Hospital de Konoha
Pasando por los pasillos del hospital Konoha, el ambiente era diferente en las distintas áreas, se podía apreciar a muchas personas, algunas con marcas de ojeras, algunas llorando, otras preocupadas por el dinero que tenían que pagar al estar en un hospital tan caro, pero lo que les quiero contar es lo que en esos momentos vivían una familia en especial.
Si tenían necesidad de dinero. y su felicidad era tremenda que en esos momentos era lo que menos les importaba, los gritos se escuchaban por toda la sala de espera, algunos se abrazaban entre ellos, otros solamente sonreían la razón de tanta dicha es que en la sala de partos una mujer daba a luz a su primer bebe después de muchos intentos, medicinas, lagrimas, el dolor de ser de cuello uterino débil.
aquella mujer había perdido dos bebes, dispuesta a no seguir intentándolo pues el dolor era mucho con cada perdida, resulto de nuevo embarazada sus esperanzas volvieron sus ojos brillaban, pues esta vez fue atendida por la misma Tsunade que se encontraba lejos pero había regresado al enterarse del sufrimiento de su nuera.
Le dijo con severidad que si quería que el embarazo se llevara a cabo con éxito tendría que seguir al pie de la letra todas y cada una de sus instrucciones, sin dudarlo ni un segundo ella acepto tendría que guardar cama durante los nueve meses, no podría hacer ni el mas mínimo esfuerzo así lo hizo, demostrando cuanto ansiaba ser madre y cuanto amaba aquel bebe que crecía en su vientre.
Aunque fueron meses muy duros, siempre desde la ventana de su cuarto miraba el sol para ella era reconfortante mirarlo, saber que con cada día que pasaba su bebe seguía vivo, sus esfuerzos fueron recompensados pues ahora tenia entre sus brazos el fruto de su amor.
-¡¡¡Es una bebe!!!- salio gritando emocionado, algunas lagrimas traicioneras escapaban de sus zafiros –es preciosa se párese a mi- hablo muy orgulloso
-Felicidades- la voz de un hombre mayor resonó, todos los presentes miraron al recién llegados el rostro de sorpresa por parte de Minato, no se hizo esperar
-Pa… papá- dijo algo shokeado
-Tsunade me contó todo hace unos meses, no pensaba venir pero quería conocer a mi nieta a pesar de nuestras de las diferencias, tengo que agradecerle a la pobre… digo Kushina- rectifico al ver la mirada que le dedicaba el menor- que halla traído al mundo a mi primera nieta- una sonrisa se instalo en los labios del hombre –perdóname-
-No te preocupes papá- le contesto para darle un abrazo necesitado, no pudo evitar que unas lagrimas escaparan de sus ojos y mas por el arrepentimiento que tenia, hacia mas de ocho años que no se veían pues cuando Yiraiya se entero de su enlace con una mujer que no era de su “nivel” económico lo dejo en la calle, sin trabajo, le serró todas las puertas le quito su apellido y lo renegó como su hijo al igual que su esposa, fueron tiempos difíciles para la pareja pero tenían buenos amigos que eran sinceros que no eran hipócritas y que no esperaban nada, los ayudaron y lograron salir adelante.
-Y como se llamara- pregunto volviendo a su pose de señor de sociedad
-Teníamos pensado que si era barón le pondríamos Naruto pero como nació una bebe a Kushina se le ocurrió en el momento en que la sostuvo en sus brazos que se llamaría Sol saben algo todos pensábamos que seria un barón, pero estoy muy feliz de tener a mi bebe- comentaba con senda sonrisa –estoy seguro que Shashi será nuestro orgullo-
22 años después
Hola diario quiero contarte mi historia un amigo me dijo que a veces es bueno escribir tu vida en papel, si no la quieres contar a nadie como es mi caso, se que tu no me juzgaras, no me criticaras ni revelaras lo que en tus paginas escriba, antes que nada quiero que sepas que me llamo Naruto soy de cabellos rubios, ojos azules, tengo tres cicatrices en cada una de mis mejillas, mas adelante escribiré porque las tengo, no me quiero adelantar pues te quiero contar como pasaron las cosas, mi piel es de color canela todavía no se porque si en donde estoy no me entra el sol, mi cuerpo es delgado con algunos músculos que me definen como hombre aunque algunos me llamen afeminado no lo soy.
