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Destinos cruzados por Anhelo

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Notas del capitulo:

Intenté hacerlo lo menos OoC posible, pero denme su opinión. Algunas escenas son basadas en el musical Roméo et Juliette: de la Haine á l'Amour, que pertenece a Gérard Presgurvic.

Romeo y Julieta pertenecen a William Shakespeare

Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto

Konoha, como toda aldea ninja, era la más importante en su país correspondiente. Era un lugar próspero y fructífero, con ninjas poderosos guiados por el Hokage, Sarutobi-sama, un hombre justo e importante que actuaba de acuerdo a las leyes.

 

Aunque, a pesar del poderoso hombre, Konoha se había visto envuelta en desgracia en frecuentes ocasiones, protagonizadas por un par de familias, tan antiguas como la aldea misma, a las que un odio que les corroía las venas les separaba desde tiempos inmemorables.

 

Ambos clanes poseían un poder increíble, los mejores ninjas de la aldea habían crecido en su seno y eran admiradas por el resto de los habitantes, pero Sarutobi siempre estuvo seguro de que ambos ocasionarían una tragedia tan grande que destrozaría la felicidad de estos

 

 

 

···

 

 

 

Después de una larga y difícil misión, el ANBU Yamato y su nuevo compañero de equipo, Kiba, caminaban por la calle después de haber llevado su informe a la oficina del Hokage.

 

 

 

—¿Has visto la cara de ese Uchiha cuando Sarutobi-sama nos felicitó por nuestra misión?—rió Kiba mientras acariciaba a su fiel compañero, su perro Akamaru

 

 

 

—Si—le respondió Yamato—la verdad es que los Uchiha no tienen nada que hacer frente a nosotros, no son más que una bola de presuntuosos comparados con nuestro glorioso Clan Senju, pero juro que el día en que tenga la oportunidad, atravesaré a uno de esos con mi Mokuton no jutsu

 

 

 

—Y aquí vienen algunos de sus aliados—añadió Kiba, señalando a dos figuras altas que se acercaban

 

 

 

Yamato dio un pasó, con actitud provocativa, pero Kiba lo detuvo del brazo

 

 

 

—¡Espera!, si el Hokage sabe que hemos comenzado…

 

 

 

—De acuerdo—convino su compañero—que la ley esté de nuestra parte. Frunciré el ceño y que se lo tomen como quieran

 

 

 

Kiba rió y escupió en el suelo de forma grosera.

 

 

 

—Esto es una ofensa. A ver como lo toman

 

 

 

Shikamaru Nara y Chouji Akimichi llegaron hasta donde estaban ambos ninjas, mirándolos con desconfianza.

 

 

 

—¿Estás escupiendo por nosotros?—preguntó Shikamaru, aproximándose hacia los otros

 

 

 

—¿Si digo que si la ley estará de nuestro lado?—preguntó Kiba a Yamato, impaciente por empezar una pelea.

 

 

 

—No—contestó mirando a su alrededor, el resto de los aldeanos y ninjas comenzaban a fijarse en su pequeña riña

 

 

 

—¿Quieres pelear?—preguntó Chouji, acercándose a Kiba con el ceño fruncido

 

 

 

—¿Pelear?—repitió burlonamente, mientras su mascota ladraba junto a él—No, a menos que ustedes deseen lo contrario

 

 

 

—Cuidado—advirtió Shikamaru, siguiendo fijamente a Yamato con la mirada—que servimos a un señor tan bueno como el suyo

 

 

 

—Pero no mejor—aclaró Yamato, lanzándole una mirada despectiva

 

 

 

—Bueno—enfatizó Chouji

 

 

 

La gente se había arremolinado a su alrededor, gritando y maldiciendo a los contrarios, avivando la llama de la lucha legendaria entre ambos clanes. Pero la multitud se apartó al ver llegar a Sai, sobrino del  actual patriarca del clan Senju, un ninja reconocido incluso por los más altos mandos de la aldea.

 

 

 

—Di mejor—le susurró Kiba a Yamato al ver aproximarse a Sai— que aquí viene un pariente del señor.

 

 

 

—¡Basta!—ordenó Sai, desviando de un solo golpe la embestida que Chouji dirigía a Kiba-- ¡apártense! No tienen idea de lo que hacen

 

 

 

La multitud que perteneciente al Clan Senju ovaciona las palabras de Sai, mientras que el resto reía del joven ninja, mientras le abrían paso al sobrino de Fugaku Uchiha, Shisui Uchiha, ninja temido por aliados y enemigos, con un poder temible aun entre su propia familia.

