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Lost in Lust por Tsukihana

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Notas del fanfic:

Este es tanto mi primer lemon como mi primer fanfic publicado, aunque estoy trabajando en otro que espero subir más adelante.

Este fanfic a sido escrito en los borradores de mi MOVIL así que lo siento si tiene muchas faltas y que lo e pasado a mano.

 

Espero que os guste~

[Sesshomaru]


Las gotas de lluvia seguían su descendente baile allí afuera, tras la desgastada cortina de la casita donde me veía atrapado.

Con la muchacha en su mundo, la cazadora y el monje de viaje al poblado de ésta, y aquel condenado lobo allí, mi hermano simplemente se frustraba. Tras resistir una forzadísima convivencia no muy aceptable de dos horas, el hanyou marchó hacia el pozo, dejándonos solos al lobo y a mi.
Aproveché su ausencia para quitarme aquella pesada armadura bajo una atentísima mirada que en aqullos momentos no perciví. Cerré mis ojos en un intento de atenuar mi dolor de cabeza cuándo, sin previo aviso, el lobo plantó sus manos a ambos lados de mi cabeza.

-Qué haces-Me había fijado ya antes en los profundos ojos del demonio pero, ya fuera por el calor, su repentina cercanía o quizas por el hecho de sentir el abrasador contacto de su mano en mi cuello... Ahora sentía perder todo mi orgullo en aquellos claros fosos sin fondo que me miraban de nuevo para después perderse en algún lugar de mi cuello- ¿Koga?

La parte sensata de mi mente gritaba enfurecida ante mi debilidad, cuando su lengua comenzó a pasear por mi piel. Para cuando sentí su mano recorrer mi espalda, mi cordura se revolcaba por el suelo riendose de mi situación.

-No te imaginas cuanto he esperado esta oportunidad, poderoso Sesshomaru.

Sorna. Me estaba vacilando. Simplemente genial.
Solo entonces me di cuenta de sus repulsivos gestos y me alcé desgarrándolo con mis garras cargadas de veneno.

Quizás eso habría hecho si sus propias garras no se hubieran aferrado a mis caderas y mi mandibula, estrujandome contra su cuerpo mientras enrredaba nuestras lenguas con desesperación; O si, simplemente, no me estubiese gustando hasta aquel inimaginable punto; pero al dejar ir la oportunidad de matarle me tiré de cabeza a la más absoluta locura. Literalmente.

Enrosqué mis brazos en torno a su cuello y nos echamos en el suelo hasta que quiso retirar su armadura y aproveché para sentarme sobre su abdomen quitandome aquella agobiante estola y el estupido kimono me miró no muy disimuladamente y me ayudó con la dichosa prenda y, de paso, tambien con los pantalones.

Cuando nos hubimos librado de la molesta ropa me agarró por la nuca y bajó la diestra a mi abdomen mientras sus dientes jugaban con mi labio. Tanta atención me hacía perder la cabeza y, pegando mi pecho al suyo, lamí la caliente piel de su cuello clavando mis colmillos de vez en cuando, provocando en el unos gruñiditos que interiormente me hacían reir.
Hundió sus dedos en mi pelo y mordisqueó suavemente mi oreja. Sus manos fueron bajando hasta posarse en mis caderas acariciandolas con los pulgares brevemente para despues volver a subir una de sus manos a mi barbilla obligandome a mirarle, mientras la otra volvía a la tarea principal, bajando por mi abdomen, bajando más y más y poco a poco.

Dios, aquel maldito me estaba volviendo loco. Si alguien se hubiera atrevido a insinuarme aquella situación le habría matado sin miramientos; en la casa donde mi hermano y sus aliados descansan, jadeante sobre las caderas de mi enemigo, que besa mi cuello mientras su mano acaricia mi entrepierna sobre la tela de la ropa interior (regalo de Kagome para todos nosotros el mes pasado por algó que insitió en llamar "Navidad").
Era consciente de mi situación, inferior a la suya, ya que aún conservaba la maldita falda.

