastimándolo. Lo primero que alcanzó a divisar cuando tuvo los ojos bien abiertos, fue el cuerpo desnudo de su compañero, éste se encontraba de espaldas, parecía estar buscando algo en el suelo.

-      ¿Dónde lo dejé? - farfullaba

-      ¿Dónde dejaste qué? - exclamó Sasuke, haciendo que el rubio diera un pequeño brinco de sorpresa, éste se dio la vuelta y se dirigió hacia la cama.

-      Nada...  nada... - dijo acercándose lentamente hacia el azabache - ¿Cómo dormiste?

-      Bien... - sonrió, después plisó el entrecejo y añadió: - Hasta que ya no te sentí en la cama...

Sasuke se cruzó de brazos, fingiendo enojo. Naruto sonrió, miró al pelinegro con ternura y le dio un pequeño beso.

-      Perdón - dijo en tono infantil - Perdóname, no volverá a pasar... Es que... estaba buscando algo...

-      Dijiste que no estabas buscando nada - dijo Sasuke extrañado

-      ¿Ah, sí? - Naruto sonreía nervioso. El pelinegro lo miró de una manera inquisitiva. El rubio suspiró y dijo: - Estaba buscando una cajita roja, cuadrada - delineó en el aire la forma de la caja con sus manos. Se recostó a un lado de Sasuke y se cubrió con las sábanas.

-      ¿Para qué? - preguntó el azabache, recostándose sobre el pecho de Naruto.

-      Es... un regalo - respondió el rubio - Para ti...

-      No tenías que molestarte - musitó Sasuke

-      Es sólo un reloj... - dijo Naruto

-      ¿Es una indirecta? - exclamó el azabache a manera de burla

-      ¿Una indirecta? - Naruto no entendía

-      Sí... una indirecta - dijo el pelinegro - De que llego tarde y que por eso necesito un reloj...

-      ¡Claro que no! - exclamó Naruto realmente molesto

-      No te preocupes - dijo Sasuke apaciguando a su compañero - Gracias.

Se acercó al rostro del rubio, le dio un beso en la mejilla y volvió a recostarse. Naruto soltó una risita.

-      Nunca creí que fueras así - dijo el rubio al sentir aquel inocente beso.

-      ¿Cómo? - preguntó Sasuke confundido

-      Tan tierno - volvió a reírse

Sasuke hizo una mueca extraña, como si estuviera molesto, pero al mismo tiempo halagado. Después sonrió y abrazó a Naruto con fuerza. Podía oír los latidos de su compañero, eran rápidos. Se quedaron así, sin hablar, ambos abrazándose, hasta que el pelinegro pudo escuchar al estómago del rubio quejarse por no tener alimento, éste último contuvo la respiración. Sasuke solamente soltó una carcajada.

-      Ven. Hay que desayunar - intentó levantarse, pero Naruto se lo impidió

-      No... - dijo - quiero que nos quedemos así otro rato...

-      Tienes hambre - refunfuñó - Vamos a desayunar

Naruto soltó un bufido de molestia:

-      ¡Pero sí que eres bueno para arruinar el momento!

Se levantó de la cama, quitándose de encima a Sasuke con brusquedad, empujándolo. Se puso los bóxers y salió a paso rápido de la habitación, azotando la puerta.

-      ¿Y ahora qué hice? - se preguntó.

Suspiró, se levantó, se cubrió con sus bóxers y una camiseta blanca, holgada. Caminó hacia la mesita donde se encontraba el domo y lo descubrió. Era un postre. "Debí haberle dicho que no me gustaban los postres" pensó. Volvió a cubrir el domo. Suspiró nuevamente, colocando las manos sobre sus caderas, miró al suelo y al ir subiendo la vista, divisó la cajita roja.

Bajó los brazos y la recogió. No quiso abrirla. Decidió que era mejor ir a disculparse con Naruto, aunque no tuviera muy claro por qué. Salió de la habitación con la caja en una de sus manos. Lo buscó en la sala, pero no estaba. Tampoco se encontraba en el baño... Pero... ¿Cómo no lo pensó antes? Seguro que estaba en la cocina. Sasuke caminó a paso rápido. Al llegar, abrió la puerta de la cocina y ahí estaba él, sentado en una silla con los brazos sobre la mesa y el rostro escondido entre ellos. Parecía como si estuviera llorando. Sasuke se aproximó lentamente. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, haló una silla, se sentó frente a él y esperó a que mostrara su rostro. Tardó bastante, pero al fin sucedió.

