Amor & Prohibicion por Yue Daisuke

Hola mi nombre es Daisuke Yue, pueden llamarme Yue, te preguntaras por que me presento, y que te importa quien soy, pero, se me hizo interesante el contarte mi historia.
Soy una chica de preparatoria, tengo 16 años, y a pesar de mi edad he definido mis preferencias sexuales, soy bisexual, no te espantes, no muerdo por ser mitad gay, suelo ser tranquila, sarcástica, y pocas veces son las que me gusta estar echando relajo, tengo pocos amigos, pero son muy buenos, en la escuela casi siempre estoy sola. Mi físico…pues, no se describirme, solo te diré que mi cabello es corto y de color negro, y mis ojos son dorados, cuestión por la que llamo mucho la atención, y se me quedan viendo como bicho raro.
Ok suficiente de hablar de mí, la cuestión por la que estoy aquí escribiendo esto, es para contarte como me enamore de alguien, para ser mas especifica, de una chica. Bueno empecemos, aunque no me importa que te hayas aburrido, pues en verdad tú decidiste leer esto y ya no hay marcha atrás.
Era una tarde nublada, estábamos cursando nuestros primeros días de tercer semestre, la clase de Geometría había terminado, era miércoles, y la mayoría estaban inquietos, y yo estaba sumida en mis pensamientos, como solía hacerlo en ese tiempo, la profesora de lectura entro y apunto un nombre en la pizarra, después de eso entro una chica un tanto tímida, y la profesora la presento, su nombre: Kurozane Himeko. No preste mucha atención a lo demás, solo se que la sentaron junto a mi, para variar.
-Hola, soy Himeko, mucho gusto –Sonrió, y extendió su mano para formalizar el saludo
-Daisuke Yue- Me limite a responder y cerré el pequeño saludo
-No eres muy amigable ¿verdad?- Pregunto con ojos de niña curiosa
-¿Ah…?lo siento, no es eso…es que estaba pensando- Sonreí
-Ah, ¿puedo preguntarte algo?
-Ya lo estas haciendo
-Q-quería saber…si…podrías….enseñarme la escuela…y podía almorzar contigo- Confeso con un leve sonrojo en sus mejillas
-Esta bien, no tengo ningún problema- Le respondí, y le guiñe un ojo a lo cual ella se sonrojo mas, y yo solo solté una leve risa.
Después de esa pequeña charla, las clases siguieron su curso normal, para mi se me hicieron eternas. Ella bostezaba entre las clases, se veía realmente tierna, su cabello es largo de un color castaño claro, y tiene unos grandes ojos grises, hermosa ¿no creen?, pues es mía, jajá.
En el descanso, Himeko y yo estuvimos recorriendo la escuela, le enseñe los salones, laboratorios, hasta las áreas verdes. Luego de caminar un rato decidimos sentarnos bajo la sombra de un árbol.
-La escuela es muy grande – Exclamo emocionada
-No, después de un tiempo se te hace demasiado pequeña
-Parece que no tienes muchos amigos…- Comento
-No, siempre estoy sola….- Respondí con algo de nostalgia
-¿Podría….juntarme contigo?….. – Pregunto con algo de timidez
-Claro, no me molestaría tener un poco de compañía
Al terminar las clases, salimos juntas de la escuela, íbamos platicando de temas incoherentes, para ser el primer día de conocernos nos llevamos muy bien. Nuestro andar se detuvo al llegar a mi departamento, confieso que vivo sola, pues mis padres decidieron que era lo mejor.
-Perdón por no poder llevarte a tu casa- Dije algo apenada
-No te preocupes, vivo a unas calles, gracias por lo de hoy- Me dio un beso en la mejilla y se marcho.
Quede un tanto sonrojada, pero feliz, desde ese día, un sentimiento se encendió dentro de mi, pero solo era una chispa solitaria, que no dañaría a nadie ¿o si?
El tiempo paso muy rápido, cuando menos nos dimos cuenta habían pasado ya cuatro meses desde la primera vez que nos vimos, ya nos conocíamos mejor, yo sabia que a ella le gustaba mucho dibujar y contemplar la naturaleza y los paisajes, y ella sabia que a mi me gustaba el anime, que era algo pervertida y me gustaba escribir mis pensamiento y algunas historias, incluso sabia mi orientación sexual y me aceptaba; admito que soy celosa con ella, pues varios pervertidos de la escuela, menos yo ….ejemn… la acosaban muy seguido, pues la falda de la escuela le quedaba algo corta, y dejaba poco a la imaginación.
Bueno ese día estábamos en el descanso, y unos tipos de grado mayor empezaron a acorralarla, yo estaba comprando algo que ella me había pedido en la cooperativa; cuando reaccione aleje al “jefe” de esa bola de pandilleros, y saque a Himeko de ahí.
-¡Déjenla!- Grite y empuje al tipo que la estaba acosando
-¡Cállate perra! A ti nadie te metió en esto- Respondió molesto
-¡Tu aquí eres el depravado! Así que aléjate de ella- Le di un puñetazo, y comencé a correr con Himeko.
Nos detuvimos bajo el árbol que estaba cerca de ahí, ella tenia las mejillas sonrojadas por el esfuerzo de correr, y yo me deje caer en el pasto para descansar.
-¿Por qué le pegaste?- Me pregunto
-Te estaba lastimando…
-No creo que esa sea la única razón- Afirmo acercando su rostro al mío
-E-entonces que crees tu…- Conteste con un leve rubor en mis mejillas
-Celos….
-Esta bien, si son celos, pero solo es para protegerte
-Segura….-Acerco aun mas su rostro
-¿Q-que haces?
-Esto…- Respondió y me beso
Eso me tomo por sorpresa, pero el sentir sus labios sobre los míos fue algo reconfortante, una sensación bastante agradable, nos separamos por falta de aire, cosa que yo no quería que ocurriera, pero lamentablemente fue así.