Desesperado como ya me tenía, intenté deshacerme de ella, gimoteando frustrado al fracasar, para mi gran verguenza. Koga me vió las intenciones y lanzó lejos de si la prenda, tumbandose sobre mi y haciendo ¿accidentalmente? que nuestros miembros se rozaran sobra la ropa y una fusión entre gruñido y gemido escapó de nuestras bocas.
Ansioso, alcé mis caderas pidiendo más de aquella delicia y su mano se cerró alrededor de mi miembro haciendome gemir (cosa que más tarde me acabaría reprochando a mi mismo) y arañar suavemente su espalda con mis garras.

-Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado que pudiera verte asi de...

-Calla. No creas que me tienes domado ni nada de eso, lobo.

-Asi de sexy...

Vale, aquellas palabras me pillaron desprevenido. Le miré fijamente, seguramente parecería que le estaba retando, pero lo cierto es que estaba sorprendido, y ya está.
Aquello estaba sucediendo demasiado deprisa, a un ritmo casi vertiginoso y no hacía nada por pararlo, no podía.


En el fondo, para mi verguenza, siempre deseé que aquello ocurriera, aquel perfecto vaiven de su mano, el calor de su cuerpo, ser debil, humano, solo para el.

 

 

[Koga]

 


Desvió la mirada. Jamás habría creido poder rozarle con mis labios, acelerar su respiración con un solo movimiento de mi mano, tener la fuerza suficiente para tomar su barbilla sin que me rechace y apretar mis labios en los suyos, y hacer que su lengua busque la mía con una desesperación secreta.

Todo aquello me hacía inmensamente feliz.

Entonces sentí sus brazos rodeandome inseguros, sucuerpo pegandose al mío y su cálido aliento en mi oido. Mi mente se nublaba en la mejor fantasia y mi mano aceleraba por voluntad propia. Ya no podia reprimirlo mas. Escondido en mi cuello, gemia, ya sin poder controlarse.

Agarré sus muñecas con la mano que tenia libre y bajé por su cuello y pecho, sin poder detenerme demasiado, hasta su abdomen. Me miró con...¿miedo? cuando acerqué el rostro a su entrepierna, para despues echar la cabeza hacia atras con un gemido ahogado cuando repasé toda su extension con mi lengua. Me maravillaba verlo asi, cada vez que conseguia arrancar uno de aquelllos gemidos de sus labios mi mente se colapsaba en intentar no tirarmelo alli mismo sin miramientos.

No, tenia que controlarme o no me podría acercar a el jamás, cosa que ya dudaba despues de estar haciendo esto.

Sentí sus dedos clavandose en mi espalda y entendí que ya deberia estar lleno de marcas, pero estaba evitando hacerme daño. A pesar de ser lo que realmente le hubiera ayudado a desquitarse y lo que concordaba con el lado frio y cruel que conociamos de el, protegía mi piel de sus garras venenosas.
Ejercí una ligera presión sobre su punta y mechones de su largo pelo plateado se deslizaron por su pecho mezclandose con el mío negro.
Había bajado la cabeza, con los ojos entrecerrados y muy sonrojado, jadeando.

Vale, demasiado para mí.

 


[Sesshomaru]

 

De repente paró y apoyó su frente en la mia.

-Espero que no me mates después de esto.

Sentí como su miembro se acomodaba en mi entrada y comprendí sus palabras con un pánico repentino, que se convertía en dolor cuando me penetró de golpe. Ya sin ninguna compasión, hundí mis garras en su espalda debatiéndome.
Me agarró las muñecas sobre la cabeza con una de sus manos y con otra mi cadera.

-Estate quieto.- sonaba irritado. Ciertamente el apenas habia recivido ninguna... atencion y habia intentado contenerse todo lo posible en aquel estado- si no te relajas va a dolerte.

