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~ Junto a ti ~ por Tsu Asato

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Notas del capitulo:

 

Ahora que como pastel *-* y descanso de tanto estrés ¬¬U es mi oportunidad xP Lamento la demora pero saben? Prefiero que esté bien escrito y que la trama siga interesante a que sólo escribir por escribir, creo que esa es una regla de oro para los escritores no creen? (bueno no soy escritora ewe pero me gustaría serlo xP)

En fin, espero les guste el capi ~

 

Capítulo 16: La llave del candado

 

 

-       B-bueno… - se quedó un tanto pensativo el shinigami – ya nos ha engañado tantas veces que… ¡aún así! Hisoka encontró este frasco sobre la cama cuando escuchó un ruido en este mismo lugar, ¡su despacho! – dijo acusadoramente mientras el médico tomaba el frasco y lo examinaba con detención un tanto serio.

-       … Esto no es medicamento… - afirmó un tanto curioso.

-       ¿No lo es?.. Entonces… - El médico sonrió y agregó amablemente.

-       Si me da un simple beso se lo diré ~

-       ¡¿Aaah?! ¡Claro que no!

-       Vamos, admita que quiere hacerlo… - dijo tomándole del mentón para acercarlo hasta él lentamente. Tsuzuki le miró asombrado.

-       ¡Nooo! – se alejó de inmediato pues ahora sólo le importaban los labios de su pareja y los de nadie más.

 

En ese momento sintió un aura oscura en la entrada de la puerta provocando que ambos se giraran para descubrir al de ojos esmeralda realmente furioso que los miraba con odio.

 

-       Y como siempre interrumpiendo mis bellos momentos con Tsuzuki-san ¿No es así, mocoso? – dijo un tanto molesto el doctor.

-       ¡Aaaah! ¡Hisoka! – se sorprendió al mismo tiempo en que se asustaba un poco por su presencia, aún cuando él no hubiera hecho nada malo en sí, temía que Hisoka volviera a molestarse con él.

 

 

Más que molesto con su pareja estaba molesto con el doctor, una cosa más se agregaba a la lista pues Tsuzuki era su pareja y obviamente no le agradaban en absoluto las intensiones que el médico tenía con su shinigami.

 

-       Hisoka, n-no es lo que piensas, en serio que… - intentó defenderse el shinigami cuando el menor le miró con el ceño fruncido.

-       ¡Ya lo sé, idiota!... – miró al peliplata con molestia – y ya admitió que es usted? O como siempre está ocultando su culpabilidad con su patética sonrisa – refiriéndose al misterio en el instituto, se cruza de brazos acercándose a su pareja sin dejar de clavar su mirada en el sospechoso. Muraki no aguantó y rió levemente para después agregar:

-       Justo se lo acabo de mencionar a Tsuzuki-san, así que sólo lo diré una vez… Estoy aquí porque la directora está muy grave. Así que contrató a un médico reconocido para que la tratara, es decir, yo y de paso me ofreció también el cargo de la escuela pues así estaría a toda hora en que me necesite – sonreía divertido al ver las expresiones en el rostro de sus enemigos.

-       ¿Muy grave? ¿Qué es lo que tiene? – preguntó el castaño arqueando una ceja.

-       Ella tiene una enfermedad poco común, donde su respiración se pierde y una fiebre alta le embarga, pero para ello toma el medicamento que yo mismo he fabricado.

-       ¿Y cuál es ese medicamento?

-       Eso es confidencial, si quieren saberlo deberán preguntarle a ella… Creo que les he informado bastante.

-       ¡Aún no! – exclamó el menor - ¿Qué es esa cosa llamada Turoxina?

El doctor suspiró y miró al menor después con una sonrisa.

-       Sólo les puedo decir que eso estaba aquí, desde antes que yo llegara.

-       ¿Entonces no sabe lo que es? – Tsuzuki le miraba serio mientras tomaba nuevamente el frasco en sus manos.

-       Realmente no estoy seguro, si quieren información deberán buscarla por su cuenta… He perdido mucho tiempo con ustedes. Buen día caballeros... – dijo finalmente para salir por la puerta de su despacho.

Hisoka y Tsuzuki se miraron compartiendo de este modo un mismo pensamiento.

-       Con lo que nos ha contado, Muraki no es el único sospechoso – afirmó Hisoka comenzando a salir del lugar al lado de Tsuzuki.

-       Así es, ahora también es la directora y el antiguo doctor de la escuela.., -exclamó pensativo.

-       Debemos seguir investigando. Por ahora debo volver a clase y preguntar a los estudiantes al respecto.