 

 

 

—Ahora te mezclas con simples aliados que ni siquiera tienen el honor de poseer una linaje honorable—se burló de Sai mientras él intentaba separar a los ninjas de ambas casas—como miembro de una familia ancestral has perdido todo valor, así que demuéstrame la clase de ninja que eres—gritó mientras activaba su mortífero Sharingan

 

 

 

—Solo guarda la paz, a menos que pretendas ayudarme—le contestó Sai, aunque sujetó su propia Ninja-to, que empuña contra Shisui

 

 

 

—¿Hablas de paz, espada en mano?—rió fríamente Shisui, clavando sus profundos ojos en el pálido rostro de Sai—“Paz” es una palabra que odio casi tanto como a ti y a tu indigno nombre, así que deja del lado tus discursos y enfréntate a mí como si de verdad fueras hombre.

 

 

 

Shisui saltó sobre Sai apenas terminó de hablar, pero el ninja se olvidó de sus pacíficas intenciones y le respondió con la misma  intensidad. El resto de la multitud abandonó sus lugares y tomaron partidos en la refriega, al lado de  los ninjas tan famosos a los que tanto admiraban.

 

 

 

Las calles se tornaron sangrientas, mientras varios ninjas más asesinaban a otros tantos de los contrarios, como en un oscuro y bizarro juego de ajedrez, solo que nadie perdía, nadie ganaba…

 

 

 

Por lados contrarios de la ciudad comenzaron a entrar los jefes de ambas familias, atraídos por el ruido  que provocaba  la trifulca. Del lado Senju, el joven y resplandeciente Minato, de ojos azules como el cielo, con su hermosa y ágil esposa Kushina del brazo, mientras frente a él aparecía Fugaku, el patriarca Uchiha, de rostro avejentado, cabello y ojos oscuros como la noche, junto a su mujer, Mikoto, de apariencia sumisa y débil. Ambos matrimonios tan distintos como el oro y el carbón.

 

 

 

—¿Qué rayos es ese endemoniado ruido?—preguntó Minato a su mujer, que caminaba a paso apresurado a su lado

 

 

 

—¡Mirad!—exclamó ella—los Uchiha se aproximan

 

 

 

Fugaku y Mikoto se acercaban a ellos con paso firme, despidiendo odio en cada paso que daban

 

 

 

—Han sido nuevamente ellos—señalo Fugaku de forma despectiva—su despreciable clan ha comenzado nuevamente a manchar nuestras calles de sangre.

 

 

 

La lucha paró cuando un grupo de ninjas con máscaras comenzó a detener a ambas familias, con órdenes explicitas del Hokage, que apareció segundos después, con su venerable rostro inundado de cólera y empuñando sus propias armas de combate gritaba:

 

 

 

—¡Enemigos de la paz!, ¡rebeldes súbditos!—vociferaba mientras al mismo tiempo repartía golpes a los miembros de los clanes con un enorme bastón—¿no ha sido suficiente esta dura prueba de violencia y sangre? Dejen de mancillar el nombre de una aldea tan próspera como la nuestra y deténganse. ¡Quiero a los responsables en este instante!

 

 

 

De entre la polvareda de ninjas heridos, emergió Sai, con la cabeza llena de sangre y su espada en mano, seguido del temible Shisui, con la cara manchada de moretones y aferrándose con fuerza a su costado.

 

 

 

—¡Querido Shisui!—exclamó Mikoto al ver a su sobrino favorito de esa forma—Maldigo a los Senjus y a toda su descendencia, mira que hacerle esto a mi pobre Shisui…

 

 

 

—Será mejor que no se atreva a pronunciar otra palabra contra mi familia—gritó Kushina, avanzando hacia la otra mujer—mejor vaya a ocultarse detrás de su esposo y apártese de nuestros asuntos.

 

 

 

Mikoto la miró con odio y avanzó un paso también hacia la joven.