Entonces me comenzó a embestir suavemente, cosa que, para mi sorpresa, me encantó y no pude reprimir la serie de gemidos, más subidos de tono que los anteriores, que subian atropeyadamente por mi garganta. Koga aceleró el ritmo y la intensidad de las embestidas haciendome enloquecer aun mas de lo que ya habia conseguido.

-Estas cumpliendo todas y cada una de mis fantasias.

Asi que... el deseaba esto, hasta el punto de llegar a convertirse en una fantasia... Bien.
Me acerqué a su oido y tras un fuerte gemido  que no logré reprimir, susurre "¿Cuanto tiempo llevas queriendo hacerme tuyo?"
Liveró mis manos y se vino en mi interior colapsado por mi intervención y al sentirlo yo mismo acabé entre ambos.

Me percaté de que ambos jadeabamos agotados. Se apoyó en la pared posando sus manos a ambos lados de mi cabeza, volviendo a nuestra posición inicial, y me miró.

-Joder... Eso a sido demasiado.

-¿No piensas contestarme?

Se acercó a mi poco a poco hasta que nuestras narices se rozaron.

-Desde que viniste a mi bsucando venganza por esa niña.

-Rin- le corté.

-Si, lo se. Desde entonces he estado esperando esto...

Se levantó y empezó a vestirse sin mas explicaciones. Muy bien, si para el esto había sido un simple capricho me daba igual.
Empecé a vestirme también para no parecer dolido. Cuando terminó, se sentó al otro lado de la habitación haciendome una señal. Entonces capté el olor de mi hermano y entendí su actitud, sintiéndome un completo gilipollas.
Poco después mi hermano cruzaba la puerta y nos miraba sorprendido.
Me tensé. Mierda, ¿Nos habíamos olvidado de algo?

-Vaya, si seguir enteros. Y yo que pensaba que al fin me libraria de vosotros. ¿Que habeis estado haciendo para matar el rato?

-Estaba disfrutando de una sesión de sexo salvaje con tu hermano pero siempre tienes que fastidiarlo todo.

-Ts, que gracia natural tienes.

Por un momento estube a punto de saltarle a la yugular a Koga. Gracias a Dios, InuYasha se lo habia tomado como una broma, seguramente no habia reparado en nuestro nerviosismo mal disimulado, y, gracias a la luna nueva, tampoco en la fusión de nuestros aromas que inundaba la habitacion.

Por una vez me alegré de que mi hermanito fuera tan inutil para estas cosas, si hubiera sido Kagome la que hubiera cruzado esa puerta lo habría descubieerto en un segundo.

Mi hermano se sentó y nos contó que la cazadora y el monje aun seguian en el poblado de esta visitando a sus difuntos y Kagome aun tardaria dos dias, por lo que seguiriamos estando solos  hasta entonces.
 
Koga miraba al fuego sumido en sus pensamientos , lo que no deberia irritarme pero, por desgracia, lo hacía. Mientras mi hermano trataba de dar algo de brillo a la oxidada forma de Tessaiga por millonesima vez y yo, ese dia estaba cambiando con tal radicalidad que temi no reconocerme, me preguntaba con ansia cuanto tiempo tendriamos a nuestra disposicion los proximos dias de aburrimiento que se nos echaban encima.

[Koga]

Sesshhomaru seguía apoyado en la pared, frente a mí, en la misma posición que cuando inu yasha llegó, con la mirada baja.
Si no fuera imposible, pensaría que parecía triste, aunque después de aquellos momentos de pasión que habíamos compartido hacía algunas horas ya nada me parecía imposible de él.

Me moría por levantarme y sentarme junto a él, preguntarle qué le pasaba y que me contestase con una de esas impertinencias que tanto me gustaban por ser tan inusuales en él.
Pero que Inu Yasha estubiera allí, hablando claramente,  lo arruinaba todo. Centré mi mirada en el fuego nuevamente ignorando las palabras del hanyou, que llevaba ya un rato hablando.