-¿P-por q-que hiciste e-eso?

-…lo…siento…- Contesto apenada

-Dime… ¿Por qué lo hiciste?

-…-No respondía, solo escondió su rostro en sus manos

Estaba desesperada por saber que tenia, ¿acaso solo lo hizo por impulso? ¿Le gustaba? ¿Por que lo hizo?, miles de preguntas surcaban mi mente. Me volví hacia ella y la abrace para tranquilizarla.
-Me gustas- Susurre en su oído- Me gustas desde el primer día que te vi, no tienes nada de que disculparte, te amo.- Sentí como su cuerpo se tenso al oír esas palabras.
Me levante dispuesta a irme, pero ella me detuvo, me abrazo y pude sentir sus frágiles brazos rodeándome.
-Y-yo…no…-Estaba nerviosa, se notaba en su voz
-Entonces hice mal en decírtelo verdad…- Mi voz sonaba dolida, ya no sabia que hacer, solo quería que sintiera lo mismo que yo.
-No…tu…también…m-me gustas…..- Debo confesar que tiene fuerza, pues no me soltaba
Me gire hacia ella y la abrace, quería transmitirle tranquilidad, y expresarle que estaba feliz.
-Tonta….no te vuelvas a disculpar por eso, ¿entiendes?
-…..y entonces….¿que es lo que somos?- Me pregunto apenada
Me acerque a su oído y susurre: -Señorita Kurozane… ¿aceptaría salir conmigo?- Me separe de ella para ver su expresión.
-…y-yo…..-Estaba mas roja que un tomate, eso me causo algo de gracia, estaba demasiado nerviosa, y se abalanzo sobre mi y me beso, definitivamente eso era un si.
Después de unos días, éramos una pareja algo extraña, nos observaban demasiado en la escuela, y en la calle, salíamos con frecuencia, y nos divertíamos mucho. Ese día era viernes, Himeko le había pedido permiso a su madre para quedarse el fin de semana conmigo. Estábamos ya en mi departamento cenando y comentando algo sobre las clases de ese día.
-Bueno y me quieres decir que es lo que tienes en mente, no me has dicho nada desde la escuela- Comente
-Eres algo impaciente ¿verdad?
-La verdad….si...soy impaciente- Me levante de la mesa, la abrace y bese su cabello- Entonces ¿me dirás?
-Esta bien, pero hare algo mejor, te mostrare- Me guio hasta el sillón y comenzó a besarme apasionadamente, yo solo me limitaba a sonreír y disfrutar de los besos que me regalaba ese pequeño ángel. Lamentablemente yo, soy algo torpe, y deje la puerta entreabierta, y aun peor entro la madre de ella pues venia a dejarle algo a Himeko pues lo había olvidado en su casa; no me pregunten como encontró mi departamento por que yo también desconozco como lo hizo; pero al ver esa escena, pues prácticamente lo estábamos haciendo en el sofá lo único que hizo esa señora fue alejarla de mi; me levante a explicarle a la señora, pero lo único que recibí fue una bofetada de su parte.
-¡MALDITA PERRA LESBIANA!- Me grito- mira en lo que convertiste a mi hija, sabia que no debía dejar que viniera.
-Pero…madre...ella no tiene la culpa de nada…-Me defendió Himeko
-¡Cállate!, yo se que ella es culpable- Me miro con repudio