 

 

 

—Todos sabemos la repugnancia que siento por ustedes—dijo, dando vueltas en círculo alrededor de Kushina, cuyos castaños ojos la seguía cual halcón—lo único que nos une es el odio, el odio en esta hermosa ciudad

 

 

 

Kushina lanzó una fría carcajada y empuño un kunai, diciendo de forma amenazadora

 

 

 

—¡Qué  te quede muy claro, Uchiha! Ni aún el más ponzoñoso de los odios que corroe nuestras casas podrá unirnos jamás, así que mejor adviértele a los tuyos que no se atrevan a tocar a ningún miembro de mi familia de nuevo, o pagarán con la muerte

 

 

 

Minato confirmó cada palabra de su esposa con una entusiasta cabezada y dijo

 

 

 

—Sai, acerca mi espada, que esta noche el clan Senju se regocijará en los funerales Uchiha—gritó, avanzando hacia Fugaku

 

 

 

Sarutobi se adelantó enseguida a los movimientos de los dos hombres y se interpuso entre ambos, agitando su propia espada y despidiendo temibles chispas de sus ojos oscuros,

 

 

 

—Esta absurda pelea es suficiente para mí y cualquier habitante de Konoha, es imperdonable alguna muerte más—gritó, con la furia marcada en la voz—si otra vez nuestras calles perturban, pagaran con la vida el desacato. Fugaku, Mikoto, vendrán conmigo a la oficina y juntos discutiremos la sentencia en caso de algún nuevo problema. Y a ti, Minato, te espero esta tarde. Y repito, bajo pena de muerte una vez más—dijo y salió con la cabeza en alto, seguido del matrimonio Uchiha y su sobrino, que se alejaron sin no antes compartir una profunda mirada de desprecio con Minato y Kushina.

 

 

 

Los jóvenes les vieron alejarse y suspiraron pesadamente. Después, se dirigieron a Sai, que se sacudía el polvo de la ropa con total despreocupación.

 

 

 

—¿Quién despertó esta vieja riña?—le preguntó su tío—¿estabas tú ya cuando empezó?   

 

 

 

—Al principio eran nuestros aliados contra los suyos, pero después se les unió Shisui, el cruel, cuando yo intentaba apartarlos. Luego ya no me enteré de más

 

 

 

—¿Y mi hijo?—preguntó Kushina preocupada—no ha estado envuelto en esta horrible pelea, ¿verdad?

 

 

 

—La verdad es, tía, que no he visto a Naruto desde esta mañana, en que salí temprano con la intención de buscarlo—contó Sai recordando la perfidia de su primo—lo hallé en medio del bosque, pero al verme, salió corriendo de vuelta a la aldea—dijo un poco enfadado, lo seguí un rato, hasta que al fin me cansé y lo deje sumergirse en sus propias penas, huyendo contento de su feliz huida

 

 

 

Minato resopló con desamparo. Eran varias las voces que habían visto a Naruto entrenando solitario en los bosques,  guardando un amargo llanto del que todos desconocían la causa.

 

 

 

Mientras los tres hablaban, apareció un joven moreno, rubio y de ojos azules, que guardaba un extraordinario parecido con Minato. Caminaba con desazón, sin mirar a su familia, que en seguida se percató de su presencia.

 

 

 

—Por favor Sai—dijo el líder del clan Senju—acércate a mi hijo, e intenta ayudarlo en su pena, que seré muy dichoso si te la confiesa—pidió, despidiéndose de su sobrino y partiendo con su esposa al lado

 

 

 

Sai se encogió de hombros. Después de una pelea, lo que más quería era volver a la casa Senju a tomar una ducha y una larga siesta, en vez de tener que lidiar con los problemas existenciales de su primo.

 

 

 

—¿Ese que se ha ido era mi padre?—preguntó Naruto apenas vio aproximarse a su primo

 

 

 

—Si—confirmó el ninja—pero quiero que me digas, ¿dónde ha quedado tu alegría de antes? Tus padre y yo nos preocupamos por ti, ya no pareces el Naruto de antes

 

 

 

Naruto rió con amargura. Si, el lo sabía mejor que nadie, ya no era el mismo, las horas le parecían eternas desde hace algún tiempo, y no era solo por haberse topado con el amargo sabor del desamor, sino también nuevos temores comenzaban a crecer dentro de él.

 

Se  la edad en que los miembros de su familia habían obtenido el rango de ANBU, y él, como único heredero del Clan, debía de obtenerlo cuanto antes, a menos de que pensara en deshonrar a su padre frente al odiado Clan Uchiha.

 

 

 

—Temo hacer quedar en ridículo a mi padre—le confesó a Sai que lo miró asombrado—ya es bastante no ser tan buen ninja como debería, pero se acerca la edad en que los miembros de nuestra familia ascienden a ANBU, y si yo no lo lograra…

 

 

 

—Lo lograrás—lo apoyó su primo—eres un gran ninja, aunque te menosprecies a ti mismo, además mi tío no podría avergonzarse de ti, eres su único hijo

 

 

 

—Vaya, ese si que es un consuelo—se rió Naruto y suspiro con tristeza—además, estoy enamorado

 

 

 

Sai comenzó a toser con violencia cuando escuchó aquello, después miró atentamente a Naruto, sus ojos azules, tristes y brillantes le devolvían la mirada con profundidad.