Mi vida cambio desde que tengo doce años bueno todo cambio desde los siete, pero el cambio radical lo di cuando cumplí mis quince años que me fui de mi casa, otra vez me estoy adelantando pero bueno empecemos te contare desde el principio
-Naruto- escucho a mi compañero de cuarto llamarme- hay vienen esconde ese cuaderno o él se meterá en problemas por habértelo dado- me dice con preocupación, bueno todo lo que tenga que ver con Sai le preocupa, pero tiene razón, escondo lo mas rápido posible a mi confidente y los dos hacemos como si estuviéramos dormidos
-¡¡¡Despiértense!!!- nos grita una joven de cabello rosas, es muy amargada, es la jefa mayor –es hora de la comida mas le vale comportarse o ya saben lo que les espera- termina diciendo para serrar la puerta, que si sabemos lo que nos espera por supuesto que sabemos una hora completa de tortura, mi compañero y yo sin decir nada nos levantamos y caminamos con paso lento a la puerta, este lugar a pesar de ser todo de color blanco da mucho miedo los pasillos están llenos de chicos y chicas que tienen la mirada perdida, siempre me e preguntado porque mis padres me mandaron a un lugar como este, lo mismo se pregunta Gaara pero a diferencia de mi sus hermanos fueron los que lo encerraron en este “paraíso” como le decimos, llegamos a un inmenso comedor, las mesas están pegadas unas con otras nos sentamos alejados lo mas posible, pues algunos habitantes suelen ser bastante agresivos.
-Y ha esto le llaman comida- dice con asco mirando la avena espesa de su plato –esto es para viejos-
-Deja de quejarte- digo (aunque yo también tengo un poco de asco) pero es lo que hay, ambos comenzamos a comer, en definitiva si estoy flaco terminare quedando en los puros huesos, es que aparte de no ser agradable a la vista tampoco lo es de sabor pues sabe a leche pasada y la avena esta tiesa, de no ser porque soy joven y me e cuidado los dientes podría jurar que se me hubieran partido en la primera cucharada.
-Retiro lo dicho esto no es ni siquiera para un animal-
-Tienes razón- digo aguantando las ganas de vomitar creo que me ha caído mal
-¡Si ya terminaron lárguense a sus cuartos!- dice de nuevo la amargada, tanto Gaara como yo nos dirigimos a nuestro cuarto era hora de la siesta de todos, espere a que pasara la chicle de la supervisión para saber si todos estamos en nuestros cuartos, y saque de nuevo el cuaderno necesitaba escribir deshogarme mi pelirrojo amigo se quedo dormido
-Bien es hora de comenzar con mi historia sierro mis ojos para recordar y comenzar a escribir
Flash back****
Tengo siete años soy muy feliz tengo el amor de mis padres vivimos realmente bien, sin lujos pero bien mi madre no deja de decirme cuanto me ama y que soy el regalo que le otorgo Dios y el sol pues de el astro rey es el origen mi nombre.
-Sol ven a comer- llama mi mama sin mas entro me lavo las manos saludo a mi padre que también acaba de llegar tiene un expresión de felicidad
-Kushina hay algo que tengo que decirte- le dice ha mi madre sentándose en la silla –mi padre me dio de nuevo el trabajo de presidente de la empresa, además me dijo que podríamos vivir en su casa- le comentaba feliz, mi madre no decía nada, pero se le nota en la mirada que no le desagrada del todo vivir en aquella mansión, que tiene mas cuartos que un hotel cinco estrellas yo simplemente observo sin decir nada –Sol ira a un internado en Londres donde la enseñaran a comportarse como una señorita, y tu podrás tomar clases pera que puedas acompañarme a reuniones- mi madre ante eso se queda perpleja al igual que yo, un internado en ¡¡¡Londres!!! pero eso es muy lejos yo no me quiero separar de ellos, es mas ni siquiera quiero aprender a ser una “señorita” pues esas tonteras no van con migo.
-Pero amor a Londres- dice mi madre –es muy lejos…-
-Es nuestra oportunidad de salir de esta pobreza, quiero tenerte a ti y a mi niña como unas princesas-
-De acuerdo- dice mi madre sonriendo, es que nadie me piensa preguntar que quiero ¡¡¡yo!!!, sin decir nada salgo corriendo a refugiarme en mi cuarto, ellos ni se preocuparon en preguntar como me sentía.
faltaban dos meses para que yo me fuera a estudiar a Londres no podía creer como todo cambio desde que vivimos en esta mansión, mi madre solo se preocupa en convertirse en la perfecta dama, mi padre en sus reuniones, donde quedo aquel amor que me profesaban, es ¿que el dinero cambia a las personas?, ellos piensan que comprándome cosas van a cambiar mi forma de ser, los días empezaron a pasar, casi ni veía a mis padres estaban demasiado ocupados en su “vida”, como para preocuparse de su hija por fin llego el día de mi partida, ni siquiera se despidieron, sola llorando en un avión rumbo a un lugar que no conocía.
************************fin del flash back*****************
Dejo de escribir y retiro un poco el cuaderno no quiero mojarlo con mis lagrimas, son cosas de las que no me quiero acordar pero me siento un poquito mas descansado, suficiente recuerdos por hoy lo mejor será que siga mañana guardo todo.
-¿Porque me encerraron en un psiquiátrico?- susurro, esa es la pregunta que me ago todos los días, no estoy loco yo no escogí ser el experimento de aquel hombre, además ellos son mis padres, suspiro serrando mis ojos lo mejor será dormir un poco pues recordar me lastima mi ya destruido corazón.