Como siempre caminábamos juntas de regreso a casa luego de una larga jornada de trabajo en la preparatoria.
Y dábamos vueltas platicando y riendo tomando los caminos más largos para estar juntas lo más posible.
Pero ese día era diferente, doblamos la esquina del "Vegtl" restaurant uno de los mas elegantes de nuestra pequeña ciudad por su belleza tranquilidad y aspecto natural. Nos detuvimos en la esquina consientes de que a partir de allí nuestros caminos se separaban.
Yo como siempre mire a su dulce rostro que lucia un tanto apenado y con la mirada gacha. Y mientras le miraba pensaba en lo agradable que era, en el simple hecho de que ya no puedo vivir sin ella de que cada cosa de la vida toma sentido cuando es por ella que a pesar de estar en diferentes clases me siento dichos de tenerle cerca de mi de que quisiera que toda mi vida sea a su lado. De que quiero regalarle todo l que soy, quitarle el dolor, amarle sin temor alguno. Pero siento una pequeña punzada de tristeza en mi corazón porque jamás aceptara mis sentimientos, porque para ella soy una hermana, la mejor de las amigas, la más querida compañera, la confidente
Por eso he decidido q renunciare a su amor aunque implique renunciar a mi alegría, porque después de todo no podrá amarme por eso jamás voy a decirle nada. Prefiero mil veces ser su mejor amiga a perderla para siempre y eso hare seré solo su amiga para toda la vida.
Entonces despierto de mis pensamientos que deseaban seguir rondando mi corazón, una maravillosa calidez en mi mano me hace mirar es ella q me ha tomado de la mano y me hala hacia la entrada del prestigioso restaurante.
"Después de todo es viernes" pienso para no preocuparme de quedarme todo el tiempo del mundo con ella porque era lo q mas deseaba.
Ingresamos y le hizo una seña a uno de los meseros que luego nos guio a una de las mesas que daban a una ventana hacia un jardín interior. El restaurante era de forma circular y las mesas de parejas estaban junto al jardín interior y ahí estábamos las dos. Personalmente me sentí anonadada cuando saco de su bolsillo una tarjeta en forma de corazón y me la extendió. "te amo" susurro con cautela como temiendo mi reacción.
Ella fue mas valiente q yo al atreverse a decírmelo y yo no cavia de tanta felicidad que solo sonreía con gran amplitud para luego responderle con un "yo también"
Entonces sus suaves manos volvieron a unirse con las mías, al fin conocía la verdadera dicha.
Comimos juntas y ella me dijo q era para conmemorar el aniversario de la primera vez q nos vimos y le escucha decirme tantas cosas hermosas que para mi aquella felicidad solo podía ser un sueno.
Un sueño del que no quería despertar.
Al salir del restaurante se acerco a mi para despedirse y ella hizo algo que ambas habíamos deseado varias veces, un beso, suave, tierno y dulce.
El más especial que había tenido, porque me lo daba ella porque sabía a amor.