-       Está bien, también investigaré con los demás empleados y tal vez dar una visita a la directora no estaría de más.

-       Bien. Nos vemos en el almuerzo para saber qué descubrió el otro.

-       ¡Es una cita! – agregó animado el shinigami mayor.

-       ¡Claro que no es una cita, baka! – le regañó el ruborizado chico rubio mientras le miraba con el ceño fruncido por tal idea.

-       Claro que lo es – guiñó una de sus amatistas de forma coqueta mientras sonreía – Nos podemos ver en algún lugar donde los demás no nos vean… – se acercó para besarle pero el menor era más racional por lo que aún sonrojado y fingiendo molestia le dio un golpe en la frente provocando que cayera y se mostrara en forma chibi con sus orejitas y colita características al hacer sus berrinches – Hisoka, ¿por qué has hecho eso? ¿Y-ya no me quieres?

-       ¡Baka! Entiende que estamos en un instituto, aquí no podemos hacer ese tipo de cosas. – le regañó cruzándose de brazos para comenzar a caminar a su aula – A la hora del almuerzo, en la azotea… - dijo finalmente para dirigirse sin más a sus clases que seguramente sus compañeros, o peor, el maestro ya habían sospechado de su ausencia.

 

 

-       E-está bien… - se incorporó comenzando a caminar cuando se topó con la joven directora – Buenos días, señorita Miyazaki.

-       Oh, Tsuzuki-sensei, es un placer verle de nuevo ¿qué le está pareciendo el instituto? – preguntó al momento en que se cruzó de brazos formando una sonrisa en su rostro esperando una respuesta.

-       Es fabuloso, tanto las instalaciones como los alumnos. Ha hecho un buen trabajo como profesora – debía seguir con una buena conversación hasta que pudiera sacar el tema al que quería llegar.

-       Me halaga Tsuzuki-san, - la chica da una palmada en su hombro con vergüenza por sus palabras para después agregar – No sólo he sido yo, también los maestros y demás personal que han trabajado en esta escuela.

-       Eso es cierto. Apropósito, si no me equivoco el doctor Muraki llegó aquí desde hace unos días. ¿Qué sucedió con el otro doctor?... – la chica borró cualquier señal de alegría en su rostro para mostrar uno seria y distante.

-       El doctor Yamamoto falleció recientemente… Parece ser que quiso suicidarse y… tomó un medicamento que él mismo fabricaba para dar fin a su vida – dijo con un dejo de tristeza al momento en que recordaba ese suceso.

-       ¿que el mismo fabricaba? – repitió pensando en que podría ser el medicamento que encontró su compañero en el consultorio del doctor.

-       Así es, eso fue lo que dedujeron finalmente los especialistas en el caso. La escuela ha tenido muchas desapariciones desde hace ya décadas atrás sólo que esta vez se han visto más frecuentes, una tras otra – seguía hablando de una forma un tanto dolida - Pero debes entender que no queremos asustar aún más a los estudiantes, así que no debes decírselo a nadie, Tsuzuki-sensei ¿está bien? – dijo de forma un tanto seria.

-       Claro que no se los diré, pero... también quería preguntarle. Los chicos que han desaparecido, debe haber algo que los relacione, tal vez sus notas, participaban en alguna actividad…

-       No, no en absoluto. Son chicos totalmente diferentes – exclamó caminando haciendo una seña para que el castaño lo siguiera y éste así lo hizo – sin embargo me sentiría honrada en que me ayudes a investigar.

-       El honrado sería yo, Miyazaki-san… - no estaba totalmente seguro si confiar en ella pero el que se preocupara por los estudiantes lo hacía parecer que toda sospecha en cuanto a la superior era falsa - ¿y cómo podría hacer tal cosa?

 

La joven se detuvo frente a una puerta con candado y varias cerraduras las cuales abrió con un grupo de llaves que sacó de su bolsillo. Eran bastantes llaves, Tsuzuki se preguntaba el porqué eran tantas pero decidió callar y esperar. Al estar sin ninguna cerradura activada, deslizó la puerta hacia adentro para abrirla y mostrarle un almacén con muchos documentos, carpetas entre otras cosas llenas de polvo.

 

-       Aquí se ha guardado cada uno de los archivos de esta institución desde un comienzo hasta hoy. No estoy para nada conforme con esta situación pero cada profesor, empleado, alumno que ha querido investigar sobre el asunto termina desaparecido o muerto en las instalaciones de esta escuela. Quiero acabar con ello pero me encuentro indispuesta por salud a un grado que no imagina, es por ello que mis esfuerzos no son suficientes – se acercó a él un tanto preocupada – es por ello que quería pedírselo, usted parece alguien de confianza y que logra cuanto se propone. Claro también puede acceder o rechazar mi ofrecimiento pues no le garantizo de que salga con vida una vez que pise esta habitación.