 

 

 

—¿De quién te has enamorado?—le preguntó al ninja—¿es guapa por lo menos?

 

 

 

—Es la más bella de entre todos los seres del País del Fuego—dijo Naruto emocionado—pero ella no me mira siquiera

 

 

 

Sai soltó una risilla sarcástica, esa clase de comportamiento solo lo había leído en las novelas amorosas que su tía Kushina guardaba bajo su cama, y que nada tenía que ver con las historias eróticas que su esposo guardaba sin que ella lo supiera.

 

 

 

—¿Has sido herido por el agudo aguijón del amor?—preguntó burlón—Olvídate de ella, te lo aconsejo

 

 

 

—¿Y cómo puedo?—se lamentó Naruto—no hay quién se compare a ella, en hermosura o talento, no hay nadie más que mis ojos miren que su dulce rostro pálido

 

 

 

—Verás pronto como entre las kunoichis de Konoha encontramos a quién supere a tu dichoso amor—aconsejó Sai a su decaído primo, tomándolo del brazo y perdiéndose entre las alegres calles de la aldea

 

 

 

···

 

 

 

Fugaku caminaba a través de los pasillos de su hermosa mansión acompañado de Kabuto Yakushi, uno del los ninjas médicos más admirado, e incluso favorito del Hokage, con el que discutía sobre los asuntos más recientes de la villa.

 

 

 

—Es una pena—comentaba el joven—que siendo familias de tan alto linaje, es triste que tengan estas confrontaciones—hizo una pausa para juntar valor y decir—aunque señor, le pido que responda a mi demanda.

 

 

 

El Uchiha miró con atención al ninja médico, estudiándolo con cuidado: era muy joven y bastante guapo, además de que tenía una excelente reputación como ninja y un rango frente a las autoridades de Konoha que cualquiera envidiaría. Sabía que debía considerar un honor una petición como aquella.

 

 

 

—Usted sabe que formar parte de su respetable familia, es uno de mis más grandes anhelos—continuó Kabuto—y nada me complacería más que unirme a ustedes casándome con su joven hijo

 

 

 

—Sigo creyendo que Sasuke aún no está preparado para esa clase de compromiso—dijo Fugaku mientras le hacía señas a uno de sus sobrinos menores—es un ninja prometedor, además después de la partida de mi hijo mayor, Sasuke es lo único que me queda, mi última esperanza, sería doloroso alejarme de él, aunque—suspiró con tristeza—si estás tan seguro, pregúntale esta noche, daré una fiesta aquí mismo, incluso asistirá Itachi, así que es ru oportunidad, y yo aprobaré la decisión de mi hijo, y tú—le ordenó a su atolondrado sobrino extendiéndole una lista de nombres—ve a buscar a las personas que aquí nombro e invítales esta noche a mi casa.

 

 

 

Tobi, el sobrino del señor Uchiha miró la lista con el terror dibujado en su rostro, pues, como la mayoría de los miembros de su familia, a cierta edad comenzaban a perder la vista, no podía leer ni una sola palabra de los nombres que ponía aquella lista.

 

 

 

Y mientras pensaba angustiado que hacer, caminaba por las calles de Konoha pensando en lo que debía hacer, hasta que se encontró con Naruto y Sai, quien aun discutían por los problemas amorosos del rubio, y enseguida creyó que sería debía pedir ayuda.

 

 

 

—Buenas tardes—saludó con propiedad—es un alivio para mi encontrarlos, ¿saben leer?

 

 

 

Naruto frunció el ceño confundido por la pregunta, nunca antes había escuchado algo tan extraño…

 

 

 

—Si lo que buscas es la recomendación de un buen libro—intervino Sai—creó que lo mejor es que visites a Jiraiya-sama, tiene una colección completísima de su propia autoría, aunque pensándolo bien, creo que los libros eróticos que guarda Kakashi son los mejores, con ellos he aprendido todo lo que sé—concluyó con una amplia  sonrisa

 

 

 

Tobi lo miró confundido y un poco enojado

 

 

 

—¿Se está burlando de mí?—preguntó

 

 

 

—Por supuesto que no—exclamó Naruto, arrebatándole la lista de nombres, pues ya estaba acostumbrado a los desatinados comentarios de su primo—dice: mi hermano Teyaki y su esposa Uruchi; el tío Madara con sus hijos; Shikaku Nara, Choza Akimichi e Inoichi Yamanaka e hijos; Maito Gai y alumnos; mi sobrina Sakura Haruno; el clan Hyuuga; mis sobrinos Shisui, Inabi y Obito—terminó de leer con un gesto de confusión—que distinguida reunión, ¿a dónde deben de ir?

