Capítulo 10 – Dulces palabras
Permaneció Hisoka por un tiempo besando esos labios que ya hacía tiempo quería probar pero que su timidez lo había impedido. No se arrepintió de nada y al separarse sólo ladeó su cabeza un poco y mostró el mismo semblante serio que le caracterizaba para comenzar a hablar.
- Escucha Tsu… yo… te amo…
Hubo un momento de silencio mientras el mayor intentaba comprender la situación. Por más que lo intentaba no podía creer lo que había sucedido y se preguntaba por qué su corazón no dejaba de palpitar con ese ritmo tan acelerado. Finalmente, Hisoka creyó que sería buen momento para explicarle mientras desviaba su mirada, no era nada sencillo estar expuesto de esa forma. Se sentía vulnerable y frágil, eso le incomodaba.
- Estoy consciente de que tienes muchas más personas que te quieren de esa forma… y está bien si tú no sientes lo mismo, sólo quería decírtelo… Tengo miedo.. miedo a perderte y que te alejes de mí… pero creo que es necesario cambiar de pareja… No me gustaría incomodarte y mucho menos…
Las palabras de Hisoka salían una tras de otra dando paso a nuevas interrogantes en el interior del castaño. Al fin podía darse cuenta, ese cálido sentimiento que le acompañaba cada ver que Hisoka estaba a su lado era por la misma razón de la que hablaba. ¿Cómo no se había dado cuenta con anterioridad? ¿Cómo había sido tan torpe para no percatarse de sus verdaderos sentimientos?...
En su interior diferentes pensamientos venían a su mente y entre ellos una pregunta que pudo contestarse por fin: “¿qué siento por Hisoka?...”. Ahora tenía la respuesta… sonrió levemente regresando a la realidad pues desde hacía un tiempo ni siquiera escuchaba las palabras que el menor apresuraba en decir como si temiese terminar pues no sabía cómo reaccionaría su compañero.
Tsuzuki no pudo más y, abrazándolo de la cintura, le dedicó una tierna mirada para posteriormente plantar un nuevo beso sobre los suaves labios del menor.
Hisoka detuvo su hablar cuando se percató del acto del mayor. No podía creerlo, ¿Acaso le estaba correspondiendo? No dudó en hacer lo mismo por él, cerrando sus ojos y rodeando el cuello del shinigami para transmitir esos sentimientos que desesperadamente querían salir desde hace tiempo.
El de ojos amatistas estaba realmente agradecido por ello. Jamás pensó que alguna persona lo puediera amar nuevamente, o por lo menos de esa forma. Y no sólo eso, estaba realmente feliz de haber encontrando ese sentir por demás hermoso que le causaba su compañero. Ahora bien podía decirlo… Se separó después de un momento conveniente para decir:
- También te amo, Hisoka… - mostrando esa sonrisa tan tranquila y positiva que lo caracterizaba.
Tsuzuki estaba por demás feliz. Tanto había cumplido su objetivo en hacer sonreír a Hisoka como darse cuenta del amor que sentía hacía su ahora pareja y por siempre su compañero.
Hisoka en cambio, aún se encontraba sorprendido, nunca pensó que pudiera ser correspondido por lo que mientras lo miraba sus ojos comenzaron a humedecerse dando paso a un gran número de lágrimas que rodaban a lo largo de sus mejillas provocadas por las dulces palabras de su pareja.
Arrugó la camisa de Tsuzuki con ambas manos mientras recargaba su rostro sobre el pecho del mayor.
- ¿Esto no es un sueño verdad? – preguntó temeroso de que sólo se tratase de su imaginación.
- Claro que no lo es, Hisoka… - respondió de inmediato Tsuzuki mientras acariciaba su cabellera suavemente y lo abrazaba de la misma manera con la intensión de tranquilizarlo pero sin borrar esa sonrisa de su rostro – Estoy aquí contigo y no pienso dejarte ir ahora que me encuentro tan cómodo – dijo riendo levemente mientras lo abrazaba más fuerte.
- Baka, no quiero irme… -dijo rodeando el torso de su pareja al tiempo que hundía más su rostro en el ancho pecho de Tsuzuki intentando así apaciguar sus lágrimas que lo ponían en evidencia.
- Está bien… - lo tomó de los hombros intentando separar su cuerpo del contrario pero notó que Hisoka no lo permitía aferrándose aún más a él. – ¡Vamos Hisoka, quiero ver tu rostro! – pero del menor no salió ni un respiro hasta que Tsuzuki se inclinó dándole un beso en su cabeza provocando que Hisoka levantara la vista.
Tsuzuki no hizo más que tomarle de las mejillas para limpiar esas lágrimas con sus pulgares mirando de una forma tierna esas esmeraldas que lo dejaban hipnotizado con su belleza. Hisoka, al notar esa expresión en el rostro del mayor pudo mostrar una simple pero linda sonrisa en sus labios.
Tsuzuki no podría describir lo hermoso que resultaba Hisoka en ese estado pero prefería no verlo llorar de nuevo y él lucharía por ello. Sin embargo, el verlo sonreír de esa forma provocaba en él una fortaleza y una necesidad de besarlo, abrazarlo… Tenerlo a su lado por la eternidad y protegerlo de cualquier situación. Eso debía prometérselo.