-¡Eh! Ag, no se que coño os pasa, si que sois flojos que ya estais medio dormidos. Me voy afuera a hacer la guardia, no tengo sueño. Hasta mañana.

Tras decir aquello salió enfadado de la caseta. Me aseguré de que estabamos fuera de riesgo levantandome y mirando disimuladamente por un lado de la cortina como Inu Yasha se subía a rama de un árbol y se acomodaba y me dirigí a Sesshomaru quien, al verme, se levantó con la intención de alejarse de mi.

-Ei- Cojí su mano y se paró, de espaldas a  mí. Inteté mirarle a la cara pero parecía no querer verme así que le abracé por la espalda tomandole de las caderas y le besé suavemente en el cuello- ¿Qué pasa?

-No me pasa nada.

Le abracé cruzando mis brazos en su abdomen pegandome a él y escondí mi cara en el hueco que unía su cuello con su hombro, aspirando su olor.

-No te creo.

Suspiró frustrado y se giró enfadado mirandome a los ojos. Esperaba que me golpeara o que me gritara cuatro animaladas para después alejarse de mí, pero simplemente se quedó así.

-¿Sessh..?

De repente dejó caer la cabeza en mi hombro y abrazó mi espalda pegándose a mi. Apreté mi abrazo más y ladee mi cabeza apoyandome en la suya.

-Estoy confundido- Fue un susurro tan  débil que dudé que realmente lo hubiera dicho hasta que volvió a repetirlo- Estoy confundido, no sé que me ha pasado hoy. Hacía... Mucho tiempo que no hacía esto.

Era perfectamente consciente de que aquello estaba costandole. Normalmente Sesshomaru siempre era frío, cruel y sin  corazón, pero todos estabamos convencidos de que aquella actitud debía ser una coraza, un recurso desesperado por protegerse, al menos así pensabamos Kagome y yo.
Hacía algún tiempo, Kagome había descubierto mis pensamientos hacia el hermano de su compañero y quiso hablar conmigo. De hecho, podía decirse que el que ahora mismo estubieramos allí era gracias a ella que lo había "preparado" todo.

-No puedes ser siempre así.

-Lo sé.

Tomó mi rostro entre sus manos y me besó suavemente, llevandome hacia la pared tras rodear mi cuello con sus brazos. Me sorprendía que el tomara la iniciativa pero no iba a negarle nada, así que le tomé por las caderas y me senté, sentandose él sobre mí después.
Esta vez no quería que las cosas fueran tan rápido, estaría cansado al ser la primera vez (además teniendo en cuenta que, al menos que nosotros supieramos, jamás antes había tenido ningún tipo de relación con nadie) y no quería agobiarle.

-No tenemos por qué hacer nada sólo porque tu hermano nos deje solos- Dije cuando comenzó a echarse sobre mí besando mi cuello.

-Lo hago porque quiero.

No tenía intención de volver a acostarse conmigo por segunda vez aquella misma noche, al igual que yo tampoco lo esperaba, asi que se dedicaba a besarme, mi cuello, mi hombro, mis labios.
Todo lo hacía con una calma que concordaba a la perfección con él, a diferencia de la submisión y la lujuria de hacía un buen rato, y que me estaba desesperando.

Harto de dejarme mimar y no hacer nada y tomé por el cuello y presioné mis labios con los suyos mientras recorría con mi mano su pecho. Aproveché que sus labios se abrian con un suspiro para recorrer toda su cavidad con mi lengua, encontrandome con la suya. Sentí que ladeaba la cabeza buscando mas contacto y acerqué más su rostro al mío con la mano que aún tenía en su nuca, profundizando el beso.