-Mire señora- Dije con soberbia y odio en mi voz- yo no tengo la culpa de que usted no conozca a su hija, y no sepa que es lo que le gusta, además usted no es nadie para entrometerse en nuestra vida.
-Mira, tengo todo el derecho de hacerlo pues es mi hija y tu solo eres una sucia lesbiana que la convirtió en esto- Sentencio
-Para que discutir con usted, Já¡ es una perdida de saliva innecesaria
-Kurozane Himeko, ve por tus cosas, no quiero que vuelvas a esta casa- Le ordeno.
Himeko obedeció, y me llevo del brazo hasta la habitación, ahí me abrazo y me beso, este era un beso que sabia a adiós, sabia a dolor, un beso tan diferente de los demás.
-Olvídame, perdóname por hacerte pasar esto- Rompió el abrazo y se fue, yo solo vi como se marchaba, y no pude hacer nada para evitarlo, tenia miedo de perderla, miedo de no volver a verla, miedo de no estar junto a ella, miedo, eso era lo que sentía.
Pasaron unos meses, yo casi no asistía a clases, solía embriagarme en las noches para poder olvidar lo que paso, en esos días estaba sumida en una total depresión. De repente se abrió mi puerta de golpe, y ahí estaba de nuevo, era ella, pero se le veía algo molesta, me levante del sofá y me dirigí hacia ella, y lo único que recibí fue un buen golpe de su parte.
-¡IDIOTA!- Me grito- Me han dicho que no has ido a la escuela, que no contestas los mensajes, y vengo a comprobarlo y hasta con una botella te encuentro.
-….-No sabia que responder todo era cierto, baje mi mirada, no quería que me viera de esa manera, no quería que me viera en esa depresión- Perdóname….
- Tonta, no eres la única que sufrió después de eso, ¿Cómo crees que me encontraba yo?
-Perdóname….pero, ¿Qué haces aquí?, pensé que ya no te dejarían venir mas
-Solo es por hoy, le mentí a mi madre para venir a verte, necesitaba saber como estabas
-Gracias- La abrace y la bese- Te amo, te necesito a mi lado, para no hundirme en la soledad.
Poso sus dedos en mis labios y no me dejo seguir hablando, no se como ni a que hora, pero estábamos en la habitación, otorgándonos las caricias que nos habían faltado en esos largos meses de agonía.
En la mañana desperté de golpe, ya no estaba a mi lado, ¿habría sido un sueño?, no…eso era real, sabia que volvería, encontré una carta suya en el comedor, explicándome el por que se había ido, eso me tranquilizaba mucho, la amaba, realmente la amaba.
Actualmente, estoy esperando volver a verla, quiero volver a abrazarla, ya ha pasado más de un año sin verla, solo la he llamado, pero aun así, necesito estar a su lado.
Esta es nuestra historia, la historia de un romance prohibido por la sociedad, criticado por todos y comprendido por nadie, me enamore de alguien de quien no debí haberme enamorado, aunque se que hice lo correcto al vivir este amor, y que me hayan prohibido estar a su lado.

FIN