 

 

 

—A la casa de mi tío Fugaku—dijo Tobi agradecido—y si ustedes no son del Clan Senju, sería un honor que asistieran también—comentó, antes de salir corriendo

 

 

 

Sai miró a su primo con una expresión que metía un poco de miedo, y sonriendo, le dijo en son de burla

 

 

 

—Tu amada Sakura asistirá a la dichosa fiesta—señaló, para luego aclarar—y rodeada de las bellezas de Konoha, así que iremos a la fiesta para que compruebes que tu hermoso cisne, lucirá como un cuervo

 

 

 

Naruto no estaba para nada de acuerdo con las ideas de su primo, pero poco valió su opinión cuando se vio sujetado del brazo y ambos emprendieron una larga carrera hasta su casa.

 

 

 

···

 

 

 

—¡Sasuke!—Mikoto Uchiha corría por toda su casa llena de criados en busca de su hijo menor, llamándolo con sonoros gritos—¡Sasuke!

 

 

 

—¿Qué quieres mamá?—preguntó enojado Itachi, el hermano mayor de Sasuke, que acababa de asomarse por las escaleras—¿por qué son esos gritos?

 

 

 

—Busco al ingrato de tu hermano—respondió la mujer, pero justo antes de comenzar otro de sus inigualables gritos, un chico de piel pálida y ojos muy oscuros, del mismo color negro carbón que su cabello, iba subiendo las escaleras, lleno de tierra y bastante despeinado

 

 

 

—Buenas noches, madre—saludó a su progenitora, que en seguida se abalanzo sobre él y lo llevó a rastras hasta la habitación más cercana, seguidos de Itachi

 

 

 

—¿Dónde te habías metido?—preguntó Mikoto mientras su hijo pequeño se limpiaba y se cambiaba de ropa

 

 

 

—Entrenando—contestó con indiferencia

 

 

 

—Pues eso de entrenar se acabó, ¿entendiste?—le gritó, antes de componer una sonrisa y decir con una voz tan dulce que no parecía provenir de la misma mujer—pero dime Sasuke querido, ¿qué piensas tú sobre casarte?

 

 

 

Sasuke miró con ojos desorbitados a su madre, olvidando por completo su expresión de indiferencia

 

 

 

—¿Qué intentas decir, madre?—preguntó preocupado, intercambiando una mirada silenciosa con su hermano mayor, que observaba la escena con mucha curiosidad

 

 

 

Mikoto suspiró con ojos soñadores, y abrazando a su hijo, le dijo

 

 

 

—Nuestra familia podrá recibir el honor de verse unida con la casa del Hokage, cuando tú y el valiente Kabuto Yaskushi, se hayan comprometido

 

 

 

Su hijo pequeño la miró sin comprender, como si todo lo que estuviera escuchando no fuera más que una broma de mal gusto

 

 

 

—Pero, yo no puedo casarme—objetó indignado, esperando el apoyo de su hermano mayor— ni siquiera he obtenido el rango de ANBU

 

—Niño tonto, — lo reprendió su madre—con el talento de Kabuto y sus buenas conexiones con el Hokage, no hará falta nada más

 

 

 

Sasuke se enojaba cada vez más, su madre estaba loca si de verdad pretendía que él fuera a casarse con alguien que ni conocía. Su sueño era ser jefe de la policía como su padre, y no casarse con uno de los perros del Hokage.

 

 

 

—Yo creo Sasuke—comentó Itachi de repente—que por lo menos deberías de considerarlo, Kabuto Yakushi tiene un gran renombre en los altos mandos de la aldea, es un excelente ninja médico, además de que es joven y guapo

 

 

 

El más joven le lanzó a su hermano una mirada que este interpretó como “si tanto te gusta, cásate tú con él”, pero antes de que continuaran las discusiones, Tobi entró a la habitación apurado

 

 

 

—Tía—le dijo a Mikoto—mi tío lleva horas llamándoles, todos los invitados ya han llegado y no dejan de preguntar por ustedes tres.