-      Perdón - dijo Sasuke inmediatamente después.

-      No... no tienes por qué - dijo Naruto sonriendo débilmente - Fue... fue un estúpido arranque mío. Yo... yo no debí gritarte

Sasuke se quedó callado. Definitivamente el rubio era un tanto especial. Era muy voluble. Solamente que el problema fue que Sasuke no lo notó en ese momento.* De pronto, recordó la cajita roja.

-      ¡Mira! - exclamó Sasuke enseñándole a Naruto lo que había encontrado

-      Ábrela - dijo el rubio sonriendo con un poco más de fuerza.

Sasuke quitó la tapa. Había un reloj con cintos de cuero negro, pero lo más curioso era, precisamente el reloj. Tenía un dibujo donde estaban marcados los números de la hora. Era un paisaje, muy bien detallado por cierto. Un viñedo, de lo que seguramente sería Toscana. El azabache estaba impresionado con la calidad del dibujo, era tan exacto.

-      Debió haberte costado un fortuna - dijo sorprendido. Naruto sólo subió los hombros - Es muy bonito... No debiste... Gracias.

-      De nada - dijo sonriendo

Sasuke volvió a poner el reloj en su lugar, cerró la cajita y la dejó en la mesa.

-      ¿Quieres algo de fruta? - preguntó al rubio

-      Sí, por favor - respondió - Voy a ponerme algo encima

Ambos se pusieron de pie. Naruto salió de la cocina y Sasuke sacó frutas, una tabla y un cuchillo. Picó manzanas en cuadritos, rebanadas de fresas y las cubrió con miel y un poco de granola... El rubio apareció al poco rato, cuando todo estaba servido. Traía el domo en ambas manos. Se acercó y lo dejó sobre la mesa. Sasuke se le quedó viendo unos momentos...

-      Oye... - dijo el pelinegro - Naruto... Debo decirte algo que creo que te molestará un poco.

-      ¿Qué? - preguntó éste

-      A mí no me gustan los postres - respondió compungido. El rubio sonrió

-      Lo mismo decías de las sorpresas - se acercó más y le dio un leve beso en los labios - Pruébalo al menos

-      Está bien - dijo ruborizado - Pero primero comeré la fruta...

Naruto se remitió a sonreír nuevamente. Ambos se sentaron uno al lado del otro y comenzaron a comer.

-      Está rico - dijo el rubio sonriendo

-      Sólo es fruta con miel y granola, no es gran cosa - Sasuke alzó los hombros

-      Eres demasiado modesto - dijo Naruto burlándose

-      Gracias - dijo Sasuke riéndose

Entre risas, al azabache se le escurrió un poco de miel por la comisura, Naruto se percató de eso...

-      Sasuke - le llamó el rubio

-      ¿Sí? - el azabache se viró hacia Naruto

El ojiazul no dijo nada y simplemente se acercó a Sasuke, lamiendo lentamente la miel de su comisura. El hormigueo que había experimentado la noche anterior, volvió a hacer acto de presencia. Al separarse, Naruto saboreó la miel que estaba mezclada con el delicado sabor de los labios de Sasuke, el cuál se encontraba aturdido por esa sensación tan placentera. Al finalizarse el pequeño orgasmo que Sasuke había sentido, abrió los ojos y notó que Naruto lo miraba curioso.

-      ¿De nuevo? - preguntó el rubio sorprendido

-      Sí, pero ésta vez fue más corto - respondió Sasuke y dándose la vuelta añadió: - Eres demasiado provocativo

-      ¿Eso fue un cumplido? - Naruto frunció el entrecejo

-      Sí, sí lo fue - un escalofrío recorrió la espalda de Sasuke. Tenía ganas... y muchas...