- Bueno Hisoka, creo que ya es tarde. Deberíamos regresar a casa ¿No crees?
- Sí… aún no he hecho la cena...
- ¡Es verdad! ¿Y qué vamos a cenar? – preguntó Tsuzuki tomando de la mano al menor para comenzar a caminar.
- ¿De qué tienes ganas?
- ¡De Hisoka! –respondió apresuradamente mientras le guiñaba uno de sus ojos y recibía un golpe por parte del menor provocando en éste un rubor por el comentario del shinigami – ¡Aah! Eso me dolió, Hisoka… -dijo haciendo un puchero sin dejar el rumbo a su hogar.
- ¡Eso te pasa por pervertido!... –afirmó mostrando su sonrojo y una pequeña venita que saltaba de su frente. Para después sonreír nuevamente… En verdad amaba a ese baka y estaba realmente feliz de poder estar junto a él e ir tomados de la mano a su hogar.
- Pero si no dije nada malo…
El ambiente no había cambiado para nada: Hisoka reprendía a Tsuzuki de igual forma y Tsuzuki tenía su característica personalidad infantil que desesperaba a su compañero, cuando en realidad era lo que más les agradaba a ambos en la forma de ser de su actual pareja. Ese era el único cambio, ahora eran una pareja.
Al llegar a la casa del menor, Tsuzuki se dejó caer en el sofá con pereza mientras que Hisoka se apresuraba para ir a la cocina, sabía que Tsuzuki ya tendría hambre pues habían tardado un poco en llegar a la casa por lo que comenzó a preparar la cena.
El castaño alzó la vista y posó sus amatistas sobre Hisoka mientras éste se mantenía ocupado revisando los ingredientes que utilizaría. Tsuzuki sonrió. Aún le parecía increíble que hace sólo unas cuantas horas ambos shinigamis habían confesado sus sentimientos y se habían convertido en una pareja. Nunca pensó que pudiera ser amado de esa forma, a pesar de los pretendientes que tenía tras de él pues el mayor no se percataba de ello.
Decidió ponerse de pie en un salto, dejando fuera su gabardina para estar más cómodo y rápidamente fue hacia la cocina. No quería desperdiciar ni un momento con Hisoka, a pesar de que tenía todo el tiempo del mundo, se sentía con la necesidad de estar a su lado, de abrazarlo, protegerlo, decirle cuanto lo amaba y que nunca quisiera alejarse de él.
Hisoka reaccionó al momento en que los brazos de Tsuzuki rodeaban el cuerpo de éste por detrás mientras se inclinaba para recargar su barbilla en uno de los hombros del rubio. Éste al sentirlo tan cerca no pudo evitar sonrojarse. Había pensado en reprenderlo por distraerlo al estar cocinando, pero… esa muestra de afecto era tan cálida, podía darse cuenta de los sentimientos de su compañero, no sólo por su habilidad sino por la forma en que Tsuzuki lo daba a conocer.
- Hisoka, te amo… - fueron las palabras que salieron de los labios de su compañero. Hisoka intentó corresponderle pero aún le costaba trabajo expresarse libremente por lo que tomó la mano de Tsuzuki sobre su pecho con la propia y asintió mostrando aún más su rubor.
Tsuzuki se percató de eso y besó su mejilla. Bien conocía a su compañero y algo que le resultaba en verdad difícil era expresar sus sentimientos, por lo general nunca lo hacía y prefería guardarlos. No iba a presionarlo, aún menos recordando que en realidad fue él quien confesó primero sus sentimientos y de no ser por él tal vez nunca se hubiera dado cuenta de los suyos.
Por lo que iba a separarse cuando el menor se dio cuenta de ello y giró para abrazarle fuertemente. No quería que se alejara, quería que estuvieran así por un rato más pero se le dificultaba tanto poder decírselo que decidió actuar.
Tsuzuki le correspondió sonriendo levemente para luego comentar:
- ¿Sabes, Hisoka? Es algo tarde deberíamos ir a descansar ¿no crees?
- Sí, hoy fue un día agitado… ¿Pero no tienes hambre?
- Bueno, no tanto realmente – mintió pues lo único que en ese momento quería era estar al lado de Hisoka- pero… ¿te divertiste? – preguntó algo temeroso por la respuesta.
El menor se alejó un poco de él para mirar esas amatistas y acariciar su mejilla mientras sonreía levemente.
- Sí, gracias Tsu… - dijo algo avergonzado pero realmente feliz con el clímax de ese inolvidable día.
Tsuzuki realmente se sentía orgulloso de sí mismo, como pocas veces había sucedido. A pesar de los diferentes obstáculos había hecho feliz a Hisoka y no sólo eso sino que habían terminado por ser una pareja formal y eso se sentía tan bien, provocándole alegría y calidez.
- No, Hisoka. Gracias a ti que ahora puedo ser feliz… -confesó sin más recargando su frente contra la contraria mientras esos orbes esmeraldas relucían con los rayos de la luna que apenas se asomaban por la ventana.
- Baka… -susurró alzando un poco su rostro y elevándose con sus pies esperando un beso del mayor.
Tsuzuki no aguantó un momento más por lo que lo abrazó de la cintura suavemente mientras posaba sus labios sobre los del menor en un dulce beso dando final a ese hermoso día que sólo era el comienzo de sus nuevas vidas.