 

 

 

La mujer se levantó muy sonriente, tomándose de los brazos de sus hijos, y caminando con orgullo por las escaleras

 

 

 

—Sasuke, es momento de que te conozcas con Kabuto

 

 

 

···

 

 

 

Naruto, Sai y otros cuantos ninjas, se acercaban al barrio Uchiha con máscaras puestas y discutiendo en vos muy alta, mientras, cerca de ellos, un hombre encaramado a un árbol, observaba sin perder atención de ningún detalle.

 

 

 

—¿Se supone que debemos de colarnos a la fiesta?—preguntó el rubio de mal humor

 

 

 

Sai miró con atención a su primo, de arriba abajo y llegó a la conclusión de que probablemente todos estarían tan ocupados con el resto de los invitados, que nadie notaría su presencia.

 

 

 

—No creo que importe siempre y cuando no llamemos la atención

 

 

 

—Entonces, tendrás que cuidar mucho tu bocota, Sai—el hombre encaramado en el árbol, bajo de él y fue a reunirse con el grupo—no querrás armar un escándalo como es tu costumbre—dijo sonriendo bajo su máscara. Era alto, más que Naruto y Sai, de piel pálida y cabellos plateados. Llevaba eternamente una máscara, su única compañera de años, y su rasgo más característico que lo distinguía entre los ninjas favoritos del Hokage

 

 

 

—Kakashi—exclamó Naruto al verlo—¿también piensas que esta es una buena idea?

 

 

 

—Naruto—respondió el, tomándole del brazo y guiándole entre las oscuras calles del barrio Uchiha—la mayoría de las ideas de Sai son malas, y dudo que esta sea la excepción

 

 

 

Sai no perdió el ánimo, y les sonrió a ambos de manera divertida.

 

 

 

—Esto es para ayudar a Naruto—le contó a Kakashi, mientras seguían adentrándose en las propiedades Uchiha, así podrá darse cuenta de que hay mujeres mejores que Sakura Haruno, ¿sabes?, se ha enamorado

 

 

 

Kakashi miró a su rubio amigo, que caminaba con la cabeza gacha, mientras que las lejanas flamas provenientes de la mansión dejaban al descubierto su sonrojado rostro. Kakashi lo miró y suspiró con desesperanza

 

 

 

—Sakura no es espectacular—comentó sin mirar a su amigo

 

 

 

Naruto soltó un bufido de molestia. Ya tenía de sobra con los comentarios de su primo, como para que encima Kakashi, su mejor amigo, creyera que era divertido fastidiarle.

 

 

 

—De cualquier forma—comentó Sai con la esperanza de aligerar el ambiente—es una buena ocasión de echarles a perder la noche a los Uchiha.

 

 

 

—Creí que le prometerías a mi padre mantener la paz—recordó Naruto

 

 

 

—Pues Fugaku Uchiha no sabe que esta noche nos colaremos a su fiesta—dijo Kakashi sonriente, pasando uno de sus brazos sobre los hombros de Naruto—pero la verdad es que siempre vivimos bajo sus órdenes—añadió, mientras que su amigo lo escuchaba atentamente y Sai asentía con la cabeza, sonriendo—Minato,  Fugaku, Sarutobi, los tres no son más que un grupo de ancianos que no nos dejan disfrutar la vida. Ellos mandan en Konoha, pero somos nosotros los que vivimos. Esta noche es nuestra, querido Naruto

 

 

 

—Realmente pienso que tú y Sai han enloquecido—susurró el rubio con un extraño tono en su voz—iremos a esa fiesta, pero estoy seguro que esta noche comenzará una desgracia que culminará con el fin de mi vida

 

 

 

—No seas idiota, Naruto—lo regañó  Sai, abrazando también a su primo, y juntos, marcharon orgullosamente hasta la mansión Uchiha.

 

 

 

···

 

 

 

 

 

 Shisui se paseaba altivo entre los comensales de su tío, sonriendo y mostrando esa suficiencia Uchiha que tantas veces le había acarreado peleas con los Senju.

 

 

 

—Querido sobrino—escuchó la voz de su tío, que platicaba en voz demasiada alta a la acostumbrada con su hermano mayor, el viejo Teyaki —hace algunos cuantos momentos mi esposa estaba aquí mismo buscándote, pero en fin, ¿quién entiende a las mujeres?

 

 

 

—Todavía no entiendo cómo fue que un par de donjuanes como nosotros terminamos casados con un par de mujeres tan histéricas—comentó el anciano, con aliento alcohólico, antes de soltar una gran risotada.