-      Entonces, gracias - dijo Naruto

El rubio picó con el tenedor el último pedazo de manzana y se lo llevó a la boca. Paseó su dedo por el plato, para poder untarlo con la miel restante y lo lamió, al parecer de Sasuke, bastante incitante. El pelinegro apretó sus manos contra sus piernas y mordió su labio inferior muy sutilmente.

-      Deja de hacer eso, por favor - musitó

-      ¿Hacer qué? - preguntó Naruto extrañado

-      Sé que lo haces a propósito - Sasuke ni siquiera lo miraba

-      ¿Qué? - el rubio buscaba la mirada del azabache. Se quedó pensando un momento hasta que por fin lo entendió. Soltó una risilla - Lo siento... es que así me gusta comer... - se acercó al oído de Sasuke y comenzó a hablar muy suave y provocativo - ... Me gusta morder la manzana lentamente, para poder sentir cómo su jugo explota dentro de mi boca y lamer la miel, porque, ¿sabes?, me recuerda al delicioso sabor de tu piel...

Después de haber dicho eso, lamió y mordió el lóbulo de Sasuke, haciendo que a éste se le erizara la piel y comenzara a temblar de excitación. Su respiración comenzó a agitarse ligeramente. Naruto sonrió, satisfecho, había logrado su cometido. Aunque quisiera, el pelinegro no podía dejar de temblar, ni de sentir aquellos escalofríos tan placenteros... Se encontraba vulnerable, nunca nadie lo había hecho sentir de esa manera tan magnífica como lo era aquella. Se sentía débil, pero no era una fragilidad que lo hiciera sentir impotente, más bien, seguro. Cuando hubo tenido algo de control sobre su cuerpo, Sasuke se lanzó hacia Naruto, haciéndolo caer de la silla.

No le importaba la hora o el lugar donde se encontraban. Era menester poseerlo en ese preciso momento. El rubio soltó un leve quejido de dolor por el golpe que se había dado contra el suelo. Comenzó a sobarse la cabeza, mientras observaba la perdida mirada del azabache, éste tenía la vista fija en el abdomen del rubio, mientras acercaba su mano para colarla debajo de la impecable camisa, acariciándolo. Fue subiendo su mano cada vez, quitándole la estorbosa prenda. Naruto subió los brazos para ayudarlo. Cuando tuvo el torso desnudo, el azabache se lanzó rápidamente a su cuello. El aludido soltaba suspiros y gemidos entrecortados. Las manos de Sasuke se fueron paseando hasta llegar al miembro del ojiazul, éste último, por instinto, intentó detener al azabache, pero éste lanzó la mano de Naruto con un leve golpe.

-      ¿No te gusta? - preguntó Sasuke

Naruto sólo se le quedó viendo, turbado. Al no ver respuesta, el pelinegro, se quitó la playera y la aventó lejos de su alcance. El rubio miraba el pecho desnudo de Sasuke, éste le tomó de la mano y la guío por su abdomen, después la hizo descender hasta su espalda baja. El rubio salió de su desconcierto y movió la mano por sí mismo. El azabache se volvió a inclinar, para succionar el cuello de Naruto, dejándole pequeñas marcas rojizas. Lamiendo y mordiendo. Continuó subiendo por la barbilla, hasta llegar a la boca. El rubio abrió su cavidad, dejando que la lengua de su compañero pudiera entrar, la cual, al encontrarse con la suya, comenzaron a jugar. Ambas chocaban, se empujaban, hacían dar la vuelta, enredándose; sus labios querían participar más, por lo que abrían y cerraban la boca, al igual que intercalaban la inclinación de la cabeza. Repitieron eso varias veces hasta que sus pulmones clamaron por oxígeno.

Se separaron con la respiración agitada y al instante se sonrieron, cual cómplices de algún crimen. Sasuke volvió a cazar sus labios, mientras apoyaba una mano en el suelo y la otra la utilizaba para acariciar el pecho del rubio, éste último soltó un gemido contenido al sentir cómo los dedos del azabache se paseaban por sus pezones. Entonces, haciendo uso de su fuerza, sometió a Sasuke de un solo movimiento, quedando él arriba y el pelinegro abajo.