 

 

[Sessh]

Sus dedos acariciaban lentamente mi nuca, su lengua repasaba la mía con calma entre nuestros labios.
¿Por qué su piel, su cuerpo, todo él tenía esa temperatura? Ardía. Quizás era culpa mía porque siempre he estado frío, tanto mental como físicamente, pero el calor que irradiaba contrastaba con mi cuerpo helado provocandome escalofríos. Su mano ardía mientras recorría con dulzura mi espalda provocando uno de esos escalofríos cuando la habilidad de su lengua me hizo suspirar.
Se separó de mi un momento y el aire que llenaba el pequeño espacio que nos separaba se me hizo horriblemente frío sin su calor.
Unió sus labios con los míos nuevamente en un beso fugaz y abrí los ojos al notar que se alejaba más de mí.

Y allí estaba. Ese momento que sabíamos que acabaría llegando en algún momento y que se haría eterno y una misma frase en nuestras mentes:
"Mierda, que he hecho"

Me aparté de encima de él sin pensar y agaché la mirada. Noté como miraba a otro lado nervioso, buscando algo que decir.
Sentía un nudo en la boca del estómago y una angustia que comenzaba a marearme, aquello debían ser nervios, en un sólo día, no, en una sóla tarde-noche estaba esperimentando todos los sentimientos que no había tenído antes en mi vida. Lujuria, despecho, ternura, necesidad, nervios.
Tras unos minutos que parecieron eternos, ambos abrimos la boca para romper el silencio y cubrí mis ojos con una mano, presionando mis sienes para calmar mi dolor de cabeza, y le indiqué con la otra que empezara él a hablar.

-Am... Esto... Enfin, no tiene por qué repetirse ya sabes, sólo a sido un calentón además de que ya te tenía bastantes ganas desde hace tiempo, asi que eso.

¿Qué? Un calentón, ¿y ya está? No, mejor aún, "te tenía bastantes ganas desde hace tiempo".
Bien, había pasado de ser un mal hermano odioso, cruel y despiadado, a ser una puta barata que se liaba con el primer tío que lo empotrara contra la pared y lo calentara.

Dios mío, ¿como había podido llegar a aquello? Siempre me creí más fuerte, de hecho, siempre había sido más resistente a "estos temas" que mi hermano por ejemplo, que primero había sufrido a Kikyo y después a Kagome, que, para rematar, resultó ser la reencarnación de la propia Kikyo.

En cuanto a mí, bien cierto era que no me habían faltado pretendientes.
Como aquella princesa humana, no recordaba su nombre, que había llegado a luchar contra Inu Yasha y su grupo con el fin de arrebatarles a Tessaiga y entregarmela para conquistarme; O Kagura, que murió con una sonrisa en los labios al verme por última vez. Pero nunca pensé en ellas, no creí que pudiese enamorarme de alguien alguna vez, para mí, enamorarse siguificaba debilidad. La persona a la que amabas era tu punto flaco.

-Si claro lobo, no te preocupes no a significado absolutamente nada- Contesté automáticamente mientras me levantaba del suelo y le daba la espalda. Me negaba a irme como el derrotado.- Demasiado corto pero podríamos repetirlo cuando quiera matar el rato.

Y dicho esto salí por la cortina de la cabaña. El sol comenzaba a elevarse en el cielo azul y mi hermano volvía a su imagen habitual, aún encaramado a la rama de aquel maldito árbol. Entrecerré los ojos para evitar los rayos de clara luz matutina que me cegaban y eché a correr a la mayor velocidad que pude, desapareciendo de la vista de Inu Yasha como si fuese un haz de luz más perdido en el amanecer.

Notas finales:

Espero que os haya gustado *^*

Originalmente iba a ser un One Shot pero estoy llenisima de ideas para estos dos ;O; (siempre han sido mi parejita predilecta ♥)

 

Bai~

 

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Estos dos primeros capítulos habían quedado muy cortos @_@ lo siento (||||||_ _)

Asi que e decidido juntarlos mientras me curro mucho mas el tres, prefiero tardar un poco mas pero subir más trozo porque si no, a fin de cuentas es lo mismo y quiero ser fiel a mi estilo >_<

 

Bai~


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