 

 

 

Shisui miró a aquel anciano con asco e intento ignorar sus detestables comentarios mientras llamaba con señas a sus propios hermanos para que se acercaran e inventar una excusa con la esperanza de largarse lo más pronto posible de ahí.

 

 

 

Pero mientras el sobrino favorito de Fugaku intentaba librarse de su terrible compromiso familiar, Naruto se hallaba perdido en la fiesta, al mismo tiempo que Sai molestaba a los invitados con sus preguntas incómodas y Kakashi disfrutaba de lo lindo, como si aquella reunión se estuviera festejando en su nombre.

 

 

 

A sí que el rubio se dedicaba a sumergirse en su propia miseria, cuando a lo lejos vio una figura pálida de cabellos oscuros, que intentaba conversar con un joven ninja de anteojos al que reconoció de inmediato.

 

 

 

—Tu—llamó a un joven que se servía de las fuentes de comida cerca de ahí—¿quién es ese chico que habla con Kabuto?

 

 

 

—No lo sé—le respondió con franqueza el ninja frente a él, con una sonrisa, mitad macabra, mitad optimista en su rostro—pero deberías de aprovechar la oportunidad ahora que tienes dentro de ti la llama de la juventud

 

 

 

—Es tan—comentó con un suspiro, mientras veía a su nuevo objeto de adoración rechazar vehementemente las estúpidas atenciones del ninja médico—distinto a cuanto otro ninja he conocido o podría conocer…

 

 

 

Pero, Shisui que había comenzado a rondar por ahí, después de haber visto a Kakashi reír con algunos de sus primos, escuchó enseguida la voz de Naruto y, empuñando su espada, intentó ir tras él.

 

 

 

—¿Escucho la voz de un Senju?—se preguntó a sí mismo abriéndose paso entre los invitados—por el nombre y honor de mi familia, aquí mismo lo dejaré muerto

 

 

 

Pero antes de que siguiera avanzando, el fuerte brazo de su tío Fugaku lo detuvo por un hombro

 

 

 

—¿Qué te sucede?—reclamó señalando el arma—¿por qué has sacado la espada?

 

 

 

De un brusco movimiento, Shisui se libró de la mano que le apresaba, y con un gesto grosero, señaló  al rubio

 

 

 

—¿Qué no es ese Naruto?—preguntó Fugaku observando al joven ninja

 

 

 

—En este momento me encargaré de hacerle pagar caro su deshonra—gritó Shisui, pero nuevamente se vio detenido por el poderoso brazo de su tío.

 

 

 

—Naruto es un ninja admirado por toda la aldea—regañó Fugaku a su sobrino—y no me permitiría pasar una vergüenza como lo haría si tú lo ofendieras en esta casa.

 

 

 

Shisui apretó los paños y la mandíbula con ira. No era solo porque Naruto se hubiera colado con toda tranquilidad a una fiesta de su familia, sino porque había arrastrado también a Kakashi, el legendario ninja copia, que aunque Shisui no quisiera admitirlo, lo reventaba que Naruto estuviera cerca de él.

 

 

 

Fugaku continuaba platicando de manera amena con sus invitados, y aunque aparentaba ignorar las malas pulgas de su sobrino, de vez en cuando no perdía la oportunidad de lanzarle una mirada de reproche por su inadecuado comportamiento.

 

—Me voy—le anunció Shisui a su tío—mas la presencia de este intruso parece dulce ahora, pero pronto va a convertirse en una amarga hiel.

 

 

 

Y lanzándole una última mirada al divertido Kakashi, salió de la enorme mansión.

 

 

 

Mientras tanto, Naruto había conseguido abrirse paso a base de empujones, hasta donde se encontraba Sasuke, que en esos momentos había logrado escapar de la conversación de Kabuto con la complicidad de su hermano mayor, y ahora intentaba esconderse detrás de un pilar, apartado del resto de la gente.

 

 

 

—Hola, me preguntaba si te gustaría…—Naruto se quedó mudo cuando los profundos ojos del Uchiha lo atravesaron como rayos x

 

 

 

—Dobe—dijo Sasuke con una mueca burlona—¿qué podría hacerte pensar que a mí me gustaría cualquier cosa contigo?

 

 

 

El rubio no dijo nada por unos segundos, ese recibimiento inesperado lo había atolondrado un poco, pero se recupero enseguida y, con el ceño fruncido, comenzó a gritar:

 

 

 

—Eres tú el que debería hacerse esa pregunta, teme—dijo molesto por la respuesta recibida—no es como si fueras el mejor ninja esta noche.