El azabache soltó un leve jadeo al percibir cómo Naruto dejaba caerse sobre su miembro, haciendo que éste aumentara de tamaño. No... No iba a dejar que aquellas sensaciones lo dominaran, no podía "perder"  como había pasado la noche anterior, así que intentando salir de su delirio, hizo rodar al rubio, intercambiando posiciones nuevamente. Al quedar colocados, Sasuke pudo sentir cómo la virilidad de Naruto ya estaba completamente lista. Así que deslizó su mano por debajo del pantalón del rubio, masajeando su miembro. Una sonrisa se esbozó en el rostro del azabache, cuando oyó a Naruto pronunciar su nombre derramando lujuria.

Ambos se deshicieron del resto de sus ropas, cubriéndose el cuerpo de besos y de caricias. Sasuke comenzó a subir y a bajar su mano alrededor del miembro del rubio, haciendo que éste le acercara las caderas, pidiéndole más. El azabache paró y colocó ambas manos sobre las rodillas de Naruto, para poder separarle las piernas. Inmediatamente después lamió dos de sus dedos, hasta dejarlos en exceso lubricados. Introdujo primero uno en la desprotegida entrada de él, moviéndolo en círculos para dilatarlo más rápido, cuando el tamaño se vio aumentado, introdujo el segundo, ésta vez moviéndolos de adentro hacia afuera. Naruto se retorcía de placer. Cuando su entrada tuvo el tamaño deseado, Sasuke sacó sus dedos, pero el rubio lo sujetó por la muñeca.

-      No... no pares - dijo agitado

-      ¡No voy a parar! - gritó excitado el azabache y se soltó del agarre de Naruto

Después, Sasuke lo tomó por las caderas y lo levantó un poco. Pudo observar cómo el rubio estaba totalmente aturdido por el placer, con las mejillas encendidas y los ojos cerrados. El azabache no pudo evitar sentirse embelesado por la evidente debilidad de su compañero. Naruto se exasperó y gritó:

-      ¡Hazlo ya! - su voz tenía un dejo de excitación.

Sasuke se sobresaltó y sin pensarlo más, tomó las caderas del rubio e introdujo su miembro lentamente. Le era difícil entrar, porque, aunque ya estaba dilatado, seguía siendo muy estrecho. Naruto, por su parte, sintió una leve punzada de dolor en su espalda baja, pero fue disminuyendo cuando Sasuke comenzó a moverse un poco más constante, para expandir su estrechez. Ambos gimieron al unísono, cuando el cuerpo del rubio recibió a Sasuke claramente. El azabache comenzó a moverse cada vez más rápido, y ¿qué podía hacer? Su cuerpo se lo pedía a gritos, ¡Más fuerte! ¡Más rápido! Y así lo hizo. La espalda de Naruto rozaba contra el suelo apresuradamente y soltaba un gemido prolongado cuando Sasuke tocaba ese punto exacto. El azabache podía sentir cómo cada terminación nerviosa de su miembro le producía una sensación placentera en todo su cuerpo. El calor comenzó a aglomerarse en todo su cuerpo, haciendo que una ligera capa de sudor cubriera su piel.

-      ¡No pares, Sasuke! - gritaba el rubio enterrando sus dedos en la espalda del pelinegro.

Naruto ya no pudo contenerse más y se corrió, manchando el abdomen de Sasuke, éste último sintió la contracción de la entrada de su compañero y dejó escapar un prolongado y ruidoso gemido; dio dos estocadas más y se corrió dentro de Naruto. Entonces se desplomó en los brazos del rubio, jadeando con fuerza.

-      De verdad me gusta que seas así - dijo el rubio.

El azabache, debido a su agitada respiración, casi se ahoga por pasar saliva. Tosió un par de veces.

-      Entonces es así como voy a ser de ahora en adelante - dijo, y después le dio un dulce beso en la frente.

Notas finales:

Muy bien... creo que es todo...^^

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Mentadas de madre? xD

Sayonara, Datte bayo!

* Esa frase quiero que la tengan muy presente, porque Sasuke es un cabeza dura y él también le va a hacer algunas groserías a Naru-chan T^T


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