 

Tsuzuki se quedó paralizado al escuchar cada una de sus palabras. La pobre mujer había intentado investigar todo por su cuenta pero… Decidió dejar las dudas para después y sonreírle de esa forma de la que sólo Tsuzuki sabía.

 

-       No se preocupe, le aseguro que esto pronto terminará. Confíe en mí. –tomó sus manos manteniendo su sonrisa provocando que la joven le imitara y mostrara su blanca sonrisa ya aliviada.

-       No sabe cuánto se lo agradezco, si necesita cualquier cosa no dude en…

-       Miyazaki-san, la he estado buscando – una voz ajena se mostró en el corredor. Uno de los maestros les estaba mirando al final de este por lo que ambos giraron su rostro para toparse con él. La chica se alejó del castaño aún sonriéndole.

-       Me temo que tendré que dejarlo, sensei. Si da con cualquier cosa, por mínima que sea le agradecería comunicármela –sin mirarle se alejó quedando frente al otro profesor y caminando lejos del shinigami quien la miraba algo dudoso.

-       ¿Estará bien confiar en ella? – preguntó en voz alta y de forma seria para luego girarse hasta la puerta – sea cual sea la respuesta, algo importante está en este lugar… - abrió la puerta y se adentró en ella. Un lugar oscuro con un olor a libros viejos y antiguos. El lugar perfecto para ocultar evidencia.

 

 

 

 

 

Mientras tanto, el menor se encontraba perdido en las páginas de aquel libro sacado antes de la biblioteca. Unas palabras llegaron a su mente: “Tú no puedes hacerlo”. Sabía que Tsuzuki no las había pronunciado con mala intensión pero debía demostrarle que se equivocaba. Tsuzuki no era el único shinigami con poderes impresionantes.

 

-       “.. No parece tan complicado en realidad...” – pensaba revisando el libro sin prestar atención a sus clases. Al momento de sostener el libro vio la pulsera que rodeaba su muñeca, aquella que le habían colocado al momento de llegar al instituto. El número de identificación ya no estaba completo, le faltaban dos números solamente para borrarse- ¿Cómo es que dan estas pulseras tan corrientes?... -susurró cuando pudo percibir un sentimiento extraño por parte de uno de sus compañeros. Alzó la vista de inmediato a donde parecía surgir dicho sentir. Era un chico pequeño y parecía frágil parecía tener miedo de una forma exagerada, tanto así que notaba cómo su cuerpo temblaba. – “Seguro él sabe algo...”

Al terminar la clase, Hisoka no perdió tiempo y se acercó al chico

-       Hola, ¿eres Mino, cierto?

-       ¿Ah? –el chico ojiazul elevó la vista posándola sobre el chico nuevo con cierta timidez.

-       Me llamo Hisoka, es un gusto conocerte – exclamó el shinigami intentando trabar una amistad aunque eso le pareciera algo extraño pues jamás había intentado hacer un amigo, o por lo menos hace tiempo.

-       Ho-Hola… Sí, soy Mino..

-       “¿Qué diablos se hace para sacar conversación?” –se preguntó a sí mismo y comenzó a recordar a Tsuzuki, ¿qué hacía él para tener tantas amistades?- y… ¿estás en esta escuela desde hace mucho tiempo? –se sentó sobre la banca sin dejar de mirarle. El chico sólo bajó la mirada mostrándose totalmente paralizado al escuchar la pregunta.

-       .. Es por eso que en poco tiempo ya no estaré aquí… - parecía como si un zombie estuviera hablando, el chico no estaba en sí o por lo menos eso aparentaba.

-       ¿Te encuentras bien? – Hisoka posó su mano sobre el hombro del chico simplemente para mostrarle su apoyo cuando una corriente pasó por su mano y brazo hasta llegar a su cabeza.

 

Podía percibir ahora todo con claridad, era un miedo impresionante. Hisoka cerró sus ojos y pensó en quitar su mano pero debía encontrar esa respuesta que tanto estaban buscando. Pudo observar algunos papeles y el pasado en esa escuela, el rostro del médico anterior en una fotografía vieja y que poco a poco se incendiaba dejando sólo cenizas y la pulsera que le habían puesto al momento de ingresar a la escuela.