 

 

 

Furioso, dio media vuelta con la intención de buscar a Kakashi y a Sai para poderles gritar, con justa razón, que aquella había sido una pésima idea, cuando Sasuke lo detuvo por un brazo

 

 

 

—Espera—pidió mientras observaba al rubio con atención. Era muy joven y  de guapo a pesar de la expresión de atolondrado que tenía. Además, el aspecto desarreglado y desenfadado, lo hacían ver muy interesante.

 

 

 

—No quiero—chilló Naruto como un niño pequeño, intentando zafarse del agarre, pero antes de que lo consiguiera, los labios de Sasuke ya se habían estampado contra los suyos.

 

 

 

En cuanto sintió el beso, todos sus reclamos se acallaron y suspiró complacido. No conocía a ese chico, y francamente ni le importaba, de hecho, ya nada le importaba: ni Sakura, ni Kakashi, ni el honor de su familia, ni el rango ANBU, y lo único en lo que le hubiera gustado reflexionar, era el porqué su corazón latía de forma desbocada, como si en vez de besarse con un desconocido, hubiera corrido cinco kilómetros.

 

 

 

Sasuke también estaba feliz, le hubiera gustado que aquel eso durase para siempre. Por eso estuvo a punto de cometer fratricidio  cuando Itachi lo tomó por un brazo para separarlo de Naruto.

 

 

 

—Muévete hermano—le ordenó—Madre te busca.

 

 

 

Naruto miró a ambos chicos, un poco aturdido aún por el beso. La fiesta había terminado, todos los invitados salían de la enorme estancia, algunos muertos del cansancio y otros borrachos hasta las chanclas.

 

 

 

—¿Quién es su madre?—preguntó el rubio al ver alejarse a Sasuke, arrastrado por Itachi.

 

 

 

El mayor dio media vuelta para encarar a Naruto, mientras enviaba a su hermano por las escaleras, quien subía a regañadientes.

 

 

 

—Idiota, su madre, nuestra madre, es la señora de esta casa, la noble y virtuosa Miokoto Uchiha. Sasuke es mi hermano menor, pero ya deja de hacer preguntas y vete, la fiesta se ha terminado.

 

 

 

Dicho esto, el Uchiha continuó su camino, detrás de su hermano, dejando a Naruto al pie de la escalera con expresión de alguien a quien le han dado muy fuerte en la cabeza con algún objeto pesado.

 

 

 

—¿Es un Uchiha?—murmuró para sí, mientras veía a Sasuke alejarse y discutir con su hermano—no puede ser…

 

 

 

—Naruto—una voz lejana, que cada vez aumentaba su cercanía, lo sacó de sus cavilaciones—la fiesta ha terminado, vámonos.

 

 

 

Sintió la mano de Sai tirar de él, y escuchaba unas lejanas e inteligibles palabras mientras buscaban a Kakashi. Aún no podía creerse que, de la primera persona que se había enamorado, perteneciera a la familia enemiga de la suya.

 

 

 

Mientras, Sasuke intentaba escaparse de su hermano, y buscaba con la mirada a aquel rubio desconocido, que tanta impresión (como lo llamaba él) le había causado.

 

 

 

—Itachi—gritó para hacerse escuchar entre las risas de los invitados que salían de su casa—¿quién es ese ninja?—preguntó señalando la abundante mata de cabello rubio.

 

 

 

Itachi miró a su hermano preocupado, y mintió descaradamente:

 

 

 

—No lo sé

 

 

 

—Averígualo—ordenó Sasuke, sin perder a Naruto de vista, y evitando el rostro de su hermano, murmuró para sí—espero que no esté comprometido.

 

 

 

El Uchiha mayor escuchó el último comentario, y, armándose de valor, dijo:

 

 

 

—Es Naruto Senju, el heredero del clan Senju. Es el hijo de tu único enemigo—informó antes de alejarse con paso orgulloso, dejando a Sasuke como piedra

 

 

 

—De lo único que odio, ha nacido mi único amor—murmuró el moreno, viendo alejarse a Naruto del brazo de Kakashi—sobrehumano amor que me hace amar al odiado enemigo—susurró, antes de que Itachi lo tomara definitivamente del brazo, y lo arrastrara hasta la prescencia de sus padres.

Notas finales:

Dejen reviews, quiero saber que les pareció


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