No podía más, el sentimiento era tan fuerte y negativo que simplemente soltó un grito y no pudo permanecer de pie por más tiempo cayendo de esa manera en el suelo y quedando inconsciente.

 

 

En ese momento todo se llenó de oscuridad. Hisoka se veía a sus 5 años en aquel jardín de su casa, sobre el césped frío y aquel ambiente tétrico que podía recordar como si hubiera estado en éste apenas ayer. Miraba a su padre desde lo lejos y escuchaba aquella voz de su madre repitiendo las palabras que tanto estaba acostumbrado a escuchar: “Ese es un monstruo” “Esa cosa no es mi hijo”.

Cubrió sus oídos con ambas manos y cerró sus ojos queriendo salir de esa oscuridad que tanto temía cuando a su lado se extendió una mano, abrió sus ojos y alzó la vista viendo a su pareja sonriéndole iluminando de ese modo el lugar. Se quedó inmóvil por unos momentos mirándole. Tomó su mano escuchando: “¡Hisoka, Hisoka…!”

 

-       ¡Hisoka!...

 

Los ojos del menor se abrieron de golpe encontrándose en una de las habitaciones del doctor y Tsuzuki a su lado apretando su mano con suavidad mientras sonreía.

 

-       Hisoka, me alegro tanto de que estés bien… –le abrazó de inmediato dejando a Hisoka algo sorprendido y confundido.

-       ¿Q-Qué sucedió?... – en ese momento recordó todo aquello que había visto en el chico. Se incorporó y tomó al mayor de los hombros algo serio – ¡Tsuzuki, descubrí algo!

-       Pues te desmayas… ¡¿Eh?! S-Sobre… ¿sobre la escuela? –le miró un tanto sorprendido y después agregó de forma seria – también yo he descubierto… algunas cosas, pero... –sonrió cálidamente y tomó al menor de las mejillas dejándolo ruborizado – ahora lo único que me importa es si mi Hisoka está bien – soltó una pequeña risa al ver que dejaba al menor perplejo y sin dudarlo besó sus labios dulcemente.

 

Hisoka se impresionó pero pudo percibir esos sinceros sentimientos por parte del mayor, tan hermosos que no pudo evitar abrazarle por el cuello y corresponder el beso que había iniciado su pareja. Al ver que el menor correspondía, entreabrió sus labios lentamente introduciendo su lengua en la cavidad de éste. Hisoka abrió sus ojos lentamente por unos segundos, hacía tiempo que no probaba sus suaves y carnosos labios que ahora eran demasiada tentación por lo que le siguió unos momentos posando sus manos sobre el pecho de su amado shinigami acariciándolo suavemente mientras que las manos de Tsuzuki pasaban por debajo de su camisa acariciando la piel del menor con suavidad y suma delicadeza.

Tsuzuki difícilmente tomó los hombros del menor y los separó.

 

-       Basta, Hisoka o no podré contenerme… - respondió algo serio pues su corazón palpitaba fuertemente al igual que el del menor.

Hisoka le miró pensativo y un poco agitado a causa del beso. Bajó la mirada y jugó con sus dedos en las sábanas.

-       ¿Muraki… está aquí?

-       No pero, supongo no ha de tardar. No iba a dejarte a solas con él – exclamó Tsuzuki haciendo una expresión de molestia y con un puchero en su rostro.

Hisoka sonrió ante la respuesta del mayor. En verdad extrañaba tener más intimidad con él pero… Era demasiado peligroso y sería un desastre si Muraki los encontrara de ese modo, aunque en cierta manera, eso le dejaría en claro que Tsuzuki era sólo suyo. Miró la puerta por unos momentos pensando en ir a cerrarla cuando el mayor se puso de pie.

 

-       Hisoka, encontré algo muy interesante en un almacén de documentos. Al parecer esta escuela no existe.

-       ¿Qué? ¿no existe? ¿De qué hablas?

-       Esta escuela no tiene documentación… y peor aún todos los estudiantes han fallecido por una sola razón... –tomó un libro de su gabardina y se lo extendió.

 

Hisoka tomó el libro y quedó paralizado al leer el título: “Demonios y posesiones”.

 

FIN CAP 16

 

 

Notas finales:

 

 

Bueno ya que la trama que he estado haciendo es bastante extensa xD quise darle un poco de prioridad pero espero en el siguiente capi hacer lemon nuevamente q ya nos falta yaoi! *o* no creen? xD bueno espero siga siendo de su agrado ^^ esperen el siguiente capi con ansias! ~~ y que el yaoi esté con ustedes!

 

 

 

P.D. Es dedicado a mi esposito ~ te quiero y extraño Hisokita bella xP


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